Carmina la hermana II
Despertamos al dia siguiente y nos han convertido en hermanos
Después de la noche que pase con Carmina me quede a dormir con ella. Me invito a dormir en su cama y al verla encaminarse a la misma desnuda la seguí y caí en la cama a plomo después de la sesión maratoniana de sexo estaba agotado
Al despertarme estaba pegado a ella a su espalda, haciendo la cucharita. Mi polla descansaba entre sus piernas y el verla así desnuda a mi lado me hizo reactivarme poco a poco. A pesar de que empezaba a hacer calor ya esos días y estábamos durmiendo destapados su cuerpo estaba fresco. Apoyé mi mano en su pecho y sentí el tacto de sus pezones durante un rato, pero el sueño aun nos tenia vencidos a los dos.
Mientras aun dormitaba me giré y ella vino en mi búsqueda ahora notaba sus tetas contra mi espalda y su mano izquierda descansaba sobre mi cadera. Sentirla allí me empezó a excitar y poco a poco empecé a empalmarme.
Balancee mi cadera suavemente y provoque que su mano escurriese hacia adelante hasta hacer contacto con mi miembro. Al notar el contacto con mi polla su mano se aferró a ella y sentí como a mi espalda Carmina terminaba de despertarse. Empezó con una paja lenta y muy placentera. Su mano escurría a lo largo de mi polla haciendo que se me empezase a poner dura. – Que manera mas linda de despertar – susurro mientras rozaba sus pezones contra mi espalda e intentaba rozar su coño contra mi culo. – Desde luego que si – murmuré mientras me giraba para quedar boca arriba en la cama y ver como su mano recorría mi falo de arriba abajo. - Pídeme que sea una buena zorra anda – me dijo justo antes de besarme para a continuación llevarme a la boca su pecho izquierdo. Mi respuesta fue darle un lamentón al pezón y amorrarme a su pecho. Ella por respuesta gimió y en ese momento yo cumplí su deseo. – Se una buena zorra anda – le dije.
En ese momento ella se incorporo y me dijo. – Voy a ser una buena zorra para ti – me dijo mientras su boca se dirigía a mi polla. – Que buena pinta tiene tu polla por la mañana – me dijo justo antes de lamerla desde los huevos hasta el glande. – Me pone super cachonda poder hablar así contigo – me dijo antes de empezar una lenta mamada. – Me encanta ver tu boca engullendo mi rabo – le dije mientras mi mano se posaba en su culo. – Uuuum – fue su respuesta mientras mi glande dentro de su boca hacia contacto con su campanilla. – Joder que gusto – le dije mientras posando mi otra mano en su coronilla le empezaba a marcar el ritmo de la mamada. – ¿Me vas a enseñar a mi edad a mamar una polla? – me dijo sacándose mi polla de la boca dejando caer hilos de saliva. – No – le dije en un primer momento. – Te voy a enseñar como me la tienes que mamar a mi – le dije mientras empezaba a empujar su cabeza a fin de hundir mi polla de nuevo dentro de su boca.
Cuando mas estaba disfrutando de su boca enroscada en mi polla comenzó a sonar su móvil. Ella por un segundo lo miro y sacándose mi polla de la boca me dijo – es mi hermana – al tiempo que descolgaba y se quedaba sentada en la cama.
- Si bien – le dijo a su hermana que le preguntaba algo al otro lado del teléfono. – Si se quedo a dormir en la habitación de luis – le dijo mientras me miraba. Yo en ese momento le cogí la mano y la dirigí a mi polla, ella reacciono como si le hubiese dado un calambre solándomela al momento. Ella me miro contrariada. De nuevo le cogí la mano y le hice que me envolviese la polla. – Si, si aun esta dormido supongo- dijo mientras de nuevo retomaba el ritmo de la rica paja que me estaba haciendo y su mirada se llenaba de lujuria.
