Cartas para Eze parte 1
Hola, mi nombre es Charlotte, soy mexicana pero vivo en argentina y la siguiente historia es verídica; cuantos no hemos fantaseado por encontrarnos con esa persona que conocimos por internet y nos calienta como nadie? Pues eso fue lo que me sucedió.
Hola, mi nombre es Charlotte, soy mexicana pero vivo en argentina y la siguiente historia es verídica; cuantos no hemos fantaseado por encontrarnos con esa persona que conocimos por internet y nos calienta como nadie? Pues eso fue lo que me sucedió.
Una noche en casa aburrida y sin sueño entre a una sala de chat y conocí a Ezequiel, un argentino morocho espectacular con el cual me identifique como nadie, a pesar de que el solo buscaba saciar su calentura solo en su casa, esa noche fue diferente y el inicio de una buena amistad, Ezequiel y yo platicábamos de todo calenturas, jodas, gustos sin ningún pudor, al grado de crear una confianza increíble pero al mismo tiempo un deseo incontrolable. Como toda mujer, no me considero muy atractiva tengo 23 años, soy alta, morocha, no muy delgada, cabello lacio, ojos rasgados, con un culo espectacular y unos labios carnosos.
Ezequiel y yo platicábamos todas las noches, un día, entre y broma y broma a la cam la calentura pudo mas y jamás olvidare esa pija que me hechizo desde ese momento… era una pija perfecta... dura, que si hubiera podido se salía de la pantalla un tatuaje en el costado creaban el deseo perfecto y no había día q no me pajeara pensando en el... todos los días se repetía, cada noche, a la mañana, a la tarde, a todas horas que pudiéramos nos encontrábamos por la webcam para saciar el deseo del otro, un día me transfirieron de mi trabajo cerca de la casa de Ezequiel la idea de saber que estaría cerca de su casa me calentaba a cada momento, sentía como se humedecía mi entrepierna, como mi mente volaba de las ganas de verlo (es increíble que al relatar esto no pueda resistir las ganas de tocarme) todo era confuso al mismo tiempo, pero el imaginar poder verlo un día en la calle hacia que me metiera a cualquier baño a masturbarme hasta correrme como loca.
Finalmente después de platicar salió el tema de vernos, pasar por mí y ver que pasaba, las ganas de ambos eran impresionantes, llovía y al final me convenció para pasar por mí después del trabajo, los nervios mezclados con la calentura eran una mezcla tan excitante que no puedo describirla.
Al salir del trabajo espere y nada nunca llego, pero no fue así llego y ninguno nos reconocimos, después de hablar quedo en pasar por mi a un punto especifico, yo estaba en una esquina no sabia si lo mojada era por la lluvia o por el, ya no distinguía pero sentía como mis pezones se marcaban en mi blusa de las ganas de tenerlo cerca, lo caliente de mi concha con el frio de la lluvia que me hacia calentar mas... cuando de pronto se acerca un auto y sin mas me subo fueron 30 segundos de tensión cuando ya estaba yo con la mano en su pija y mi cabeza comiéndomela toda, no tengo como describir como la puta que llevo dentro despertó ese día, pero así fue, no hablábamos, la mezcla de besos, saliva mi boca y su pija era una sensación impresionante, jamás se la había chupado a alguien como esa noche y nunca había sentido tanta necesidad de hacer un pete como en ese momento, el manejaba mientras yo recorría con mi lengua su pija.. Succionaba la punta, bajaba y me metía los huevos en la boca, el al mismo tiempo intentaba tocarme pero no lo permití... ese momento era solo para el.
Mientras el manejaba metía su pija hasta mi garganta solo quería que el disfrutara entre la mezcla de deseo, adrenalina y todas las sensaciones que producía el encuentro. El sentir lo dura q lo tenia en mi boca hacia q me corriera como una puta sin necesidad de tocarme, lo pajeaba al mismo tiempo que la chupaba y luego la atoraba en mi garganta, sentía su placer y las ganas hasta que sin mas le pedí que se corriera en mi boca quería tragarme esa leche que me llenara toda y tragármela sin dejar una sola gota…
Sin más me dejo en la misma esquina donde me recogió y se fue... sin saber que recién empezaría un deseo inevitable,
recién empezaba el juego.