Carmen. Recién divorciada.

Carmen es una madura muy atractiva que recién divorciada se entregará a los placeres carnales con un joven también muy atractivo de su ciudad. Carmen es una madura muy señora en la calle pero muy puta en la cama.

Javier, aunque todo el mundo le llamaba Javi salió de casa cerca de las 8 de la tarde, como prácticamente todos los días. La rutina de cada tarde era dirigir-se al bar ha hacer unas cervezas con sus colegas del barrio de toda la vida; hoy en cambio cogió la dirección contraria y se encamino hacia su coche aparcado.

Su plan estaba en marcha, encendió su coche y se dirigió a casa de Carmen. Por lo que había podido averiguar al cerrar su pequeño negocio en el centro se dirigiria a su casa. En las ciudades pequeñas, las mujeres así no pasan desapercibidas, era imposible hacer vida en el pueblo y no conocerla. Carmen es una mujer impactante a primera vista: Mide cerca de 1.75m, siempre subida a unos altos tacones, rubia, ojos oscuros, que a sus 50 años levantaba pasiones entre los hombres allí por donde pasaba.

Carmen salía de su segundo matrimonio, y por lo que sabía Javier 'necesitaba ser empotrada'. Ya se sabe que el mundo es un pañuelo y Javi solo necesito estar en sitio y el momento adecuado. Era el miercoles de la semana pasada por la tarde, estaba aburrido y se acerco al bar a tomar unas cañas; se sentó en la mesa de Juan, su compañero en el trabajo, casado con dos hijas en la universidad y Nicolás acabado de divorciar, también vecino aunque con él solo se conocían de vista. Este último no lo sabía pero estaba apunto de darle a Javier una fantasía que no olvidaría jamás.

Los tres hablaban sobre el equipo local de fútbol que no conseguía ganar un partido ni que les fuera la salvación, las cañas se sucedieron, ninguno de los 3 tenia nada mejor que hacer. De repente y fruto del alcohol Nicolás dijo con la vista perdida:

  • Los jugadores y el entrenador son unos desgraciados como la guarra de mi ex-mujer.

Girándose levemente mirando a Javier, con cierto tono paternalista se dirigió a él asegurando-le que lo mejor que podía hacer era no comprometerse nunca y follar todo lo que pudiera. Las mujeres te usan y cuando ya no les haces falta te tiran. Las palabras de Nicolás tenían un tono resentido, su separación era todavía muy reciente. Juan le preguntó a su amigo realmente que había pasado ya que la percepción que él tenia es que eran una pareja feliz. Juan, sin inmutarse contestó que había pillado a Carmen con vecino en la cama, sacó de su bolsa su tableta y les enseño el vídeo que tenía de una cámara oculta que puso tras las sospechas que Carmen pudiera tener un amante. Sus relaciones sexuales habían disminuido y Carmen era de las que no perdonaba el sexo ni una noche. Nicolás siguió explicando que cuando se enfrentó con su mujer por su infidelidad ella le contesto que necesitaba un hombre que la empotrará pero que el le quería igual y quería mantener el matrimonio. Nicolás no se lo pensó dos veces y se marchó de su casa, no estaba dispuesto a compartir a su mujer con nadie.

Trás sus últimas palabras que cerraban una parte de la historia, Nicolás se levantó y dijo que iba al lavabo, tras él, Juan dijo que lo acompañaba que se estaba meando también. Javier vio su oportunidad, cogió la tableta, la desbloqueo y se envio a su correo el vídeo de la infidelidad de Carmen con el vecino. Javier tenía 32 años, con estudios y trabajo, un buen físico, sin pareja estable aunque si mantenía relaciones con algunas chicas. Amigas para pasar un buen rato no le faltaban pero ya desde adolescente mantenía fantasías con follar con mujeres maduras. Javier ya había mantenido relaciones con mujeres maduras, y la mayoría satisfactorias. En aquel momento y en aquel bar supo que iba a follar con Carmen y tenia que ser en pocos días.

Carmen pese a su edad mantenía el cuerpo de una mujer mucho más joven que ella, su piel cuidada, su melena de peluquería, sus pechos se mantenían tersos en parte a no haber tenido hijos, su vientre plano y sus largas piernas trabajadas en el gimnasio al cual acudía dos veces por semana y dos días de pádel. Su personalidad tampoco dejaba a nadie indiferente: alegre, directa, seductora, trabajaba de cara al público y no se le daba nada mal. Acudía cada mañana al trabajo en el centro de pueblo en su flamante SUV, perfectamente arreglada, y por supuesto tacones que la estilitzaban y la hacian sentir sexi. A Carmen le gustaban mucho las faldas, las usaba a diario, más formales para ir al trabajo y más cortas cuando quedaba con sus amigas que eran dos días a la semana. No había querido tener hijos, ella disfrutaba de la vida y los placeres que su posición económica le daban y así era feliz.

Allí estaba Javi, esperando a su preciosa madura a que llegara con su SUV a su casa. Carmen aparcó en la puerta de su casa y se dirigió hacia la puerta. En ese instante Javier seguro de él mismo la llamó por su nombre desde la otra acera:

  • Carmen. La madura se giró y esperó a que el joven se le acercara. El joven muy seguro de él mismo no se anduvo con rodeos y fue directo:

  • Sé que necesitas que un hombre te empotre.

