CARTUZ el impenitente (continuación)
El despertar de un sueño maravilloso
En realidad no soy mala, el que dejara a medias la narración anterior tiene su motivo y lo entenderéis al acabar esta narración. Me había quedado que un aves que Carlos me llevó a su habitación, me encontré a mi marido tumbado boca abajo en la cama, con los ojos vendados, atado por sus manos a la cama y un strapon de buen tamaño, sin llegar a alcanzar las medidas de lo que la naturaleza le había dado a Carlos. Si ya estaba excitada al ver a mi marido entregado de esa forma me desequilibró mi naturaleza interior, hubiera podido tener hasta un orgasmo. Carlos me vendo mis ojos después de dejarme de pie viendo a mi marido. Mis sentidos se agudizaron y oía como abría un cajón, note como se acercó, me hizo agacharme apoyándome en los pies de la cama, dejando mi culo en una situación “comprometida” y mis carnes sintieron la electricidad que me produjo un azote de algo que tenía multitud de pequeñas tiras, que sonaban excitantemente y flagelaban mi culo, aunque algunas daban en mi cadera y un poco por delante. Era algo doloroso pero que no sé cómo, me producía placer. Algo difícil de describir y más difícil de explicar era oír a mi marido poniéndose cachondo, oyendo la flagelación y mis quejidos. Encima animaba a Carlos a que me diera más fuerte, por lo que le lance una “amenaza” que no le preocupo, “disfruta ahora de tu momento, que luego te voy a romper el culo” use esta expresión, que era la que usaba Carlos muchas veces conmigo para decirme lo que me iba a hacer y que cuando le oía me ponía cachonda al máximo.
Mi marido al oírme exclamo algo sin decir nada en concreto. Carlos aumentaba su castigo y estaba siendo fuerte. Se había acelerado en su acción y paró de pronto, no supe que pasaría. No cambien de postura. Las nalgas me ardían, Carlos se agacho, me dio besos pequeños y suaves en mis nalgas, igual que las caricias con sus manos. Lo tenía todo tan sensible que tenía como descargas y lo remato abriendo mis nalgas y lamiéndome por mis lugares más íntimos, es que lo más increíble que usa la lengua como un arma de destrucción masiva, porque lo hace tan bien, que es difícil mantener el equilibrio estando de pie como esta yo. Era una locura las cascadas de placer que me venían por todo mi cuerpo. Estaba siendo algo distinto a otras veces. Lo estaba dando todo. Antes de que pudiera obtener mi ansiado orgasmo, se puso de nuevo a azotarme, esta vez con las manos, algo que me gustaba porque lo sentía mucho más. Mi culo me ardía por todos los sitios, otra vez que se para sin decir nada y esta vez mis nalgas reciben gotas de cera de una vela. Se me escapó un grito, que fue fuerte, no por el dolor que producía si no por la sorpresa. La piel estaba tan sensible que se notaba mucho más. Carlos se colocó en mi costado, una mano acariciando mi clítoris y con la otra dejaba caer cada vez más gotas de cera, increíble fue el orgasmo al que me llevo. Grite tal vez más que antes, no lo sé, lo que sé que esta vez eran de un máximo placer que hubo un momento en el que se me fue un poco la voz. Cómo alguien podía combinar todo eso para que se pueda llegar a obtener tanto placer.
Me quito lo que cubrían mis ojos, mis ojos se hicieron de nuevo a la luz que había. Carlos me entregó un látigo con tiras, que sería con lo que me atizo a mí y me dijo que ahora le tocaba a mi marido. El protesto, porque no quería que le azotara. En principio le di tan flojo que apenas sonó, Carlos para decirme que no lo hacía bien, me castigo mi culo con una fusta y me pico mucho. No fue nada benevolente. Aumente mis latigazos con mi marido y Carlos me dio varios fustazos por no darle bien, lo que me hizo cambiar mi forma de azotarle fue cuando me insultó diciéndome que parara. Ya nadie me tuvo que indicar nada, estaba como poseída y su culo que siempre estaba muy blanco, empezaba a ponerse muy rojo. Por no dejar de moverse, pude ver por uno de los espejos que estaba empalmado. No hizo falta que Carlos me dijera nada, fui a por la vela y no le deje caer gotas, buenos chorros de cera cayeron sobre sus rojas nalgas, me gustaba que se enfureciera. Carlos me entregó el strapon y me ayudó a colocarlo. Me puse muy nerviosa y aumentó mi excitación.
