Carta a mi tia Cecilia
Un joven escribe a su tia contandole de las calenturas que ella le dejo en su visita a Bs. As. y como su hija casada las supo calmar.
Carta a mi tia Cecilia
C. Hadez
Buenos Aires Junio 2006
Querida tía Cecilia.
Te sorprenderá el recibir estas líneas mías, pero la verdad es que se me hace un tanto difícil explicarte por teléfono todo lo que siento por ti y todas la sensaciones que he vivido a tu lado hace exactamente 6 meses atrás cuando estuviste en Buenos Aires para pasar las fiestas de fin de año con nosotros.
Tambien pense ponerte un e_mail pero como se que sos un tanto renuente al uso del correo electrónico decidí que este era el medio mas adecuado para comunicarme contigo, creo que para vos no es ninguna sorpresa todo lo que te voy a contar acerca de mis sentimientos para contigo.
En efecto, desde tu partida no pasa momento del día en que no recuerde los 8 días que estuviste en nuestra casa, y no me averguenzo en contarte que desde tu partida me he masturbado una o dos veces por día con solo pensar en los escasos momentos en que hemos estado juntos.
No se el por que de tu tan reprimida sexualidad, cuando todo parecía que nuestro deseo concluiría en una ardiente relación todo se cortaba como por arte de magia, en el último instante algo, no se que, te hacía retroceder, así como así dabas por finalizado todo el encuentro.
Realmente es así, permitías que comenzara a acariciarte tus hermosos pechos y apenas mis labios comenzaban a jugar con los hermosos pezones que coronan esa dulzura de tetas que tienes, te arrepentías de lo que me estabas dejando hacer, te separabas de mi, arreglabas tus ropas y a otra cosa como si nada hubiese ocurrido, no se si te habrás percatado que al instante salía como disparado al baño a masturbarme, no se aún si esto lo hacías para jugar conmigo y gozar al verme con la calentura que me dejabas.
Igual ocurrió cuando en la tarde del día de reyes mi mano tuvo la dicha de llegar jugar unos instantes con tu vagina, sentí el inmenso calor de tus hermosos labios vaginales, la dureza que en ese momento experimentaba tu clítorios y los flujos que lubricaban esa hermosa y delicada vagina tuya, pero todo fue como un sueño, no bien mi mano acarició unos instantes tan hermoso lugar todo acabó de improviso, te levantaste del sillón acomodaste tu biquini y adiós, todo se diluyó como una nube de vapor, y yo por mi parte rumbo al baño a sacarme con las manos la calentura que me habías dejado.
Creo que por mas dura que seas no dejarás de recordar la despedida en el aeroparque la tarde de tu partida hacia Córdoba, el beso de despedida aún perdura en mi boca, tu lengua recorriendo todo el interior de mi boca y tu mano acariciando mi verga por sobre el pantalón aún siguen provocándome las mas terribles masturbadas con ese recuerdo.
Pero en fin, espero que al final tenga mi recompensa por tan terribles calenturas que me has provocado, y eso no es desconocido por vos, al menos eso es lo que me ha dado de entender Andrea y el tarado de tu yerno, perdón por el término pero mas adelante te contaré el porque, cuando estuvieron en Buenos Aires hace quince das, te contaré parte por parte y detalle por detalle de la visita de ellos.
Andrea es tu fiel reflejo, ella puede ver en ti como será en su madurez, y tu tienes en ella el reflejo de tu juventud, según me dijo ustedes son muy confidentes, así fue que Andrea me contó como volviste a Córdoba, un tanto alterada y decepcionada contigo misma por no haber dado rienda suelta a tus sentimientos, pero ella si que no se privó de anda, cosa que supongo ya te habrá comentado con lujos de detalles.
Retomando el tema de tu yerno, te decía que es un verdadero idiota, a pesar de estar en una posición económica muy deshaogada y ocupar un cargo super importante en su empresa es un tarado mental, muchas veces en el marco de una conversación interesante sale con una taradez de primera que no tiene nada que ver con lo que se está hablando, tal es así que como asumo ya sabrás, se llevó de regalo de Buenos Aires un hermoso y decorativo par de cuernos que entre tu hija y yo nos encargamos de regalarle.
En efecto, al segundo día de su estadía en nuestra casa, mamá y papá salieron a visitar a unos amigos, y nosotros tres decidimos ir al cine, fuimos al complejo del Alto Avellaneda, Cecilia al igual que yo queríamos ir a ver El Código Da Vinci y a tu yerno se le antojó ver la marcha de los Pinguinos, no nos poníamos de acuerdo hasta que Cecilia dio una solución que el viese lo que le gustaba y ella y yo veríamos lo que nosotros queríamos, así fue como entré al cine del brazo de Cecilia, no había muchos espectadores ya que es una película que hace ya un tiempo que se estrenó en Buenos Aires, así fue como nos sentamos bastante al fondo del cine, al rato de estar viendo la película y en un aparte de un poco de suspendo Cecilia con su mano izquierda apretó mi mano derecha, por supuesto que no opuse reparo en ello, luego de un tiempo ella sacó un caramelo, le quitó el papel y ofreció ponerlo en mi boca, cuando me acerqué a ella para recibirlo, obtuve como respuesta una hermosa sorpresa, ella depositó en mis labios un delicioso beso, que no demoré en responder, así fue que quedamos entrelazados mientras nuestras lenguas recorrian todo el interior de nuestras bocas, pero la cosa no terminó alli, seguidamente Cecilia muy resueltamente se bajó de su asiento y se arrodilló entre mis piernas.
