Casada desatendida

Alivio su soledad y el gesto tiene una recompensa inesperada.

Toco el timbre. Tras unos instantes de espera, se abre la puerta.

  • "Buenos días, soy el supervisor del catastro y vengo a hacer la valoración que le anunciamos por correo", le digo a la mujer que me ha abierto la puerta.

Hoy me toca hacer las inspecciones en un bloque de apartamentos de alto standing.

Me abre la puerta una mujer de unos treinta, me recibe muy arreglada lo que me sorprende pues no parece el atuendo apropiado para estar en casa. Vamos hasta el comedor y alli empezamos a revisar todos los papeles que traigo conmigo.

La mujer se muestra muy amable y servicial colaborando activamente en la revisión, su

carácter es comunicativo y afable haciendome sentir muy cómodo mientras hago mi trabajo

. Tiene un fisicoa de lo mas normal, destaca su

bonita melena rubia cortada a la altura de los hombros. Tambien, llama mi atención lo limpio y ordenado que esta todo lo que nos rodea, está tan limpio que cualquiera diria que dedica todo su tiempo a la limpieza.

Me trata como si yo fuese su invitado, a los poco minutos trae café y unas galletas.

Intencionadamente derramo parte del café sobre la mesita para ver su reacción, quiero saber si la limpieza es una obsesión.

No muestra ningún signo de contrariedad, lo limpia con esmero y continuamos mi trabajo intercalando entre papel y papel comentarios que hacen amena la charla.

Estoy bastante intrigado y siento curiosidad por saber que hay detrás de esa actitud tan amable conmigo.

Estoy seguro que ella

no soltará prenda, ni me dirá nada comprometido que descubra sus secretos. Decido hacerlo al revés,y  empiezo a contarle cosas sobre mi,

acerca de mi trabajo, los estudios, mis aficiones etc. Ella muestra gran interés, que se acrecienta cuando le digo que hace un mes rompí con mi novia, y que ahora me siento sólo y muy deprimido.

Esto abre las puertas de su confianza, y deshace sus reservas.

A continuación, intercambiamos alguna  de nuestras intimidades. Como no tengo grandes cosas que contar me las invento.

Sin embargo, ella me hace un retrato detallado de su vida: d

iez años de casada, sin hijos pero que le encantaría tener varios, un marido con una ocupacion que lo mantiene viajando gran parte del tiempo, escasas amistades y familia completan su cuadro de relativa soledad.

En fin, sin darse cuenta hace una descripción de una vida que no es alegre y que dificilmente la puede satisfacer.

A pesar de todo, mantiene un carácter extremadamente cariñoso, que me atrae poderosamente. A ella le complace que yo la escuche y comparta mis sentimientos.

La conversación va de un tema a otro, le comento que no se bailar en pareja y se presta enseguida a enseñarme a dar cuatro pasos. Acepto y pasamos un rato de los mas divertido.

La tarea de hoy ya la he completado y eso me permite pasar el resto de la tarde con ella.

  • "Uy, que tarde se me esta haciendo", "lo siento de veras, pero me tengo que ir" , le digo tras mirar el reloj y muy sorprendido por lo rápido que ha pasado el tiempo.

Recojo mis cosas en silencio. Sin decir nada, me acompaña hasta la puerta.

Siento que ambos nos queremos decir algo, y que ninguno nos atrevemos.

Cuando solo faltan unos instantes para abrir la puerta y marcharme, la miro a los ojos, me acerco, y armándome de valor me atrevo a dejar un ligero beso en sus labios.

Ella lo recibe entre complacida y sorprendida.

Me sonríe con cariño, esto me anima a darle otro beso, pero esta vez es apasionado.

Me corresponde, se desata una fuerza incontenible que nos arrastra a besarnos y a abrazamos como si fuese lo ultimo que vamos a hacer en este mundo.

Se ha desatado unvendaval de pasion que no es posible esquivar.

Sus labios y los míos no quieren despegarse nunca, nuestras manos tropiezan entre ellas mientras nos acariciamos sin cuartel.

Sin darnos cuenta

nos encuentramos en su dormitorio, junto a la cama, la luz apagada y quitándonos la ropa de forma totalmente impulsiva

Tira la colcha al suelo y se deja caer de espaldas sobre la cama vistiendo unas diminutas braguitas. Yo me quito los calzoncillos y pongo a su lado.

Mientras nos besamos de nuevo, mi mano acaricia levemente sus pechos y se desplaza sobre su vientre hasta encontrar sus sexo.

Le bajo las bragas que se enrollan sobre si al desplazarlas sobre sus piernas.

Me coloco encima de ella, dirijo mi pene erecto hacia su vagina y aprieto con suavidad.