Mi marido le decía a Carlos, “esto no era lo que habíamos quedado, me habías atado para que os viera u os oyera follar, como otras veces, pero en vez de estar sentado era estar tumbado” y eso que no había visto lo que me había puesto. Carlos se acercó a él y le descubrió los ojos, en un principio no decía nada, hasta que me vio por el espejo y se reboto del todo. Antes de que pudiera decir nada, Carlos le azotaba con fuerza con la fusta y le ordenó, porque fue una orden, que se quedara quieto y dejara de lloriquear. No sabía muy bien cómo hacerlo, me subí a la cama, Carlos me dio un frasco de lubricante, deje caer algo sobre su culo y se lo puse al strapon, me coloque detrás y torpemente le empecé a penetrar, como protestaba, como se quejaba. Me costaba meter y sacar, lo hacía con bastante torpeza y Carlos se puso detrás de mí, sin tumbarse, manteniendo el equilibrio sobre sus piernas, tensando toda su musculación que podíamos verle por los espejos, a mi marido no lo sé, a mí me ponía muy excitada. Sin muchos preliminares y a pelo, me penetró mi culo y con sus potentes penetraciones, me transmitía la fuerza para penetrar a mi marido. Minutos después mis gemidos se solapaban con los de mi marido. Carlos nos poseía a los dos a la misma vez.
Si alguna mujer tiene dudas, no hay mayor placer que poseer y sentirte poseída. Me tumbé sobre mi marido, me costó pero conseguí meter mi mano por debajo de su cuerpo y pude masturbarle mientras le poseía y me poseían. Si estaba más cachonda que nunca, mi marido no podía disimularlo estaba al mismo nivel. Mi marido tuvo una de sus mayores corridas, no como las que tenía Carlos, pero para él, la mayor, por lo menos conmigo. A continuación el clímax fue el mío y por último Carlos lleno mi trasero por primera vez, pude notar hasta la última gota como me llenaba. Un placer único. Al terminar Carlos se fue a duchar. Estaba tumbada en la cama junto a mi marido, era una felicidad y como soy una mujer muy intuitiva, me daba la sensación de que algo no iba bien, le pregunté a mi marido y actuó con normalidad diciéndome que no sabía a qué me refería. De momento no le di más importancia. Carlos ya se había duchado y era un portento, porque aunque no venía en su “apogeo” venía bien armado y dispuesto para continuar. Se me hacía la boca agua por besar esa parte de su cuerpo. Mi marido quería que nos fuéramos ya para nuestra habitación. Pensaba que era para no intentar pasar la noche con Carlos y que se sintiera forzado, me puse mimosa como solamente se hacer yo y para que mi marido claudicara, era algo que no fallaba. Esta vez no hubo manera y nos fuimos para nuestra habitación.
Me cabree tanto con mi marido, que no sabía qué hacer. Algo le pasaba y no me lo quería decir, que me tratara como tonta era algo que me superaba. Al ir para nuestra habitación vimos a Daniela y Elvira en la parte de fuera y con la calefacción exterior puesta. Cuando estábamos solos en la habitación me suelta de sopetón, “no quiero que volvamos a tener nada sexual con Carlos y si quieres mañana lo hablamos” no me dio opción para decir nada en ese momento. Me quedé helada, me esperaba cualquier cosa menos eso. Ya lo hablaríamos y me salí a fumarme un cigarro. Que cuando me ponía nerviosa o enfadada, necesitaba fumarme uno. Daniela y Elvira estaban hablando de la diferencia de vivir en Valencia o en Alicante. Me senté con ellas y me limité a escucharlas. Las dos preferían vivir en valencia, Daniela por estar un poco más separada de su familia y Elvira por apartarse de sus amistades, que no soportaba que la trataran como si se hubiera quedado incapacitada por haberse quedado viuda. Daniela que solía acostarse siempre pronto, nos dijo que como nosotras éramos trasnochadoras que nos dejaba solas y antes de irse me dejó el paquete de tabaco. Nos pusimos a hablar animadamente una vez que Daniela no estaba y fui notando que Elvira quería llevarme a una conversación en concreto o eso me parecía. Me tocó ser directa, “me da la impresión de que quieres que hablemos de algo y si es así, pues hablemos”
* No se te escapa nada, lo tuyo es tremendo. Es verdad quería hablar de Carlos. Como tú lo conoces mejor, que no se me escapa, dime que hay que hacer para acercarse más a él.
