Carmen. Recién divorciada III

Carmen sigue con su nueva y agitada vida sexual. Su ex marido y su empotrador recibirán una lección, mientras su amante se la sigue beneficiando y Glória su socia entra de nuevo en acción.

Después de un par de meses continuo la historia de Carmen. Es recomandable haber leido los dos relatos anteriores aunque creo que tambien se pude leer sin leer los anteriores.

Carmen.  Recién divorciada. https://todorelatos.com/relato/181728/

Carmen. Recién divorciada II. https://todorelatos.com/relato/181934/


A Carmen y Gloria les gustaba mucho follar, llevaban las riendas de su vida y no estaban dispuestas a que dos hombres las chantajearan. La sola existencia de un vídeo donde se veía a Carmen follando con su vecino que también era su amante la perturbaba. No estaban dispuestas a tolerarlo!

Allí estaban Nicolás y Javier, atados y vestidos con lencería de mujer siendo grabados; si se creían que en algún momento tenían alguna posibilidad de utilizar el vídeo para volver a chantajear a Carmen estaban muy equivocados. Los dos hombres se despertaron y mirándose entre ellos se mostraron desconcertados. Las dos mujeres estaban frente a ellos tomándose una copa fuera del plano, vestidas solo con su ropa interior blanca y sus tacones disfrutando de la situación. No dijeron nada, no hacía falta, lo tenían todo planeado, por encima de sus tangas blancos empezaron a tocarse sus coños. Los dos hombres aún no sabían que estaban siendo grabados y la imagen de esas dos hembras empezando a masturbarse hizo que sus pollas empezaran a crecer. Las imágenes que recogían sus teléfonos colocados estratégicamente eran realmente ridículas. Dos hombres de bien, vestidos con lencería de mujer y bien empalmados.

Las dos mujeres continuaban masturbándose y ya habían empezado a tocarse por debajo de sus tangas sus ya húmedos coños; la situación las estaba excitando mucho pero no lo suficiente para correrse rápidamente. El objetivo de aquel momento no era correrse, simplemente devolverles la jugarreta que le había hecho Nicolás a Gloria grabandole un vídeo con su amante y mostrándoselo a Javier, y a este por utilizar el vídeo para follársela. Carmen se levantó acercándose a los dos hombres que ya llevaban más de 15 minutos con sus pollas bien duras, se subió a la cama donde se encontraba Nicolás totalmente indefenso y se introdujo su polla en la boca iniciando una felación a su ex marido. Este se estremecía ya que Carmen era una experta mamadora mientras Gloria también se había acercado a Javier imitando a su amiga. Las dos mujeres chupaban las dos pollas sin parar y tras unos minutos volvieron a sus butacas apurando sus copas. A los dos hombres les dolían los huevos, estaban cerca de correrse y esas dos mujeres los habían dejado al límite de la eyaculación.

Carmen se levantó, cogió los dos móviles y se marchó de la habitación y fue Gloria quien se dirigió a los dos hombres:

-Esperamos que esto os sirva como lección, hemos grabado toda la escena. Si se os pasa por la cabeza volver a hablar de nosotras o hacer público el vídeo de Carmen con Marcos nosotras haremos público el vídeo que acabamos de grabar. No os queremos volver a ver y tampoco queremos que intentéis poneros en contacto con nosotras. Como ya deberíais saber, a las mujeres no nos gusta que nos chantajeen. Recoger vuestras cosas y largaros de esta casa. Gloria los desató y les indicó donde estaban sus ropas dirigiéndose al piso de arriba donde estaba Carmen.

Tras verlos salir por la puerta desde el salón, las dos amigas ya vestidas repasaron las grabaciones y tras comprobar que todo había salido como planearon se despidieron con un abrazo. Gloria estaba muy contenta por haber podido ayudar a su amiga y socia a resolver una situación que le podría haber ocasionado algunos problemas si aquellos dos hombres hubieran querido. Era muy tarde, ya de madrugada, Carmen subió a su dormitorio donde se quedó dormida al cabo de muy poco rato.

