Carta a Lucio

Una carta que refleja el dolor del alma...

Lucio:

Seguramente para cuando leas esta carta será muy tarde, ya no estaré aquí, en el DF, mi autobús parte a las 4:00 pm, no te preocupes por tus cosas, no toqué nada, solo me llevo lo poco que tenía cuando decidí vivir contigo, que es dos pares de zapatos, tres pantalones, dos camisas, mi par de calzoncillos y calcetines, y dos camisetas, no me llevo mas cosas, porque el resto de ropa que queda es tuya, y no me llevaré nada mas, porque siempre me recordaste que todo lo que había en tu casa era tuyo, jamás te importé, jamás me compraste algo, jamás recibí un regalo de tu parte, yo me desviví por ti, te cuidaba, te mimaba, procuraba tener los alimentos listos para cuando tu llegaras, pero ya me cansé de recibir el mismo trato… ¿qué pensaste? ¿Creíste que iba a soportar que me trataras así solo porque me escapé de la casa de mis padres? ¿Crees que porque tengo 17 años no sé lo que es dignidad? Te has equivocado conmigo… yo te di todo, es cierto, es algo que jamás olvidaré, y ¿sabes por qué? Porque, a pesar de todo, te sigo amando, te amo más cada día, y aun no entiendo qué puedo ver en ti, eres altanero, insensible, autoritario… no se me olvida la primera vez que estuvimos juntos… fue terrible, me trataste como cualquier cosa, yo no quería estar contigo, y te lo dije, pero me obligaste, mientras me decías que tenía que “complacerte” cuando quisieras, me duele estar contigo, eres tan brusco que me lastimas, ni siquiera te preocupas en lubricarme, solo me obligas a desvestirme para que me introduzcas tus dedos bruscamente… siempre creíste que sentía placer, pero no fue así, nunca sentí placer, sólo sentía dolor cada que introducías tus dedos salvajemente en mi interior, sentía ardor, quemazón… pero nunca te importó, solo te dedicabas a satisfacerte, eras tan rápido que no durabas ni tres minutos con tus dedos cuando ya sentía cómo ejercías presión para penetrarme, eras tan desesperado que no tardabas en enterrarme tu grueso palo en mi interior, desgarrándome, y no me dejabas acostumbrarme, tan pronto estaba todo tu palo en mi, empezabas tu vaivén demasiado rápido, tanto que me elevabas en la cama, yo solo me dedicaba a quejarme y llorar, llorar de tanto dolor… pero no solo era el dolor físico, que pronto pasaría, lloraba porque me dolía el alma… jamás entendí cómo pude ser tan ciego, te di tanto que ahora me arrepiento porque ya no hay amor en mi, aquel amor lo has matado con cada uno de tus actos, lo matabas en grandes cantidades cada día que me usabas, lo mataste con cada desprecio, con cada humillación…

No puedo seguir un segundo mas en este lugar, por tu culpa estuve en el hospital ¿lo recuerdas? ¿recuerdas aquella vez que llegaste alcoholizado? Después de haberte divertido con tus amigos, me golpeaste, me destrozaste mi ropa y me violaste, mientras yo trataba de alejarme de ti, pero eras más fuerte que yo… y es obvio, ¿qué joven con 15 años podría con un señor abusivo de 35? Sólo un estúpido como yo, que he soportado dos años.. me golpeaste, me violaste, parecías desesperado por descargar en mi, mientras intentaba zafarme de ti, me jaloneaste tanto que me fracturaste el brazo, pero no te conformaste con eso, no… querías “castigarme” porque me quise resistir… me golpeaste hasta el cansancio… aquella vez quedé con las costillas rotas, y casi perdía la visibilidad de un ojo, mientras tu te quedabas profundamente dormido… como pude salí a la calle, y logré alejarme unos metros, hasta que no pude más y me desmayé… cuando desperté estaba en un hospital, con un ojo vendado, y con las malditas agujas en mi cuerpo, aquellas que me suministraban suero… el médico me dijo que tuve mucha suerte, qué irónico, creyó que alguien me había asaltado y me golpeó porque quería resistirme… me hizo demasiados análisis, pero le preocupó mi estado… ¡Jamás te voy a perdonar! El médico dijo que el “ladrón” fue tan brusco que me provocó heridas internas en el ano, además de que me encontraron restos de semen… ¡eres un desgraciado! Me has contagiado de SIDA, seguramente alguno de tus amantes te contagió… ahora yo tengo que vivir con la carga de ese ENORME error, el peor en mi vida…

