Carta a J. (Carta 02)

Esta serie de cartas narran las experiencias y sensaciones, desde sus inicios, de una sumisa, en forma de diario que ella misma escribe a su Señor.

Después de llegar a casa, tras una noche que ni te cuento... y un día que ni te imaginas.... el cansancio me ha vencido, las fuerzas se me han acabado y no he tenido más remedio que acostarme a descansar. No me ha dado tiempo a pensar en nada, solo a cerrar los ojos. Pero eso no ha quitado que cuando me he despertado, aún en mi cama y contando ya las escasas horas que me quedan para "estar oficialmente de vacaciones", si lo haya hecho.

Y lo siento, pero te he vuelto a pensar con mi coño. Esta vez, no fluyen las imágenes desordenadas por mi cabeza. Una de las cosas que me propuse para esta vez, era olvidarme del resto del mundo para no perderme detalle alguno del nuestro. Y creo que esta vez, lo he conseguido (bueno, si te soy sincera del todo, solo tengo pequeños lapsus del momento subidón del canuto y la consiguiente bajada de tensión). Porque, aunque no te lo creas, hasta del momento "jamacuco" puedo recordar algunas de tus palabras excitantes.

Si no fuera porque no tenía la seguridad de poder llegar hasta la cama sin caerme por el camino, yo misma te hubiera suplicado que me llevaras a ella, que me hubieras hecho cuantas cosas me susurrabas al oído mientras me tocabas las tetas en la terraza, medio desmayada, casi sin sentido... creo que lo que me impidió desmayarme del todo eran mis ganas por querer oírte cuanto me decías, mi deseo porque me hubieras violado allí mismo, indefensa ante tu sexo, tu deseo y tus ganas de mí.

Y aunque recuerdo todos y cada uno del resto de los momentos, para este despertar he querido elegir uno concreto...Esta mañana, tras tu despertar, tras tu remolonear en la cama entre mis pechos, cuando no pudiendo evitar llevar mis manos a tu polla, la he sentido llamándome, sin palabras, solo con su gesto altivo...

Las palabras las hemos puesto nosotros.... me apetecía volver a sentirte dentro de mí, pero una vez más, obediente, he accedido a tus peticiones.... te apetecía que yo te la comiera, te la chupara y la lamiera hasta conseguir lo que en un momento creíste no poder hacer... repetías constantemente entre gemidos que no ibas a poder correrte... tenías que haberte visto como yo te ví... tu imagen en la cama retorcido por el placer que mi boca te daba es lo que he querido recordar para masturbarme después de mi siesta.... Yacías tumbado, con tu cabeza sobre las almohadas y los cojines, con la respiración entrecortada, con la boca seca, tus ojos cerrados que solo abrías a ratos para ver como lo hacía... gimiendo, solo hablando para decirme cómo había de hacerlo..... más deprisa, más deprisa, repetías una y otra vez... y yo, gustosa, aceleraba acatando tus instrucciones

Me he tocado, me he acariciado pensándote así, viéndote gozar, recordando como te estremecías mientras yo, metida entre tus piernas, con todo tu sexo dentro de mi boca, no paraba de relamerlo, de saborearlo, sintiéndote vivo...

No te imaginas lo que oír tus incitaciones a pedirte que te corrieras en mis pechos me ha producido.... lo que ver y sentir toda tu esencia, tu néctar en mis tetas me ha excitado.... y recordar como te vaciabas en mí, como volvías a gritar llenándome de tí me ha llevado a un orgasmo intenso solo acariciando mi perla... No sé si lo notaste, pero me sentí muy mujer en ese momento, orgullosa, plena, satisfecha de haberte dado tanto placer hasta el punto de conseguir lo impensable por tí minutos antes (ese orgullo, no es rebeldía.. te lo digo por si estabas ya pensando en algún castiguito... jejejejej)

El resto de todos los momentos de esta noche, he decidido no olvidarlos. Solo permanecerán ahí, guardados para ir sacándolos cuando quiera pensarte y recordártelos...