Casada fiel, no tan fiel (3ª parte)

Es que es un vestido ajustado como una segunda piel, y con él nunca me pongo nada debajo, cualquier cosa se notaría y queda muy feo. A mi marido le encanta.

Hoy publico la tercera y última parte de mis vivencias con Mª José, las dos partes anteriores las podéis encontrar en los siguientes enlaces http://www.todorelatos.com/relato/99434/ y http://www.todorelatos.com/relato/99520/

Apenas media hora después me llego un mensaje al móvil:

- Una vez más un placer, contigo parece que siempre va a ser así, me encanta lo que tus manos me llegan a hacer sentir.

Al día siguiente antes de comer me conecte, pero no me encontré con Mª José, chatee con alguna conocida, y desconecte, comí y como por la noche había quedado con mis colegas de trabajo a los que deje plantados la semana anterior, me acosté un rato, en la cama recordaba lo que unas horas antes había pasado en ella, recordé el mensaje de Mª José, y no pude evitar masturbarme.

Por la noche antes de salir me volvía a conectar, tampoco encontré a Mª José, me extraño y le mande un mensaje al móvil, en mi mente pensaba que habría hablado con su marido, y le habrían vuelto los remordimientos, no hubo respuesta al mensaje de móvil, pero sí se conecto al msn.

  • (Yo) Muy buenas, ya pensaba que te había pasado algo.

  • (Mª José) Hay que ver, si va a resultar que además de follarme, te vas a preocupar por mí.

  • (Yo) Soy todo un caballero, me preocupo por las damas, y desde tu mensaje de ayer no he sabido nada.

  • (Mª José) Gracias por preocuparte. He ido a la piscina con unos amigos, y me has pillado recién salida de la ducha.

  • (Yo) Mmmmm, me podías haber avisado y hubiese ido a frotarte la espalda

  • (Mª José) Jajajajaja, que peligro tienes..., pero ya llegas tarde.

  • (Yo) Bueno, pues si quieres primero sudamos, y luego nos duchamos juntos...

  • (Mª José) Una proposición interesante, pero no puedo entretenerme mucho, he quedado con mi amiga, vamos a recuperar la salida que tenemos pendiente, cenita unas copas y a casita a dormir.

  • (Yo) El plan suena bien, pero te falta una sesión de sexo...

  • (Mª José) Es tentador, pero hoy va a ser que no. Te tengo que dejar, he quedado con mi amiga en media hora y aún tengo que arreglarme.

  • (Yo) Vaya, entonces ya vas apurada para mí que no te va a dar tiempo.

  • (Mª José) No te preocupes, tengo poco que ponerme, solo el vestido y los zapatos...

- (Yo) ¿Solo el vestido y los zapatos?

  • (Mª José) Sí, es que es un vestido ajustado como una segunda piel, y con él nunca me pongo nada debajo, cualquier cosa se notaría y queda muy feo. A mi marido le encanta.

  • (Yo) Joder, no me extraña que le encante, quiero verte con ese vestido, quiero quitártelo!!

  • (Mª José) Hoy no va a poder ser, mi querido cabroncete, ya te he dicho que he quedado, tu también, tendrá que ser otro día.

- (Yo) Bueno por lo menos conéctate cuando estés vestida y me lo enseñas.

Volvió a conectarse antes de irse, puso la cam, y me mostró como iba vestida, un vestido color vainilla, por encima de las rodillas, con una raja en la espalda de atrás, de tirante ancho y con escote, tal y como me había dicho, cualquier prenda que se pusiese se notaría, porque era lo más parecido a una segunda piel, que uno se podía poner. Excitadísimo al verla vestida, le insistí para que aplazase el plan que tenía con su amiga, quería tenerla ante mí con ese vestido, meter mi mano por debajo del vestido y no encontrar ningún estorbo, llegando a su coñito depilado, pero no lo conseguí, había quedado, tenía que irse, y no podía dejar a su amiga, se despidió con un beso, y se desconecto, así que me entre a duchar, me arregle y me fui a reunirme con mis amigos. Como habíamos quedado en el centro de la ciudad, decidí irme en autobús, y luego ya me volvería en taxi.

