Carta

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La carta

Es demasiado difícil omitir las cosas que quisiera gritar. De momento es lo único que tengo, lo único que siento. No puedo negar ni olvidar lo que de improvisto me conmovió y atrapo.

Te extraño y comienzo a creer que no debería. Estas lejos y a la vez tan cerca de todo; con el tiempo te has vuelto pasado, un fantasma....una total extraña para todo lo que siento cuando estas aquí.

Hoy eres un presente, mi fiel enemiga, poco tolerante, algo orgullosa y quizás arrogante par los demás, que al igual que yo hice prejuicio de ti sin conocerte.

Mi orgullo me hizo no aceptarte en aquel momento, en la que te creí la persona más desagradable que podría llegar a conocer, y ahora, al saber la realidad de cómo eres y, en quien te has convertido para mí....deseo tanto que vuelvas a mencionar tus sentimientos hacia mí. Se que has prometido, dado mi desagrado del momento hacia ti, no volver a mencionarlo con la creencia de que serias la ultima persona de la que me enamoraría, por lo que ya debes vislumbrar el motivo de estas líneas.

Te amo....estaba predispuesta hacia ti desde antes de conocerte y, perdóname por no percibir mis sentimientos hacia ti, los que cambiaron en el preciso momento en el que entre rabias me confesaste los tuyos con un beso. Ahora se que te amo y duele....porque he comprendido que, con mi trato hacia ti quizás te he perdido y esto es un fallido intento.

En el tiempo sin vernos te consagraste en mi corazón como nadie mas y a la par ya no puedo soportar los sentimientos de culpa...el silencio de mis labios con el miedo a confesarse ante ti esta mas allá de lo inimaginable en ti y, ahora con tu ausencia la melancolía me esta perdiendo.

No quisiera disiparme por ti, pero esto de extrañarte y necesitarte a la vez esta reflejando lo más agotador de mi pesar, y es que, aunque me niego a consumirme por ti, me estoy quemando por no decirte que te amo.