Carpe Diem XXXVI: El reverso de la moneda

Todo, hasta la felicidad, tiene un precio

Bueno, aqui el nuevo capitulo. Lo he escrito estando un poco delicado de salud asi que vamos a ver que tal se me da escribir con fiebre

En mitad del capitulo hay un pequeño salto entre un dia y el siguiente, pero no tenia fuerzas para escribir todo un cambio de dia entero. Gracias por saber esperarme, por fin en apenas cinco dias empiezan mis vacaciones de semana santa, asi que os compensare con un capitulo doblemente cargado para la proxima

Valle

Ninguno pudimos reaccionar a tiempo, yo a medida que mi puño recorría los pocos centímetros hasta su mandíbula abría los ojos por la sorpresa. A pesar de todo Diego, con los reflejos afinados al máximo por el deporte, ya había empezado a apartarse. El golpe fue lateral aun con todo tuvo la potencia suficiente para hacerle tambalearse. Se cogio la mandíbula con la mano haciendo un gesto de dolor, dolor que nació en mis nudillos extendiéndose por todo el brazo hasta perderse por el codo en cosquilleos incómodos

Todos se quedaron en silencio, a pesar de que el puñetazo no había sido un acto premeditado dentro de mi estaba ardiendo de furia. Antes de que nadie se volver a mover Diego alzo la mano, parando con el gesto al gorila que no había visto y a los tíos en boxeas blancos que habían venido corriendo, como guardaespaldas de piel bronceado y cuerpo musculazo

-No pasa nada- grito Diego para hacerse oír- Me la debía-

-Te debo muchas mas- sisee yo cerrando los doloridos dedos de nuevo en un puño

Álvaro por fin, tras unos cuantos parpadeos sorprendidos, pareció tomar el control de la situación. Me copio la muñeca, ni de lejos tenía tanta fuerza como yo. Iba a quitármelo de encima con un simple gesto cuando uno de los chicos en boxeas me agarro, Álvaro era atlético, se le notaba fuerza en el brazo, aunque insuficiente para pararme, el nuevo tío por el contrario parecía ser capaz de hacer flexiones haciendo el pino horas

-Uno vale- dijo con una voz seca- Lo entendemos, dos ya no. O paras o te vas fuera, ¿queda claro?-

Diego nos miraba con la cabeza un poco gacha, el pelo castaño le caía sobre la frente. Su camisa estaba movida dejando más piel al aire, más músculos de acero. Parecía no tener intención de devolverme el golpe

-Vale- dije a regañadientes, yo no era violento pero el recuerdo de todo lo que había pasado por culpa del chico que tenia delante me hacia hervir la sangre-Lo entiendo-

-Bien…- el tío me soltó, luego me apretó el bíceps con gesto critico- Ha sido un buen golpe, aunque deberías golpear desde el hombro y no desde el codo…- miro al golpeado- Y tu lo has encajado bien, lo mismo para ti: no mas peleas- todos asentimos, el hecho de que estaba en boxers y que había salido de un grupo donde todos los estaban parecía no tener peso

Se volvió con sus amigos que le palmearon la espalda, volvieron a la barra a hablar aunque algunos me seguían lanzando miradas entre críticas y divertidas

-¿Pero que ha pasado?- pregunto Álvaro mirándome, en sus ojos leí que quería una explicación, no quería dársela

Diego se nos adelanto a los dos

-Le bese delante de muchos amigos suyos que no sabían que era gay- admitió sin más

Álvaro esta vez miro a Diego, parecía no creerle capaz de hacer algo axial. Diego se coloco las manos en la parte trasera de las caderas, estirando su espalda y moviendo un poco la boca para probarla. Respondió a un par de preguntas mas, luego oímos que las puertas se abrían. Me gire, los chicos con boxers habían desaparecido aunque tres estaban tras la barra limpiando vasos y dos iban andando hacia arriba. La gente entro en tromba, como miles de escáneres diminutos recorrieron cada centímetro del local. Luego se separaron como las aguas de Moisés, en dos corrientes. Una hacia la barra otra directamente hacia mí, o más bien hacia el grupo que estábamos hablando

Sentí que alguien me agarraba el brazo. Cuando me gire vi. que era Diego, intente zafarme, su tacto me quemaba como la brea del resentimiento que le tenia. Pero se mantuvo firme. Cuando el primer chico se nos acerco Diego le corto

-Es mi novio, al primero que le entre le rompo las piernas- las palabras llegaron a los que estaba detrás del chico, muchos suspiraron con decepción

Luego me soltó, cuando me gire ya se estaba perdiendo entre la gente, rumbo a la planta de arriba. No sabia que hacer pero Álvaro, dándome una palmada en el culo lo hizo por mí

-Síguele anda- la música empezaba a subir de volumen- Creo que no sabes como es Diego en realidad, deberías hablar con el- luego se giro para hablar con dos chicos que le estaba entrando

Suspire, pasándome una mano por el pelo. Sentía unas ganas locas de estrangularle, pero al menos debería dejar que hablara antes. Como las dos opciones necesitaban de la presencia de Diego decidí seguirle

Alex

El golpe por el video fue disminuyendo a medida que pasaba el tiempo. Estaba tirado en uno de los bancos del vestuario abandonado. El volumen seguía sobando, Rusa estaba en el suelo, cerca de mi, con la espalda apoyada en la pared y mirando al techo, las piernas estiradas. Chasqueó la lengua

