Casa rural X (2)
Y siguen los jueguecitos en la casa.
LA CASA RURAL (X)
Entretanto Nuria que para el tercer azote con la fusta ya tenía la ropa fuera seguía ahora acariciándose, jugar con sus pechos y pezones que estaban bastante duros y enredar con su ensortijado vello púbico. El Amo que vió que no tenía bastante vello en el coño dijo:
Veo perra que eres una sucia zorra, habrá que afeitarte ese coño.
El Amo después de azotar a Zoraida la dio la fusta a Nuria y la dijo:
Quiero que la des diez azotes en las nalgas, la intensidad tu la decidirás pero el color no pasará de rosa oscuro y por supuesto no la harás sangrar sino el castigo que te aplicaré será muy cruel y no dejaré que ella te de placer.
Nuria cogió la fusta de manos del Amo y con la punta acarició la zona que había sido torturada con perverso cariño hasta que comenzó a descargarlos pero ésta vez Zoraida no podía articular palabra, tenía la boca ocupada con la polla de su Amo al cual en estas difíciles circunstancias procuraba dar placer. Más bien él se la estaba follando.
Cuando Nuria acabó con la serie de vergazos la hizo que se sentara en el sofá con el culo colocado en el borde, luego hizo que Zoraida se levantase y Roberto cogió la caña de bambú y se la puso entre las nalgas vertical haciendo que la chica apretase los cachetes para sostenerla, no podía dejarla caer sino sería castigada. Ahora debía de ir al baño a por los útiles de afeitar.
Ella obedeció sin rechistar. Se arrodilló frente a Nuria, en un pequeño cuenco preparó algo de espuma de afeitar y cogiendola con dos dedos la empezó a extender suavemente por el pubis de la otra sumisa. Después con una maquinilla desechable comenzó a retirar el vello púbico, tenía que estar completamente rígida para que no se cayera la caña de bambú de sus nalgas.
Luego hizo que lavara el pubis de Nuria con abundante agua tibia y que lo secara con la lengua. Zoraida se recreó lamiendo el coñito y consiguiendo que Nuria se apretara los pechos y tuviera que morderse los labios para no gemir. Pero el Amo las mandó cariñosamente que fueran a la cama y llevaran todos los objetos que allí ya gozarían.
Ellas fueron y esperaron de pies las dos a los pies de la cama como si fueran dos soldados firmes pero con la mirada al suelo. El llegó y con las manos comenzó a acariciar sus cuerpos y a sobarlos lúbricamente, pasó la mano por su coñitos e hizo que se mojaran masturbando sus clítoris e introduciendo varios dedos en ellos. Luego las puso enfrente una de la otra y las hizo besarse. Con la caña de bambú las fue azotando alternativamente primero a una y luego a la otra hasta que vió como sus culos tomaban un color rosa oscuro.
Las separó unos 20 centimetros una de la otra y puso pinzas en los pezones y los labios vaginales tanto de Nuria como de Zoraida. Luego unió todas las pinzas con unas cuerdecitas finas que había traído y a éstas las enganchó a la percha de las pinzas, eso hizo que con el peso de la percha, los pezones y los labios vaginales se estiraran y las provocase algo de dolor. Entonces cogió los dos vibradores, el más pequeño en el coño de Nuria y el mayor en el de Zoraida. Los movimientos provocados por la oleada del placer que sentían al ponerse en marcha los aparatitos hizo que el dolor de las pinzas aumentara. Cogió la cuerda entonces y las ató como si fueran un mismo paquete las dos juntas pasando la cuerda por los pechos de cada una haciendo que parecieran globos a punto de estallar. Luego las pasó por los lados de los labios vaginales apretando los consoladores.
Las dejó allí y se fue al salón para terminar de ver la película. Ellas de pies cada vez notaban como la cuerda se apretaba más contra la piel, como les mordía cada centímetro de la misma pero como todas las sensaciones se concentraban en sus coños, el placer dominaba al dolor de tal manera que llegado un momento entraron en un grandísimo orgasmo.