Tras un fin de semana de lo más tranquilo volvía a ser lunes, ya en su puesto de trabajo Carmen y Gloria se saludaron con dos besos y un fuerte abrazo. El día transcurrió con normalidad, Carmen se sentía poderosa. Llamó a su vecino y amante Marcos, quedando en verse a su llegada a casa. Allí estaba Carmen de nuevo estirada sobre la alfombra de la entrada con su conjunto de lencería negra infalible; sentía la necesidad de revivir aquel encuentro con Javier que tanto la había hecho gozar pero por motivos obvios no repetiría. No se espero a que entrara Marcos y se empezó a masturbar. Su pequeño tanga le permitía cómodamente introducir sus dedos en su encharcado coño mientras que con la otra mano se pellizcaba sus pezones a través del sujetador de media copa. No le costó mucho esfuerzo empezar a gemir y así se la encontró Marcos al entrar sin picar, como Carmen le había indicado.

  • Veo que has empezado sin mí, no sé si te hago falta. Le dijo el hombre sorprendido.

  • Claro que me haces falta, las pollas me gustan mucho más que los dedos.

Carmen se giró y a gatas se acercó hasta su varonil amante quedando delante de su ya abultado paquete. Desabrochó su pantalón y bajando su calzoncillo se introdujo su polla en la boca. Estaba tan caliente que hasta el chico se sorprendió de la fogosidad de su amante en aquellos momentos. Carmen engullía y succionaba aquella polla como si en ello le fuera la vida; se metía la polla hasta la garganta mientras el hombre pellizcaba sus pezones que salían por encima de su sujetador. En esa posición poca cosa podía hacer él más que disfrutar la mamada que su amante madura le estaba haciendo. Mientras que con una mano complementaba el trabajo de su boca con la otra se empezó a masturbarse el clítoris. Marcos no resistió muchos más minutos la intensa mamada y un sonoro jadeo anunció la corrida que Carmen se encargó de engullir sin desaprovechar ni un chorro de lefa que se tragó de inmediato.

A Marcos apenas se le había bajado la erección, la actitud de Carmen lo tenía muy excitado. Carmen se levantó y sin mediar palabra se dirigió hasta el sofá mientras se desabrochaba el sujetador dejándolo caer al suelo y sacándose el tanga; sabía de sobras como excitar a un hombre. Apoyó las rodillas en el asiento del sofá mostrando su estupendo culo y su encharcada raja a Marcos.

  • Hoy necesito que me folles duro, no sé qué me pasa Marcos pero estoy muy caliente.

Marcos no necesitó que se le repitiera, ya había recuperado su total erección y sin ninguna dificultad introdujo su miembro en su caliente coño. Carmen empezó a gemir y dirigió de nuevo sus dedos a su clítoris iniciando una frenética masturbación. A los pocos segundos se corría entre sonoros gritos cayendo abundante flujo de su coño.

La imagen que tenía Marcos no podía ser más excitante, la giró apoyando su culo sobre el sofá y subió sus piernas aún temblorosas hasta que se cogió los talones de sus zapatos con las manos. En esa posición se aseguraba una penetración muy profunda y dejaba a la vista su hinchado coño que de nuevo iba a ser penetrado. Introdujo lentamente su polla en aquel coño muy caliente y lubricado hasta el fondo, así estuvo un rato, metiendo-la y sacándola en toda su extensión, estaba disfrutando aquel momento tanto como Carmen. Los dos eran buenos folladores y sabían disfrutar del sexo.

Tras unos minutos la follada se hizo más salvage y Carmen se corrió de nuevo entre grandes gemidos. Marcos le dió una pequeña tregua sacando la polla de aquel insaciable coño, en el momento que Carmen se incorporó volvió a rezumar flujos a través de piernas. Aquel polvo aún no se había acabado y poniéndose a 4 patas Carmen volvió a ofrecerle su coño. Marcos acerco su boca a su raja chupándola de abajo arriba hasta llegar al inicio de su orificio anal. La gran cantidad de flujos no fue impedimento para que restregara su lengua por todo su tesoro. Carmen de nuevo volvía a gemir, esta vez de una forma más pausada pero su excitación volvía a augmentar. Se agarró su polla y la dirigió a su coño entrando con suma facilidad; la metió y la saco 3 veces más hasta que creyendo que ya estaba suficientemente lubricada y de forma sorpresiva metió la punta de la polla en su culo.

