Carne joven...
Tras introducírsela en la boca descargue, no llegándosela a tragar como imagine, pero al menos la probo. Cayo parte desde su barbilla hasta sus senos y vientre, dejándola impregnada con mis fluidos.
Carne joven...
Muy buenas a todos, desde este medio os hago saber de mis experiencias algunos los llama confesiones, yo sinceramente las hago llamar… hechos autobiográficos. Lo que desde estas líneas os hago llegar es real, quizás para otros se les dé bien imaginar o fantasear… pero a mí simplemente no me va.
Me resulta tan sencillo contarlo ya que es natural… es vivido, me ha pasado… es real, quizás sea el motivo por el cual disfruto escribiéndolo… pues me hace volver a recordar cada momento, disfruto del detalle… de cada fragmento. En cada una de estas líneas que os quiero saber llegar, pongo todo lo que sentí o deseo hacer sentir… quiero que disfrute como yo lo hice, deseo que os pongáis en mi lugar o en todo caso con el que estoy. No os voy a mentir… no en todas disfrute, obviamente algunos me han defraudado… pues prometen mucho y luego no dan, pero eso es la vida y lo que significa este tipo de experiencias, ya que son simplemente encuentros esporádicos y a conveniencia de ambos.
Como os he dicho los hechos me ocurrieron hace hoy cuatro años, siendo jueves cuando tras salir de la oficina a eso de las 20:00 horas o 20:30 horas, obviamente tarde y como suele pasar en los trabajo debes de echar algunas horas más aunque mi hora de salir sea a las 19:00 horas. Bueno continuo, tras finalizar mi idea era irme a correr como manera de desahogarme y quitarme el stress, cosa que mi mujer sabe y que mientras me cambiaba en los aseos de la empresa, la llame para preguntar por ella y los chicos y de paso hacérselo saber. No vaya a no acordarse y se preocupara por mi tardanza, pues esta se iba a la cama sobre las 21:30 horas.
Mientras me fui colocando mi habitual vestimenta unas calzonas en color negro o sí queréis preferís llamarlo mejor… pantalón corto (quitándome hasta los calzoncillos, cosa que no habituó hacerlo), una camiseta de tirantes de color amarilla… la cual me encanta y un cortaviento. Salí a coger el coche con la intención mas por proximidad que otra cosa hacia el Parque del Alamillo, como os he mentado por tenerlo más cerca de la oficina pues cerca de casa me coge el parque María Luisa.
Accediendo como es mi costumbre por la entrada a la cual se le llama “Puerta de Santiponce”, cuya situación se encuentra por la cara sur del Estadio Olímpico para situaros mejor, esta da la espalda al estadio olímpico y es la más cercana al Lago Mayor.
Ese día recuerdo que corrí poco no mucho más de un par de vueltas a la periferia del parque, regresando a casa y en vez de tomar la Ronda Supernorte hasta tomar la Avenida de Carlos III, acorte por la carretera que da espalda al parque del Alamillo y que pasa por debajo de la Ronda de Circunvalación, cuyo uno de sus accesos es la Calle Américo Vespucio o sea la Isla de la Cartuja.
No iba muy ligero por los radares que hay en la zona no vayan a multarme, tampoco iba muy distraído pues la vista se me quedaba en algún coche estacionado por la zona, cuyos ocupantes se estaban dando el lote. Continúe por la Calle Américo Vespucio con la idea de tomar la primera salida hacia la Avenida de Carlos III, dándome cuenta que precisamente en el tramo que hay tras la salida de la Isla de la Cartuja hasta la Avenida, iba una chica caminando. Como para no fijarse por la lentitud que conducía y tras verla pensé…
- “Qué coño hace esa chiquilla dada la hora y por esta zona”.
Pero cuando mire por el retrovisor… te fijas mejor en ella, descubriendo como esta se detiene y tras alargar su brazo… saca un dedo de su mano, dándome cuenta que pretende hacer autostop. Detuve mi coche lo suficiente para verla y no ser visto, me fije que aunque pocos coches pasaban… ninguno se detuvo, quizás por su vestimenta o por ahorrarse problemas, ya sea una puta o señuelo para un robo.
Tras poner mi coche en marcha tome la salida de la siguiente rotonda dando un giro e incorporarme a la otra vía, continuando hasta donde se encontraba la chica con la idea de recogerla. Me noto excitado y eso que no la he visto bien, no pudiendo asegurar su edad… mi idea era solo recogerla y nada más, pero lo cierto es que estaba excitado… mí polla no son las que piensa en edad o sexo, mi polla es como un radar que huele a “hembra en celo”.