Poco a poco y progresivamente, se va abriendo camino con esfuerzo parece tengo ante mi un chochito casi virgen, ¡que poco lo ha disfrutado!

. Se le escapan pequeños de gritos de dolor, no se queja y seguro que desea que continúe metiendosela hasta las mismas bolas.

Tras varias pausas para que ambos nos podamos acomodar bien, por fin consigo meterla toda dentro y nos tomamos un respiro.

La beso cálidamente en los labios y después en el cuello.

Para liberarla del peso de mi cuerpo, estiro los brazos con las manos apoyadas sobre la cama.

A continuación, levanto un poco el culo separando mi cuerpo del suyo y asi mi polla pueda salir un par de dedos.

Aprieto de nuevo y la vuelvo a hundir en su chocho. Sin sacarla, muevo un poco las caderas como tratando de hurgar en su interior. Tras unos instantes se estremece y cierra los ojos con fuerza.

Una nueva pausa, y a continuación repito los movimientos con idéntico resultado.

Sentir mi polla caliente y dura, presionando y rozando intensamente con su vagina durante largo rato, es una sensación que le provoca súbitas descargas que le hacen estremecer y temblar de gusto.

Poco a poco, la intensa presión inicial se va relajando a medida que su vagina de agranda y sus fluidos lo mojan todo.

Tras varias pausas y varias embestidas, con los consiguientes estremecimientos, noto como una oleada de semen arranca desde mis huevos directa hacia afuera. La meto y saco varias veces rápidamente y me dejo ir.

La mantengo bien adentro, dejando que se vaya haciendo pequeña lentamente. Al mismo tiempo muevo mis caderas con suavidad de un lado a otro.

La mezcla de semen y fluidos, y la reducción de volumen de mi polla permiten ahora unos alegres movimientos de mete y saca que le provocan una dulce estimulación.

La saco y me tumbo a su lado.

Ella se acurruca junto a mi y me da besos en el pecho.

Tras unos instantes de reposo y deleite, me propone con suma naturalidad:

- "Por que no te quedas a cenar conmigo?", y yo acepto encantado.

Mientras Marta, que asi se llama, se ducha yo me quedo adormilado en la cama. Cuando termina, se pone una bata y va hacia la cocina a preparar la cena para los dos.

Cenamos y tras recoger la mesa, nos sentamos en el sofa a ver la tele. A los pocos minutos, me dice:

  • “No hay nada que me guste, ¿nos vamos a la camaotra vez, cariño?”, y asi lo hacemos.

Al llegar a la habitacion Marta se va al aseo, yo me desnudo y me quedo sobre la cama. Siento un poco de pudor y me tapo hasta la cintura con la sabana, solo dejo la luz de la lamparita de mesa encendida.

Tras unos minutos, se abre la puerta del aseo y aparece Marta con un lindo camisón combinacion que dificilmente le tapa las bragas.

Es un picardias que no parece que hubiera siso entrenado.Se acerca muy insinuante y marcando con sus caderas cada paso. Se detiene junto a la cama, hace una pose de modelo, con los muslos apretados, las caderas inclinadas y un brazo estirado, como pidiendo mi aprobacion.

Sin duda la tiene, pues está de lo mas atractivo y sensual.

Con un gesto lleno de picardia, coge un extremo de la sabana y tira lentamente de é, para comprobar que su actuacion ha surtido efecto, yo no puedo esconder mi polla erecta.

Continuando con su actuación, se pasa las manos por el cuerpo y al llegar a las alturas de sus pechos se los recoge con ambas manos. La combinacion se le sube y sus braguitas de saten y encajes quedan a mi vista.

No puedo resistir la tentacion, mi mano coge la polla y la frota varias veces, arriba abajo, arriba abajo delante de su atenta mirada.

Marta, complacida del buen resultado que ha conseguido, se tumba a mi lado y me impide continuar.

La beso en los labios, mientras mi mano se desliza por su cuerpo. Desato el cordelito que cierra el cuello del camison y lo abro dejando que aparezca uno de sus pechos.

Me acerco y lamo con gusto su pezon.

Cuando mas animado estoy, Marta subitamente se gira, se pone de costado de espaldas a mi y las piernas encogidas. Quiere que juguemos un poco mas.

Le toco el pelo tan bonito que tiene, y a continuacion mis dedos se van deslizando por su cuello, brazos esplada, caderas y muslos, hasta llegar a sus nalgas.

Sus bragas son de saten blanco muy suaves, y debajo de ellas se adivina un sexo caliente. Trato de jugar con mis dedos, pero no me deja. Le froto los pies con los mios jugando, y cuando trata de jugar ella tambien, coloco mi pierna entre las suyas.

