Carta a I
Lo que no va a ocurrir nunca... o casi
Nos conocemos desde hace tanto que no recuerdo ni como nos conocimos. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, parece que fueras otra.
¿Será porque eres otra? Desde que lo dejasteis no eres la misma... ¿Será algún tipo de mecanismo de adaptación, algún resorte subconsciente para captar el interés de los hombres? Desde luego, eso lo consigues. Es raro que salgas una noche y no triunfes. Igual, no es tan subconsciente, ¿no? No lo notas pero cada vez que nos vemos, hago esfuerzos sobrenaturales para no lanzarme encima de tí y comerte esa boca, esos labios hechos para ser devorados, imagino mi lengua fundiéndose con la tuya mientras te arranco la ropa, el sabor salado de tu cuello acariciado por mi lengua, y nuestros cuerpos entregándose el uno al otro, hablando ese idioma que hablan los cuerpos con otros cuerpos. O tal vez te has dado cuenta. Y sin embargo, ninguno va a dar ningún paso, ¿verdad?
Quizás el hecho de que mi chica y tú os conozcais de toda la vida, - mi chica, que os conozcais, y el "toda la vida", todo junto - hace que no se te pase por la cabeza meterme en tu cama. Igual que a mí. Pero sé que aún recuerdas aquella noche, aquél beso que terminó en un beso, nada más, pero que los dos nos preguntamos, aún hoy, a donde podría habernos llevado...
¿O es tal vez porque somos amigos? Nunca he creído, sincéramente, eso de que el sexo pueda destruir una amistad. Y tampoco nos vamos a enamorar el uno del otro, a estas alturas. Reconozco que disfruto de tu conversación tanto como quiero averiguar la marca de tu ropa interior, pero no me veo compartiendo el baño contigo.
Te he imaginado en tantas situaciones, y cada vez acabé de la misma forma...
Como esa vez que soñé contigo, soñé que estábamos en la piscina, de repente no había nadie, tu cuerpo generoso bailando bajo el agua, tu bikini resaltando la curvatura de tus tetas, tus pezones endurecidos, y yo contemplándote, en el agua, tú bailando a mi alrededor, abrazándote a mi espalda, y yo dándote la vuelta, tus ojos a la altura de mis ojos, y tu boca a una distancia que hace imposible que no nos besemos. Mi miembro creciendo dentro del bañador y tú aferrándote con más fuerza a mi cadera, rodeándome con tus piernas mientras tu boca se funde con la mía, no puedo separar mi boca de la tuya, mi lengua recorre la tuya, muerdo esos labios que son puro deseo, quiero sentir cada palmo de tu piel bajo mi boca, y comienzo por tu cuello, llego hasta tu oreja, la lamo, la beso, y regreso a tu boca.
Nos arrancamos lo que nos queda de ropa, apenas un bikini y un bañador, en menos de lo que se dice deseo, no hablamos, solo nos acariciamos, nos tocamos, nos besamos...
Te siento al borde de la piscina. Es una escena que he imaginado tantas veces... Separo tus muslos, sin ninguna resistencia por tu parte. Mi boca va bajando, desde tu cuello, hacia tu pecho, saboreo tus pezones, los hago míos, sin detenerme, continúo bajando hacia tu coño acalorado, deseable, delicioso. Me entretengo una eternidad en besar tus muslos y tus gemidos me confirman que voy en la dirección correcta.
Te deshaces cuando mi boca besa tus labios y me agarras la cabeza cuando mi lengua recorre toda la longitud de tu coño, sabía que sería así, sabía que en el momento en que comenzara a lamerte, no podría parar. No quiero parar. Mi boca besa tu coño con tanta pasión como hizo antes en tu boca, buscando complacer a tus labios, a tu clítoris, abriéndose paso por tu coñito, sin piedad, el mundo ha desaparecido de mi alrededor ahora que tus muslos impiden que oiga nada y que todo lo que veo es tu cuerpo. Mis manos, antes agarradas a tu culo, cambian de objetivo. Una mano juega con tus pezones, los acaricia, masajea tus preciosas tetas, y la otra, ayuda a mi boca. Mi pulgar compite con mi lengua por rellenar el orificio de tu coño, mientras el índice acaricia tu culo, empujando un poquito más a cada embestida, como si mis dedos intentaran encontrarse en tu interior.
Mi polla, mientras tanto, bajo el agua, late como si fuera a explotar solo de sentir tu calentura, pero ahora estoy demasiado ocupado haciendo que te corras como no lo has hecho en tu vida. 'Sigue' me parece oir, pero apenas puedo oir algo con tus muslos intentando partir mi cuello. Yo, en cualquier caso, sigo.
