Carta de Gatonosoy
Dirigidas a mis antiguos lectores: sobre mi marcha y quizá posible vuelta.
Carta a mis antiguos Lectores:
Debo empezar esta pequeña misiva con la breve historia de mis fantasías eróticas. Lo cierto es que es muy sencilla de explicar y ayuda a entender las lagunas temporales en mis escritos. Lo cierto es que empecé a tener curiosidad por el sexo, como suele ser común, en la adolescencia, cuando me quedaba hasta tarde o me ponía el despertador a las dos de la madrugada para poder ver esas cosas tan interesantes que echaban en algunos canales y que me resultaban tan atrayentes. Nunca me habían dicho que era, pero entendía que era algo que debía quedar en el mundo de la más solitaria intimidad.
Siempre tuve mucha imaginación y no dude en aplicarla a este mundo que poco a poco se fue ampliando en variedad ante mí. Esto fue sobre todo gracias a la gran red: Internet. Especialmente me gustaron las páginas de relatos y hay algunos especialmente buenos que me cautivaron y que todavía recuerdo en mis actividades auto-complacientes. Mi gusto por los relatos y mi interés por escribir tarde o temprano debían encontrarse. Escribí mis primeros relatos hace ya bastantes años, pero los acabé borrando. No fue hasta el verano del año pasado cuando inicie mi “carrera” como autor de relatos eróticos, que publicaba tanto en “Todo Relatos” como en mi blog particular (“Eros y Tánatos).
El problema es que conjuntamente a mis fantasías eróticas convivía la educación conservadora que había recibido desde mi infancia. En ocasiones, aunque a algunos pueda hacerles reír que lo diga, he tenido dilemas morales respecto a mis escritos y respecto a la misma actividad. Bueno, seré sincero: sólo respecto a mis escritos, ya que a día de hoy sólo he tenido dos encuentros reales y ninguno ha sido demasiado “espectacular”.
Precisamente mi última “crisis” –por denominarla de alguna manera— comenzó hace unas semanas, cuando tuve mi segundo y último –hasta la fecha— encuentro. Tuve una cita con un hombre que había conocido por la red (mis dos únicos encuentros hasta la fecha han sido de carácter homosexual), con el que me reuní en un hostal para en fin, hacerlo. Lo cierto es que soy una persona bastante reservada, temerosa ante todo de tomar iniciativas. Al principio fue más o menos bien y disfrute de nuestro juego. Pero luego me sentí ciertamente presionado y, con mis inestabilidades morales, que ya me habían llevado a intentar dejar el mundo del relato (de ahí mi prolongada ausencia de diciembre a marzo de este año), decidí dejarlo definitivamente. Interrumpí el acto y tras volver a mi casa decidí no volver a escribir nada erótico, procediendo a eliminar mi blog y a eliminar todos los relatos de mi cuenta (esto me resulto un poco duro, ya que como persona insegura que soy estimaba en mucho los comentarios positivos que desaparecieron con ellos).
Lo cierto es que, si bien al principio estaba seguro de mi decisión, he lamentado ésta cada vez más desde entonces. Echaba de menos mis relatos y las ideas, especialmente le tenía especial cariño a mis relatos sobre “Digimon”. Lo cierto es que me parecía que había desarrollado un buen estilo y que había logrado destacar un poco. Es verdad que mis relatos tendían a ser largos y entiendo que eso hubiera espantado a algunos, pero es que yo considero que lo mejor que puede ofrecer un relato es la ambientación. La mera descripción física del acto la considero poco importante en comparación –entre otras cosas porque para eso es mejor ir directamente a un vídeo, que será mejor. Siempre he considerado que lo que da el toque especial a un relato es el morbo. El morbo, que a veces me parece consiste en que nos produzcan excitación lo que con la mente despejada no nos gustaría, y que creo que se encuentra en cómo se envuelve el acto sexual. Un relato en el que un chico y una chica se liaran en sí mismo no sería “gran cosa”, pero si se sabe que son hermanos y se ha narrado como la chica ha ido seduciéndole lentamente puede ser mucho más morboso y excitante.
Hace unos días que volví, tras dos semanas de vacío, a “autoconsolarme”. Lo cierto es que no sé si estoy cayendo de nuevo en una debilidad o me libero de unas cadenas que no tienen sentido: puede que sólo el tiempo me lo descubra. El hecho principal es que he rehabilitado mi blog “Eros y Tánatos” y que quiero volver a “Todo Relatos”. No sé si estará bien hacerlo, pero me gustaría reenviar mis publicaciones originales y seguir contribuyendo después con más relatos que tengo en mente.
Quiero terminar esta breve misiva con un cordial saludo a todos aquellos que escribieron comentarios en mis relatos, fueran buenos o malos. Os aseguro que los agradecía profundamente y espero poder daros nuevas y mejores lecturas en los días futuros.
Saludos.