Bajo la mirada y descubro mi glande… sonrojado y en la punta una gota de liquido preseminal, claro síntoma de mi excitación… mmm y pienso… “como coño se ha podido salir del interior de la malla de mí calzonas”. Pero no penséis que me la guarde, pues me la deje ahí donde estaba a modo de ver si esta en el caso que se montara, deseaba saber que diría o haría… o gritaría.
Tras detenerme a la altura de la chica y pongo las luces de emergencias, me he dado cuenta de su poco decoro a la hora de vestir… pues esta vestía uno de esos pantalones vaqueros súper ajustados, una blusa negra de mangas largas a juego con unas zapatillas de cordones, fijándome que en vez de estar más atenta a la carretera, está atenta al puto móvil… fijándome bien que está mandando o un mensaje o está whatseando con alguien.
No era muy alta… quizás mediría un metro sesenta, cabellos negro azabache y ojos verdes, piernas delgadas, anchas caderas y senos grandes… echándole una talla 100. A modo de llamar su atención le pregunte…
- “Te acerco a algún sitio”, solté.
Tras verme, me contesto…
- “No, gracias”, soltó.
“Pues a la mierda” pensé y tras quitar las luces, me incorpore a la circulación no llevando unos metros cuando escuche la voz de chica llamar mi atención, deteniéndome y ver por el espejo retrovisor… como esta corría hasta donde yo estaba. Tras disculparse, me pregunto…
- “Lo siento, hacia dónde vas… estoy un poco perdida, me podrías acercar a alguna parada o a la estación, por favor”, me pregunto.
Puse cara desencajada y pensativa alargando mi silencio, mientras la miraba como si esperaba algo más.
- “Mira lo siento de verdad… estoy cabreada con el cabron de mi novio, él cual me ha dejado tirada y no se volver a casa, menos aun desde donde estoy”, dijo rogándome.
- “Venga entra te acercare a la estación mejor”, le dije al tiempo que le abría la puerta.
Tras montarse en el coche… se puso el cinturón y me indico que vivía por Santiponce, pidiéndome que le acercara a la estación de autobuses a modo de poder coger el autobús, pues no deseaba llamar a su padre para que viniera a recogerla y le echara encima la “bulla”. Cuando pregunte por su novio esta solo soltó…
- “Todos los tíos son iguales, cuando tiene oportunidad nos la pegan con otra, encima va diciendo que no fue culpa suya”, dijo.
Comencé a decirle que quizás fuera la otra quien le incito, pues a veces no se quiere engañar a la persona amada y las circunstancias no hacen hacer lo que realmente no deseamos. Le dije…
- “Mira yo no conozco a tu novio y que quizás fuera el menos indicado para defenderlo como hombre que soy, pero hablando se arreglan las cosas”, le solté.
Mientras ella replicaba al cual maldecía una vez tras otra, yo intentaba que razonara y tras notar que no funcionaba, no se me ocurrió mejor cosa que decirle…
- “Pues devuélvele la misma jugada, enróllate con algún conocido o mejor aun con algún desconocido, sabiendo bien que nunca él sabrá quién es”, le dije.
Sugerencia que no se lo tomo mal… más aun después de ver el rostro pensativo reflejado en su rostro, pareciéndome un buen momento para cambiar de tema. No pareciéndome mal como tema de conversación su vestimenta, haciéndole saber cómo podía colocarse unos vaqueros como ese tan ajustado, dejándole caer…
- “Ese esta como para las prisas cuando te vayas a liar con uno, pues yo creo que lo mejor sería dejarlo”, le solté al tiempo que reír como manera de romper el hielo.
Esta hizo un comentario precisamente hacia sus pantalones y cuando quiso devolverme la gracia en referencia a mi vestimenta, fue cuando se fijo precisamente en mis calzonas… acabando por callarse, mirando hacia delante toda sonrojada. Mi miembro no estaba precisamente enseñando mi glande sino que prácticamente estaba fuera, llegando incluso a rozar el volante… mmm!!!. Llegando está incluso a mencionármelo…
- “Perdona, te has dado cuenta que tienes tu polla fuera de las calzonas”, soltó.
- “Dios… perdona, no me he dado cuenta (mentí), lo siento mucho… no se que decir”, le dije y continúe.
- “Mira si deseas bajarte… lo comprendo”, le solté, mintiendo evidentemente.