-Por mucho que lo veas no va a dejar de ser Gabi-

No dije nada, en cuanto acabo volví a darle al play. Duraba diez minutos, diez minutos en los cuales Gabi y David no paraban de comerse a besos y de follar como locos en una sala oscura, con un cristal medio tintado en un borde. Sobre una cama de sabanas negras con ribetes plateados. Rúas suspiro otra vez, se levanto cociéndome el móvil justo en el momento en el que Gabi con los ojos entrecerrados miraba directamente a la cámara del techo

-Me das asco- escupí las palabras

Rúas entrecerró los ojos como dolido, pero me cogió el móvil

-Grabarles axial…es…-

-Yo no tenia intención de grabarles- se defendió, los dos sujetábamos su móvil, mientras Gabi y David no paraban de inundar la pequeña sala con sus gemidos- Todos los privados tienen una cámara de seguridad, las grabaciones se guardan y muchas como estas suelen acabar en manos del que alquilo el privado, o sea yo- sonrió con tristeza- Dicho axial si que parece premeditado… Pero no lo fue-

-¿Por qué?- pregunte- ¿Por qué?-

Rúas me miro con la cabeza ladeada

-¿Por qué lo hice?- me pregunto

-No, ¿porque me odias tanto?- trague saliva soltando su móvil- ¿Por qué me odias hasta el punto de ir a por mis amigos?-

Rúas pareció meditar la respuesta, la luz comenzaba a descender en la habitación a medida que se hacia de noche

-No lo se- respondió tras unos segundos

-¿Qué quieres?- empecé a negar con la cabeza- ¿Qué lo cuente? Lo haré-

Rúas negó con la cabeza, sentándose a mi lado

-No creo que sepas lo que quiero… Ni yo lo se -me miro- Tengo que…- se quedo callado

Yo le anime con los ojos, necesitaba conocer el precio que quería que pagara. Lo haría gustoso. Por un segundo la debilidad afloro a los ojos, pero con una rapidez pasmosa sus ojos volvieron a ser de vació gélido

-Bésame- ordeno

Sin pensarlo me incline para hacerlo. Rúas me correspondió, moviéndome me tiro contra el suelo, se arrodillo a mi lado para volver a por mi boca. Yo le agarre la nuca para pegarle hasta a mi, decidido a darle el mejor beso de mi vida. Se tumbo encima de mí, sus manos me cogieron de las muñecas inmovilizándome

-Ahora eres mío… Lo que diga lo harás, sin preguntas, sin rechistar- se levanto para apoyar su frente en la mía- ¿Lo entiendes verdad?-

Yo asentí. Rúas soltó mis manos que se metieron bajo la tela de su camiseta. Su piel estaba ardiendo, como la mía supongo, no contrastaba con al frialdad de sus ojos. Rúas me beso el pelo con ternura, por un segundo pareció que temblaba como si tuviera un sollozo. Luego se separo de mí, levantándose

-Nos veremos mañana, yo me quedo a dormir en el despacho- me lanzo unas llaves- Quédatelas, son para salir de aquí y para entrar en el vestuario- me estire para cogerlas

Me levante para salir, cuando estaba abriendo la puerta la voz de Rúas me paro

-¿Tú me quieres?-

Me gire para mirarle, todo en la habitación cogía tonalidades grisáceas por las luces mortecinas de las ventanas, sus ojos en cambio solo tenían pequeños reflejos plateados. No sabia que responderle, eso me asusto, deje que las palabras fluyeran, verdad o mentira, no lo sabia

-No- me gire- Ya no-

Cerré la puerta sin dar un portazo, aun así, el leve clic sonó en el silencio de la noche como una campana en una noche de difuntos

Adri

Suspire abrazando a Mafia , que intento lamerme la cara. Mi hermana le acaricio la cabeza, mi padre la miraba pensativo y mi madre estaba sentada, derrotada en el sofá. La discusión habia sido dura pero finalmente mi hermana y yo nos habíamos impuesto, a mi padre le gustaban los perros y no puso objeciones y solo mi madre se negó. Finalmente la presión de grupo pudo con ella y acabo aceptándola tras quejarse de que era imposible discutir conmigo

-Es como mi padre- se habia quejado- Me mira con esos mismos ojos y se cierra en banda-

El comentario me habia dolido pero lo deje correr, si que era verdad que físicamente era muy parecido a mi abuelo de joven. No solo en eso, según decían también en el carácter. En mi fuero interno rezaba para que no lo fuera

Los primeros miedos de mis padres fueron que Mafia saliera rebelde, o demasiado entusiasta que era casi lo mismo. Nos sorprendió a todos, aunque a mi menos, descubrir que obedecía las órdenes cuando eran simples. No en vano alguien se tuvo que encargar de adiestrarla antes de abandonarla. Se paso el resto del tiempo rondando por la casa, dando vueltas y olisqueándolo todo. Cuando acabo se tumbo en el salón, en una esquina cerca de la ventana. Desde allí podía ver la puerta de entrada y casi toda la estancia, se tumbo a descansar e hizo pocos ruidos. Mi padre estaba impresionado y mi madre, aunque no quería admitirlo, también. Yo como era natural estaba orgulloso de ella

En la cena solo se acerco una vez a la mesa cuando trajimos la comida, para olisquearla. Nos miraba a todos y mi padre le lanzo el currusco de pan, que atrapo al vuelo, luego se fue masticándolo a su esquina. El tema de conversación acabo derivando hacia mi abuelo, según mi padre le daría una buena alegría al hombre descubrir que por fin teníamos perro. Mi hermana se tenso un poco, el abuelo siempre habia sido un poco estricto con ella (en su defensa mi hermana siempre fue muy rebelde). Yo no dije nada, aunque sentí un nudo en el estomago

Cuando acabo la cena surgió el segundo problema que era donde iba a dormir. Cuando me levante para ir a mi habitación Mafia me siguió moviendo la cola alegremente, cuando entre me siguió. Se quedo parada mientras yo cogía y me enfundaba los pantalones cortos de pijama que usaba para dormir. Olisqueó el suelo y luego a mi, siguió olisqueando el suelo dando vueltas hasta que de nuevo llego a una de las esquinas de mi habitación, dando un par de vueltas se tumbo mirándome. Yo sonreí sin saber porque

Me tumbe en la cama cogiendo mi móvil. Tarde unos segundos en hacer algo, quedándome mirándolo. Ahora el primer chat que tenía abierto era el de Carlos, teníamos muchísimos mensajes. Le salude y deje el móvil a un lado abriendo las sabanas, me metí en ellas tras apagar la luz y dejar la puerta entreabierta. En cuanto me acosté Mafia se levanto saliendo en silencio de la habitación, oí como crujía la puerta de la cocina a los lejos cuando la movió con su cuerpo. De nuevo me enorgullecí de lo bien enseñada que estaba

En ese momento mi móvil vibró, Carlos me habia respondido. En poco tiempo le resumí toda la tarde desde que nos separamos, contándole como por fin me habia hecho cargo de Mafia oficialmente. El me contó la suya y como se le habia olvidado quedar con Valle. Al parecer quería presentarme, yo sonreí en silencio. Le confesé que, muchas veces, habia tenido celos de su amigo. Carlos se sorprendió, luego le explique que era porque ellos tenían una relación muy estrecha y que cuando le abrazaba o se reía con el me daban celos. Por no estar con él

Carlos seguía sorprendido y me confeso que el tenia celos de todas las tías que se me acercaban. Como ese era un tema espinoso yo comencé a desviar la conversación. Los dos nos lamentábamos de que no pudiésemos pasar más noches juntos, a su padre le habían vuelto a cambiar el turno y ya se quedaba a dormir en casa. De ahí continuamos hablando, que como era mi cama, que si cómoda, que como solíamos dormir… La conversación se fue calentando a partir de ahí sin darnos cuenta al final habíamos acabado empalmados

La solución de Carlos fue sencilla, empezamos a decirnos cosas, mi mano se fue deslizando por mi pecho, subiendo la curva de los pectorales para caer luego por el borde, rozando los pezones duros hasta la marcada tableta. Dejamos de hablar, pues el también estaba haciendo lo mismo y ya se hacia difícil. Le imaginaba, sobre su cama, acostado en boxers, paseando las manos por su piel, sintiendo los músculos duros. Mi mente volvo, recordando el tacto de sus bíceps al hincharlos cuando se movían, como se contraía cada pectoral a una orden o movimiento suyo, el tacto de sus labios por mi cuello, como mordisqueaba cada centímetro de su piel, sus besos y caricias en mis sienes llevándome al cielo, como le comía las orejas como sabia que le volvía loco, como gemía y temblaba sobre mi cuando capturaba el lóbulo entre mis dientes y mis labios, y lo masajeaba con suavidad

Sus vaivenes sobre mí, restregando su pollón contra el fregadero de mis abdominales, apretándola contra mi propia polla. Su mano agarrada al cabecero de la cama para no perder el ritmo mientras las mías recorrían su espalda en uve, descansado en esos glúteos duros, como pelotas de volleybal. Los apretaba y sobaba para imprimir mas ritmo. Y gemidos y gemidos, sin para contra mi oído, mordiscos por mis hombros. El roce de sus pezones duros contra los míos, los hombros redondeados flexionados al máximo, músculo duro, pura fibra bajo la piel

El tatuaje negro, brillante, moviendose con el, contrayendose con cada movimiento de sus fuertes tendones, cuerdas nudosas, la tinta sobre el duro músculo. Recordaba como era ver como brillaba con mi saliva y su sudor, como era morderlo, sus labios, su piel, músculos. Todo

-Carlos…- y me corrí., sin si quiera ser consciente de que me estaba masturbando

Estaba sudando a mares, respire con dificultad, cogí el móvil mientras me movía con cuidado de no derramar el semen que habia caído sobre mi torso, en el baño ya me limpie, echándome agua por la cara para quitar el rubor. Volví a hablar con Carlos que también habia acabado, me moría de ganas por besarle. Finalmente acabe llegando a mi cama, me acomode pero me sentí incomodo. Tras unos segundos de reflexión moví la almohada, para colocarla a mi lado y la estreche contra mis brazos. Parecía que habia cogido unas cuantas malas costumbres al dormir

Antes de darme cuenta lo estaba haciendo, como un bebe

Valle

Me costo encontrar a Diego, entre todos los tíos que habia y todos los que me entraban era como abrirse camino en miel, pegajosa y espesa. Finalmente le vi. Sentado en uno de los sofás con una copa en la mano, estaba solo a pesar de que habia un anillo de chicos a su alrededor, rondándole pero sin acercarse, de vez en cuando se masajeaba la mandíbula distraído. Mientras me acercaba volvía a sentir mi enfado, creciente a cada paso, pero aun axial era la primera vez que podía verle bien, tranquilamente. Sin que el lo supiera

