Carreteando con mi hermana menor

Dos jovenes hermanos , encuentran después de un carrete callejero, el placer del incesto

CARRETEANDO CON MI HERMANA MENOR

Era una noche como cualquier otra, fin de semana, ya entrada la noche, un grupo de jóvenes en un callejón oscuro, alejado de la ciudad, donde bebíamos un trago callejero, lejos de donde podía llegar la policía.

La noche estaba muy fría, tanto que cuando hablábamos se notaba el vapor que salía de nuestras bocas. En total, yo calculo que éramos unos 15 entre hombre y mujeres, en unos 6 autos ( de nuestros padres obviamente). Yo en ese entonces tenía 19 años. Era invierno, el camino de tierra estaba húmedo por la reciente lluvia, pero no era impedimento para gozar nuestra juventud, calentando nuestro cuerpo con alcohol y escuchando la radio de alguno de los autos. Dentro del grupo de amigos y  de mujeres se encontraba mi hermana menor, Loreto (por darle un nombre). Era habitual que ella saliera con mis amigos y conmigo, al ser del mismo barrio y casi de nuestra edad ( 18 años).

Siempre fuimos muy buenos hermanos , amigos y cómplices, amantes de la noche bohémica. Muchas veces llegamos a nuestra casa, pasados de copas, riéndonos y entrando sin meter bulla para que nuestros padres no se despertaran. Como dije era un fin de semana común y corriente para nosotros, hasta que algo inesperado ocurrió.

Al estar tan helado el ambiente, mi hermana se coloco delante mió, yo apoyado contra el auto de mi padre , y me pidió que la abrazara por detrás . Hasta ese momento no era nada del otro mundo, muchas veces lo había echo, salvo que justo en ese instante , mi verga, por el alcohol consumido, y por las tetas de Johann, otra amiga,  que a pesar del frió usaba un generoso escote,  mi verga se encontraba algo despierta.   Con la presión del culo de mi hermana sobre ella, sin poder evitarlo, esta se fue despertando más y mas. Me sentía algo incomodo estar así con mi hermana apoyada contra mi, pero nada podía hacer. A ratos mi hermana conversando y riéndose, se separaba de mi para luego volverse a juntar , pidiéndome que la abrazara mas fuerte para que se le quitara el frió.

Si bien es cierto que mi hermana es muy delgada, con tetas pequeñas, tiene un culo espectacular, de campeonato, levantado, duro, que siempre gustaba mostrar con ajustados jeans que le quedaban siempre a la perfección, y esa noche no era la excepción.

El alcohol, el frió, los movimientos de mi hermana fueron despertando mis instintos, que por mas que trate de reprimir, no pude y termine sintiendo un grato placer al estar así con ella. Ya mi verga en toda su máxima expresión, presionada por mis pantalones y el culo de mi hermanita, era un bulto difícil de ocultar y que si somos realistas, era seguro que ella ya tendría que haberse dado cuenta como me tenía. Sin embargo su actitud no cambio y se restregaba con mi cuerpo buscando calor, pidiéndome que la abrazara.

Ya mi hermana me tenía completamente desconcentrado en la conversación y mi cuerpo no podía dejar de sentir su hermoso culo frotándose sobre mi aprisionada verga. La oscuridad era casi absoluta, sin luna, el cielo cubierto de nubes, amenazando con llover, solo la radio de los autos y los cigarrillos encendidos eran nuestra única luz en tan desolado paraje.

Aventurándome un poco mas, ayudado por la cantidad de alcohol en mi cuerpo, como un inocente juego, metí las manos a los bolsillos del jeans de mi hermana, sintiendo ahora como los pliegues de su calzón se sentían perfectamente contra mis dedos. Ella con sus manos sobre las mías por fuera del pantalón, acariciaban mis manos ocultas que transmitían fuertes y morbosas sensaciones a al resto de mi cuerpo.

Consiente de que lo que hacia no estaba bien, trate de sacar mis manos y sacar a mi hermana de esa posición, pero ella no me dejo. Es mas, se apego mas a mi cuerpo dejándome mas caliente aun. Ahora ya conciente de que mi hermana , sabia lo que estaba pasando, hice una prueba y presione los músculos de mi verga, haciendo que esta se moviera. No sabía si era producto del alcohol o ideas mías, pero sentí que el culo de mi hermanita se apegaba mas al mío. Repetí el procedimiento y nuevamente obtengo la misma respuesta. Una y otra vez y la misma respuesta.

¿Qué estaba pasando? … me estaba frotando contra mi hermana y ella me seguia el juego?

El juego continuo y a la finales terminamos en un disimulado movimiento a los ojos de nuestros amigos, pero entre nosotros esta a muy claro lo que estaba pasando, nos habíamos excitado y estábamos experimentando un placer mutuo al rozar nuestros cuerpos.

Sin pensarlo, comencé a jugar con mis dedos dentro de sus bolsillos, llegando cada vez mas abajo, hasta sentir a través de la tela , que mi  mano casi se metía en el sexo de mi hermana. Un movimiento mas fuerte de mi verga contra su culo y mi hermana , dándose vuelta me dice suavemente “cuidado”.  Obviamente se me estaba pasando la mano , pero no fue un rechazo, si no una advertencia para que el resto no se fuera a dar cuenta.

Permanecimos una media hora mas, pasándole a cada rato la botella a mi hermana, hasta que  llego el momento de retirarnos. Me imaginaba que podría pasar ahora estando los dos solos. Nos marchamos, llevándonos con nosotros a una amiga de mi hermana hasta su casa. En el trayecto los tres, conversábamos de cualquier cosa, mientras mi mente recordaba lo vivido con mi hermana. Al fin llegamos a su casa y la dejamos ahí. Ya los dos solo, partimos rumbo a nuestra casa.

