Caroline a la Chocolat

Una historia de sexo con toque gourmet.

La familia de los Moldavia siempre se caracterizó por su buen gusto en el arte culinario, en especial Jack que nunca rezongaba cuando Mamá lo alimentaba de pequeño.

Podía comer de todo y cuando se trataba de escoger en un banquete especial su comida favorita era la holandesa y por supuesto la mexicana. Pastas a la siciliana, anchoas desmenuzadas, costillas de cerdo relleno con hierbas, mole poblano, chiles en nogada, faisán, almejas al horno y todo tipo de carnes y filetes acompañados de los mejores vinos de las barricas de su Tío Alphonse como el Clos des Papes extraído de las viñas de Chateauneuf de Pape.

La historia que estoy por contar precisamente tiene ese toque gourmet exquisito al que me refiero, y todo comenzó por una gran idea:

Raymondo el siempre fiel amigo de Jack sabía que los Moldavia acababan de contratar a una nueva sirvienta llamada Caroline, más de dos veces la observo caminar por la fuente de mármol del jardín principal cuando llegaba muy temprano a sus obligaciones.

Era de cabello castaño y un poco ondulado, siempre sonriente, jovial, acinturada y de complexión mediana.

Ray se sonreía a solas con el solo hecho de pensar lo bien que la iba a pasar en el siguiente cumpleaños de Jack. Era el 4 de junio, el cumpleaños numero 30, así que esta vez no sería ningún auto deportivo nuevo, ni ningún reloj de diamantes ni nada de esas mariconadas de junior que solía regalarle a su amigo en fiestas pasadas.

Se organizó bien con dos cocineros de la familia para realizarle una orgía culinaria sorpresa con las mejores recetas y con uno de los mejores ingredientes: Nada menos que Caroline, la nueva y humilde sirvienta veinteañera de piernas carnosas y chapeteadas.

La propuesta de Ray fue rápida y sin rodeos en un soleado día miércoles junto a la alberca:

Hola Caroline, yo soy Raymondo de la familia de Liens. -Hola Jóven, si lo he visto por aquí en muchas ocasiones.

Desde luego siempre estoy con Jack, mis padres me dicen que parecemos hermanos.

Pero bueno..me he acercado a ti para hacerte una propuesta que será de tu agrado.

-Dígame Joven, que necesita.

Mira Caroline..como bien has escuchado por ahí, Jaques cumplirá 30 años, ya se acerca el día de su fiesta y necesito que me rentes tu trasero.

  • Que??! – contesto Carolina Si así es, necesito que me rentes tu hermoso trasero.

-Y para que lo quiere Joven-

oh ya veo que no te has molestado..siempre me han gustado las sirvientas respetuosas y complacientes como tú. Además serás recompensada por adelantado y lo mejor de todo es que lo disfrutaras como nunca.

(Ray puso un fajo con mil dolares en la bolsa del delantal de Caroline) -ooh..pero es mucho dinero, yo.. bueno mm, usted digame que tengo que hacer, será un placer - contesto Caroline de inmediato.

Como todo buen regalo sorpresa Raymondo no hizo ninguna mención de sus planes y fue paciente esperando hasta el sábado, el día de cumpleaños de Jack.

La fiesta inició a las 2 de la tarde en uno de los salones privados de la mansión con la clásica asistencia de las mejores familias de abolengo de siempre y con las mejores bebidas y bocadillos.

Ese fue un día muy ocupado para Ray ya que estaba afinando los últimos detalles de su regalo en una de las recamaras del tercer piso.. en tan poco tiempo se las arreglo para diseñar una mesa tan más extraña con la ayuda de sus amigos artistas de la escuela de diseño de interiores..

Era una mesa mediana de madera fina para dos personas, normal a simple vista, pero con la peculiaridad que tenia un agujero en la parte donde se servia la comida. Era un agujero en forma de corazón, con un especie de reclinatorio debajo, fácilmente podría caber un trasero ahí, y al parecer para eso estaba diseñado, “para comer traseros.”

Eran casi las 7 de la tarde y ya todos se habían retirado de la parranda cuando uno de los mayordomos de traje oscuro se acerca a Jack y le dice que su amigo Ray le tiene un regalo sopresa en el cuarto de las juergas del tercer piso.

Jack un poco cansado por tanto alboroto de la fiesta, se sonrió y se volvió a animar: “Veamos que pasa por allá arriba, aún no termina mi fiesta, he he.”

Mientras tanto Ray le ordeno a Caroline que se desvistiera y se hincara debajo de la mesa tratando de sacar lo más posible por el agujero en forma de corazón sus hermosas y apiñonadas nalgas carnosas.

Caroline ruborizada y excitada se empezó a poner algo húmeda con la idea.. entonces se arrodilló en el reclinatorio debajo de la mesa como se le ordenó y con un leve empujón hizo rebotar sus bellas nalgas temblorosas fuera del agujero desprendiendo un aroma agradable a lascivia..

Uno de los cocineros unto y embadurno el trasero de Caroline con una mezcla de chocolate suizo derretido, nieve de frambuesa y unas chispas de nuez con pasas..y enterró con delicadeza una cereza de buen tamaño justo en su ano.

Al terminar cubrieron el banquete con una tapa de metal, así como si se tratara de un cerdo relleno o un postre de alta cocina.

Jack llegó y toco la puerta de manera caballerosa con una leve sonrisa en los labios.

-Adelante amigo..este día no lo olvidaras, feliz cumpleaños! - exclamó Ray.

Rápidamente uno de los meseros le invita a que se siente, mientras el otro mesero lentamente empieza a destapar el festín que estaba por saborear.

Jack se excitó al instante y su miembro se puso duro al contemplar tras toda esa mezcolanza de colores un par de nalgas vivas con un clítoris casi palpitante.. escurriendo de chocolate y nieve.

En un tronar de dedos Ray ordenó a los meseros que se retirarán y así mismo el también abandonó el cuarto dejando a Jack completamente solo con su banquete en las narices.

Al instante en que se cierra la puerta Jack se queda mirando perplejo a su platillo y empieza a oler y observar cada detalle mientras se apretaba su miembro completamente erecto..se le hacia agua la boca y de pronto empezó por sujetar con sus grandes manos aquellas nalgas embarradas de chocolate..

Decidió lamer todo de manera irrespetuosa y voraz, introdujó toda su nariz en la vagina de Caroline y logro meter su lengua hasta el fondo, sintiendo la punta de aquel clítoris mojado concentrándose en limpiar la nieve y las pasas con su lengua, sus manos se resbalaban y prefirió sujetarse bien a los bordes de la mesa, de tal manera que su cara era el único protagonista enfrente de ese arte de culo.. Caroline no pudo contenerse más y comenzó a gemir de placer debajo de la mesa.

Jack logro comerse todo, dejando limpios a lenguetazos el par de glúteos bronceados y redondos de Caroline.

La cereza se la trago de una bocanada, y de pronto se baja el cierre del pantalón y se sube encima de la mesa como si fuera a montar un caballo..

Empieza a penetrar a Caroline salvajemente como un fornicario profesional.. sus testículos brincaban sobre las nalgas complacientes salpicando todo el chocolate fino por la mesa, y ella no tuvo más remedio que extasiarse en varios orgasmos uno tras de otro.

Su pene grueso festejaba 30 años de buen coger y esta vez no era la excepción.

Como todo buen final, nuestro amigo Jack eyaculó con éxito por toda la mesa salpicando todo el banquete con alegría a la vez que Caroline sonreía excitada por aquella loca y magistral experiencia. Franz Bagnat   © 2008