Cartas a mi Luna 5

¿Como puedo alejarme de la mujer que me ha dañado tanto si es la misma que me ha hecho descubrir el amor?

En una ciudad cualquiera, el día 15 de Marzo del 2017.

Mi Querida Luna.-

¿Cómo has estado? No pienses que me olvide de ti, en serio no lo hice, como te conté mi hermano tuvo un accidente en la moto hace un par de días, me toco estar en el hospital pues lo operaron, a pesar de mis fobias con las agujas done sangre, ya salió de estado crítico pero aun esta inconsciente, a pesar de que mi padre no me quiere ni ver, no me saco a patadas del hospital, al pasar el tiempo la misma vida me enseño a ser un poco exclusiva con las personas a las que entrego mi corazón, pero por mi hermanito doy mi vida.

Pero para desconcentrarme de dolor que ahorita me ábate mi corazón te seguiré contando que paso ese día. Me giro y al tenerla de frente mis ojos brillaron, poder tenerla ahí junto a mí, lentamente nos fuimos acercando hasta que mis labios estaban hundidos los de ella, sentí como mi mundo cobrara sentido nuevamente, como mi corazón palpitaban al sentir su presencia, mientras me sumergía en la dulzura de sus labios, un pequeño video rodo mi cabeza con todas esas veces que me dejo perder, con todas esas veces que la vi con el otro chico, hasta que mi corazón ardía a tal grado que me separe de golpe de ella.

-¿Qué quieres Laura?

-Estar con la persona que amo- dijo acercándose para volver a besarme pero gire mi rostro

-Pues te equivocas de lugar

-Tú eres la persona que amo y a quien siempre he amado

-Déjame pasar, tengo cosas que hacer

-No Rack, debemos hablar.

-Ahora sí, debemos hablar, ¿Cuánto tiempo pase rogándote Laura para poder hablar contigo?

-Lo sé y me arrepiento de eso, por favor perdóname, pero escúchame

-No quiero, no quiero escucharte más, déjame pasar.

Ella se aferro a mí, me abrazaba  y no me dejaba pasar, empezó una pequeña discusión para que me dejara pasar, sabia que de seguir ahí no resistiría y terminaría besándola.

-¿A caso no escuchas que te dijo que te quitaras?- Hablo Pau que estaba con una mano en el hombro de Laura

-¿Tú quien eres para meterte entre nosotras?

-Yo soy la novia de Raquel, por lo tanto me meto en todo lo que con ella se relacione- se me fueron los colores al escuchar que ella decía ser mi novia, bueno nunca habíamos hablado de que era nuestra relación.

-Pues yo soy la mujer que más la ama y por sus besos estoy segura que ella me ama, así que no te metas- puntualizo Laura, Luna en serio te digo que ese día casi me orino, sentía que estas dos niñas se agarraban de las mechas ahí frente a mí, y o sea ¿a quién defiendo?

-Déjala pasar que tenemos mucho que hacer

-Lo siento niña, pero Rack y yo tenemos muchas cosas que hablar, así que no estorbes.

-Ella no tiene nada que hablar contigo Laura, así que deja que Raqui se vaya- Agrego Sandra, así es, Sandra, mi querida capitana estaba ahí, y a ella sí que Laura le tenía miedo, salió del cuartito y la vio con ojos llorosos, en ese momento salí casi corriendo y la abrace

-Gracias Sandra.

-No tienes porque, ¿Cómo estas pequeña?

-No tengo idea de que debo de contestar, pero ahorita estoy feliz de verte, es más te presento a una persona muy especial para mi, ella es Paulette

-Un gusto Sandra, Raquel me ha hablado maravillas de ti.

-El gusto es mio, aunque no hubiera querido que de esta forma nos conociéramos.

-Déjense de tonterías, y déjenme hablar a solas con mi Raquel- interrumpió Laura.

-No Laura, tú no tienes nada que hablar con ella ya te lo dije

-¿Cómo que no Sandra? Tu no sabes nada.

-Sé más de lo que piensas y no me obligues a decirlo.

-¿Qué es lo que sabes? Lo único que sabes es que amo a Raquel, que he sufrido todos estos días que no la he visto, que necesito saber donde ha estado.

-No seas hipócrita Laura, que por ti es que ella ha estado en ese lugar.

En ese momento me quede como con una pequeña nube en mi cabeza, que sabía Sandra sobre todo esto, bueno Pau estaba a la par mía tomándome de la mano, y una mirada de odio por así decirlo tenía Sandra hacia Laura, le pregunte a Sandra a que se refería, y no podía creer lo que me explico, la responsable que mi padre se diera cuenta de que yo estaba en ese bar había sido Laura, en ese momento quería matarla, besarla, hacerla sufrir, amarla, en fin una mezcla de sentimientos.

-¿En serio fuiste tú?

-Permíteme explicarte por favor

-No quiero, todo lo que me digas no puedo creerte.

-Lo hice porque te amo Rack, solo trataba de protegerte

-¿Protegerme? ¿Cómo se te ocurre que estando en un cuartel es la mejor forma de protegerme? He pasado más de medio año encerrada.- empecé a llorar- No te imaginas como me has protegido haciendo que pasara navidad y fin de año yo sola, no se te cruza por la cabeza la gran alegría que siento todas las noches que me voy a dormir sola, sin saber nada de nada ni de nadie, eres una estúpida por creer que así me protegiste.

-Pero deja que te explique, todo lo he hecho porque te amo

-¿Amarme? Estas mal Laura, eso no es amor

-No me hables así, se bien que tú me amas y entenderás cuando me dejes que te explique, por favor ven conmigo.

-Sabes, tienes razón te he amado cada uno de mis putos días en ese lugar, pensando en ti cada día, deseando saber algo de ti, de cómo te encontrabas, cada uno de mis putos días has estado metida en mi mente y en mi corazón, pero hoy, desde hoy, lo único que puedo sentir por ti es odio, así permiso.

No me juzgues mi Luna bella pero tienes razón mentí, no la odiaba, ni nada que se le pareciera, si estaba muy molesta, y algo muy dentro de mi quería saber porque había hablado con mi padre. Pero en ese momento solo quería estar sola. Camine lo más rápido posible quería correr pero las piernas no me ayudaban, en eso Pau tomo mi mano y me detuvo, no me dijo nada, solo me hizo sentir que estaba ahí para mi, empecé a caminar pero a paso normal, tomada de la mano de ella, realmente entre amigas era normal verlas de la mano, sobre todo porque andaban muchas colegialas, aunque cuando la Sargento nos vio casi nos dispara con la mirada, y creo que por eso de castigo nos puso a calentar solo a nosotras dos, corrimos como locas, y eso me ayudo a relajarme, el problema fue cuando empezaron los torneos relámpago, estaba a la ofensiva, atacaba con gran fuerza, eso estaba lastimando mi muñeca pero no me importaba, gracias a eso llegamos a la final de los juegos relámpagos, y como era de esperarse mi antiguo equipo era el contrincante.

Hable con la Sargento pero Luna tú la debes conocer, ella es más dura que mandada hacer, no acepto mi petición, así que me toco enfrentarla, estaba como defensa central igual que ella, la ataque como no te imaginas, quería reventar el balón en su frente y lo peor es que ella se dejaba, por lo tanto me empecé a bajar la intensidad, al final no quería lastimarla, ese partido fue el más complicado, al final ellas nos ganaron, al terminar me fui directo al autobús, pero en la puerta me esperaba Sandra, me explico que la razón por la que yo saliera había sido ella, me pidió que la perdone ya que no era la forma en que me debí enterar. Al final nos despedimos con un fuerte abrazo ya que toda la tropa venía donde nosotros.

Laura trato de hablar conmigo antes, pero la Sargento la detuvo, una vez más me fui sin decirle adiós, la diferencia era que esta vez no quería hacerlo. Al llegar a cuartel fui directo a las duchas y por el buen rendimiento nos dieron lo que faltaba de la tarde como descanso, así que me tire en la cama y me quede profundamente dormida, me desperté a eso de las 3:30 am y como era de costumbre cuando no podía dormir salía a trotar para tomar aire, la única diferencia fue que esta vez Pau me acompaño, estaba ahí a mi lado sin decir ni una sola palabra, pero sentía su apoyo, no pensaba en nada la verdad, solo trataba de que el dolor de sentir la traición no me quebrantara.

Después del desayuno mis compañeros que se debían retirar lo hacían, y pues empezaba nuestro tiempo especial, nos fuimos como siempre debajo de la ceiba, Pau con cierto temor empezó a acariciar mi rostro y al ver que no reaccione se tumbo sobre mi y me comenzó a besar, la sensación de sentir sus besos provoco un dolor tan fuerte en mi pecho por recordar a la estúpida que solo jugo conmigo, pero correspondí sus besos, besos llenos de dolor y enojo que estaba descargando con Pau, con esta niña que lo único que quería era cuidarme, fui tan pesada y quería quitarme toda sensación que me recordara a Laura, necesitaba arrancarme de mi ser a la persona que se encarno en mi alma, pero a raíz de mi dolor comencé a lastimar a Pau, y ella se separo de mi –Quiero hacerte mi mujer- le dije pero con dolor en mi corazón, como era de esperarlo ella se rehusó, empezamos una discusión sin sentido a tal grado, que la única forma en que pudimos parar fui porque le hablaron por el megáfono, antes que se fuera le dije que si me volvía hablar seria solo para decirme que si acepta q la haga mi mujer, de lo contrario que se olvidara de mi, ahora que lo veo así mi Luna querida, que infantil me comporte, no te molestes conmigo, pero en serio estaba dolida, y quería compartir ese dolor con todos a mi alrededor jajajaja.

Espere que Paulette regresara y poder arreglar con ella las cosas, pedirle perdón, pero la verdad es que ella no regreso, espere más de 2 horas bajo la ceiba, luego me fui hacer unos disparos y al medio día que la busque para hablar con ella, no estaba, ese fue el primer fin de semana donde estaba sola, así es Luna, Pau se había ido, su padre decidió que ya era tiempo suficiente en que empezara hacer su vida nuevamente, por lo tanto desde ese día los fin de semana serian solo míos, el día lunes ella trato de hablar conmigo pero estaba muy dolida con todo el mundo en general, y lo único que quería hacer era que sintieran ese mismo dolor, por lo tanto desde ese día me prometí nunca más entregar mi corazón a ninguna persona, me sentí traicionada por todo el mundo, así que todo empezó con un cambio importante, aceptar frente a todos que soy lesbiana.

Y la oportunidad se brindo, estábamos preparando el acto cívico por la independencia del país, asi que en una de esos estaba la Sargento Pérez haciendo preguntas del ¿Por qué estábamos en el cuartel? Los chicos contestaban que por amor a la Patria, porque se sienten orgullosos de servir a su país, y cosas así y cuando me pregunta a mi

-Cadete Ortiz, ¿Qué fue lo que la motivo para pertenecer al Batallón de cadetes?

-El amor a las mujeres Sargento- Dije con voz firme pero sensual, se escucharon unas cuantas risas al fondo, y una pequeña desorientación en la mirada de la Sargento.

-¿Cómo que el amor a las mujeres?

-Así es, soy lesbiana y por lesbiana me metieron aquí.

-¿No quiere rectificar su respuesta y decir que es por Amor a la Patria, cadete?

-Bueno Sargento, si “La” Patria es mujer, pues entonces si, estoy aquí por amor a “LA” Patria

Se escucharon risas nuevamente, y como era de esperarlo quede castigada, la verdad no me podían castigar más de lo que ya estaba, normalmente al castigarnos nos quitaban nuestra licencia de un fin de semana, o nos levantaban más temprano a ejercitarnos, pero todo eso yo ya lo hacía, para mi sorpresa, el haber aceptado que soy lesbiana en vez de que me vieran como vicho raro, muchas chicas se empezaron acercar a mí, entre las que querían experimentar, las que gustaban de mí, aunque siempre surgieron los machitos que querían “convertirme” a lo natural, ellos me causaban gracia, pero desde ese día empecé a cogerme a la chica que se me placiera, lo hacia detrás de alguna cabaña, en los baños, en cafetería, en cualquier lugar donde permitiera que ellas se corrieran, así es Luna, ellas se corrieran, porque yo podía darles todo el placer que ellas querían, pero a mi lo único que lograban eran un par de besos, no dejaba que nadie se me acercara a mi tesoro, no quería dárselo a nadie.

Así pasaron los 3 años que tenía que estar ahí, haciendo gozar a cada mujer que pudiera, no es por hacer más grande mi ego pero sí era medio codiciada por muchas y muchos, nadie me podía echar en cara nada, pues era tan femenina como cualquier chica, soy vanidosa, me gusta cuidar mi cabello, mi piel, me gusta maquillarme, verme bien, sentirme bien, me ejercito y soy tan mujer y por eso mismo gusto de otras mujeres, mi nuevo actuar me ayudo a conocer unas cuantas chicas, pero siempre tenía el cuidado de algo, sí alguien empezaba a sentir algún tipo de afecto hacia mi terminaba de raíz con ella, y pero aun, si yo era la que empezaba a sentir algo por esa chica, trate de ponerme un escudo protector y con esa actitud de libertinaje apagar el dolor que sentía cada vez que recordaba a Laura.

Pau se alejo mucho de mi después de eso, aunque siempre estaba pendiente, si me lesionaba en algún entreno o partido me cuidaba, si tenía tarea me ayudaba, no importa en que fuera ella siempre estaba pendiente de mi, según ella me aconsejaba pero estaba terca así que no le prestaba atención. Ella se graduó y su decisión fue continuar sus estudios fuera, por lo tanto el día antes de la graduación me llevo hasta la ceiba y me beso con tanta ternura que podía sentir la fragilidad de sus labios, y sobre todo la sinceridad con que siempre me había tratado, ahí fue nuestra despedida, yo aun seguía un año más en el cuartel, ese año me hizo pensar en mi futuro, cumplí mis 18 años estando dentro del cuartel, por lo tanto yo podía decidir que hacer de mi futuro, así que decidí incorporarme al programa de carreras universitarias, que era algo así como estudiar para poner mis conocimientos y habilidades al servicio de La Patria, me incorporaría a una ingeniería en Sistemas, eso de las bases de datos y otras cosas se me hacían geniales, y la ventaja de esto era que seguiría viviendo en el cuartel, pero ya podría salir de las instalaciones hacia la universidad, tendría viáticos, transporte, todo mi material didáctico, es una beca completa y algo adicional, un celular, pero para eso me debía de aplicar con mis materias, y lo conseguí, logre mi beca.

El dia de la graduación era la gran emoción para todos y todas menos para mí, yo sabía que nadie llegaría a verme, nadie estaría ahí esperándome para recibirme con mi título, le rogué a la Sargento que no me obligara a ir, pero me graduaba con honores por lo tanto era algo especial, tanto así que el Director de la Escuela Militar el Coronel Orellana mando a traer a mi padre y hablo de mis altos reconocimientos con los que me graduaría por lo tanto mi familia ahí estaba, me quebrante pero al ver a mi hermano, ya todo un joven muy guapo, luego mi padre con su uniforme poniendo su cara de orgullo por mí, me abrazo y todo lo demás es por gusto que te lo diga, porque es falso, el amor y alegría que sentía cada vez que veía a mi padre había desaparecido cuando pasaron 3 cumpleaños sin verlo, 3 navidades yo sola, 3 fin de años sin tener regalos que abrir, pase tantas cosas y aprendí a resolverlas sola, con la conciencia que si tenía familia pero estaba sola.

Pero de regalo de graduación me llevaron a almorzar en familia, llegue a casa, a mi cuarto que seguía tal cual lo había dejado, pero no tenía nada de ropa para poder salir a almorzar, por lo tanto me puse un short y una camiseta y así iba ir a comer, a mi madre le daba un infarto al verme asi, ellos todos elegantes y yo nada que ver, no les quedo de otra que darme dinero para ir por ropa, pero esa vez fuimos solo con mi padre, el auto llevaba un silencio de sepultura, hasta que me llevo a un pequeño restaurante donde solíamos ir cuando era su consentida, esa tarde fue como que quiso rectificar todo el daño que provoco en estos años de abandono, le pedí que parara, le aclare una cosa, que me seguían gustando las mujeres y que por mas encierro que me ponga eso no lo va a cambiar, me pidió que le diera tiempo para poder aceptar ver a su niña en brazos de otra niña, sabes Luna no entendí cuánto tiempo más es el que quiere, igual nos fuimos de compra y me la pase bien, estando los dos solos.