Tus dedos se enredan en mi pelo, tirando de él, apretándome contra tí. No he contemplado jamás tu orgasmo, pero intuyo que vas a correrte. Eso solo hace que vaya más deprisa, que mis dedos entren y salgan con más violencia, que mi saliva humedezca aún más tu clítoris, hasta que piernas y manos me obligan a detenerme, a riesgo de asfixiarme. Aguanto la respiración, no se cuanto resistiré. No creo que te importe en este momento. Creo que tengo un calambre en la lengua.
Te vuelves a meter en el agua, se está mejor dentro, dices. Te coloco de espaldas a mí, y saboreas tu coño en mi boca, ahora eres tú la que devora mi boca como si fuera un caramelo.
Te coloco al borde de la piscina, de espaldas a mí, apoyada en el bordillo. Cuantas veces he imaginado tu culo...Y ahora lo estoy mordiendo, amasándolo, arañándolo con mis dientes, mientras mi lengua mitiga a lametones los arañazos que provocan. Mi lengua sigue hasta el agujero de tu culo, sé cuanto te gusta, tú misma me lo has contado docenas de veces, lo cachonda que te pone que te follen el culo con la lengua, con los dedos, con una polla bien firme... y cada vez que me lo has dicho yo he imaginado que era mi lengua, mis dedos, mi polla quienes se abrian paso en tu culo. Me pides que te folle, que necesitas una polla dentro, pero en este momento tengo otros planes, y solo incluyen a mi boca y a mis dedos. Mientras mi lengua se adentra por tu agujerito, mi mano se adentra por tu coño, dos dedos, tres, cuatro, mientras tú te acaricias el clítoris, furiósamente, quieres volver a correrte, enseguida, mmm, me gusta, siempre te he imaginado así de ardiente, y eso me pone aún más cachondo. Tus músculos se tensan y tu mano se mueve frenéticamente. Mis dedos están empapados dentro de tu coño, querría lamerlos pero no puedo sacar la mano, así que sigo moviendo mi lengua en tu culo. Definitivamente, me he hecho un esguince de lengua.
Me he hecho esperar pero ahora ya no hay escapatoria. Creo que si ahora mismo entrara tu padre por la puerta te lo follarías, tal es la necesidad de polla que tienes en este instante. Me acomodo en el borde de la piscina, mi cuerpo de cintura para abajo debajo del agua, sujeto por los codos, tú arrodillada frente a mí, besándome mientras me masturbas suavemente, calibrando lo que tienes en la mano. Sonríes mientras restriegas mi capullo contra tus pezones, sabes como me gusta eso, ¿quizás se me ha escapado esa conversación en algún momento? Solo mi capullo asoma por fuera del agua,es una sensación extraña, pero deliciosa, desde luego, y tu boca se deleita con él como si fuera el caramelo más dulce, mirándome a los ojos, tratando de adivinar - como si fuera necesario- si me está gustando... Tu mano derecha juega con mis huevos, los acaricia, los amasa, y tu mano izquierda busca el orificio de mi culo, mmm, eso no me lo esperaba, pero solo consigue que mi erección sea aún mayor. Y tú aprovechas para aumentar el ritmo y la presión, follándome literalmente con la boca, vas a hacer que me corra, uhmmmmm, no te pares, ahora no hay marcha atrás, sigue, mmmmmmm, oooohh, uffffffffffff... tu boca golosa recibe con una sonrisa el fruto de tanto trabajo y tan solo te separas un instante para contemplar mi corrida y recibirla en tus tetas, en tu cara, en tu lengua, mmm, parece que no vaya a acabar de correrme nunca... siento como si me estuvieran exprimiendo los huevos... uhmmmmmm.
Desde luego habría sido mucho mejor así... ¿no te parece?
¿Habría sido suficiente para saciar nuestro deseo...? Yo creo que no, creo que habrías encontrado algún modo de que recuperara el ánimo, ¿verdad? Ya fuera del agua, sobre la toalla, y tal y como te gusta hacer con tus amantes, colocándote detrás y simulando que me follas, jugando con tus dedos en mi culo, mientras con la otra mano tomas mi polla y la masturbas, delicadamente, susurrándome que hay alguien que necesita una polla y la necesita ya...
Cambias los dedos por la lengua y mi polla comienza a recuperarse. Aprietas alrededor de la base de mi polla mientras lames mi culo, hasta que consideras que ya está lista para la acción.