Sinceramente, era muy guapo. Algo en el porte me recordaba a Gabi o a Sergio, tranquilo, serio…Aunque Diego tenia un aura de conflicto, tristeza y resignación que ninguno de los anteriores habia tenido. Parecía que estaba allí porque le tocaba hacerlo, como si fuera algo que se esperara de él. Como quien pasea por una playa sin nada mejor que hacer, buscando algo

Pase entre los chicos, mi camiseta de tirantes se habia pegado mas, debido a la fina película de sudor que me habia cubierto por tener tanta piel expuesta, por el esfuerzo de abrirme camino hasta el. Diego, por su parte, no se habia abrochado la camisa. Sin dirigirle la palabra a nadie me senté a su lado, con total impunidad. Le cogí la copa, sosteniéndola yo, un gesto infantil, de crío enfadado, pero cumplió su objetivo. Diego recorrió el camino de la copa de plástico con los ojos hasta toparse con los míos. Seguía teniendo esa misma serena tristeza que habia tenido de lejos

Sonrió con desgana

-¿Otro golpe?- pregunto ladeando la cabeza para exponerme la mandíbula y el cuello- Intenta golpear en la mandíbula y no en la barbilla, el retroceso retuerce el cuello ¿sabes?-

-No, porque nunca habia pegado a nadie- la música estaba alta, creo que nos entendíamos por el movimiento de nuestros labios

El asintió, moviéndose para apoyarse con los codos en las rodillas. Miro a los chicos que nos rodeaban

-¿Es la primera vez que sales no?- esta vez lo medio grito para hacerse oír, yo asentí- Lo suponía- me miro de reojo, luego se giro del todo- ¿Te has tirado a Álvaro verdad?-

Volví a asentir, el se mordió el labio distraído

-Dentro de una semana se cansara de ti, mejor que no le cojas cariño, puede ser muy cabrón-

-¿Tanto como tu?- pregunte cerrando las manos en puños, sentía unas ganas locas de pegarle, me estaba costando controlarme

El bajo la mirada, como avergonzado. Eso me hizo hervir la sangre, se levanto, haciendome un gesto para que le siguiera. Yo no me levante, quedándome firmemente sentado sobre el sofá. Diego me miro de nuevo ladeando la cabeza, se le veía que no sabia como actuar pero menos lo sabia yo, así que deje que el sufriera. A fin de cuentas, se lo merecía

-Lo siento- empezó gritándolo- Siento lo que te hice, de verdad, pero este no es el lugar para hablar de esto- me tendió la mano- Por favor, ven conmigo-

En eso si que tenía razón, la música era demasiado alta, el aire demasiado cargado y el calor asfixiante en ciertos momentos. No cocí su mano, las explicaciones que se suponía que quería darme no pagaban que tuviera contacto con el. Aun así lo sentía, mientras caminaba detrás de Diego, me estaba calmando. Mi carácter afable y bonachón se estaba imponiendo de nuevo, cada vez me costaba mas guardarle rencor, como mucho le tenía un resentimiento quedo. Mi maldito carácter empezó a enumerar todas las cosas positivas que me habia traído aquella noche, aunque costara creerle superaba a las desventajas. Una semana incomoda en el instituto me habia abierto por completo las puertas del mundo, ahora respiraba con tranquilidad sin controlar las miradas, ni los gestos. Sin preocuparme de lo que los demás pensaran

Diego me fue llevando por el lateral de la pista, pasando al lado de la barra en donde dos de los tíos en boxers servían copas. Todo el perímetro de la misma estaba rodeado de tíos que se los comían con los ojos, desde luego era una estrategia bastante simplista para vender, pero que era efectiva

Pasada la barra giramos a un pasillo, entramos mientras Diego se tanteaba los bolsillos, sacando una llave la introdujo en una puerta, entrando y dejándola abierta para mi. Cuando pase la cerro, me sorprendió ver que estábamos en un baño

-Es uno de los baños para empleados- hablo a mi espalda, con tranquilidad

-¿Y como es que tu tienes la llave?-

-Si te tiras a las personas adecuadas puedes llegar a cualquier parte- dijo con desgana, ante mi mirada escéptica continuó- Álvaro antes trabajaba aquí, durante un tiempo estuvimos follando aquí, trabe amistad con el resto de camareros y como favor me dieron una llave- suspiro- No me mires así, en estos baños se ha follado mas veces que en los normales- sin embargo seguí mirándole igual, Diego me huyo finalmente la mirada- Lo siento-

-Que lo repitas no cambia las cosas- dije apoyándome en la barra, estaba intentando parecer un tipo duro pero no cuadraba conmigo, la ira ya casi estaba extinta, pero la curiosidad no- ¿Por qué?- pregunte luego

Diego abrió la boca, mirando al suelo. Luego la cerró

-Estaba borracho, se me fue la mano con la bebida-

Yo pensé en ello, la iluminación vino hasta a mí

-Tú no eres de los que bebe hasta estar borracho… Te he visto mirando tu copa antes- me cruce de brazos- Piensa otra excusa-

Diego suspiro, tapándose los ojos con una mano y descansando la cabeza en la pared

-No puedo decirte ninguna, porque no hay nada que decir- respondió- Fue algo que hice y ya esta-

-¿En serio? No hay nada que explique porque me subiste a ese escenario y me besaste delante de todos- me miro a los ojos, la angustia era palpable, a pesar de que en el baño era fresco el sudor seguía cubriendo su piel

-NO LO SE- se giro soltando un puñetazo a la puerta, luego apoyo en la pared- No controlo nada de mi vida-