Ahora, si que tengo sitio para jugar con sus braguitas.

Mi dedo medio se desliza reconociendo todos los rincones sensibles, apretando o frotando ligeramente. Poco a poco, la braga se humedece y mis dedos buscan el contacto directo. Al rozar sobre su clitoris, Marta se estremece imaginando lo que viene despues.

Hago que se vuelva hacia mi y a continuacion, muy despacito le voy quitando las bragas, un hermoso pubis cubierto de abundante vello castaño me esta esperando.

Marta se desprende del camison que ya ha terminado su cometido.

Todo esto me parece un sueño y no se por donde empezar, pues cualquier cosa con Marta me apetece, pero no estoy seguro de sus gustos.

Me inclino por lo clasico, me coloco sobre ella apoyando los antebrazos sobre la cama para liberarla de mi peso. La beso, primero en los labios dulcemente y luego alrededor de la boca , en la nariz y luego voy bajando hacia el cuello.

Mi polla descansa sobre su vientre, que noto como sube y baja para apretarla.

Tras besarla en el cuello junto a las orejas, mis labios se desplazan hacia su garganta y van bajando hacia su pecho.

Con mi mano, recojo una de las tetas haciendo que su pezon quede levantado. Acerco mi lengua y describo circulos alrededor de tan apetitoso manjar.

Me apoyo sobre el otro brazo y repito la operación con el otro pecho.

Marta se agita complacida. Lentamente, llevo mi lengua entre sus dos tetas e inicio el descenso hacia su vientre y me entretengo en su ombligo unos instantes.

Mordisqueo junto al hueso de sus caderas, a un lado y ya otro, a un lado y otro.

Marta se retuerce, quejosa de que no llegue ya al sitio donde mas me espera.

No la hago esperar mas,  mi mano se posa suavemente sobre su sexo que noto ardiente y humedo. Mi dedo indice se separa del resto y busca con afan su “botoncito escondido”, lo acaricia con movimientos circulares y luego lo presiona levemente.

Un quejido se escapa de la boca de Marta, al tiempo que mi dedo va penetrando poco a poco en su vagina humedecida.

Tras unos instantes, creo que ha llegado el momento, me coloco encima, con la mano derecha guio mi polla, aprieto un poco el culo y noto como mi capullo ya esta dentro.

Ahora, poco a poco voy apretando. Cuando noto que esta dificil, me retiro un poco y vuelvo a apretar. Asi lo repito hasta que Marta gime mas fuerte, y hace un gesto como de quererse escapar.

Me detengo unos instantes, y comienzo a meterla y sacarla. Al pricncipio, con poca amplitud de movimientos. Luego, a medida ella se acomoda los movimientos se hacen mas amplios. Mi polla parece que se va a salir y luego se hunde hundirse hasta lo mas profundo de su coño

Tambien el ritmo es cada vez mas acelerado, dudo que yo pueda aguantar mucho mas. Marta parece disfrutar de lo lindo, me detengo

unos instantes, al tiempo que con la polla dentro, muevo mis caderas como si bailase la lambada.

Esta sensancion de sentirse tan profundamente penetrada y con un contacto tan intenso, me parece que es lo que desata un intenso orgasmo en Marta. Se agarra fuertemente a mi y entrelaza sus piernas por encima de las mias.

Tras varios gritos de placer, siento su respiracion entrecortada junto a mi oido.

A mi ya solo me falta el golpe de gracia, unos pocos movimientos mas y me corro abundantemente.

Apoyo mi cabeza sobre su hombro mientras que ella me besa junto a la oreja.

Poco a poco mi polla se desinfla y antes de que se termine por salir, la saco y me dejo caer de costado a su lado.

Marta me acaricia el brazo y me besa en la mejilla.

Tras unos minutos asi, se vuelve de lado dandome la esplalda.

Me parece oir unos sollozos entrecortados. Me incorporo un poco y me acerco a ver que pasa.

  • “No, no es nada, es que…”, “mejor sera que te vayas”, “no es por ti…que eres estupendo…pero debes irte ahora mismo”, “no puedo explicarte nada mas”, “lo siento…vete por favor”.

Se que no debo insistir, es lo que desea y la veo segura de lo que quiere.

Unos meses mas tarde la encontré en un supermercado. La vi contenta, con movimientos llenos de energía, como el que se siente euforico por haber sido bendecido por la suerte. Me alegre mucho al verla tan dinamica y con un semblante tan resplandeciente y fuí a saludarla, antes de ella me viera me eche atrás y me fui por otro pasillo... lucía una esplendida barriga de embarazada.

Por fín tenía un buen motivo de alegría en su monotona vida... y puede que yo hubiera colaborado en proporcionarle este bonito regalo.

Deverano.