Miré a mi alrededor y vi que tenia un blog de notas. Y lo cogí y escribí ¿No querías aprender a ser una buena zorra ? Ella continuaba hablando con su hermana mientras le respondía – Si claro hablo con él cuando se levante, no te preocupes –. Clavo su mirada en la mía y continué escribiendo. Pues prepárate escribí a continuación. Ella por respuesta le dio un suave apretón a mi polla y se siguió recreando en la masturbación que me estaba dando. Sigue hablando con tu hermana alarga la llamada todo lo que puedas le escribí. Una vez que lo leyó asintió y de nuevo mientras hablaba con su hermana le dijo – Cuéntame que tal anoche con Luis – le dijo ella mientras yo la cogía suavemente de sus rodillas y la invitaba a acercarse al borde la cama. Ella me miro sin entender y una vez que sus pies tocaron el suelo estando delante de ella se lanzo a meterse mi polla en la boca para continuar la mamada. – Tu boca es una delicia, pero al que le toca comer ahora es a mi – le susurre en el oído contrario al que tenía el móvil apoyado. Note como su piel se erizaba. Me coloque de rodillas delante de ella y abrazando sus caderas la invite a colocar su coño al borde de la cama. Sin hacer ningún ruido fui saboreando sus pechos y poco a poco llegue a sus pezones a los que les dedique la mayor de mis atenciones y los estimule hasta ponerlos duros piedras. A estas alturas, la conversación de Carmina con su hermana era monosílabos, pero seguía manteniendo la conversación tal y como le había pedido.
Comencé a besar sus rodillas paseando la punta de mi lengua por el interior de sus piernas hasta llegar a su vagina. Y poco a poco con la ayuda de mi lengua empecé a estimular su clítoris. En ese momento su mano izquierda como yo hice con ella se apoyo en mi coronilla y empujo hasta que hundió mi cara en su coño. – Joder que bueno – grito saliéndole del alma. En ese momento su mirada descendió y se clavo en la mía. Roja como un tomate buscando una salida dijo – Vamos quiero decir por ti claro – mirándome ojiplática mientras comprobaba si la excusa le había servido o no. Al comprobar que su hermana seguía contándole lo que fuese que le estaba contando su mano volvía a empujar mi cabeza contra su coño solo que esta vez su pelvis acompaño a mi lengua y a mis dos dedos que ya se enterraban en el fondo de su vagina. – Si, si, si – era lo único que salía de su boca. – Luego cuando hable con él te digo algo – me dijo mientras los movimientos de su cadera cada vez eran mas fuertes. – Si creo que ahora está ocupado – le respondió a su hermana mientras ahora restregaba arriba y abajo su clítoris por mi boca. – Si ahora desayunaremos – decía intentando mantener un tono de voz normal. – Si yo creo que él zumo y yo mango y un buen vaso de leche – le oí decir mientras de nuevo la follaba ya con tres dedos dentro de su vagina. – Si, si, luego hablamos – le dijo notando cada vez más nerviosismo en el tono de voz. – Si, si que llevamos media hora hablando, disfruta guapa, hasta luego – le dijo antes de dejar caer el teléfono sobre la cama y dedicarse de pleno a disfrutar del orgasmo que ya por completo se estaba apoderando de ella. Hundí todo lo que pude mis tres dedos dentro de ella y comencé a notar los temblores de su orgasmo en mis dedos. Sentir las contracciones de su vagina en mi mano me hizo mirarla mientras veía como todo su cuerpo temblaba por completo. Se dejo caer sobre la cama mientras seguía temblando. Yo acerque mi boca a su clítoris y atrapándolo entre mis labios la ayude a disfrutar y prolongar lo máximo posible su orgasmo mientras mi mirada se clavaba en la suya.
Joder que bueno – me dijo mientras después de saborear ella su orgasmo y yo de bebérmelo por completo se incorporaba y empezaba de nuevo a besarme. – ¿Te gusta como sabe tu corrida en mi boca? – le dije entre morreo y morreo. – Me encanta el sabor de mis corridas en tu boca – me dijo mientras su mano se dirigía a mi polla. – Me has hecho correrme tres veces – me susurro mientras la yema de sus dedos se deslizaba por su glande. – Me encanta hacerte correr una y otra vez sin parar – le dije antes de volver a hundir mi lengua en su boca. – Y a mi me encanta que lo hagas – me dijo mientras ahora era su lengua la que se introducía en mi boca.
Me encantaría volver a follarte – le dije mientras colocaba mi cadera delante de su coñito de nuevo. – Me encantaría volver a follarme tu coño – le dije mientras situaba mi polla a la entrada de su coño y hundía mi cara entre sus tetas. - ¿Quieres volver a follarme? – me dijo mientras cimbreaba su cadera y hacia que su vagina rozase todo mi miembro. – Si – le dije introduciendo mis primeros centímetros dentro de ella. Poco a poco fui introduciéndome dentro de ella, pero una expresión de dolor apareció en su rostro. – Creo que mi coño se resiente de la follada de anoche – me dijo mientras la veía esforzarse por dejar que mi miembro entrase en su interior. – Espera un segundo – le dije mientras me incorporaba e iba al salón en busca de la botella de aceite que me enseño por la noche.
