Carolina 6

¡estais poseidos! pero no os preocupeis, aqui está la exorcista

Eleuterio se movía violentamente para liberarse mientras las manos de Carolina se posaban en su torso, sentada sobre el miembro de Eleuterio empezaba a recitar oraciones, Eleuterio notaba perfectamente la concha de Carolina a pesar de los pantalones y notaba con horror como crecía su vigor.

¡joder! He de pensar en algo, pensaba Eleuterio, ¿qué hago? Piensa piensa, la abuela desnuda, la abuela desnuda , la abuela desnuda, eso, bájate, bajate.

Carolina, notando como la erección de Eleuterio perdía poder se quitó la sotana, conservando el alzacuellos y frotó sus pechos el torso de Eleuterio.

-yo te conjuro simiente que salgas del cuerpo de este hombre y entres en mi – decía Carolina de forma sexi.

-¡por el amor de Dios! ¡déjame en paz! –suplicaba Eleuterio entre lagrimas.

-el poder del sexo te obliga, el poder del sexo te obliga, el poder del sexo te obliga – decía Carolina mientras lamia un crucifijo que tenia en el cuello.

Eleuterio sentía como su vigor crecía y entraba sin dificultad dentro de Carolina, la cual gritó.

-gracias Dios mío, Gracias por ayudarme a guiar esta oveja descarriada.

-¡no! ¡no! ¿qué estoy haciendo? – se lamentaba Eleuterio mientras notaba como Carolina se movía violentamente.

-déjate llevar, libérate, libérate de lo que te ata, de lo que te suprime – decía Carolina mientras seguía sintiendo la carne de Eleuterio dentro de ella.

Eleuterio ya no podía más, en un esfuerzo rompió sus ataduras y puso a Carolina a 4 patas para penetrarla con violencia, Carolina juntó las manos mientras decía llorando de alegría.

-¡aleluya! ¡Gracias Dios mío por ayudarme a liberarlo de los demonios de la castidad!.

Eleuterio penetraba cada vez con más violencia, sintió como el orgasmo llegaba y cerró los ojos.

Al abrirlos, vio que todo era un sueño y vio que había agujereado su almohada a pollazos.

-¡Dios mío! ¡no estoy mal! ¡estoy peor! He de librarme de ella como sea – decía Eleuterio que se pasó toda la noche lamentándose