Sus manos muy hábilmente desabrocharon el cinturón, buscaron entre mi boxer y dejaron salir de la prisión a mi verga que estaba desesperada por hacerlo, delicadamente la tomó entre sus manos y comenzó con una mamada maravillosa, su saliva la lubricaba toda, desde la punta hasta los huevos que por supuesto se hallaban recontra hinchados, lástima que no me pude aguantar todo lo que hubiese deseado, después de que me hubiese mamado mi verga 7 u 8 veces acabé en su boca, como sorbía todo mi semen!!, veía la alegría en su cara al recibir mis flujos, todo pero absolutamente todo fue tragado con el mas inmenso placer, luego sacó un pañuelo de su cartera, secó su boca, y limpió el poco resto de semen de mi verga y se sentó a ver la película muy tranquilamente.
Por supuesto que como caballero que soy no pude dejar que se quedase sin su parte de sexo oral, al igual que ella me arrodillé entre sus piernas, y con su ayuda le quité la minúscula bikini que llevaba puesta, y comenzé a darle una sesión de dedos y lengua a su delicada vagina como creo que nunca le dieron es su vida, lástima que no duró tanto como yo hubiese querido, a los pocos minutos, no mas de dos tuvo un orgasmo infernal invadió su delicado cuerpo, comenzó a retorcerse en la butaca como una poseída, hasta que quedó como en un letargo, inmóvil totamlente inherte, cosa que le llevó unos cuantos minutos salir de ese trance.
Me levanté de entre sus piernas y sentándome de nuevo junto a ella comenzé a darle la mayor cantidad de pequeños besos y caricias por todo el cuerpo que estaba a mi alcance, esto la fue tranquilizando hasta que al cabo de unos 10 minutos comenzó a hablar de nuevo, no le alcanzaban las palabras para expresarme la satisfacción que le había provocado, es más como te decía anteriormente, me juraba y recontra juraba que en toda su vida jamás le habían provocado un orgasmo tan intenso con una feliato.
Momentos antes de retirarnos de la sala Cecilia se dio cuenta que le faltaba algo, en efecto su precioso bikini de encaje negro estaba aún dentro del bolsillo de mi saco, por todos lo medios trató de que se lo devolviese, pero entre risas y bromas no accedí a su devolución, solamente prometí devolversela en el próximo encuentro amoroso, cosa a la cual ella accedió de inmediato ya que dicho encuentro debería ser muy pronto porque entre risas me dijo que era la única bikini que había traido, ambos estallamos en una carcajada descomunal.
Cuando salimos de la sala Antonio ya nos estaba esperando, abrazó a Cecilia y muy contento le dijo: mi amor no sabés que película mas fantástica acabo de ver!!!!!, casi al unísono respondimos: Nosotros también vimos una película maravillosa , la verdad es que ni imaginó con el sentido en que se lo decíamos.
Después de cenar tomamos un café charlamos un rato con papá y mamá y luego nos despedimos para ir a dormir, cuando me acerque a Cecilia le recordé muy en secreto que el baño de su habitación también tenía una segunda puerta que daba a la mía, ya lo sé me respondió y acto seguido acotó , ahora me voy a duchar, y tu puerta queda sin llave..... , espero que me devuelvas lo que es mío... sería bastante largo explicarte con lujos de detalle el encuentro amoroso que tuvimos antes de la ducha, debajo de ella y luego mientras mutuamente nos secábamos, devolví el bikini tal cual lo habíamos acordado y ella me prometió prestármelo por un tiempo en un proximo encuentro, lo que si te puedo asegurar que cuando salí del baño rumbo a mi cama creí que no llegaría, mis piernas no soportaban el peso de mis cuerpo, me temblaban como un flan, caí como un plomo sobre la cama y en un segundo estaba completamente dormido.
Así fue casi todos los días de su permanencia en nuestra casa, aprovechabamos cada segundo que se nos brindaba para acariciarnos, besarnos y hacer el amor con desesperación, cada día que pasaba era un nuevo cuerno que le salía a tu yerno, y el muy tarado no dejaba de agradecerme a cada momento mi amabilidad para atender y acompañar a Cecilia mientras el solucionaba problemas laborales en la oficina de su empresa acá en Buenos Aires.
Querida tía, espero que esto que te he contado no te ponga celosa respecto de mi relación con tu hija, como me hubiese gustado, y lo digo de todo corazón, que te hubieses comportado conmigo como ella lo hizo, no se privó ni de las mas mínima caricia mía, y no tuvo ningún recelo para prodigarme las suyas, tuvimos sexo a la máxima potencia, lo disfrutamos y gozamos como nunca ambos lo habíamos experimentado, pero aún así sigo pensando en ti, sigo sin poder dejar de masturbarme pensando en ti, sigo pensando que si te liberaras un poco más podríamos tener el mas maravilloso sexo del mundo.
Es más mientras mi mano derecha escribe estas líneas mi mano izquierda juega con mi verga que se halla super dura pensando en ti, debo dejar de escribir, pongo mis labios sobre este papel y te envió un cálido beso.
Tu sobrino que tanto te quiere e idolatra
Daniel.