No supe como reaccionar, alguna que otra vez me habia imaginado delante de Diego, me habia supuesto que seria un cabrón, con la arrogancia rezumando de cada poro, egoísta y despreocupado de todo. No que seria una persona tan evidentemente atormentada. Me acerque a él tocandole el hombro, Diego no hizo nada, solo solto el aire como sollozos entrecortados

-Yo no soy asi ¿sabes?- se miro las manos- Yo solo era un chico enamorado, yo solo quería que me correspondiese… Seria capaz de cualquiera cosa con tal de que me correspondiese- un par de lagrimas se escaparon de sus ojos

-¿A que te refieres?- Diego no respondió, se giro para echarse agua en la cara cuando subió las manos descubrí que el puño con el que habia golpeado tenia los nudillos pelados. El agua debió escocerle horrores pero no dijo, no se quejo, se miro la mano con indeferencia

-Sufro un amor que me destroza, a cada día, a cada segundo- me miro a través del espejo- No sabes lo que es eso, cada día es una tortura… Cada día todo tiene menos sentido- bajo la cabeza, el aura de triste serenidad que le envolvía se quebró, dejándome ver como era, toda la soledad que cargaba a sus espaldas- He sido incapaz de amar a alguien mas, lo he intentado créeme, con muchos chicos, de todas las maneras… He intentado querer- sufrió un espasmo

Yo no entendía nada de lo que estaba pasando. Ya no podía odiarle, no viendo todo lo que estaba sufriendo, no podía sentir nada mas que compasión hacia el. Necesitaba ayuda, estaba solo. No podía permitirlo

-El amor no se fuerza, solo surge-

-¿Tu nunca has estado enamorado verdad?- me pregunto girándose para encararme, ya estaba mas calmado, de nuevo habia recobrado su conciencia

-Si- dije pensando en Gabi

El negó con la cabeza

-No, tu nunca has estado enamorado de verdad, no sabes lo que es- se metió las manos en los bolsillos sacándose las llaves del baño, se giro hacia la puerta cerrándola- No quiero que nos molesten-

El silencio se impuso

-El amor es química, es artificial… Es como una bomba, inestable y peligrosa… Cualquier hombre se volvería loco viviendo al lado de una bomba toda su vida, solo que la felicidad lo tapa- suspiro- El amor compensa el dolor, aparta la soledad, es mentirse a uno mismo y creerse una realidad que no existe…Yo solo tengo la parte mala del amor, todas las desventajas, durante años-

-Diego por favor para, no entiendo nada de lo que me estas diciendo-

-Estoy enamorado de Ruas- me confeso calmándose, mi mente bolo buscando a aquel chico en mi memoria, lo recordé, era el que parecía un supermodelo- Desde que le vi. por primera vez, tan callado y tan…Solo- se rió por la bajo- Quería abrazarlo, pegarle a mi y decirle que nunca mas iba a estar solo…¿Qué gilipollez verdad? Las cosas que se piensan de crío- se sentó en la barra, palmeando el sitio a su lado- Ven, siento lo de antes pero necesitaba soltarme- me sonrió- Y gracias por no salir corriendo-

Yo suspire

-Siento haberte pegado- empecé sentándome a su lado, realmente yo no servía para estar enfadado con nadie- En realidad aunque de forma un poco brusco me ahorraste muchos problemas y complicaciones-

Diego asintió

-Eso me alivia- me paso el brazo por los hombros- Eres un buen tío y tienes un buen derechazo, casi me tumbas ahí fuera-

Yo hice un gesto quitándole importancia. En el fondo éramos dos desconocidos sentados en la barra de un baño. Sentía un anonimato reconfortante

-A mi me gusta un amigo- confesé- No se lo que siento por el, es demasiado confuso- Diego me invito con los ojos a que continuara, su brazo se habia retirado de mis hombros- Me enamore de él en un sueño-

Diego alzo las cejas pero no dijo nada. Luego su mirada se dulcifico

-Si te soy sincero yo solo soy feliz en los sueños- sonrió- Digo completamente, en la mayoría de mis sueños estoy a su lado-

-¿De Ruas?-

Diego asintió, luego me pidió que le contara mi historia. A mi me dio reparo pero en cuanto empecé no pude parar. Ni si quiera con Carlos me habia abierto tanto, pero habia algo en los ojos de Diego, todo ese sufrimiento que no escondía, que no estaba tapado por chulería como hacia Carlos, ni por resignación como en su momento hacia Sergi. Diego lucia su dolor con orgullo, aunque tal vez fuese tanto que no supiera esconderlo… En su dolor encontré algo que quería aliviar

-Es una historia bastante complicada- admitió Diego, yo me rey un poco nervioso- ¿Asi que tu amigo es Gabriel no? Le conozco, ha hecho buenas migas con Ruas…- se paso una mano por el pelo- Jodidos celos- luego me miro- Si te soy sincero nunca he hablado con el, pero parece buen chaval-

-Lo es- asentí- Pero no se que siento por el-

-Eso solo puedes saberlo tu…Pero los sueños son complicados, puede que idealices algo que no existe…- hizo una mueca con la boca- No creo que estés enamorado de él…Pero como nunca lo has estado entonces es normal que confundas la intensidad de lo que sientes-

Yo reflexione sobre ello

-¿Y como es amar entonces?-

Diego medito la respuesta

-Es una conexión, es… Es…- frustrado volvió a empezar- Amor es dolor y amar es ser destruido, no se donde ley eso pero en parte tiene razón… Dejas de ser la misma persona que eras antes, todo tu mundo cambia de sentido, tu ya no eres centro si no que lo es él, puede pasar en un segundo o un año, pero acabara pasando-