Recuerdo que esta no solo se disculpo por su comentario, como si pensara que encima molesto y me dijo…
- “No por favor, perdona si te ha molestado lo que te he dicho, pensé que lo habrías echo adrede”, soltó.
Le conté que había venido de correr del parque del Alamillo y que lógicamente me excite nada más verla, pues eres muy bella y con muy buenos atributos, tanto que mi glande se salió de las calzonas. Esta con descaro hizo mención al tamaño de mi miembro, pues según parecía su novio no tiene ni la mitad. Cosa que me envalentono para soltarle…
- “Lo siento mucho de corazón, pero vas a tener que soportarla ver hasta que pueda guardarla a no ser que tu lo hagas por mí”, le dije.
Lógicamente me esperaba de todo… desde insultos como algún que otro golpe, pero lo que menos esperaba aunque lo deseaba era lo que ella hizo, pues con todo descaro posara su mano sobre mi miembro, haciéndome sentir la juventud que emanaba desde la palma de su mano… mmm!!!. Os puedo constatar lo nerviosa que estaba… notaba por el tacto como temblaba, soltándole…
- “No tienes que hacer nada que tu no quieras”.
- “No te gustan las mujeres”, me respondió.
- “Claro que me gustan, pero no deseo hacer algo que tu no deseas de corazón”, volví a responderle.
Tome la salida que da acceso al polígono Industrial Los Girasoles, adentrándome por las calle hasta un estacionando que precisamente no os voy a decir lógicamente. Tras para el coche a un lado los bastante cubierto como para no ser visto, apague las luces… solté el cinturón de seguridad y me gire hacia ella. Está tartamudeando y sin apenas voz… se me quiso presentar, no dejándola que lo hiciera al poner uno de mis dedos en sus labios, haciéndole saber que de esa manera era mejor. La mueca de una sonrisa en su cara era el significado de un “gracias”, quedándome a la espera de su siguiente paso.
Paso que dio una vez que poso su mano derecha en mi mejilla al tiempo que cerraba sus parpados y unía sus labios con los míos, comenzándonos a besar… mmm!!!. Sintiendo esos cálidos labios impregnados en inocencia e ingenuidad, llenos de juventud y al mismo tiempo deseo. Comencé a besarla cada vez con más pasión y desenfrenó, llevando mi mano izquierda primero a su vientre e ir ascendiendo hasta uno de sus senos… mmm!!!, mientras ella comenzaba a gemir.
Separe mis labios de los suyos y descendí hasta su cuello, descubriendo que como toda mujer es uno de sus puntos débiles… ella se estremecía y sollozaba. Propuse parar y ella entre gemidos me soltó…
- “No… no… sigue, por favor sigue”, me dijo.
- “No pasa nada… de verdad, solo es que me gusta”, soltó nuevamente.
Tire de su blusa hacia abajo al tiempo que me lleve su sujetador y salto su seno desnudo, comencé a besarlo con delicadeza al tiempo que acariciaba el otro, tire del otro lado de su blusa y deje ambos senos fuera… mmm!!!, dedicándole la misma atención que al primero. Ella gemía cada vez con más fuerza… se estremecía con cada una de mis caricias, se agitaba con mis besos… al tiempo que jadeaba.
Uní nuevamente mis labios a los suyos y se le notaba que estaba totalmente entregada, más aun cuando descendí otra vez a sus senos y estaba vez no me contente con besarlos, sino que comencé a lamerlos, chuparlos e incluso mordisquearlos, haciendo lo mismo con sus pezones… aaahhh!!!, poniéndose duros como hielos… ooohhh!!!.
Sin dejar de besarle descendí mi mano izquierda hasta su entrepierna y comenzar a frotar mis dedos por encima de su pantalón a la altura de su ingle, mientras ella gemía. Desabotone el botón del pantalón y baje su cremallera, tirando de su pantalón hacia abajo que la verdad que me costó un mundo y si no fuera por ella… no lo hubiera hecho.
Tras bajarle el pantalón descubrí para mi sorpresa que llevaba uno de esos tangas de hilo, poniéndome todo nervioso… no era para menos. Baje mi boca hasta su vientre… luego pubis y al tiempo que se lo quitaba, pose mis labios en sus labios vaginales, cuyo sabor era exquisito, continuando luego con su vulva… ooohhh!!!.
Comenzando a lamer y chupar mientras ella se estremecía de placer, separando sus muslos cosa que me facilito llegar a sus labios vaginales, ayudándome naturalmente por una de mis manos al separárselos y poder deslizar mi lengua por ellos… mmm!!!.