Volví a la habitación de nuevo y de rodillas me coloqué entre sus piernas. – Vamos a preparar tu conejito de nuevo – le dije mientras hundía mi lengua dentro de ella y esta se dejaba caer sobre el colchón. Ella se dejo comer y lubricar con mi saliva mientras estimulaba sus pezones. Y se retorcía disfrutando de su placer. – Disfrútalo que de eso se trata – le dije mientras poniéndome mis rodillas al borde del colchón ella notaba reposar mi polla sobre su monte de venus. Unte mis dos dedos de aceite y la lubrique lo mejor que pude desde sus labios vaginales a su interior. Una vez hube lubricado bien su coño y después de una nueva corrida por su parte mi polla estaba dura y dispuesta a follarla. Dejé caer aceite en mi polla y una vez que ya la tenia bien lubricada la volví a penetrar, pero el resultado fue el mismo por desgracia. – Supongo que para mi coño ha sido demasiado correrse en una noche 12 veces y estar follando 6 horas – me dijo.
Por un momento ella se me quedo mirando y yo le dije que no pasaba nada que podríamos desayunar y ya luego veríamos. – No quiero dejarte sin descargar y yo quedarme sin mi ración de leche – me dijo mientras su mano volvía a apoyarse en mi cadera. – De verdad no pasa nada – le dije mientras me incorporaba y la acompañaba a seguirme a la cocina. – Algo se me ocurrirá ahora – le dije mientras le guiñaba un ojo.
Carmina me acompaño a la cocina y desnudo como estaba me senté en una de las sillas de la cocina mientras ella me preparaba un café. Mi polla ya para cuando nos sentamos a desayunar estaba morcillona. Y ella no paraba de decirme que quería comer que me apetecía tomar, si quería algo más. – Si que quiero algo más – le dije cuando ya me había tomado medio café y ella me decía que el suyo se lo estaba tomando solo.
- Lo que quieras – me dijo ella levantándose de la silla dejándome recrearme con su cuerpo desnudo esperando ver que le pedía. – Ya que quieres mi leche para tu café – le dije mientras mis dedos empezaban a acariciar desde su ombligo en dirección a sus pechos – Quiero que me hagas una cubana – le dije poniendo uno de los cojines de la silla que había a mi lado en el suelo.
– Que considerado eres siempre – me dijo arrodillándose delante mía y empezando una nueva mamada. – Ya que por un rato no te voy a poder follar por lo menos disfrutare de ti chupándomela – le dije. Ella se dejo apoyar sobre sus talones mientras su mano apoderándose de mi polla me empezaba a pajear.
– Es que no estoy acostumbrada a este ritmo hijo – me dijo dándole un lengüetazo a mi glande. – Antes era un orgasmo como mucho por cada polvo que he echado – me dijo acercando su pezón a mi prepucio. – Lo de anoche para mi es el sexo que tengo normalmente en tres o cuatro meses – me dijo ahora incorporándose y ahora envolviendo mi polla entre sus tetas. – Y que prefieres – le dije yo mientras la besaba y notaba como mi glande saliendo de su canalillo se topaba con su mentón. – Lo que me estas dando tu ahora mismo ni lo habría imaginado – me dijo. – Me has pervertido como no te imaginas – dijo mientras ahora aumentaba su ritmo y me masturbaba con sus pechos.
– No sabes las cosas que están pasando ahora por mi cabeza – me dijo. – Pues si te puedo ayudar a cumplirlas cuenta conmigo – le dije mientras la esponjosidad de sus tetas me estaba haciendo llegar a mi orgasmo. – Ahora lo que quiero es que te corras en mi cara y en mis tetas – me dijo casi implorando. – Quieres mi corrida en tu cara y en tus tetas – le dije mirándola a lo ojos. – Si quiero que me embadurnes con tu corrida todo lo que puedas – me dijo. – Esta bien – le dije poniéndome de pie. – Yo me corro encima de ti si tu te vuelves a correr otra vez para mí – le dije poniéndome de pie. – Como quieres que lo haga – me pregunto. – Como veo que eres una puta, experta, quiero que te hagas una paja para mí – le dije.