Cuando el Amo llegó las vió completamente empapadas en fluidos, como sus muslos brillaban y las desató entonces hizo que Nuria se pusiera las braguitas y se tumbara en la cama, ató sus manos al cabecero de la cama y cogió unas tijeras. Zoraida se sentó al otro lado y con la mano acariciaba la cara de la otra mujer para después meter sus dedos en su boca. El Amo la tapó los ojos a Nuria y comenzó a cortar la braga por el pubis hasta dejar la vulva al aire. La hizo levantar las piernas y se las sujetaba mientras le tendió las tijeras a Zoraida para que hiciera lo mismo en el ano. Esta hizo lo mismo y cogiendo las bolas chinas de la mesita las embadurnó de vaselina y se las introdujo a Nuria en el ano.
Roberto soltó a Nuria y la dijo al oído a Zoraida:
Colócala de tal forma que se penetre en el coño y me cabalgue hasta que se corra pero tu entretanto juega con las bolas de su ano sacándoselas y metiendoselas perra.
Zoraida asintió y ayudando a Nuria que estaba a ciegas la puso de pies sobre su Amo que se había tumbado boca arriba y la ayudó a penetrarse hasta que estuvo bien ensartada. El Amo la dijo que comenzase a cabalgar pero muy lentamente y que apretase los músculos de la vágina, tenía que hacer que el polvo fuera duradero. Luego la dijo a Zoraida algo que se le había olvidado antes.
Coge la vela que hay encendida en la entrada y tráemela.
Zoraida obedientemente la trajo y se la dio a su Amo, la orden se la había dado al oído de tal forma que la otra chica no la había escuchado así que cuando empezó a verter la cera en sus pechos, esta no pudo por menos que chillar y entonces eso enfadó a su Amo que con un gesto hizo que Zoraida aplicase el castigo.
La sumisa sacó las bolas del ano y la hizo inclinarse hacia delante, cogió el plug que era un cono bastante ancho en la base y se lo fue metiendo sin miramientos. Nuria botaba como una loca cachonda perdida mordida por las gotas de cera caliente en los pechos y por ese objeto que la follaba el ano. Al final el cono entró en su culo y comenzó Zoraida a follarla con él hasta que Nuria estalló en un enorme orgasmo que la debilitó de tal forma que cayó semidesmayada sobre el torso desnudo de Roberto.
Zoraida la levantó y la acompañó al servicio donde la lavó en la bañera con mucha dulzura y diciéndola palabras cariñosas. Llegó el Amo y cogió del brazo a Zoraida y la condujo a la habitación diciéndola que él no se había corrido y que el ano de Zoraida iba a recibir su leche. El se sentó en el suelo e hizo que ella se pusiera en cuclillas sobre su polla empezando a metersela hasta que estuvo el culo de la perra lleno de verga. El la atrajo hacia atrás apretando sus pechos.
Ahora Nuria abrela bien las piernas y metele el puño en el coño. Quiero que lo metas entero, llénalo de vaselina lo mismo que su agujero.
Nuria metió la mano en el bote de la vaselina y llenó el agujero por dentro y por fuera de la crema pringosa y luego se llenó el puño completamente y empezó a hacer fuerza hasta que después de varios intentos lo metió todo dentro y la folló con suavidad con todo el puño. Zoraida subía y bajaba sobre la verga de su Amo a la vez que la otra sumisa la penetraba con el puño, el roce de su clítoris con el puño hizo que se corriera y quedara completamente espatarrada sobre su Amo. Se levantaron los tres y fueron a la ducha.
Se ducharon, vistieron y se despidieron de Nuria. El resto del fin de semana lo pasaron Roberto y Zoraida follando y recibiendo a veces la visita de Nuria para las dos mujeres ser usadas y azotadas por Roberto.
Este es un relato imaginario pero si queréis podéis escribirme sobre todo mujeres a: