Cartas a mi Luna 3
Palabras que marcan mi vida "yo te he crecido como toda una dama... y me pagas revolcándote con otra mujer, no voy a tener en mi casa a una vulgar y enferma como tú"
En una ciudad cualquiera, el día 04 de Marzo del 2017.
Querida Luna.-
¿Qué tal tu vida mi Luna? Creo que todo bien, aun sigues llena como cada noche, sabes las cosas aun no mejoran, aunque he logrado desahogarme, te cuento ayer vi a Laura, bueno la vi de lejos, ella no me vio y creo que fue mejor así, aunque por algún momento me alegre y quería ir a saludarla pero la verdad recordé como termino todo y me desinfle así que no lo hice.
Bueno para no intrigarte te comento que fue lo que paso; para esa fecha estábamos por salir del noveno grado, y pues nuestra amistad se intensifico, a tal punto que el ir a clases se convirtió en lo mejor, cada entreno se llenaba de miradas picarescas entre las dos, las duchas y la biblioteca se convirtieron en nuestros aliados, y los fin de semanas de tareas eran los mejores, podía saborear a mi amada, sentir cada latido sobre mi cuando hacíamos el amor, porque no era más que eso, amor.
Hasta que un día algo marco un precedente, era el ultimo día de clases y muchos chicos se irían del instituto a otros, por lo tanto como juego de despedida la orientadora del grupo decidió jugar entre todas las secciones algo llamado el buzón, que consistía en enviar cartas ya sea de despedida, de amor, o de lo que se ocurriera a las personas que uno quisiera, ya sea de forma anónima o no, todos los novenos nos reunimos en el auditórium para poder recibir las cartas, eran 7 secciones de noveno pero las que mi orientadora tenia eran solo 2, donde estaba Laura y la mia.
Empezó la entrega de cartas y como era de esperarse las más populares recibían una y otra, de repente salió una para mi, que para mí era obvio, tenía que ser la de Laura, la abrace y le di las gracias ya que estábamos sentadas a la par, luego de un par de cartas más salió una en forma de corazón que era para Laura, a ella le brillaron los ojos al verla, a mi me estallo el hígado, pero debía de disimular, me vio y entre dientes me dijo “gracias” yo solo gire la cabeza diciendo que no era de mi parte, unas cartas más salió otra carta mas para ella y esa si era la mía, la cosa que para no aburrirte Luna, Laura, mí Laura recibió ese día alrededor de 15 cartas, 5 de ellas en forma de corazón, por mi lado yo recibí 17 pero ninguna en forma de corazón, la mayoría era de las chicas del equipo.
Guardamos todas las cartas y esa tarde nos dirigíamos a la casa de ella, pues ahí pasaría todo el fin de semana, cuando en eso se le acerco Gerardo, uno de los niños lindos del instituto el cual le pidió que le permitiera unos minutos a solas, y como era de esperar ella lo acepto, me dejo ahí valiendo gorro.
En eso se acerco a mi Sandra, la capitana del equipo de voleibol, “Si yo fuera ella nunca te dejaría sola” me dijo mientras me guiñaba un ojo, ella estaba en segundo año de bachillerato, el próximo año salía y quería que yo siguiera en el equipo para poder competir por el puesto de capitana, como ella me decía, yo era su favorita, yo solo le sonreí y le dije que a lo mejor era algo importante lo que tenía que hablar, aunque por dentro me reventaba hasta la yugular por los celos pero sabia controlarme.
Sandra se encargo de transformar ese “eterno tiempo” en “tiempo” nada más, me invito para el curso de verano y así poder entrenarme de mejor forma, aunque la verdad yo pensaba que sería buena excusa para estar con Laura así que acepte. La verdad es que Sandra siempre había sido muy linda conmigo, ella era como mi madrina cuando llegue al instituto, me adopto y por eso mismo entre al equipo de voleibol, y a raíz de eso pude conocer mejor a Laura.
-Oye si gustas vamos por un sorbete o algo.
-Gracias San, pero estoy esperando a Lau
-Uy pues te harás vieja y arrugada aquí sentada querida, ahí va con el niñito ese.
Así como lo lees Luna, me dejo ahí como si nada y se fue con el niño lindo, veo mi celular y no había ni un pinche mensaje diciendo que tenía algo que hacer o que me veía después, no me dijo nada, simplemente se fue, tenía ganas de llorar, y un nudo me bloqueo la garganta, “No vale la pena Raqui, vamos por el sorbete” me insistió, yo solo dije no con mi cabeza ella me apretó la mejía y me dio un beso en la frente, “vamos te acompaño a tu casa entonces” ella se fue conmigo en todo el camino, y yo no decía nada, trataba de entender que había hecho que Laura cambio tanto conmigo en cuestión de segundos.
Sé que te estarás burlando de mí, por no ver la forma en que Sandra me estaba tratando, pero entiéndeme era apenas una cría saliendo del nido, ella era mi primer amor y bueno aunque Sandra siempre me había tratado muy bien, desde el primer día, y ya tenía ahí 3 años, así que me había acostumbrado, no recuerdo bien si ella era así solo conmigo o era así con todas, sí recuerdo que a cada una del equipo nos hacía sentir especiales e importantes, por eso todas la amábamos como capitana, pero en ese momento mi amor de mujer era por Laura.
El punto es que la muchachita esta se fue sin decir nada y mi fin de semana perfecto quedo arruinado porque ella desapareció en todos esos días, el sábado no soporte más y le llame, y como era de suponerse no me atendió, le mande un texto “Solo quiero saber si te encuentras bien, llámame cuando puedas” y como a la hora me llega un mensaje “tranquila estoy súper bien”
Me quede que se me fue el alma con ese mensaje pero no sabía que mas hacer o que decir, a partir de ahí ella cambio, cambio sin darme ningún tipo de explicación, la busque como dice la canción “Hasta debajo de la cama” revivía cada día con ella buscando cual era la razón del porque había cambiado conmigo, trataba de enfrentarla pero en esas vacaciones no tenía tiempo para mí, pero si para su nuevo chico, así que lo entendí ella se había aburrido de mí, creo que la había ahogado, la cosa fue que en todos los entrenos ella rara vez asistió, así que para calmar mi dolor me centre mas en el equipo, entrenaba día y noche, evitando las cosas que me lastimaban, estar en mi casa y estar en el mismo lugar que ella.
En lo que faltaba del año me hice más cercana a Sandra, por momentos pensaba que ella sabía mas de mí de lo que yo pensaba, pero en ningún momento me decía nada, solo q de repente era cariñosa conmigo, pero en mi absurda inocencia lo veía normal, como una caricia de amigas, y en todo ese tiempo las largas platicas que solía tener con Laura, con mi Laura se habían convertido en saludos casuales.
Para las últimas 2 semanas del año, ya no iba a entreno, Sandra salió del país a visitar a unos familiares, y me quede sola, por primera vez a lo largo de muchos días estaba sola, y fue ahí donde sentí la ausencia de Laura, lo único que había pasado era que llene el vacio con alguien más, como dicen por ahí saque un clavo con otro clavo, pero realmente Laura nunca salió de mi, simplemente Sandra hacia que su ausencia no doliera tanto, pero ahora no estaba Sandra ni tampoco Laura, hasta ese día no había abierto las dichosas cartas del mentado buzón, así sin más por hacer comencé a leer cada una de ella.
“Pulga te voy a extrañar tanto en estas vacaciones, no te olvides de tu amiga, eres súper especial, te quiero miles” decía la primera carta que abrí que era de una de Ester una de las integrantes del equipo, curiosamente ella le decía “pulga” a todas las que eran más alta que ella, me causo gracia, y continúe con la lectura de las otras cartas.
La mayoría se encerraba en “Te quiero” o “eres especial” “nunca cambies” y cosas similares, que me causaban entre risa y coraje de ver tanta hipocresía en una sola carta, lleno de colores y garabatos de los cuales ninguno era sincero, y sé que no lo eran porque de ser así no estaría sola cuando ya estaba por finalizar el año.
Solo me faltaban dos cartas por leer, y a mi parecer las dos eran de Laura, me arme de valor y las leí, abrí la primera carta la cual decía así:
“Señorita bella, ud ah cautivado mi vida, ah cautivado mis pensamientos, ah cautivado todo mi ser, no tengo forma para expresarte lo que me haces sentir, el simple hecho de pensarte me hace suspirar, desde el primer día que te vi entrar por el portón principal mi mundo cambio, y cada día que paso contigo me doy cuenta que eres perfecta para mí, quiero cuidarte, amarte, y entregarte lo mejor de mí, pero me da miedo decirte las cosas de frente, me da miedo sentir que me rechaces, y me alejes de ti, por eso escondo en lo profundo de mi corazón lo que siento por ti, pero nunca dudes que en cada pensamiento estas, y cada vez que necesites a alguien estaré frente a ti o a la sombra como hasta hoy he estado, solo me queda decir Te Amo”
Esa carta no era de Laura, estaba más que segura, aunque estaba hecha a mano se me hizo una broma de muy mal gusto, y ahora sí quedaba solo una carta, las manos me sudaban, estaba nerviosa, la empecé abrir poco a poco, hasta que la abrí por completo, había un dije en forma de rompecabezas que decía “Best” y era lógico pues yo tenía el que decía “Friends” era un dije que entre las dos habíamos comprado, como nuestro pequeño pacto, la carta solo decía “Raquel por favor perdóname, no me odies, y nunca pero nunca dudes que todas las veces que te dije TE AMO han sido cierto, porque realmente TE AMO y nadie lo podrá cambiar” y fin, eso era todo lo que decía la dichosa carta, tres cosas que no se pueden conjugar juntas, Perdón, Odio y Amor, o sea que se cree la niña, en ese momento no sabía que mas hacer así que salí de ahí y me fui a una pequeña plaza que está cerca de casa, y para mi desgracia, a que no te imaginas Luna, me encontré a la chiquilla que me decía que me amaba, tomada de la mano del tipin, este al verme la giro y le dejo ir un beso de licuadora como decía mi abuela, y yo toda una masoquista me acerque a ellos como si nada, y no sé de donde me salieron palabras pero le dije:
-Que linda pareja hacen, Laurita ¿Por qué no me habías contado? Menos mal soy tu amiga que ni siquiera me cuentas que ya tienes novio.