Yo me quede callado. No me gustaba este tema y Diego pareció notarlo

-Te repito lo de antes, Álvaro es muy majo pero con los tíos que se tira puede ser un poco cabrón, lo mejor es que te separes de el, es lo mas facil y te evitaras situaciones incomodas-

-¿Es lo que hiciste tú?-

-Yo nunca he estado apegado a nadie- sonrió- Para mi fue fácil, para otros no tanto-

De nuevo otro silencio

-¿No sabes si Ruas es gay?- pregunte

-Nah, se que es gay, nos hemos acostado muchas veces- me confeso- Solo que no siente eso por mi-

-¿Por qué te acuestas con él? Eso solo hará que le quieras más-

Diego se encogió de hombros

-Intento hacerlo, olvidarme de él pero sinceramente moriría por un beso suyo, cuesta decirle que no a una sensación como esa-

Esta vez fui yo el que le pase el brazo por los hombros. Diego se rió por lo bajo, se giro para mirarme

-¿Sabes como va a acabar esto verdad?- me pregunto

Yo tarde en entender a que se refería pero cuando lo hice me di cuenta de que si que lo sabia. Asentí, Diego se inclino hacia mí, pero en vez de besarme en la boca lo hizo en la mejilla

-Siento haberte besado aquella noche- se levanto girándose para encararme de nuevo- No quiero joderlo con un nuevo beso- se lamió los labios- Al menos no esta noche-

-¿Qué quieres decir?-

Diego se encogió de hombros

-Que los dos nos merecemos algo mas que follar en este baño para luego no volvernos a ver…- luego reflexiono- Metafóricamente claro, que mañana vamos de fiesta al mismo sitio- suspiro- Necesito contárselo a alguien, vaciarme con alguien de todo lo que se y siento… Pero no si debe ser contigo-

-¿Por qué?-

-Porque Rúas esta enamorado de uno de tus amigos- dijo tras unos segundos de duda- De Alex-


Un día después----

Alex

Estaba incomodo, no quería estar allí, pero sabia que debía estar. No solo porque no quería dejar a mis amigos solos, si no porque Rúas iba a estar allí. Estaba atado de mano, durante todo el día cada vez que miraba a Gabi los gemidos rebotaban dentro de mi mente. Las imágenes eran como agua hirviendo en mis ojos. Y no podía decir nada, no habia dormido apenas, buscando una solución al problema. Ya no podía actuar a lo loco, no quería ese video circulando por ahí. Ahora era de Ruas, pero aun asi podía seguir pensando como librarme de ello

Contárselo a Gabi era peligroso, eso no impediría que el video acabara siendo público. Como mucho solo precipitaría las cosas. Las cosas no mejoraban cuando pensaba en el resto, Sergi y Dani a cada segundo querían quedarse solos, con Carlos pasaba igual, Valle estaba como ido, mirando al suelo, pensando y reflexionando. Y Gabi…Bueno ahora se que cuando alguna excusa era para irse a ver a David. La cosa no mejoro cuando en un momento dado Ruas entro en la sala

Estábamos de nuevo en Kapi, en una de las salas pequeñas, recorrió la sala con la mirada y cuando me localizo se cruzo pacientemente de brazos. No necesite mas, con paso cansino fui a su encuentro, cuando estaba a punto de llegar Ruas se giro saliendo fuera, hacia las escaleras. Le alcance pero Ruas no me miro, siguió bajando por las escaleras bajando hasta el vestíbulo negro para luego salir conmigo tranquilamente por la puerta

-Bien, estamos fuera las dos de la mañana… ¿Y ahora que?-

-Un paseo de madrugada siempre es vigorizante- respondió- Vamos-

Le alcance, Ruas subía por Tribunal, camino hacia la plaza mayor como no se desviase. Yo le seguí. Estuvimos callados un tramo luego Ruas volvió a hablar

-Lo he estado meditando, sobre que hacer contigo o que hacerte hacer- luego me miro- ¿Tu que crees que te pediré?-

-No te ayudare a hacer daño a mis amigos y si les pones la mano encima de nuevo…- Ruas ladeo la cabeza mirándome curioso, yo me calle

-No soy tan despiadado- comento- Vuélvelo a intentar-

-Seguramente follaremos-

Ruas asintió

-Bastante, la verdad es que eres de los tíos mas macizos que conozco- sonrió- Alégrate hombre, es algo bueno-

-A mi no me gustan los chicos-

-Pero te acuestas con ellos… Si no te gustan los dulces no coges un caramelo- sonrió- Tu eres bi por lo menos-

-¿Te gustaría que fueses asi?- pregunte- Para que todo encajara en tu cabeza-

-Aquí nada me encaja- dijo señalándose la cabeza- Si no aquí- se puso una mano en el pecho- Solo tengo que hacer que encaje aquí- ahora hizo un amplio gesto con la mano, señalando la estática calle

Ahora seguimos andando en silencio, de nuevo Ruas lo rompió

-¿Por qué te follaste a esa chica?- me paro girándome- No…Mejor, ¿Por qué cogiste uno de mis condones?-