Estando con mis amigos me era imposible no pensar en Mª José, como me excitaba esa mujer, y más con la ropa con la que había salido esa noche, me empalmaba solo de pensar en ella, decidí no darme por vencido, sabía de caliente era Mª José, solo tenía que conseguir ponerla muy cachonda y tal vez consiguiese meter mi mano por debajo de su vestido.

Le mande un mensaje, en el le preguntaba que tal iba la cena y si su vestido atraía muchas miradas, me respondió que ya estaban en los postres, y que la mayoría de mesas estaban ocupadas por grupos de mujeres y hombres, pero aún así había notado las miradas de algunos, no por el vestido, sino, porque eran dos mujeres maduras, atractivas, cenando solas, o tal vez si era por el vestido. Le conteste que me estaba excitando la situación, imaginarla en un restaurante, observada por otros hombres que querían poseerla, y sabiendo que quien lo haría finalmente era yo. Su respuesta fue un "Jajajaja, hoy no vas a poseerme, y no es para tanto, tampoco nos miran tanto". Intercambiamos algún mensaje más de ese estilo, y se despidió de mí ya que habían terminado de cenar y se iban a otro lugar a tomar una copa.

Mis amigos se lo estaban pasando muy bien, bebiendo y charlando con las amigas de uno de ellos que habían venido de vacaciones, pero yo no conseguía divertirme, no paraba de pensar en Mª José, me la imaginaba como los hombres se acercaban a ella y a su amiga, hablaban con ellas, las intentaban conquistar, y pensaba que Mª José había sido fiel hasta hace apenas una semana, pero ya no lo era, y a lo mejor otros conseguían disfrutar lo que a mí tanto me había costado conseguir, estaba en esos pensamientos cuando me llego un mensaje de Mª José, me decía que estaban sentadas en una terraza, y que había unos jóvenes en otra mesa mirándolas, a estos si que habían logrado llamarles la atención, y se estaban riendo de ellos porque iban de ligones, entonces decidí jugar un poco a ver si la calentaba, le dije que se sentase más o menos en frente de ellos y que se abriese un poco de piernas para luego cruzarlas. Sabía que era un alma de doble filo, la podía poner cachonda con el juego, y conseguir terminar follándomela o podía ponérsela en bandeja a uno de esos jóvenes. Así estuvimos jugando durante un rato, contándome cada avance, como lo jóvenes se iban excitando, como se habían sentado con ellas, y como uno de ellos le decía que dejase de mensajearse con su marido, hasta que llegado el momento se despidieron de ellos, los dejaron solos y excitados, y me decía que iba a dejar a su amiga, y después a su casa a dormir.

No había conseguido excitar a Mª José como para que terminásemos follando esa noche, y a las amigas de mi colega no le había prestado atención, estaba totalmente fuera del grupo, porque había estado más pendiente del móvil que de entrar en las conversaciones, así que decidí dar por terminada la noche, me despedí, y me fui a coger un taxi. Ya montado en el taxi recibí un mensaje de Mª José, simplemente decía "¿Follamos?", leí el mensaje y no pude evitar sonreír, la noche no estaba tan terminada como había pensado, iba a mandarle un mensaje, pero cambié de opinión, y la llame, le dije que iba de camino a mi casa, ella acababa de dejar a su amiga en casa, decidimos quedar en el aparcamiento de un centro comercial que a los dos nos cogía de camino, y desde allí iríamos juntos a mi casa.

El taxi me dejo en la entrada del centro comercial, obviamente a esas horas estaba cerrado, en la explanada del aparcamiento apenas había cinco o seis coches, y uno de ellos era el coche de Mª José, me dirigí hacía él, Mª José al ver que me acercaba hacía el coche abrió la puerta y salió, cuando llegué hasta ella, dio un giro de 360º hasta que quedo de nuevo de cara a mí.

  • (Mª José) ¿Te gusta mi vestido? - me dijo pasando sus manos junto a su cuerpo desde los hombros

- (Yo) La verdad es que te sienta como un guante, sin duda cualquier prenda de ropa interior lo estropearía, ¿porque no llevas ropa interior? - le dije al mismo tiempo que me acercaba a ella y deslizaba mi mano por debajo de su falda.