* No creo que nadie conozca a Carlos del todo, porque él no se deja conocer.
* Como es eso? y mas diciéndolo tu.
* Carlos es la persona más independiente con mas dependencia que haya conocido nunca.
* Eso es pura contradicción.
* Que va, lo parece pero no es contradictorio. Carlos está en una búsqueda permanente de alguien en quien depositar sus penas, sus tristezas, inquietudes, pero también sus alegrías, su entusiasmo, su felicidad, todo eso plenamente.
* No puede ser que todavía no lo haya encontrado.
* Pensaba igual que tú, pero por lo que ido sabiendo, puede ser que hubiera una mujer, que encajaba a la perfección con él, pero a él se le escapo entre las manos como pasa cuando tratas de coger agua.
* Y como era ella?
* Eso es lo mismo y no puedo decirte como te puedes acercar, porque de ti conozco menos. Salvo que cantas muy bien, que tienes un físico envidiable y que ocultas algo que no quieres que se sepa.
* Bueno, pero físicamente como le gustan?
* Por lo que me han contado, he visto y vivido, el físico no le preocupa mucho. Fíjate la mujer que creo que se le escapo, no se parece en nada a ti. De tener un parecido seria mas a mí. Aunque le he visto con mujeres de tu estilo. Como en todo, sus gustos son una sorpresa.
* Pues yo soy como me ves. No interpreto, no disimulo, me gusta ser natural y si tienes razón en que más que ocultar, no voy diciendo por ahí aspectos de mi vida que no tengo ningún interés que se sepan. Son demasiados íntimos.
* Y no te lo pregunto. Pues lo mismo eso y algunas opiniones que has dado, en concreto una opinión, sobre lo que te gusta de la vida o de lo que excluyes, es lo que a Carlos le repele.
* Es por eso por lo que los hombres me huyen. Te lo voy a decir pero sin detalles, que sé que me entenderás. En la privacidad me gusta el sexo diverso, fuerte y sentirme dominada. Ya está, eso es.
* Jajaja Jajaja, perdona mis risas, no podías dar con nadie mejor que Carlos, que tiene una mente demasiado perversa, por ahí iríais bien, es otra cosa más sencilla y que tendrías que descubrir tu sola o pregunta a tu amiga.
Me revelo más cosas de ella y que me guardare. Para Carlos seria perfecta, pero Carlos valora otras cosas más y de eso me había dado cuenta con el tiempo. No había amanecido pero estaba a punto. Se nos había pasado el tiempo muy rápido y nos fuimos a dormir por lo menos un poco. En cuanto me desperté mire por la ventana como hago siempre, ver cómo está el día. Vi a Carlos y mi marido hablando en el camino. La conversación era intensa. Me fui a arreglarme y después de la ducha y vestida. Abrí la ventana para que se aireara la habitación. Me fije que seguían hablando, mi marido parecía más tenso de lo normal y acabaron dándose un abrazo. Me pareció una escena muy rara y estaba deseando encontrarme con mi marido para que me contara. Vi que venían hacia la casa y baje para encontrarme con ellos, Carlos me saludo con su sonrisa habitual, me llamo trasnochadora y bella durmiente, se metió en su despacho imagine que a trabajar. Mi marido por lo tanto estaría solo. Quise hablar con el que lo encontraba además extraño y me decía que en casa hablaríamos con tranquilidad. Ese tipo de respuestas no me gustan nada, porque ya em están diciendo que si pasa algo y por sus gestos era algo que no me iba a gustar, por eso no le permití esa excusa y hablamos.