– Me encanta ver cómo te tocas – le dije mientras ella ya había llevado su mano izquierda a su vagina y sus dedos empezaban a castigar su clítoris. – Me encanta ver cómo te pajeas – le dije. – Y a mi me gusta ver como mueves tu polla delante de mi cara para correrte y llenarme entera. – No sabes lo cachona que me pone saber que tu que ya para mi eres como mi hermano te vas a correr sobre mí, que anoche me follaste por todos mis agujeros, que me hiciste correrme de todas las maneras posibles. Tu que en breve vas a ser mi hermano político me vas a regar con tu corrida mi cara, mi boca y mis tetas – termino ella mientras se concentraba en sus sensaciones, sabía que estaba cerca de correrse. – Hermanita – le dije mientras no dejaba de menearme mi polla y suavemente presionaba su pezón derecho. – Dime hermanito – me respondió ella. – Hermanita – de nuevo recalque, - Me puedo correr en tu cara y en tus tetas mientras tú te corres – termine de preguntarle mientras mi corrida en ese momento hacia acto de presencia y explotando como un volcán se estampaba en varios chorretazos contra su cara y sus tetas.
Ella al notar mi eyaculación no cerro los ojos y mientras vio como me corría yo su orgasmo hizo acto de presencia y la mancha que empezó a aparecer en el cojín me dejo claro que los dos nos habíamos corrido.
- Me encanta verte pringada hasta las orejas – le dije mientras ella se incorporaba de nuevo. – Quieres que termine de desayunar así – me pregunto dejando a entender que si no iba a lavarse. Retiré su silla y le dije – Acompáñame por favor – le dije. Uno de los restos de mi corrida estaba en su labio superior, al dar un sorbo de café paso su lengua por el mismo tomándoselo. – Que rico el café con leche – me dijo mientras me miraba aun encendida. – ¿Te has quedado con ganas de más? – le pregunte dudando de haberla dejado satisfecha. – No créeme que con cinco orgasmos en tres horas que llevo despierta tengo suficiente – me dijo mientras daba ahora un mordisco a la tostada.
Me quede mirándola viendo como pasaba sus dedos por sus pechos y junto con la tostada iba dando cuenta de mi corrida sobre su cuerpo. – Me estas poniendo de nuevo cachondo – le dije viendo como mi polla se mantenía en un estado de semi erección. – Por cierto, una cosa – le dije sabiendo que podía hablar con ella de todo. – Dime – me respondió ella. – Por que dices que en breve voy a ser tu hermano – le pregunte diciéndole que era una cosa que me había puesto muy cachondo. – Pues muy sencillo dijo ella, - Por que tu hermano anoche le pidió a mi hermana que se casase con él – me dijo ella y además continuo – antes mientras me comías el coño en la cama mi hermana me ha preguntado que como se había portado mi hermano político conmigo – me quede mirándola por un momento. – ¿Eso es lo que ha provocado tu orgasmo? – le pregunte. – No eso es lo que ha provocado que me corriese tres veces mientras hablaba con mi hermana por teléfono me contaba como tu hermano la había follado de cinco o seis maneras diferentes por el coño y tú al mismo tiempo me comías el coño hermanito – me dijo ella haciendo que yo viese como sus pezones se ponían cada vez mas duros. – Así que tu hermanito te pone cachonda – le dije incorporándome sobre la mesa para tener sus pechos a mi disposición y poder saborearlos de nuevo. – Si hermanito me pones muy cerda – me dijo dejándose caer sobre el respaldo de la silla. – Pues para celebrarlo si me lo permites “hermanita” me gustaría comerte el coño y con mi lengua follar tu culo – le dije mientras poniéndome de rodillas debajo de la mesa me lanzaba una vez mas a comer su coño. – Me dejas hermana – le dije mientras ya estaba colocada entre sus piernas. – Si hermano te dejo que me comas el coño y me folles como quieras – me susurro dejándome ver su vagina cada vez mas mojada. – Hermana te estas mojando como una golfa solo por reconocerte como mi hermana – le dije apoyando mi dedo pulgar en su clítoris. – Si me pone muy cachonda que al haberte convertido en mi hermano te este entregando todos los agujeros de mi cuerpo. – Me encantas que me digas eso hermana – le dije mientras mi lengua se lanzaba a lamer su coño. Ella comenzó a gemir intentando ahogar sus gemidos por miedo a que los vecinos la oyesen. – Hermana me voy a comer tu coño mientras voy a empezar a follarme con dos dedos tu culo – le dije mientras llevaba mi dedo índice y medio a su boca para que me los llenase de saliva. – Hermano soy tuya para lo que quieras mi dijo salivando mis dedos mientras su lengua los lubricaba. – La familia esta para ayudarse hermana – le dije antes de hundir mi boca de nuevo entre sus piernas y hacer que su ano quedase al borde de la silla. – Siéntate en la mesa – le dije invitando a levantarse. La apoye sobre la mesa y coloque dos sillas juntas en frente de ella. Para que yo me pudiese sentar y ella apoyar los pies a ambos lados de mí. Continué comiendo de aquel maravilloso coño que no paraba de destilar fluidos y su culo que cada vez más abierto me permitía sodomizarla plenamente. – Hermana me encanta como tu culo se abre para mí – le dije entre lengüetazo y lengüetazo a su vagina. – Hermano separa las sillas y fóllame que lo estoy deseando – me gimió mientras se incorporaba a abrazándose a mi cabeza me dejaba sentir sus tetas en mi frente. – Quiero que folles mi coño y te corras en mi culo – me gimió mientras su mano descendía buscando mi polla. – Esta bien hermana voy – le dije le dije notando como en cada ocasión que le decía hermana su excitación crecía.