Te vuelves a colocar ante mí, y nos hacemos de rogar. Restriego mi capullo, hinchado y rojo, contra tu coñito, que se deshace a su contacto, mientras te muerdes el labio, y tus tetas comienzan un balanceo lento y rítmico. Mi capullo desaparece dentro de tu coño y tú te detienes, mirándome, y yo paladeo la sensación, no se cuanto tiempo podré resistir sin embestirte, y lo sabes. Estás disfrutando de verme sufrir así. Levanto la cadera y tú te retiras. Está claro, tú mandas. Vuelves a meterte dentro tan solo mi capullo y a continuación, empiezas a moverte en círculos, léntamente, sin prisa, hasta que, de un solo movimiento, mi polla entra dentro de tí hasta el fondo. Ahora sí, elevo la cadera y tu te aprietas contra mí aún más, como intentando atravesarte con mi polla. Siento como late tu coño, parece que has entrenado con esas bolas chinas que usas y me intentas atrapar. Empiezas un suave movimiento casi sin salir, moviéndote hacia delante y hacia atrás, echándote hacia mí, poniéndome las tetas en la cara... Están deliciosas, me encantan, las he imaginado en mi boca tantas veces, me encanta su sabor, mezcla de tu perfume y de sudor y de sal y de agua, mis dedos pellizcan tus pezones mientras mi lengua recorre todo su perímetro, y luego, me meto tu pezón izquierdo en la boca, lo mordisqueo delicádamente, y a continuación, hago lo mismo con el derecho, más sensible, lo se, y me tomo mi tiempo, primero lo beso, luego aprieto los labios alrededor, lo mordisqueo delicadamente, y voy aumentando levemente la presión, mientras tú aumentas el ritmo, en clara señal de que te está gustando.
Arqueas la espalda y te alejas de mí, estás preciosa en esa postura, y mis manos se van solas a tus tetas, las acaricio, las amaso, te pellizco los pezones, y tú cierras los ojos, estás como en trance, en cuclillas sobre mi miembro. No es posible que vayas a correrte... No, aún no. Te detienes, contrariada, y aprovecho para cambiarte de postura. Te coloco a cuatro patas, y mi lengua adora el lugar por el que acaba de pasar mi polla, y a continuación, vuelve a ese culito tuyo... ya sabes lo que quiero, lo que he deseado tantas veces, a mí chica nunca le ha gustado, y a tí te vuelve loca, lo se...
Eres tú la que se adelanta a mi deseo, 'fóllame el culo', me dices, con los ojos casi en blanco de puro deseo, mientras te acaricias el coño hinchado, como una auténtica perra en celo. Con la otra mano diriges mi polla hasta tu culo, te embadurnas de saliva los dedos, te metes tú misma dos deditos, comprobando que está listo para recibir mi polla, y yo te sigo, mi capullo se abre paso en tu culo, despacio, palpitando, 'despacio' susurras, y yo te obedezco, tardo una eternidad en completar la distancia desde tu culo hasta mis huevos, saboreando cada milímetro que entro dentro de tí. No me detengo, al llegar hasta el final sigo empujando como si quisiera partirte en dos, mis manos se apoderan de tus tetas. Nos detenemos en esa postura, y a continuación, apartándome poco a poco de tí, comienzo a bombear, lévemente, despacio, apenas saliendo y entrando. Tu mano izquierda está jugando con tu pezón derecho, mientras que la derecha pasa de tu coño a mis huevos, los acaricias de vez en cuando, y luego pasas a meterte los dedos en tu coño, la visión desde aquí es espectacular, de hembra en celo, me pides que vaya más fuerte, no te pares, más, más, cuando estás a punto de correrte mi polla sale de tu culo y entra en tu coño, quiero sentir como te corres sobre mi polla...te dejas caer tan solo sujeta por mis manos, y la sacudida se transmite hasta mi cuerpo, me encanta la sensación de sentir así tu corrida, uhmmmmm... Sin solución de continuidad, te digo que yo también estoy a punto de correrme. Me coges de la polla, no dejas que la saque, quieres que me corra dentro? pregunto, y afirmas con un gemido, a la vez que amasas mis huevos, quieres exprimirme, quieres sentir mi corrida?
Exploto en un gruñido gutural, cogiéndote de la cadera, arqueándome hacia atrás, apretándote contra mí, mientras tus manos no dejan de masajear mis huevos, no dejas escapar ni una gota, dejándome caer sobre tí, exhausto, mientras tu giras buscando mi boca, mi lengua, uhmmm...
Entiendes ahora, porqué quiero acostarme contigo? ¿y entiendes, ahora, porqué me da tanto miedo, al mismo tiempo...? ¿Y si no fuera tal y como lo imagino....? O, peor aún... ¿y si realmente fuera como lo imagino?
Lo único cierto, es que núnca lo sabremos... O quizás sí.