-No quería dejarla embarazada-

-Pero sabía que lo descubriría… Tu no eres tan tonto- frunció el ceño levemente

-¿Quieres que diga que lo siento no?- pregunte intentando sonar chulo

-Quiero que me digas la verdad- respondió, se pego mas a mi- Cuando quiera que hagas algo te lo ordenare, no te lo preguntare… Estas muy sexy cuando estas rebelde pero tu no tienes mas voluntad que la que yo quiero que tengas- me pego a la pared- Aquí yo llevo el control, ¿te queda claro amor mió?- el tono burlón no oculto el tembló de su voz al llamarme por el apelativo

-No se porque lo hice- respondí, seguía pegado a el, su cuerpo despedía un calor relajante en comparación con la fría piedra de mi espalda- Se que estaba cometiendo un error pero…No lo se-

-¿Un error?- pregunto- Explícate-

-Debí habérmela follado a pelo o haberle pedio un condón a uno de los mayores-

Ruas apoyo su frente en la MIA

-¿Pero porque te acostaste conmigo? ¿Por qué me besaste?-

-No lo se Pablo, lo hice y punto-

-No me llames Pablo- me dio apretando sus manos en puños- Nunca-

-Lo seguiré haciendo- me alce un poco- Yo también tengo control aquí- y le bese

Ruas tiro de eso beso, como un sedienta en un desierto. Bebiendo de él, de mí. Mis manos se sorprendieron cociéndole de las caderas, Ruas hundió los dedos en mi pelo. Los dos estábamos ansiosos intentando imponernos al otro. Finalmente Ruas se paro

-Ohh Alex…- entrecerró los ojos, sus dedos me acariciaron el rostro- Me das ganas de llorar- se separo sonriendo- Eres lo peor que me ha pasado en la vida-

-Lo mismo te digo, cari-

Volvimos a andar

-¿A dónde me llevas?-

-Lejos- me dirigió una media sonrisa- Siempre lejos-

Valle

-¿Ves lo que te decía?- me pregunto Diego, estábamos en una esquina de la calle, el apoyado contra la pared sin mirar hacia fuera, sabia que no quería ver el beso

Yo asentí

-Sigo sin entenderlo- respondí

-Ya somos dos- se rió lúgubremente

-Si lo que me has contado es verdad. ¿Por qué esta con el?...Después de todo-

Diego se encogió de hombros mientras entrecerraba los ojos, de nuevo el aire se cargo de su serena tristeza. Yo en mi fuero interno sentía como me comían las dudas

Adri

Maria nos miraba a los dos, luego abriendo los brazos nos abarco a mi novio y a mi. Carlos se mostró incomodo pero supo estar a la altura, cuando se separo me cogió la mano

-Por fin te veo feliz- yo sonreí- ¿Se lo vais a decir a los demás?- yo mire a Carlos que se encogió de hombros- No lo sabemos todavía-

Mi amiga asintió, cuando se volvió para volver a entrar en la pista de baile mire a Carlos

-Mi abuelo llegara en dos días- le dije

Carlos me apretó la cintura en señal de apoyo

-Ya sabes que para lo que quieras yo estoy aquí- yo asentí- Te quiero-

Sonreí azorado, aun no me habia acostumbrado. Nos movimos por la pista, buscando algún lugar tranquilo. Nunca habia bailado con Carlos y la verdad es que tenia muchas ganas acumuladas, llevábamos toda la noche aguantándonos, esperando a que todo el mundo bebiera lo suficiente como para no darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Nos pegamos en una esquina, tampoco habia que tentar a la suerte

Apoye mi espalda en su pecho disfrutando de su respiración, luego me gire. Quería mirarle a los ojos, puede que no fueran ni verdes, ni azules, ni grises, ni aguamarina. Era un simple marrón café pero desde luego cada mirada suya me dejaba sin aliente. Comenzamos a bailar en cuanto empezó  la música al principio separados, luego a medida que avanzaban todas las canciones nos fuimos pegando. Era difícil, el cuerpo de Carlos era muy diferente al de una mujer, asi que teníamos menos espacio pero el parecía mas acostumbrado que yo a perrear a chicos de modo que consiguió acoplar su cuerpo al mió. No nos paramos, solo seguimos pegándonos, los botones de su camisa volaron, asi como los míos, pronto fue nuestra piel la que recibía las caricias

La suya quemaba como fuego, mi mano se paseo por su pecho, sintiendo el tacto, disfrutando del tatuaje. Sus manos me asieron las caderas, luego se separo acariciando los abdominales mientras se mordía el labio. Nos seguimos moviendo, metiéndonos cada vez más en las sombras de la esquina. Pronto las sombras nos cubrieron, pasamos de largo frente a dos parejas que se estaban liando, sin dejar de bailar, por detrás de los pequeños escenarios laterales, mis labios buscaron los suyos, sus manos me recorrieron la espalda  pegándome a el

Sabia que podían vernos pero ni a el ni a mi parecía importarnos. Podía admitirlo sin miedo, ese chico me volvía totalmente loco. Sus medias sonrisas chulas y juguetonas me erizaban la piel, sus manos fuerte y firmes jugaban con mis caderas, mis manos intentaban abarcarle pero era demasiado. Cuando apretaban los bíceps en seguida me atraía el moviendo de su pecho, cuando estaba allí las luces jugaban con los claroscuros en su tableta… Y sus labios… Perfecto en todos los sentidos, no quería más

Nos separamos y volvimos a la luz, tampoco podíamos estar tanto tiempo fuera de juego o alguien nos empezaría a buscar. Fuimos hacia la barra, por el camino yo salude a mis amigos y  Carlos a los suyos, aunque solo nos encontramos con Gabi. Carlos miraba en rededor como buscando a alguien, al parecer todos sus amigos habían desaparecido. Yo le tranquilice, a mi no me preocupaban donde estaban los míos a fin de cuentas le tenía a el. Pronto mi forma de pensar calo en él, tranquilizándole. Estando en la barra alguien le llamo y cuando me gire vi. que era Dani, el amigo sueco