Me incorpore y como ella me pidió separe las sillas y deja que apoyase sus pies en cada una de ellas quedando yo entre ambas. – Guía mi polla a la entrada de tu coño hermana – le dije dejando mi polla suspendida en el aire. – Anche descubrí una cosa hermana y es que me encanta que me cojas la polla – le dije clavando mi mirada en la suya. – Si anoche estab cachonda no te imaginas como estoy ahora mismo – me dijo agarrando mi polla y guiándola a la entrada de su coño mientras con el talon cruzaba sus piernas por detrás de mi y me invitaba a follarla por completo. – Hermana ahora no te molesta ¿no? – le dije mientras la introducía por completo. – Hermano me encanta sentirte dentro por completo – me dijo. Comencé a penetrarla de nuevo y sentí que en breve de nuevo me correría. Mi segunda corrida de la mañana iba a ser larga. – Me voy a correr – le dije. – Hermano hazlo en mi culo o en mi coño donde quieras – me dijo. –¿Quieres que me corra en tu coño? – Le dije. – No hay problema me cuido – me respondió para tranquilizarme.
- Tú decides donde correrte hermano – me dijo. Pero antes de que acabe el fin de semana quiero que te corras en mi boca, en mi coño y en mi culo, que mis tetas y mi cara ya las tienes bien regadas, así que tú decides – me dijo. – Quiero llenar el culo de mi nueva hermana de leche – le dije antes de besarla. Ella por respuesta apretó los dientes y empezó a gemir de manera estruendosa. Me empujo con sus telones en mi culo y me hizo clavarme lo mas profundo dentro de ella. Aquello para mi fue ya el máximo y en ese momento estrellando la cabeza de mi glande contra su útero comencé a correrme…
Aquella corrida fue extenuante para mí, de las mejores y por un largo rato me quede clavado dentro de ella mientras nos abrazábamos. Fue un momento único. Poco mi polla se fue desinflando dentro de ella. Cuando nos separamos ella me miro y después de darme un pico me dijo – Pensé que te ibas a correr en mi culo – mientras llevaba su mano a su vagina para parar que mi corrida fuese a parar al suelo. – Si, pero tu orgasmo ha sido demasiado para mí – le dije. – Para este maravilloso rabo que tiene mi hermano querrás decir – me dijo mientras me la cogía con la mano la polla y la estrechaba entre sus dedos.
En ese momento acaricio sus labios vaginales y empujándome suavemente hacia atrás se bajo de la mesa. Con la mano izquierda que a modo de cuenco había recogido la parte de mi corrida que había salido de su coño la llevo a mi polla y la embadurno con ella para a continuación chupármela y dejármela sin rastro de nada. – Hermano me encanta el sabor de tu semen y mi coño en tu polla – mientras su lengua recorría su labio superior relamiéndose de gusto. – se llevo la mano izquierda y los restos de corrida que le quedaban en su mano izquierda los esparció por sus tetas mientras me miraba. – Hermano no hay que desperdiciar nada – me susurro mientras su dedo índice recogía los restos de corrida que continuaban saliendo de su vagina y relamiéndose se los tragaba.
Cuando nos recuperamos nos fuimos a la ducha y allí de nuevo volvimos a enrollarnos. Ahora había que ver como continuaba el día. Carmina me dijo que su hermana le había dicho que a media mañana se iban a pasar el dia fuera y que cuando me despertase podía volver a mi casa. La verdad es que después de haber dormido apenas 3 horas y dos maratones de sexo me moría de ganas de dormir. Me despedí de Carmina que muy agradecida me despido desde la puerta y quedamos en vernos para repetir. – Adiós hermana – le dije mientras me daba la vuelta y me metía en el ascensor.