Carta a Aarón

Lo que no me atreví a decirte, lo he escrito en esta carta.

Hola a todos..!! Espero que aun me recuerden, antes que nada, quiero ofrecerles una disculpa porque no seguí con UAI, pero en este momento es complicado para mi seguir con esa serie.. en fin, aquí les dejo un nuevo relato, espero que les guste. Saludos..!! Un abrazo..!!

Atte.:

Daniel Pérez.


Querido Aarón:

Te he perdido… sé que esta carta no la leerás jamás, lo sé porque no me atrevo a enviártela, ni lo haré, lo nuestro no tiene solución… me preguntaste ¿Por qué llegamos a esto? Jamás te di una respuesta, y no fue porque no la supiera, porque siempre supe la respuesta, pero no quería herirte más de lo que ya lo había hecho…

Quizás ahora te duela más que a mi, o quizás no, quizás ya has encontrado a un hombre que en este momento te está haciendo feliz… no lo sé, pero si es así, me alegro tanto de que hayas encontrado a esa persona que comparte tu cuarto en las noches, aquellas noches que has de estar amándolo como alguna vez me amaste, o quizás más…

¿Recuerdas la primera vez que estuvimos juntos? Estaba tan nervioso… aquella vez me sentía atrapado en un sueño, aquel sueño que tan sólo recordar me provoca mil emociones en mi corazón… es un sentimiento de tristeza, amor, odio y miedo… aun recuerdo todo… estaba cansado, habíamos bailado toda la noche en la disco, cuando me di cuenta de la hora, pensé «mis padres me matarán cuando sepan que llegaré tarde a casa» pero no me importaba tanto, podría soportar un día de castigo sin salir con tal de estar contigo… me llevaste a tu casa, donde tus padres dormían tranquilamente junto a tu pequeña hermana recién nacida… con mucho cuidado me ayudaste a subir las escaleras, haciendo que me apoyara en tus hombros, cuando llegamos, me recostaste en tu cama y me quitaste mis zapatos, después te acercaste a mi y me diste un beso en los labios… me encantaba la loción que usabas, era tan suave… traté de luchar con el sueño y, por unos instantes, pude fijar mi mirada en tus hermosos ojos cafés que me miraban con dulzura, levanté mi cabeza y entonces fui yo quien dio el segundo beso, aquel  beso que solo dos enamorados pueden comprender… «si estoy viviendo un sueño, no quiero despertar»

Poco a poco el calor de tu cuerpo me fue envolviendo en una sensación agradable, como si estuvieras llenando un espacio que jamás había notado vacío… lentamente me fuiste quitando mi ropa, mientras recorrías cada centímetro de mi piel con tus suaves labios… «te amo tanto, gracias por regalarme este momento» susurraste… tus caricias eran mágicas, era como si me acariciaran los mismos ángeles, tus manos suaves no dejaban un milímetro de mi cuerpo sin recorrer, querían conocerme completamente… seguiste tu camino hasta que encontraste mi miembro que dormía tranquilamente, lo tomaste entre tus manos y empezaste a masturbarme lentamente, en ese momento tomé conciencia de lo que pasaba a mi alrededor y al verte ahí me sorprendió tanto.. «! Aarón… ¿qué sucede?!» exclamé, pero tú solo te acercaste lentamente y me besaste profundamente, mientras mi corazón latía rápidamente «debe ser un sueño» pensé «jamás te he dicho que te amo, no puedes estar aquí conmigo» y, como si hubieses adivinado mi pensamiento, me dijiste que no era un sueño, que te enamoraste de mi desde el primer día que nos vimos y habías deseado tanto el momento que pudiéramos estar juntos… después de confesarme tu amor, te acosté en la cama y tomé tu pene entre mis manos, para después probarlo, acariciando cada tramo con mi lengua mientras suspirabas gracias al placer del momento… hice un buen trabajo, lo pude deducir gracias a la tremenda descarga que tuviste, soltando una abundante cantidad de semen, el cual manchó mi cara… estaba dispuesto a lavarme la cara cuando te levantaste y me detuviste, haciendo que mi cuerpo se acercara a ti, para después darme otro beso donde me mostrabas tu amor…