Mi mano empezó por acariciarle la pierna por el exterior a la altura de la rodilla, la fui subiendo a la vez que iba pasando al interior de sus piernas, hasta que llegue a su coño sin ningún estorbo, y lo empecé a acariciar, en ese momento la bese, ella inmediatamente abrió su boca y metí mi lengua hasta que llegue a tocar la suya, nuestras lenguas se entrelazaban, mi mano empezó a jugar con su clítoris, y a acariciar sus labios vaginales hasta llegar a la entrada de su coño, pase los dedos por la entrada y finalmente metí uno de mis dedos. Mª José se retiro para emitir un leve gemido.

- (Mª José) Continuemos mejor en tu casa.

Montamos en el coche, y nos dirigimos hacia mi casa, Mª José iba conduciendo, el vestido era tan ajustado que se lo tenía que subir un poco para poder conducir cómoda, eso me dejaba a mí una grata visión de sus piernas y parte de sus muslos, el trayecto era por ciudad, y por las horas que eran había poco tráfico, así que aún a riesgo de distraerla, lleve mi mano hasta su pierna y comencé a acariciar sus muslos, subiendo hasta su coñito, que después del momento que habíamos pasado en el aparcamiento, ya estaba mojado. Cuando nos encontrábamos con un semáforo en rojo aprovechábamos para besarnos, y yo le metía mis dedos dentro de su coñito, una vez el semáforo se ponía en verde, ella ponía toda su atención en conducir, y yo seguía acariciando su clítoris, así hasta llegar a nuestro destino.

Nos dirigimos a aparcar el coche, la guié a una plaza sin salida que hay cerca de mi casa, aparcamos al fondo de la plaza junto a la puerta de entrada de un colegio, una zona por la que un sábado y a esas horas nadie pasaría. Antes de bajar del coche repetimos beso, mientras mis dedos se metían en su coño y la masturbaban, Mª José llevo su mano a mi entrepierna y empezó a acariciar mi polla por encima del pantalón, los dos empezábamos a estar muy cachondos, yo no aguantaba más.

  • (Yo) Quiero follarte aquí, en la calle, encima del capó del coche.

- (Mª José) Ya me has convertido en tu puta, puedes follarme donde tú quieras cabrón.

Nos bajamos y nos dirigimos hacia la parte delantera del coche, Mª José se sentó sobre el capó, yo me acerque hasta ella, lleve mis manos a su cara, y la bese, mientras nuestras bocas se abrían y nuestras lenguas se juntaban, ella llevo sus manos a mi espalda, y fue bajando hasta llegar a mi culo, yo por mi parte fui bajando mis manos desde su cara hasta sus piernas, primero acariciando el cuello, después por sus pechos, su cintura, hasta llegar al final de su falda, hay empecé a meter mis manos por debajo de la falda, que iba subiendo por el empuje de mis manos, fui subiendo acariciando sus muslos hasta llegar a su coño, lo acaricie, empecé a pasar mis dedos por su labios vaginales, ella separaba su boca de la mía para soltar un leve gemido, y volver a besarme, y con sus manos empezaba ya a desabrochar mi pantalón para sacar mi polla, la llevo hasta su coño y empezó a pasar el prepucio por su coño, primero al clítoris, luego la paso por sus labios vaginales, hasta llegar al agujerito de su coño, hay jugo con ella durante un rato, me masturbaba y con el movimiento mi polla acariciaba su coño, cuanto más se excitaba, más rápido me masturbaba, y más se excitaba ella por el contacto de mi prepucio con la entrada de su coño.

- (Yo) No puedo más puta, metetela ya. -le dije acercándome a su oído.

Ella sonrió, y se metió mi polla en su coño, estaba completamente mojada, por lo que mi polla entro con mucha facilidad en su coño, e inmediatamente empezamos a movernos rítmicamente, mi polla entraba y salía de su coño, nuestras lenguas se juntaban, mis manos acariciaban sus pechos, ella llevaba sus manos a mis nalgas y se acompasaba con mis movimientos, incluso empujaba mis nalgas para que la follase aún más fuerte, era difícil vernos tal y como habíamos aparcado el coche, más aún, pero el morbo de estar en la calle en un lugar público y que alguien pudiese vernos follando, era una excitación añadida, empezaba a notar la llegada del orgasmo, estaba a punto de correrme, avise a Mª José, pero ella me pidió que no la sacase, ella también estaba a punto de llegar y por nada del mundo quería que su orgasmo se quedase a medias, así que continué follándola, metiendo y sacando mi polla de su coño, hasta que llego el orgasmo y me corrí dentro de su coño. Ella me agarro aún más fuerte de las nalgas, y pude notar como también llegaba al orgasmo, a la vez que emitía un gemido de placer.