A Carmen le gustaba el sexo anal, juntos lo practicaban asiduamente, pero al que más le gustaba era a Marcos. Le encantaba lo apretado que se sentía cuando la penetraba. Lentamente Marcos fue introduciendo su pene hasta el fondo; aquel hombre sabia como tratar un culo sin lastimar-lo. Una vez sintió como las paredes anales se habían dilatado empezó a follarle el culo más rápido, Carmen volvía gemir, se acercaba de nuevo al orgasmo, Marcos lo sabía, y también sabía que no duraría mucho más rato follándose ese culo. Los dos se corrieron juntos entre sonoros gemidos después del intenso polvo que acaban de hacer. Marcos se dejó caer sobre la espalda de su amante agotado tras el esfuerzo que acababa de hacer hasta que los dos recuperaron un poco de aliento.

Marcos sacó su polla flácida del culo y se acercó a la boca de Carmen, se besaron apasionadamente durante unos minutos y se dirigieron sudorosos hasta la ducha del primer piso.

El despertador los sobresaltó, era martes y los dos debían dirigirse al trabajo sin entretenerse mucho o llegarían tarde. Carmen abrió las sabanas de la cama y observó como la polla de su amante apuntaba hacía el techo; le gustaban los polvos mañaneros así que introdujo aquella polla de nuevo en su boca como había hecho la noche anterior. No tenían mucho rato así que tras asegurarse que estaba preparada se subió encima de esa polla introduciendo-la lentamente hasta el fondo. Carmen sabía cabalcar una polla y las horas de gimnasio hacían que pudiera hacer correrse a cualquier hombre en esa posición. Tras unos minutos de salvages sacudidas volvieron a correrse de forma acompasada. Eran buenos amantes y se conocían dentro y fuera de la cama. Carmen limpió los restos de flujo de la polla de su amante y se dirigió hacía el baño.

Ýa en su puesto de trabajo mientras se preparaba el café entro su socia más sonriente de lo habitual; no le dió mucha importancia pero sabía que aquella mueca de felicidad traería consecuencias . Se saludaron como hacían habitualmente y se dispusieron a realizar sus tareas.

A medía mañana entró en la oficina Víctor el marido de Gloria. Gloria y su marido estaban casados desde hacía 20 años y no tenían hijos. Carmen sabía que eran un matrimonio liberal por eso había accedido sin ningún problema a ayudar a su amiga a darle una lección a esos dos cerdos que intentaron chantajearla. Víctor primero saludo a su mujer con un piquito y cuando Carmen se acercó a darle dos besos se sorprendió cuando este le dio un piquito también. Tras este momento de desconcierto Carmen volvió a su escritorio, aprovechando el desconcierto de Carmen, Gloria y Víctor se sentaron delante suyo. Fue Víctor quien tomó la palabra.

  • El otro día Glória me explicó lo que le habíais hecho a Javier y Nicolás. Menudo par de zorras que estáis hechas! Sabes que nosotros tenemos una relación liberal y que nos no importa follar con otras personas siempre y cuando no nos escondamos nuestras relaciones con otros hombres o mujeres. Después de escuchar vuestra historia y saber que os habíais puesto muy cachondas yo también me puse muy cachondo y tuve una idea.

Carmen estaba aún desconcertada, era incapaz de concentrarse y no estaba viendo por donde iban a ir los derroteros de esa conversación. A Carmen le gustaba mucho el sexo y era muy ardiente pero no le había picado nunca el gusanillo de lo liberal. Su amiga lo sabía y tampoco nunca la había querido hacer partícipe de sus aventuras. Víctor continuó hablando.

-Me gustaría que esta noche me esperaras estirada en la alfombra del hall de tu casa desnuda. Me gustaría follarte y que mi mujer fuera una espectadora privilegiada de la velada.

Tras unos segundos de silencio, Carmen continuaba desconcertada, no era capaz de asimilar la situación. Su amiga y su marido siempre habían sido muy respetuosos con ella y sus relaciones, nunca le habían hecho ningún tipo de insinuación sexual. Aquella propuesta nunca había entrado en su mente ni como una fantasía. Era su amiga y socia. Fue Gloria quien rompió el silencio.

  • Víctor es muy directo y un poco bruto, podía habertelo dicho de otra manera más suave pero resumiendo mucho yo tamién estoy de acuerdo y desde que me explicaste tu noche con Javier moje el tanga y me encantaría verte follar con mi marido.

  • Te dejo que te lo pienses; yo me voy que tengo que volver al trabajo. - Víctor abrió su mochila, sacó una bolsa y se la entregó a su mujer.- Si aceptas la propuesta aquí está todo lo necesario.

Continuará...