Carta a J. (Carta 13)

Más hojas del diario de una sumisa... sus inquietudes, sus miedos, sus experiencias...

Créeme cuando te digo que puedes sentirte "poderoso" al saber que he sentido cuantas cosas querías... y han sido tantas...

Hasta esta tarde, en la que me he quedado algo más tranquila en la oficina, no he podido leer tus correos... permíteme felicitarte... a cual de ellos más intenso, más acertado, más sabiendo llegar hasta dónde querías que llegaran.... al fondo de mis entrañas...

Mi viaje no ha sido a Ámsterdam, como era de suponer, jejejejeje, por eso, esta tarde, nada más salir de la oficina, he ido presurosa a buscar el sitio adecuado donde comprar el encargo que me hiciste... Hace años que no iba a una sex-shop, y según iba hacia ella, me he sentido embriaga por multitud de sensaciones... he ido, por el camino, recordando cada una de tus palabras...

Cuan mujer me hace sentir saber que buscas tiempo para dedicar a tu puta particular, que orgullosa al saber que esa soy yo, sentir que me buscas, que me provocas con tus palabras, con tus tareas, y saber que obedientemente acudo a hacer todas y cada una de ellas... Muchas cosas había en esa tienda..(pregunté por las pinzas esas que me dijiste, las están esperando, así que la semana que viene, creo que me daré otra vuelta por allí... jejejejeje), y tras echar un vistacito, he preguntado por las bolas chinas. Había de dos tipos, las de plástico y unas de látex. Todas ellas del mismo tamaño, pero el color en las de plástico era más surtido. Me he dejado aconsejar y he adquirido unas de látex. Vienen en una cajita transparente precintada y son de color negro, con un cordón de seda del mismo color.

Mientras te escribo las he colocado junto a la mesita y las observo, como si fueran un tesorito en su cofre perfectamente guardadas y solo imaginar lo que tienes ya pensado para el momento preciso de mi bautismo, hace que tenga que cambiar de postura al escribirte para intentar calmar ese cosquilleo que ya se ha apoderado de mí.

La foto que me mandaste permanece minimizada mientras sigo escribiéndote... has sabido elegir bien lo fotografiado... tu sexo y tus manos, en actitud de ofrecimiento y casi puedo imaginar cómo disfrutaste haciéndote esa foto para tu ramera particular.... para mí.... el verlo me incita a pensarlo, a imaginarme dándole pequeños lenguetazos, bañándolo en saliva y extendiéndola con mis labios, sin dejar de pensar cómo reaccionaría a eso... creciendo, hinchándose, desflorándose dejando ver toda la plenitud de tu glande... (no consigo que cese el cosquilleo, es más, ya casi se ha convertido en un ligero palpitar entre mis piernas, haciéndome apretar mis muslos...)

Para ir a tu ciudad, y pensando en encontrarte en la estación, llevé puestas dos cosas que seguro reconocerías al verlas.... una camisa blanca y el fular con el que cegaste mis ojos la última noche que nos vimos, en Águila...

Desde el momento en el que te puse el mensaje en el que te comunicaba el hotel y el número de habitación, hasta que me bajé a la recepción, sentí como si el corazón se me fuera a salir por la boca... tenía ansiedad, miedo, deseo, y todo eso se transformó en una excitación continua que me hizo hasta llegar a buscar un sitio en el hotel donde poder vernos tranquilos... localicé un salón de esos de reuniones, que casualmente, estaba abierto...

Cuando subí a la habitación, esa excitación permanecía aún, y llegó a intensificarse cuando me metí en la cama y no pude evitar tocarme despacio pero directamente sobre mis bragas, ligeramente mojadas por la excitación sentida.... y desesperadamente empecé a pellizcar mis labios, los labios de tu coñito y mi clítoris... no llegué a tener un orgasmo... obedecí una vez más tu petición.... cuan excitante me resulta llegar hasta casi el éxtasis... y más aún, saber que eso es lo que tú deseas y que con ello, consigues subyugarme, dominarme...

Hablarte de todo esto, me lleva a visitar el puerto esta noche, a buscarte, a esperar a mi amo ansiosa .... Tal vez esta noche, en el puerto, quieras hablarme de algunas de esas mil maneras en las que piensas, como Amo, joder a esta tu hembra.