Ella gemía y sollozaba… aaahhh!!!, se estremecía y suspiraba… ooohhh!!!, una vez tras otra… llegándole yo a animar y haciéndole saber que no había nadie, si deseaba quedarse a gusto. Continué unos minutos por su vulva y clítoris al tiempo que comencé a penetrarla con sumo cuidado con uno de mis dedos, notando como se movía casi al compas de mis dedos entrar… ooohhh!!!, notando que era virgen por lo que no lo introduje hasta el fondo, continuando por el segundo hasta entre convulsiones y la presión de sus manos en mis cabellos, no solo era evidente de su primer orgasmo sino que tuve el honor de poderlo saborear… uuummm!!!.
Respiraba agitadamente… cuando ella me aparto y tomo mi miembro para introducírselo dentro de su boca, facilite su labor al principio pero la falta de espacio, me hizo tomar la decisión de facilitar sus deseos y tras salir de mi coche, me dirigí hacia su lado abriéndole la puerta. Tras colocar mi glande a la altura de su boca esta no solo la cogió con una de sus manos, sino que comenzó a restregárselo por sus labios como toda una “profesional”, continuando por introducírsela dentro de su boca y comenzar a chupármela… ooohhh!!!.
Asombrado me dejo cuando se llego a introducir hasta la mitad de mi tronco, demostrándome que para lo joven que es… demuestra mucha habilidad, dándole un trato a mi glande que pocas mujeres de mi edad saben darle… aaahhh!!!. Creo que la subestimé cuando la vi… uuummm!!!, beso mi ingle e incluso coloco sus manos en mis caderas una a cada lado y comenzó a tragársela sin ayuda alguna de estas… ooohhh!!!.
Como olvidar esas dulces palabras… como olvidar con el tono que las pronuncio, pues me pidió…
- “Deseo que me la metas… ya”, me soltó.
- “Llevas preservativo… quiero que me penetres, deseo que me la metas… por favor”, soltó por esa dulce boca.
- “Claro que llevo, haremos lo que tu desees… no forzaremos nada que no quieras”, le conteste.
- “Métemela ya coño, pero por favor… hazlo despacio, nunca lo he hecho”, dijo.
- “No te preocupes precisa”, conteste.
Tras ponerme el preservativo le hice tumbar sobre el asiento y tras poner mi glande en su entrada vaginal, comencé a penetrarla muy lentamente… hasta notar la limitación, retrocediendo y volverlo a introducir… poco a poco, hasta que le romí el himen y como suele decirse se hizo una mujer.
Continúe penetrándola lentamente… para sacarla con rapidez hasta mi glande, volviéndola a introducir de la misma manera al menos fueron diez embestidas, tiempo que supuse suficiente tras su segundo orgasmo. Comenzando a acelerar entre quejidos y suspiros de ellas, mientras la penetraba tomaba de sus senos unas veces y otras acariciaba su cuerpo, no dejando centímetro de su piel. Ella gemía y suspiraba… aaahhh!!!, se retorcía y volvía a gemir e insultaba, pidiéndome que le hiciera de todo.
Cosa que hice y tras sacarle mi polla la hice levantar, darle la vuelta e inclinarla hacia delante… dejándome sus enormes y al mismo tiempo bellas nalgas a la vista. Cosa que ella creyó que la iba a penetrar analmente, pero tras tranquilizarla y explicarle lo que íbamos a hacer… se calmo, volviéndola a poner mi glande en su ingle, frotándola una vez tras otra por sus hinchados labios vaginales hacia su orificio vaginal, deseando y así fue cuando ella me suplico que la metiera, volviéndola a hacer disfrutar de placer.
Ignoro las veces que obtuvo el orgasmo… peo supuestamente en cada uno de sus gritos o cuando las contracciones fueron mayores, sentir como se estremecía era algo maravilloso y al mismo tiempo hermoso.
Cansado de ser yo quien embestía… la saque y tras sentarme yo, ayude a sentarse sobre mi polla… colocando una pierna a cada lado de mi cuerpo, coloque mis manos en su cintura y la ayude a moverse. Cogiendo rápidamente la idea y ser ella quien marcaba las embestidas… aaahhh!!!, mientras escuchábamos el chapoteo de mi polla en su interior… al tiempo de sus gemidos de placer. Solté sus caderas y tome sus senos, solté sus senos y acaricie su espalda descendiendo hasta sus nalgas, tomándolas una por cada mano y magreándoselas… llegándola incluso a palmearla. No dejando de soltarme…
- “Soy tuya… hazme lo que desees”, me soltó.