Estaban hablando mientras Dani no dejaba de mirar alrededor suya y haciendo gestos con las manos. Carlos se encogió de hombros y luego poniéndose de puntillas miro entre la gente, no encontraba a quien parecía buscar porque negó con la cabeza. Su amigo agacho un poco la cabeza preocupada, yo le lleve su copa, Carlos me lo explico, Dani no encontraba a Sergi, otro de sus amigos

Alex

Tenía una extraña sensación, como si Ruas estuviera tirando de hilos que no podía ver. Pero era imposible, el estaba aquí, conmigo. Andando a mi lado mientras hablábamos de temas triviales, sujetaba un chocolate caliente en la mano del que daba sorbos juiciosos. Yo hacia lo mismo

-Si que has tenido una vida movida en cuanto a chicas- se rió- Y en cuanto a chicos también-

-¿Y tú?-

-Yo chicas ninguna, chicos… Bastantes menos que tu, échale que he estado con… ¿Cuatro?- le mire sorprendido, el tío mas guapo que conocía solo habia estado con cuatro chicos- Contándote a ti…Puede que cinco, no lo se bien tampoco- me miro- No se de que te sorprendes, yo siempre he sido hombre de un solo chico-

El comentario vibro en el aire, con una nota cáustica. Pero lo pase por alto

-No se porque eres asi- le confesé- Porque haces todo esto me refiero-

Ruas se encogió de hombros

-Tengo un objetivo, la forma que llegue a el no me importa demasiado-

-¿Hacerme daño?- pregunte

-No… Impedir que me lo sigas haciendo- suspiro- De todos modos me decepcionaste al principio, debo decirlo- bebió de su chocolate- Con esa actitud tan pasiva, no eras el Alex que conocí, luego sucedió lo del portal y tuve claro que nunca habías dejado de ser el mismo chico-

-Es fácil entenderte- chasquee los dedos- Solo necesito esto y vienes-

Ruas se rió, se le veía muy relajado

-Se te ve muy seguro de ti mismo- respondió- Para haber dejado a tus amigos solos-

-Tu estas aquí conmigo, estas lejos de ellos-

Ruas me miro, con cierta tristeza en los ojos

-Si, lejos- bebió de su chocolate- Y tú también-

-¿Qué…- empecé

-Corre- me dijo, señalando en dirección contraria a la que íbamos

No entendí, pero dándome la vuelta eche a correr, dejando caer mi chocolate a espeso. A mi espalda Ruas mi miraba, si me hubiera girado hubiera visto tristeza en sus ojos

Valle

-Ha pasado algo- dijo Diego en voz baja, pegándome contra el en la oscuridad- Escóndete que viene-

Estábamos tan pegados, su respiración contra mi me alborotaba el pelo. Actué, le bese, sus ojos llenos de pena se cerraron, descansado, sus labios acariciaron los míos

Pero mientras no dejaba de darle vueltas a todo lo que me habia contado Diego, a todo lo que habia visto. A Alex besándole, después de todo lo que se supone que habia hecho, que habían hecho los dos, uno por omisión y otro por venganza. Como se buscaban los labios el uno al otro. Todo ello con los ojos cerrados

Supongo que ese fue el fallo, el que tuviéramos los ojos cerrados. Asi la sombra que nos observaba desde el principio del callejón paso desapercibida, sonrió con tristeza, mientras bebía de su chocolate para seguir andando, perdiéndose entre las sombras y las calles desierta

Sergi

Vino se acerco, se pego a mí. Busco mi boca, me cogio de la mano. Me deje llevar, feliz. Todo era una nube

Luego todo cambio, como un fundido a negro, una fractura en mi conciencia. Sentía su boca de nuevo, buscando la mia, su lengua, sus manos por todo mi cuerpo. Pero no calidas y suaves, si no ansiosas y bruscas, como si quisieran llegar a todos lados. Entonces lo vi, era una lengua extraña, una boca extraña, las manos que me recorrían el cuerpo no eran las suyas, las que estaban manipulando mi polla no eran las suyas. El cuerpo que estaba moviéndose encima del mió, ensartándose a cada poco, en cada bajada no era el suyo

Me levante de golpe. Sin entender ni comprender, mi movimiento fue lo que necesito para que entrase entera dentro de ella, hasta el mismo fondo. Gimió como loca, busque con la mirada. Buscando, sin recordar el nombre pero si la sensación

-No- la palabra me llego cortándome los latidos del corazón- Tu no eres Dani-

Entre los botes de la chica que intentaba quitar de encima mia, los ojos verdes de Dani se clavaron en los míos, ojos que no estaban ahí. Si no en mi mente, mientras el por toda la discoteca me buscaba como loco. Tarde en reaccionar, en un segundo lo podía haber arreglado todo, pero tarde. Demasiado quizás

Pero la puerta se abrió, yo cerré los ojos. No quería verlo, necesitaba creer que me habia equivocado

Necesitaba creer que el destino no podía ser tan cruel


Espero que os haya gustado, si lo habeis encontrado flojo lo siento. Este fin de semana no he estado en mis mejores momentos jaja

Como siempre os animo a comentar y de paso rezad para que me baje la fiebre

GRACIAS POR LEERME