Carta a J. (Carta 15)
En ese momento, miré hacia el sillón que está junto a la cama y de repente, me acordé de la foto que me mandaste la otra noche y quise pensarte en mi sillón justo como estás en esa foto, medio tumbado, exhibiendo bien tu gran masculinidad, el poder de mi Amo, su tributo más preciado y adorado por esta su putita.
Esta tarde, después de comer, me he echado un rato a dormir la siesta. Estos últimos días, he descansado poco y he dormido mal por las noches.
He estado durmiendo casi dos horas, me hacía falta, y al despertarme, me he quedado un rato en la cama, haciéndome la remolona debajo de la manta.
En el pomo de la puerta del armario, estaba colgada, junto a otras camisas recién planchadas, la blanca que llevé a Aguila. En ese momento me acordé de mi Amo y me apeteció pensarle. Me desnudé y me he vestí solo con esa camisa. Abroché solo dos botones, los que están justo a la altura de mis pechos, me volví a tumbar en la cama y empecé a pellizcar y a manosear mis tetas por encima de la blusa.
En ese momento, miré hacia el sillón que está junto a la cama y de repente, me acordé de la foto que me mandaste la otra noche y quise pensarte en mi sillón justo como estás en esa foto, medio tumbado, exhibiendo bien tu gran masculinidad, el poder de mi Amo, su tributo más preciado y adorado por esta su putita.
Y mientras seguía tocándome las tetas, te imaginé allí sentado, manoseándote tu mismo la polla, como hiciste la otra noche, guiándome en el descubrimiento del placer sobre mi propio cuerpo. Al pellizcar mis pezones me acordé de las pinzas, no estuvo mal el estreno, pero si te digo la verdad, me chafaste tu sorpresa, mi idea era estrenarlas en otras circunstancias, pero si ese era el deseo de mi Amo la otra noche, estoy encantada de haberle complacido. Seguro que hasta te mordías los labios pensando que eran mis propios pezones y tus dientes el borde de las pinzas que los aprisionaban.
Tienes razón otra vez, que falta estoy de polla....hasta mi coñito lo nota y lo echa de menos. En el momento en el que pienso en una buena polla, se pone caliente y se humedece, lo he notado esta tarde, al apretarlo entre mis muslos, que pude sentir su humedad chorreado hasta mi culo. También tenías razón cuando me decías que solo era cuestión de relajarme y pensar en mantequilla, mi culo ya se abre solo pensando en eso, hasta llegué a meterme dos dedos en él esta tarde...
Me puse a cuatro patas, mostrándole mi culo al sillón, y lo contoneaba insinuante pensando en tu atenta mirada observándomelo y escuchándote decirme que me metiera un dedo más, que cuando llegara el día en el que me lo atravesaras con tu polla, iba a tener que tenerlo bien domado y preparado.... No pude evitar sacar del cajón de la cómoda mi pollón de látex. Si, he tenido que cambiar todos mis juguetitos de sitio, el cajón de la mesita de noche se ha quedado pequeño para albergarlos a todos.... diossssssss, que ganas de que estrenes todos y cada uno de ellos con tu puta... solo de pensarlo casi tuve un orgasmo, pero me frené..... no quería correrme aún, quería disfrutar un rato con tu delegado y mandatario después de sacarlo de su caja, ponerle las pilas y encenderlo.
Primero, la marcha flojita, para empezar no está mal y me acaricié todo el coñito con él, deslizándolo hasta mis tetas y de ahí a mi boca para darle un buen par de lengüetazos y untarlo de saliva, como te unté la polla en Burgos mientras te la mamaba y te la manoseaba entre mis manos antes de metérmela ansiosa en la boca. Hasta le di un par de leves golpecitos a mis pezones con ella, pensando que era la fusta de mi Amo, infringiéndome uno de esos muchos castigos que he ido acumulando en todo este tiempo de mi aprendizaje y mi doma y lejos de haberlos asustado, los muy cabrones se pusieron más duros, teniendo que volver a pellizcarlos y a apretarlos entre mis dedos como tú hacías, y no sé por qué, pero me acordé del mordisco que me arreaste en una de mis tetas por encima de mi ropa interior cuando estaba tumbada en la cama de Burgos...
No me ha hecho falta untar de vaselina el pollón de látex esta tarde.... tu coñito estaba tan mojado que entró solo hasta casi el fondo. En ese momento, aceleré su marcha dándole más potencia al vibrador. No sé como describir esa sensación... se mezclan la respiración acelerada, el sentir como mi vagina se dilata y se oprime indistintamente mientras saco y meto mi juguete una y otra vez de su interior...
Volví a manosear mi ano en el que sí puse un poco de vaselina... sabes? en ese momento creo que pensé en la idea de estrenármelo yo misma con semejante pollón, pero el pensar en que eso era exclusividad de mi Amo, me llevó a solo seguir acariciándolo hasta meter un dedo más en él. A la vez que metía los dedos en mi culo, sacaba la polla de mi coño, y cuando me la metía, me sacaba los dedos del culo. Así estuve un buen rato, hasta que opté por meter y sacar a la vez de mi culo y mi coño mis dedos y el pollón.... Lo recuerdo ahora mientras te lo escribo y ya he mojado mis bragas.... Después de estar un rato a cuatro patas, enculada hacia el sillón, me tumbé en la cama, toda despatarrada, y mientras que con una mano me pellizcaba los pezones, con la otra empujaba a tu representante dentro de mí.... despacio, sin prisa pero sin pausa... de una sola vez... como si fuera la polla de mi Amo la que en ese momento me estuviera poseyendo, me estuviera atravesando las entrañas.... y aceleré al máximo la velocidad del vibrador. Me follé yo sola con el pollón de látex hasta correrme y lo hice pensando en tus palabras de la otra noche.... me voy a correr en tu boca, en toda tu cara, sobre tus labios, sobre tu cuello, en tus hombros, sobre tus tetas.... y según decías aquellas palabras y según pensaba yo en ellas esta tarde... te ofrecía todas y cada una de esas partes de mi cuerpo, para que te fueras corriendo en ellas, para que fueras llenándolas de tu leche que resbalaría sobre mi cuerpo, todo él en poder de mi Amo, para su disfrute. Sabes una cosa? La otra noche, hubo un momento en el que sentí que mi cuerpo ya no me pertenecía. Sentí como si te hubieses adueñado de toda yo, en cuerpo y alma. Te obedecí ciegamente, pensando sólo en el placer de mi Amo, en mis deberes para con él. Sentí como si no fuera nadie, como si no tuviera iniciativa propia, como si estuviera a merced de cuanto mi Amo me reclamara o dispusiera para mí.... y sin llegar a pensar en mi propio placer, lo disfruté más que nunca... aunque supongo que mi juguetito también debió influir en ello
Si te digo la verdad, esta tarde, después de correrme, casi no podía distinguir si mi corazón latía entre mis piernas o en mi culo...