Menudo dolor en mi cuerpo, cuando le oí. “Le he dicho a Carlos que no quiero que sigamos esta relación como la llevamos, no me siento bien” casi sin palabras le pregunto, “pero ha sido por lo de anoche?” y no era por eso, porque me reconoció que lo había pasado muy bien, ya lo tenía pensado varios días atrás y esa era la conversación que había tenido con Carlos, la que vi. A mi pregunta de que había dicho Carlos, la respuesta me dejo en off, “me ha disco que no me preocupara, que entendía mi decisión y que por el no pasaría nada mas y luego me dio un abrazo” Me queje no por la decisión que había tomado, si no por no habérmela dicho a mi antes. Ni desayune ni me puse nada encima, me fui a caminar un poco y eso que tampoco llevaba calzado para caminar por tierra. Pensé muchas cosas y al final todo se resumía en una sola, si mi marido se encontraba mal, en ese momento lo más importante era él y además que lo habíamos hablado, si uno en un momento determinado se encontraba mal con esa situación, se cortaba de inmediato y así iba a ser. Regrese a la casa, abrace y bese a mi marido y para que no se sintiera mal, le pregunte si podía hablar con Carlos de esto, porque quería hacer las cosas bien y lo entendió, me fui al despacho de Carlos, ni llame ni nada, entre sin más, estaba con una conferencia acalorada por Skype y nada mas verme dijo con voz seria, “ahora contacto de nuevo contigo, que me ha surgido algo” y ese algo era yo. En otro momento me hubiera dicho que estaba ocupado.
* Por tu cara veo que ya has hablado con Tiano.
* Si por eso he venido porque te quería explicar lo que siempre habíamos hablado él y yo.
* Para, no sigas. No me tienes nada que explicar. Todo tiene un principio un final. Hemos llegado a un final en una parte de nuestra amistad y ya está. No se acaba el mundo. Mi trato y mi amistad hacia vosotros no va a cambiar. Siempre os tendré dentro de las personas con más confianza.
* Me enfadas, me haces cabrearme. Siempre tan correcto. Siempre que rompes con alguna mujer te comportas de esta manera?
* Lo intento y trato de conservar por lo menos una amistad.
* Siempre lo has conseguido?
* Jajaja Jajaja, no que va, por eso te decía lo intento. Solo con una mujer no he acabado bien.
* Si? y eso?
* Jajaja Jajaja, ya quieres saber más de la cuenta, pero por una vez te voy a responder. Puedo aguantar que deteste a alguien, que me guste alguien demasiado, porque aunque son sentimientos opuestos son sentimientos, lo que no aguanto es que alguien me sea indiferente y llego a ser indiferente.
* Me pierdo con lo que dices, con lo que no me pierdo es con Elvira. Sabes que le gustas, verdad?
* Algo he sospechado.
* Y a ti no te gusta nada?
* Gustar claro que me gusta, que no soy ciego. Esta para no parar. Pero ya sabes que no todo es el físico y de lo demás para mi gusto cojea.
* Dale una oportunidad, lo mismo no cojea, que sé por dónde vas. Puede ser que hasta ahora haya penado de una manera porque no lo ha visto apropiado y contigo cambie de opinión.
* Adri, no te metas a Celestina.
* Vale, pero te diré lo último y no digo mas por no traicionar, pero a esa chica le hace falta un buen domador, que sea duro. Ya está.
Se reía de lo que le decía. No había cambiado pero si le había cambiado la mirada y lo comprobé días después. Me trataba igual o mejor, pero ya no veía esa mirada de deseo hacia mí. las mujeres entenderán a qué tipo de mirada me refiero. Mi marido y el, seguían hablándose, viéndose, tratando entre ellos, como muy buenos amigos y como si no hubiera pasado nada. Mi trato con él era excelente y como ahora no se puede tomar un café en una cafetería, nos lo tomábamos en el trabajo cuando acudía por allí y seguía como siempre con bromas, conversaciones más serias e interesantes, pero sin esas miradas de deseo irrefrenable, por lo menos por su parte. Carlos siempre dice que cada momento, cada, suceso, cada historia en la vida, tiene su banda sonora. Quería terminar poniendo alguna música, pero no se cual seria y antes de terminar esta narración le he preguntado a Carlos y me envió un mensaje “la versión que hicieron lady Gaga y Bradley Cooper en los Oscars de 2019 seguro que en internet la encuentras” y con esto y la decisión que tomo mi marido y que la apoyo, volvemos a nuestra vida de una pareja de dos y sin nadie externo. Lo que si hice después de esto que sucedió, fue tener una conversación con Elvira y quise darle respuesta a lo que se quedo pendiente en nuestra conversación. “No tienes que cambiar en nada, por lo menos físicamente y sobre todo que sepas algo que solo lo imagino, a Carlos se le van mas las miradas, porque se siente mas atraído sobre las mujeres que no llevan el pelo corto y le atraen mas las mujeres decididas” puso cara de sorpresa, porque no venia a cuento que se lo dijera sin haber tenido una conversación que nos llevara a ese tipo de comentarios.