- “Déjame penetrarte por detrás… te aseguro que no te dolerá mucho”, le pedí.
- “Déjame penetrártela por tu orificio anal, veras como al final te gusta”, le dije.
- “No que me dolerá”, respondió.
- “Te he penetrado como te dije y no has sentido dolor, me has pedido que te haga gozar… ahora no quieres”, le solté.
Dándose la vuelta a modo de entregarse sin decir palabra alguna hizo, colocándome detrás y comenzar con ayuda de un bote de vaselina, comenzando por introducirle un dedo al tiempo que le hacia un dedo, luego dos y finalmente un tercero… mientras que gemía. Tomando la decisión de que estaba preparada y penetrándola muy despacio, soltándome ella…
- “Aaayyyy… aaayyy… para… para, que duele mucho”, soltó.
Cosa qué no hice y continúe, la introduje toda muy despacio… quedándome quieto y que ella fuera adaptándose al grosor, una vez que sus gritos fueron descendiendo… comencé nuevamente a moverme, comenzando nuevamente a gritar pero por cada grito de dolor soltaba un gemido de placer.
Remitiéndose poco a poco y disfrutar de tales embestidas… aaahhh!!!, envalentonado nuevamente ante el disfrute de ella… cambie de posición, siendo la definitiva por mi pronta llegada. Tras volverla a colocar de espalda a mi ya con su nalgas en pompa, comencé a penetrarla un par de veces más tiempo que hacerle saber que me venía, llego esta a pedirme que deseaba probarla… sacándola con prisa de la misma que ella se puso derecha, me quite el preservativo y descargue toda mi leche en su boca.
No llegándola a tragar… como imagine, pero al menos manche su cara… cayendo esto por su barbilla hasta sus senos y vientre, dejándola impregnada con mis fluidos. Tras descansar un rato… la limpie con toallitas, le ayude a vestirse y la lleve cerca de donde vivía que era por la Avenida de Andalucía. Tras despedirnos con su rostro de tristeza por lo más posible que no nos viéramos, se marcho… dejándome la imagen de sus nalgas y el sabor de su juventud.
Hoy día Vanesa con sus veinte añitos recién cumplido... estudia magisterio, ahora es una mujer diferente... dejando atrás a aquella niña. No solo por su edad sino tanto mental como físicamente, ahora es todo una mujer y gracias a dios que ha cambiado, hasta su estilo de ropa. Pues desde el día que tuvo un accidente con la moto y que en el hospital no pudieron quitarle el pantalón, me hizo saber que lo paso muy mal pues tuvieron que cortárselo e introduciéndole una tijera, sintiendo la fría punta de ese arma blanca.
Llorando me conto lo mal que lo paso, llorando me conto que fue su novio el culpable del accidente, el cual se marcho y la dejo tirada ante el miedo. Aunque hace ya dos años de aquello y lo recuerdas por lo que ocurrió, recuerdo que estaba en casa y recibí su llamada, me conto que estaba en el hospital y lo sucedido. Me pidió que fuera por que en ese momento deseaba un amigo, deseaba a alguien de confianza, aunque este alguien haga dos años que no nos vemos pero que fui una persona muy importante en su momento.
Llegue al hospital y ante el asombro de sus padres al presentarme, corrigiéndome ella rápidamente y presentarme como un profesor de moral de apoyo, presentándome como un profesor el cual le ha ayudado mucho y enseñándole todo. Recuerdo el mal trago que pase y no solo por estar con sus padres, sino que quiso hacerlo allí mismo en el hospital, pues me recordó que siendo una chiquilla con dieciséis años le hice mujer, recordándome que fue ella la que me entrego cada parte de su cuerpo virgen y puro, siendo ahora una mujer y gracias a mi.
Y sí… finalmente lo hicimos pero en el aseo, donde yo sentado sobre la taza del wc y ella encima, disfrutando y al mismo tiempo muertos de miedo de que nos descubran, pero bueno eso será otra historia. Bueno os dejo hasta una nueva experiencia… vale, ya me contáis que os aparecido y mis confidentes deciros que me hagáis saber si me he olvidado de algo, os dejo y hasta pronto.
Espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí… disfrutarlo, os dejo hasta pronto y espero que no seáis muy crueles conmigo, mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com, hasta pronto.