Ese día en la noche para mi sorpresa llego a casa de mis padres la Sargento Pérez y me invito a cenar, no te miento, se miraba muy guapa sin su uniforme verde olivo, me pidió que esa noche le hablara por su nombre Roxana, y me presento a otra chica que ni recuerdo el nombre, la cosa es que la tal Roxana también es lesbiana y fue tan gracioso que ahí fue donde comprendí porque me cuidaba tanto en clases después que le dije que amo a las mujeres, me llevo a un antro de ambiente para que conociera a alguien y dejara de andar de putita, que ya era tiempo que entregara mi corazón a alguna persona especial, según sus dotes de psicóloga.

Esa noche me la estaba pasando de maravilla, vi a una chica muy simpática la cual me invito a bailar, era muy sexy para bailar toda coqueta y me estaba prendiendo, entre besos y caricias, me la lleve al baño y me sentí orgullo de lo que logre hacer, sentir como esa chica se estremecía entre mis manos y me pedía más, hasta que quedo agotada, acordamos volver a vernos y pasar una noche juntas, al salir del baño Roxana estaba muerta de la risa, -¿tú no cambiaras verdad?- me empezó a acabar contándole a su novia todo lo que hacia para cogerme a las chicas en el cuartel, fue entonces que me di cuenta que aunque yo suponía hacer en secreto las cosas pues ella estaba muy pendiente de mi, para mi suerte mi padre decidió que me quedara en casa hasta que empezara las clases al año siguiente, así que cada noche hacia todo lo posible por no pasar en casa, y cada noche me cogía a una o dos chicas, una par de veces salía con Roxana luego yo sola.

Pero la desgracia me sigue, mientras me lanzaba a la casería a una chiquilla, siento como una loca me tiro del cabello para apartarme de la chica, y para mi sorpresa estaba parada frente a mi Laura, -Ella viene acompañada perra- me vio con ojos de odio y yo al solo escuchar su voz la reconocí y una vez más me inmovilizaron sus palabras, y fue cuando ella me reconoció –Rack, perdóname- agrego, y soltó mi cabello, me gire para no verla y comencé a caminar, necesitaba salir de ese lugar, ella me venía siguiendo, y yo caminaba cada vez más rápido, me subí al coche y con gran habilidad ella también se subió, ninguna de las dos decía nada pero yo sabía bien que si la volvía a ver me lanzaría a su boca, pero más me tarde en pensar eso cuando ella estaba sobre mis piernas besándome, es curioso como unos labios tocando a los otros hacen que todo un mundo cambie, ese aroma que me vuelve loca, su lengua jugando con la mía, las caricias, que me hacían querer probar mas de ella, paso su lengua desde mi clavícula hasta atrás de mi oreja y pude sentir como mi botoncito pulsaba, maldito traidor pensaba, bien reconoce a su dueña.

-Vamos a mi departamento Rack- decía sin dejar de besarme

-Bájate de mi coche- casi le suplicaba pero no soltaba sus labios.

Fue hasta que alguien toco mi ventanilla, era el vigilante que nos hizo señal de que era un espacio público, me causo gracia, me pidió que fuéramos hasta su apartamento y por estúpida acepte, era un edificio medio sofisticado como todo ella, al bajarse del coche ella salió casi corriendo hasta mi puerta para tomarme de la mano, entrelazo sus dedos con los míos y yo seguía pesando o que era un sueño o que soy una idiota, pero la seguí, en el ascensor me beso con ternura a la que correspondí, al estar frente a la puerta del apartamento no quería entrar, sabía que la regaría feo si entraba, por más dolor que mi cerebro quería que recordara mi corazón estaba a mil por el simple hecho de tenerla a mi lado, cruzamos la puerta y podía sentir como su mano temblaba, ella estaba nerviosa, Luna no entendí porque ella estaba nerviosa pero me alegro.