Estaba nervioso, no quería irme a mi casa aun , pero sin ninguna excusa continué manejando. Fue ella la que poco antes de llegar, me dice que no tenia nada de sueño, que le quedaban unos pesos para que nos tomáramos unas cervezas. Era la invitación que yo necesitaba. Ambos ya algo pasados de alcohol, pasamos a comprar a una botillería clandestina una pack de cervezas y tome otro camino que conducía también a un callejón donde a veces también concurríamos a beber.

Nos bajamos del auto para fumar tranquilos sin dejar el auto pasado a cigarro como teníamos prohibido. Apenas nos bajamos abrimos una cerveza cada uno y prendimos los cigarros. Ambos actuábamos de forma misteriosa. Nos había gustado lo que habíamos sentido, pero no sabíamos como llegar al siguiente paso. Fue ella la que tomo la iniciativa nuevamente y de la misma forma que antes se coloco delante mío pidiéndome que la abrazara, para escaparse del frió.

Muchas veces había estado así con alguna amiga, pero esta vez era mi hermana menor la que estaba delante mió. Sin embargo, ya con bastante alcohol en el cuerpo y con una calentura que apenas aguantaba, comencé a moverme lentamente, muy lentamente hasta que volví a sentir el placentero movimiento de mi hermana. Cada vez nuestros movimientos fueron mas descarados, dejándonos llevar sin decir nada, hasta que un leve gemido de la boca de mi hermana, me llevo a dar el siguiente paso y mis manos se fueron directo a su entre pierna por sobre el pantalón.

Ella no puso ninguna objeción, solo doblo su cuello, echando su cabeza hacia atrás y me dejo besar su cuello. Ya mis manos no aguantaron mas y fueron subiendo hasta acariciar sus pequeños pechos y mi hermana dejándose tocar. Mis manos heladas acariciaron por primera vez esos pequeños pechos, sintiendo sus pezones duros, erguidos, excitados al contacto de mis  manos, mientras mis besos no dejaban de caer en el cuello de mi hermana. Un paso mas y una de mis manos, baja por su delgado vientre y se mete por delante, encontrándose en su camino con sus diminutos calzones. Ya no,  teníamos que ocultar nada, nos deseábamos, nos estábamos tocando como dos enamorados y mi hermana sin poner ningún reparo a mis caricias. Poco a poco mi mano avanzo mas, encontrándose con sus vellos púbicos, suaves deliciosos

Ahí todo cambio, mi hermana se da vuelta y nos fundimos en un apasionado y delicioso beso que duro por mucho rato, frotando nuestros sexos. Mis manos apretando su hermoso culo, frotándola contra mi cuerpo haciéndole sentir el hombre que tenia como hermano.

Su mano abrió mi pantalón, buscando afanosamente mi verga. Apretándola fuerte , comenzando a masturbarme. Me entregue a las caricias de mi hermana retribuyéndole con fuertes caricias a su divino culo.  Luego fui yo quien desabrocho sus pantalones, logrando meter mis manos dentro de ellos acariciando por primera vez sus hermosas nalgas.

Nos besábamos con pasión sin dejar de tocarnos, hasta que en un movimiento me salí y la deje apoyada contra el auto, dándome la espalda. Baje sus pantalones y saque mi verga comenzando a refregársela por todo el culo. Ella solo echaba el culo hacia atrás entregada completamente.

Lo único que quería era meterla de una vez por todas, sin impórtame la moralidad o que ella fuera mi hermana, solo quería meterla,  por lo que solo corrí su diminuto calzón y encontrando el lugar exacto, húmedo y jugoso, ejercí una fuerte presión, sintiendo como los labios vaginales de mi hermana se tragaban toda mi masculinidad

De pié en ese alejado callejón, dos hermanos se entregaban al placer , sin importarles el frió,  la hora o lo inmoral de su acto.

Un auto aparece a la distancia, lo que nos llevo a detenernos y subir nuestras ropas, con el corazón palpitando al 100%. Era un grupo de jóvenes que pasaron despacio, pensando en encontrar a la pareja del auto teniendo sexo, mas solo se toparon con una pareja, como cualquiera otra,  conversando como si nada pasara. Vimos el auto alejarse, y nuevamente nos besamos con locura, bajándonos nuestros pantalones, dejando nuestros sexos expuestos al frió de la noche, para volver a juntarse en un ardiente ritmo de placer.

Mies envestidas eran cada vez mas fuertes, viendo con una tenue luz de luna, el divino culo de mi hermana, chocando contra mi cuerpo, dándome un placer indescriptible.

Ya no aguantaba mas , quería llenarle su coño de leche, pero me refrenaba al pensar en poder dejarla embarazada.  Casi muero de placer al sentir como mi hermana alcanzaba un monstruoso orgasmo que con todas mis fuerzas tuve que aguantar para no acabar dentro de ella. Apenas alcance a sacar mi verga y terminar por acabar sobre su culo , gimiendo de placer, al mojar ese hermoso culo con mi leche.

Recién ahí , como que vinimos a reaccionar de lo que habíamos echo, sin embargo, ninguno estaba arrepentido. Nos vestimos y nos subimos al auto rumbo a nuestra casa. Casi no intercambiábamos palabras en el camino, pero la mano de mi hermana fue todo el camino sobre la mía. Llegamos a casa y cada uno fue a su cuarto, a pensar en lo que había pasado y en mi caso al menos , a masturbarme nuevamente recordando lo vivido

Gracias por leer mi relato. De ahí les contare lo que paso después con mi ardiente hermanita.