Recompusimos nuestras ropas, y nos dirigimos hacía mi casa, que se encontraba a apenas unos minutos de distancia, por el camino Mª José empezó a reírse, nos paramos y me la quede mirando ella riendo, se levanto un poco la falda y me enseño el interior de sus muslos, mi leche había empezado a salir de su coño y ya corría bajando por sus muslos, al igual que ella no pude evitar reírme, al tiempo que ella sacaba de su bolso un pañuelo papel y empezaba a limpiarse.

Llegamos a casa, mientras abría la puerta del portal, subíamos en el ascensor y abría la puerta de casa Mª José no dejaba de acariciarme y darme besos, sus manos se dirigían a mi entrepierna, y me acariciaba la polla suavemente, yo me encontraba en la gloria, me encantan las mujeres decididas, que disfrutan del sexo, y que no tienen ninguna vergüenza en demostrarlo. Cuando entramos en la casa, ella se dirigió al baño para terminar de limpiarse, mientras que yo me dirigí al sofá, y allí sentado la espere. Cuando Mª José salió se dirigió en mi busca, se sentó en el sofá a mi lado, y comenzamos a besarnos, mis manos acariciaban sus pechos, sus piernas, bajaban hasta el borde del vestido y se metían por debajo de él, mientras que ella estaba de nuevo acariciándome la polla por encima del pantalón, y pronto empezó a desabrocharlo para sacra mi polla, una vez la tuvo fuera, empezó a masturbarme, yo deje de acariciarla, simplemente me dedique a mirar como ella con su mano acariciaba mi polla con gran delicadeza sin dejar de mirarme a la cara, entonces me dijo:

- (Mª José) No sé lo que me has hecho, pero me tienes loca, todas las mañanas me levanto con mis braguitas mojadas, me masturbo pensando en tu polla, y no he terminado de correrme, y ya estoy pensando en hacerlo de nuevo pensando en como me follas, nunca había hecho esto, y no volverá a pasar, pero el tiempo que falta hasta que vuelva mi marido voy a ser tu puta, toda tuya.

Mientras me decía eso no dejaba de acariciarme la polla, yo la escuche con mucha atención, antes de decirle:

- (Yo), De acuerdo, y ahora como una buena putita, hazme una de esas mamadas que tu sabes.

Mª José cogió un cojín y lo puso en el suelo, se puso de rodillas en él y comenzó a comerme la polla, acariciaba mis huevos a la vez que su lengua iba desde mi prepucio hasta mis huevos, y volvía a subir, acariciaba mi polla con su mano, pasaba su lengua alrededor del prepucio, y se metía mi polla en su boca, despacio, fijando sus labios alrededor de mi polla, sin dejar de acariciar mis huevos, tragándosela entera, para de nuevo sacarla de su boca, aceleraba y frenaba, de vez en cuando volvía a sacar toda mi polla de su boca, y volvía a centrase solo en prepucio, pasando su lengua por él, mientras que ahora su mano acariciaba mi polla, me miraba, y ponía su sonrisa pícara, demostrando como disfrutaba comiendo una polla. Como no podía ser de otra manera llegue de nuevo al orgasmo, y una vez más Mª José puso su boca para tragarse toda mi leche, chupaba a la vez que seguía moviendo mi polla para sacar hasta la última gota.