Se paro frente a mí, somos casi del mismo tamaño así que podía ver sus ojos, sentir como me hablaba a través de ellos, solo que no entendía lo que me querían decir, me acariciaba el rostro con tanta delicadeza como que me iba a quebrar, una lagrima rodo por su mejía y antes que yo pudiera decir algo me beso, inicio con un beso tierno, esos besos donde quieres dar a demostrar todo el amor que uno siente por otro, poco a poco fue más pasional, mezclando lengua y nuestros cuerpos se acercaban, sé que es tonto pero ella conocía muy bien donde me haría gozar.

Daba pequeños mordiscos en mi cuello, metía sus manos en mi blusa y acariciaba mi espalda, cuando sentí ya me había quitado la blusa y el sostén, me tiro al sofá y estando sobre mi me comía el pezón, pasaba su lengua de arriba hacia abajo y lo succionaba con tal presión que pulsaba, el deseo de hacerla mía una vez más, me hizo perder el juicio y me deje llevar, me deje envolver en su aroma, en sus caricias, en sus besos, lo disfrutaba, quería más de ella, me encantaba sentir su lengua sobre mi abdomen, sentir las yemas de sus dedos acariciando mi costado, en poco tiempo estábamos completamente desnudas sobre el sofá de su sala, ella seguía dominando y yo seguía disfrutando, se detuvo y se puso de pie, no sabía que había pasado, me extendió la mano para que la siguiera, y nos dirigimos al cuarto, y fue ahí donde disfrute en plenitud de mi amada niña hecha una hermosa mujer, se tumbo sobre de mi, y paso su pierna entre la mía, podía sentir lo húmedo de su tesoro, hacia un movimiento de cadera en el cual frotaba su pierna en mi tesoro y me excitaba tanto que me corrí, ella sonrío de triunfo, luego bajo por todo mi abdomen dando besos, chupetones y mordidas, se entretuvo en el encaje de mis piernas y los lamia con amplitud, sentí como mi cuerpo se erizo en el momento, hasta que de un solo chupetón llego a mi botón, lo rodeo con sus dientes y lo acariciaba con su lengua, pero déjame contarte Luna que habilidad tan exquisita la que tiene en la lengua, me volvía loca de placer, extendió en plenitud su lengua y me la paso por toda haciendo presión en mi agujero, ufffff son cosas que deberías probar por ti misma Luna, tanta era lo que estaba gozando que cuando metió en mi ser dos de sus dedos estalle de placer, mi cuerpo se arqueo, metía más rápido sus dedos y mientras los sacaba giraba la muñeca, aaaaahhh solo de recordar lo que me hacía sentir siento que me corro otra vez, esa vez me dejo sin aliento, muy tiernamente subió hasta mi boca me dio un corto beso, se recostó en mi pecho y nos dormimos.

Me desperté porque después de un rato de tenerla sobre mi ya pesaba, pero al verla ahí, tan quieta, tan inocente, tan indefensa, tan… mía, me transmitía ternura, me daban deseos de cuidarla y amarla, de nunca fallarle y estar ahí siempre para ella, pero recordé las veces q me dejo valiendo por irse con alguien más, y mi corazón luchaba contra mi mente pues aunque antes se había ido esta vez estaba conmigo, mi corazón quería creer que existía una razón especial por el cual me había engañado, pero lastimosamente mi mente no lo creía posible, mientras ese pleito estaba dentro de mí, las lagrimas rodaron en mi rostro, ¿Qué pasaría cuando ella despertara? ¿Qué había sido eso que nos paso? ¿Ella solo juega conmigo o realmente me ama? ¿Por qué no puedo odiarla si por ella empezó todo? Esas preguntas y mil más me hacia mientras la contemplaba dormir y las respuestas de estas y otras más te la cuento mi Luna en otra carta.

Ah! ¿Y si te preguntas si sigo con ella? La respuesta también te la daré en otra carta, feliz noche mi Luna bella.