«Hazme el amor» te pedí, necesitaba estar contigo, quería darte todo lo que tenía, quería compartir mi alegría… te recostaste en la cama y me pediste que me acomodara, cuando tu miembro quiso entrar, no pudo… «relájate, no te dolerá» me dijiste mientras me acercabas a tus labios para fundirnos en otro beso… nuevamente aquella barra maciza de carne trató de explorar mi ano, logrando entrar apenas la cabeza… en ese momento sentí como si me estuvieran partiendo en dos, éramos tan jóvenes e inexpertos… también era tu primera vez, intenté levantarme pero no me lo permitiste, en cambio te empezaste a mover despacio, ejerciendo presión para que terminaras lo que empezaste… yo seguía sintiendo dolor, por un segundo pensé que me desmayaría, pero después de unos minutos tu miembro estaba completamente hundido en mi, haciéndome sentir un poco molesto… nos quedamos unos minutos inmóviles, tan sólo nos mirábamos a los ojos, con los cuales expresábamos lo mucho que nos amábamos… poco a poco empezaste el vaivén que me hacía sentir una mezcla entre dolor y placer, me sentía feliz porque al fin nos pertenecíamos el uno al otro… mientras me penetrabas, recorrías mi cuerpo con tus manos ¡era tan bello sentir que me pertenecías al mismo tiempo en que me estaba entregando a ti! Me acerqué a tu rostro y empecé a besarte, sintiendo tu piel tan suave… besé tus ojos, mordisqueé tus orejas, tu nariz, besé tus labios una vez más… aumentaste el ritmo de la penetración repentinamente, mientras yo cerraba los ojos y trataba de aguantar tu ritmo… no tardaste en descargar tu semen en mi, dejándolo como evidencia de nuestro amor… me dejaste agotado, aun estabas dentro mío, me agaché y puse mi cabeza en tu pecho, me agradaba sentirte tan cerca de mí… fue tanto el esfuerzo que me quedé profundamente dormido... «¡soy tan feliz!» pensé unos minutos antes de dormirme.

Los rayos del sol entraron en la habitación, haciendo que mis ganas de seguir durmiendo se fueran, lentamente abrí los ojos y lo primero que vi fue tu rostro sereno y con una sonrisa, mientras tu brazo izquierdo soportaba mi cabeza… me acerqué a tu pecho y lo besé, para después recostarme en él mientras veía los preciosos rayos dorados del sol a través de la ventana. Me había olvidado del lugar donde estaba pero tu movimiento me regresó a la realidad, traté de levantarme pero me rodeaste con tus brazos y me dijiste «te amo» mientras me acercabas a ti para besarme con ternura…

A partir de ese momento te procuraba, y cuando me pediste vivir juntos, no lo pensé ni un segundo, porque mi corazón estaba contigo, y yo era capaz de seguirte a cualquier parte del mundo donde tu fueras… te amé tanto que hasta hoy no he podido dejar de hacerlo, cada segundo que pasé junto a ti aumentó mi amor… pero ahora estamos separados, y no hay nada que pueda o que puedas hacer para remediarlo, te perdí… ¿aun quieres el motivo? Supongo que si… Esta bien, te lo diré, seguramente estarás pensando que te engañé, o que nunca te amé y buscaba solo sexo contigo o con cualquiera… pero no es así, jamás te fui infiel, no tenía la necesidad de hacerlo, pero aquellos tres hombres me destrozaron la vida… si, sabes perfectamente quiénes son: Hugo, Matías y Rogelio, los que se dicen “tus amigos”… qué triste que les hayas creído más a ellos que a tu propio novio… se nota que no me conocías… si me “amabas tanto” como tu dices, jamás hubieras dudado de mi… ellos planearon todo, Rogelio principalmente, él fue quien me acosaba todo el tiempo, yo trataba de decírtelo varias veces, pero te negabas a ver lo evidente… “es mi amigo, jamás haría algo así” me decías todo el tiempo, cuando te dabas cuenta perfectamente de cómo me miraba, y cómo buscaba cualquier oportunidad para tocarme, si sólo él hubiera sido, no habría pasado nada, pero no, tenían que meterse Hugo y Matías, entre los tres me humillaron, me violaron, me usaron como un objeto de placer… no sabes lo sucio que me sentí cuando cada uno eyaculó en mi interior, aquel que sólo había sido tuyo… se burlaron de mi, me dejaron desnudo y en el piso, mientras “festejaban” alegremente… esa noche fue la peor noche que pude haber tenido, y tu… te preguntarás “¿por qué no me di cuenta?” Te voy a decir el porqué: Porque tu vicio siempre fue el alcohol, porque siempre que tomabas eras capaz de acabarte una botella entera… yo quise ayudarte, te di la solución, pero jamás escuchabas, nunca pensaste que tu borrachera traería consecuencias… por eso te dejé, porque no estaba dispuesto a soportar otra humillación así en tu próxima borrachera, pensé que me habían infectado o algo, ya que los desgraciados no usaron preservativo, pero no fue así, esta mañana recibí el resultado de mis análisis, y no tengo VIH ni ninguna otra enfermedad de transmisión sexual.

Tal cual te dije al principio, jamás te había dicho esto porque no quería lastimarte, pero ahora que estoy solo en la habitación de este hotel, decidí escribir lo que pasó, ahora ya no me siento tan mal… me voy a la casa de mis padres, porque sé que no me buscarás ahí, dado que apenas ayer me reconcilié con ellos. Adiós, amor, jamás te olvidaré a pesar de todo lo que pasó entre los dos, espero que seas feliz algún día y me olvides completamente.

Con amor

Julio.


Aqui está, bueno chicos, espero que hayan disfrutado este relato, y nuevamente espero sus comentarios, los cuales con gusto responderé..!! Saludos a todos..!! Los quiero mucho..!! Cuídense y espero que tengan un lindo día o una linda noche... como sea, les deseo buena suerte y gracias.

Un cordial saludo de su amigo:

Daniel Pérez.