-Eh! Rack (como ella me decía)
-Si verdad Raquel, hacemos la pareja perfecta- agrego el
-Bueno chicos no les quito mas su tiempo, quede de reunirme con alguien y solo pase aquí para hacer tiempo, que la pasen bien, bonitas fiestas.
Me hice a un lado y pase al lado de ella, ella movió su mano para que rosara con la mia, sentí como que corriente había pasado, no supe como hice para no llorar frente a ellos, ella simplemente había jugado conmigo, y toda esta mágica relación era un… no sé ni que era.
Salí de ahí y comencé a caminar sin destino a ningún lado, al final entre a un mini bar, pero no a uno cualquiera, me fui a un bar gay que estaba un poco retirado, esa fue la primera vez que considere que yo era una “niña gay” nunca lo había visto así, para mi amor era amor, sin importar sexo, pero ahora veía algo claro, yo era lesbiana, y pretendía cogerme a cuanta mujer se me pusiera en frente con tal de arrancar cada caricia que ella me había hecho sentir.
Entre al bar como toda una pollita comprada, sin amigos ni nada, pedí un trago suave, me senté en la barra y empecé a beber y de pronto a bailar, bebía y bailaba hasta que quede inconsciente, bueno no inconsciente, sino hasta ese punto donde ya no recuerdas que es real y que es falso, cuando reaccione estaba en mi casa, escuche como mis padres discutían pero no entendía porque me dolía la cabeza, me levante de la cama y salí corriendo al baño a vomitar, a lo lejos escuchaba los gritos de ellos pero no entendía lo que decían, cuando termine de vomitar, mi padre entro a mi cuarto con una maleta y mientras metía mi ropa en ella me decía a gritos:
-Espero estés orgullosa Raquel, me has puesto en vergüenza, ¿en qué me equivoque Raquel dime en qué?
-Papá pero ha sido mi primera vez
-Tu primera y única vez, no voy a permitir que la sociedad te destruya y haga de ti una vulgar
-Papi perdóname, por favor no me grites.
-¿Qué no te grite? Gritarte es lo que debía de haber hecho antes, tu madre tenía razón mucho te he consentido y mira como me pagas.
-Papi pero en serio ha sido la primera vez que me he embriagado, tu sabes bien que no soy así
-¿Embriagarte? Raquel por favor, embriagarte es lo de menos, yo te he crecido como toda una dama, como toda una señorita y me pagas revolcándote con otra mujer, no voy a tener en mi casa a una vulgar y enferma como tú.
-Pa.. pá..
-Cállate Raquel, ya te enliste en la escuela militar, hoy mismo será tu ingreso, prefiero tenerte ahí y así poder llamarte hija todavía.
Por más que le suplique a mi padre ese día, por más que le prometí que nunca más sería así, fue inútil, me llevo a la escuela militar, mi madre me vio con ojos de asco, mi hermanito lloraba porque me iba y mi hermana sonreía como de triunfo.
No entendía bien como había llegado a casa, recuerdo a una chica que al parecer estaba bailando, y cosas así, no tenía nada claro, lo único que tenía claro que desde ese día pasaría 3 años metida en un internado militar.
Uy mi Luna bella, ya te debí aburrir otra vez con tanta cosa, bueno mi estimada te escribo otro día, me siento mal solo de recordar como mi propio padre sin darme mayor explicacion fue capaz de abandonarme como si fuera un perro que dejan tirado en cualquier lugar, todavía duele, ver como las cosas pueden cambiar frente de uno y uno ni cuenta se da. Duele recordar como pase de ser la princesa de mi amada a ser una completa desconocida, duele recordar como pase de ser la niñita de mi padre a ser una vulgar para el.
Disculpame Luna bella, te escribo cuan pronto recobre valor para revivir lo que hace tanto tiempo inicio.
Besos de queso, se despide de ti con admiracion Raquel.