Por tu culpa ahora estoy desahuciado, no me queda mucho tiempo, quizás sobreviva dos meses más, pero no me dan muchas esperanzas… no entiendo cómo pude hacerte caso, cuando estaba Tomás… quizás con él todo sería diferente, porque él si me amaba, él estaba dispuesto a rogar mi cariño, muchas veces intentó acercarse a mi, él me dijo que me podía dar otra vida, que me podía dar lo que me merecía, quizás tenía razón, quizás ahora yo estaría con él… lo vi esta mañana en el parque, pero no estaba solo, estaba con su novio… se veían tan felices… Tomás no perdía oportunidad de abrazarlo y besarlo, mientras comían un poco de lo que llevaban en una canastilla… me duele tanto… ¿sabes por qué? Porque jamás me trataste asi, porque me hubiera gustado estar en el lugar de su novio, porque yo pude haber tenido esa vida, pero no, te elegí a ti, a pesar de todo, a pesar de que sabía que mis padres me dejarían solo… no pude evitar llorar, sentía cómo se me oprimía el corazón y me faltaba el aire, mientras aquel sentimiento de culpa y dolor me atravesaban el alma como cuchillos… quedé muerto, muerto en vida, por tu maldita culpa, por tu egoísmo, porque sólo te importa sentirte bien, pero nunca te ha importado mi vida…

Te dejo solo, y espero que algún día pagues por todo esto, ojalá te quemes en el infierno, no mereces vivir, te mereces lo peor de este mundo… ¡TE ODIO! Y sabes qué, me alegra de estar así, porque en cualquier momento dejaré este mundo, y me sentiré mucho mejor, podré descansar de mi tormento… pero tú, tú te quedas, y entonces pagarás todo el daño que me has hecho… ojalá encuentres a alguien peor que tu, para que sientas todo lo que pasé y aun más, y te arrepientas de todo lo que he pasado por tu culpa… me consuelo al saber que me estoy alejando de ti, me voy a morir en un lugar tranquilo, lejos de este lugar, lejos de ti…

Adiós Lucio, es lo último que sabes de mi, me voy triste y adolorido, pero me voy con la esperanza de que pueda morir en paz, te juro que esto jamás lo olvidarás.

Hasta nunca.

Adrián.


Hola de nuevo, aquí les dejo un nuevo relato, de nuevo en formato carta, queridos lectores, muchas gracias por leer mis relatos, y muchas gracias por cada uno de sus comentarios que son muy valiosos para mi.

Papá, nuevamente escribo aquí, te amo y muchas gracias por apoyarme tanto, por enseñarme a no rendirme, a seguir aquí, gracias por hacerme ver que estar aqui aun vale la pena..!! TE AMO PAPÁ..!!

Espero que les guste este relato, también es corto y no tendrá continuación, pero es lo que puedo hacer ahorita. Gracias a todos mis lectores, les deseo siempre lo mejor, espero que logren realizar todos sus proyectos, se los deseo de todo corazón.

Sin mas que decir, me despido, espero que me vean pronto por aquí, haré todo lo posible, aunque la Universidad a veces es muy absorbente...

Nos vemos pronto..!! Los quiero mucho..!!

Un cordial saludo de su amigo:

Guadalupe.