Si algo aprendí en esos seis años, era a ser agradecido, a no ser egoísta, y después de la tremenda mamada que me había pegado Mª José, yo no podía menos que devolverle el placer, le subí el vestido hasta la cintura, dejando su coño al aire y la tumbe en el sofá, ella abrió las piernas, dejando su coño sonrosadito a mi placer, me agache, y empecé primero a lamer y morder el interior de sus muslos, acercándome poco a poco hasta su coño, una vez llegué a él empecé a lamer sus labios vaginales, pase mi lengua desde el orificio de su coño hasta su clítoris, donde me centré, pasando mi lengua alrededor de su clítoris para luego chuparlo, mientras pasaba mis dedos por su rajita hasta el orificio de su coño, y empecé a meter mis dedos dentro de él, primero uno y luego dos, empecé a meter y sacar mis dedos al mismo tiempo que mi lengua seguía acariciando su clítoris. Notaba como Mª José se iba encorvando, llevaba sus manos hasta mi cabeza y gemía de placer, momento en el que yo decidí empezar a estimular también su ano, para lubricarla utilice sus propios jugos, pase uno de mi dedo anular por su coño, lo humedecí, y lo lleve hasta el orificio del ano, lo fui estimulando para que se dilatase, y una vez dilatado lo introduje, mis dedos entraban acompasados de su ano y de su vagina, y con mi boca y mi lengua no dejaba de lamer y chupar su clítoris, note como llegaba al orgasmo, sus fluidos empaparon mi mano, su cuerpo se encorvo aún más y grito más que gimió de placer. Me incorporé y la mire, estaba tumbada en el sofá jadeante y sonriente.

Me senté en el sofá, ella se incorporó sonriente, se sentó a horcajadas sobre mí, y comenzamos a besarnos, lleve mis manos hasta su espalda y le baje su cremallera, baje su vestido hasta debajo de sus pechos, y empecé a acariciarlos, lleve mi boca hasta ellos y empecé a comérselos a la vez que los acariciaba con mis manos, mi polla volvía a estar erecta, y Mª José volvía a estar muy mojada, por lo que mi polla entro en su coño con gran facilidad, ella empezó a subir y bajar, mi polla entraba y salía de su coño, yo acariciaba sus pechos, pasaba mi lengua alrededor de sus pezones, y los mordía, ella gemía y aceleraba sus movimientos, notaba sus labios vaginales sobre mi polla, y el placer de ese roce, que me estaba haciendo llegar al orgasmo. Sin dejar de comer sus pechos, lleve mis manos hasta sus nalgas, empecé a acariciarlas, y casi sin darme cuenta lleve mi dedo hasta su ano, y empecé una vez más a dilatarlo, hasta que se lo introduje.

- (Mª José) Dios, como me pones. –me dijo Mª José cuando le metí el dedo en el culo

- (Yo) Quiero correrme en tu culo, ponte a cuatro patas

Mª José se levanto y se puso en el sofá a cuatro patas, yo me acerqué y le acerque mi polla hasta su culo, la fui metiendo despacio, hasta que tuve el prepucio dentro, en ese momento la agarre de la cintura, tire de ella hacía mí a la vez que yo empujaba, y se la metí de un tirón.

- (Mª José) Aaaahhh, cabrón más despacio

- (Yo) Cállate puta, y disfruta

Empecé a meter y sacar mi polla de su culo, estaba más apretadito que su coño por lo que notaba aún más el contacto de mi polla con las paredes de su ano, ella gemía a cada embestida mía, y a la vez que yo follaba su culo ella con su mano masturbaba su coño, yo la agarraba por la cintura y le daba nalgadas, hasta que llegué al orgasmo y me corrí dentro de su culo. Ella se dejo caer sobre el sofá y yo caí sobre ella, los dos agotados, jadeantes, y satisfechos, estando sobre ella empecé a reírme.

- (Yo) Jajajajaja, sabes, me acabo de dar cuenta de una cosa

- (Mª José) De qué?

- (Yo) Ni siquiera te has quitado el vestido

Así era, el vestido que tanto morbo me había dado a lo largo de la noche aún lo seguía teniendo puesto, lo único que habíamos hecho había sido subirlo de la parte de abajo, y bajarlo de la parte de arriba, y lo tenía todo concentrado en su cintura.

Después de esa noche, y hasta el regreso de su marido, tal y como me había indicado Mª José se convirtió en mi puta, casi a diario yo le “ordenaba” que viniese a mi casa y ella accedía, venía follábamos y se volvía a ir, nunca en todos los días que la folle dormimos juntos, ese momento solo era de su marido. El día anterior al reencuentro con su marido, vino a casa follamos, y se despidió para siempre, nunca más he vuelto a saber de ella, pero dejo en mí un grato recuerdo que con esta serie de tres relatos he querido compartir con vosotros.