Carmen con una cara entre confusa y sorprendida rió y le dijo a Javier que no le conocía de nada y si se pensaba que era una fulana. Javier sin inmutar-se le contestó que sabia que era una mujer fogosa, que le gustaban las pollas gordas (mientras Javier se cogía el pene medio empalmado por encima del pantalón). El tamaño del miembro no paso inadvertido para Carmen que sintió un cosquilleo. Sin dejar recuperar a Carmen del susto inicial Javier continuo:

-He estado con tu marido y me ha explicado como te gusta ser follada. Por lo visto él ya no puede darte lo que necesitas y aquí estoy yo para satisfacerte.

Ahora si Carmen recobro la compostura y muy segura de sí misma.

  • Eres un niñato y que sepas que nunca me acostaría contigo.

Javier la miro, se volvió a coger el paquete y con mucha tranquilidad le dijo:

  • Los pezones se te han puesto duros bajo la blusa y me jugaría lo que fuera a que hoy te empotro, seguro que estas empezando a mojar el coño.

A Carmen este lenguaje sucio la ponía caliente. Ella siempre ha sido muy recatada en la calle, en la cama y con el sexo ya era otra cosa; le gustaba disfrutar del sexo. Carmen contrataco:

  • No sé que te habrá explicado mi EX marido referente a mí pero ya puedes irte por donde has venido que hoy si quieres sexo te haces una paja.

Javi se acerco dos pasos hasta quedar frente a ella y casi susurrándole le dijo:

  • He visto como te follas al vecino y estoy convencido que follo mejor que él y la tengo más grande.

En ese momento Javier se desabrochó los pantalones, asomando la punta de su pene. La suerte ya estaba echada, no quería recurrir al chantaje con el vídeo, lo más que le podía pasar es un tortazo de Carmen. Cogió la mano de Carmen que estaba abstraída mirando el pene del joven que aun sin estar en plenitud mostraba un tamaño muy deseable para una mujer tan caliente como ella y la acercó a la polla haciendo que su mano la cogiera. Carmen no apartó la mano y miraba a Javier a los ojos, él sabía que esa noche se follaría a Carmen.

Carmen agarró la polla del chico, metió la llave en la cerradura de la casa y entraron. Soltó el bolso en el hall, cerró la puerta tras el joven y se arrodillo en el parquet metiéndose la polla en la boca. La saboreo hasta que la polla de su empotrador estuvo bien dura. En eso momento se levanto y se fundió en un beso muy húmedo con Javier. Javier pletórico por el devenir de su plan separo su boca de la de Carmen y mirándola a los ojos cogió la blusa con las dos manos haciendo saltar todos los botones. El sujetador blanco de encaje transparentaba sus pezones y recogía perfectamente sus preciosos pechos que ahora estaban a disposición de Javier. De forma brusca la giró dejándola cara a la pared, bajó sus manos y de otro tirón le saco la falda que llevaba bajandola hasta los tobillos, descubriendo un tanga a juego con el sujetador y sus medias transparentes a medio muslo. En esa posición el culo y el coño de Carmen estaban a disposición de Javier que la sujetaba sin poder moverse.

Carmen ya estaba donde había planeado, ahora debía demostrarle que era el empotrador que ella buscaba. Sin esperar introdujo sus dedos bajo el tanga recorriendo su culo hasta llegar a su coño que ya estaba mojado.

  • Como te he dicho antes soy tu empotrador, tienes el coño empapado, y hoy te voy a follar como te mereces.

Apartó el tanga a un lado y sin ningún aviso penetro el coño de la madura pegando esta un gritó que desde luego no era de dolor. La metía y la sacaba de su coño bruscamente y Carmen se empezaba a congestionar del placer que estaba sintiendo. Las embestidas de Javier se aceleraron y ganaron el potencia haciendo que Carmen se corriera por primera vez.

Javier no le dio ningún respiro y cogiéndola de las manos la hizo arrodillar de nuevo:

  • Quiero que te comas toda polla y no pares hasta que te lo diga.

La madura debido a la calentura que llevaba y lo puta que le gustaba ser en la cama no lo dudó y engullo toda la polla. El joven le cogió la cabeza con las dos manos y empezó a follar la boca de Carmen. Los hilos de baba salían por la comisura de sus labios y se iban acumulando en los pecho, ni él ni ella aflojaban el ritmo. Tras unos minutos Javier cogió a Carmen en brazos y la llevo hasta el sofá de la sala de estar donde pretendía culminar su follada a Carmen. Carmen se sacó el tanga y los zapatos para facilitar la penetración quedando solo con el sujetador y las medias.

Javier se tumbó en el sofá y acercándose a su mojado coño empezó a lamer el coño de la madura. Lentamente al principio recorriendo todos los rincones del coño, para poco a poco ir centrándose en el clítoris de Carmen mientras empezaba a introducir sus dedos en el coño. No tardo muchos minutos en volverse a correr de nuevo, y de nuevo empezó a follarla sin compasión. Las embestidas del joven hicieron que encadenara diversos orgasmos a cada uno mejor que el anterior.

Aquello parecía no tener fin y Carmen no paraba de gemir; el aguante del joven era muy bueno, no fanfarroneaba cuando vacilo a la madura de aquella manera. De repente dejó de bombearla para ordenarle que se girara, que a las putas como ellas había que dejarlas bien saciadas. Carmen sabía lo que venía e intento relajar el esfínter de su culo; Carmen practicaba regularmente el sexo anal y le gustaba usar plugs para su día a día. Javier apoyó el glande ya muy lubricado en la entrada de su culo empezando a apretar contra su esfínter que se abrió fácilmente a pesar del tamaño del miembro del joven.

Carmen recibió la polla en su culo con más gemidos hasta que finalmente el joven descargo todo su semen en su culo entre gritos de placer. Cayó rendida al sofá mientras el joven veía como salía semen de su culo abierto. Como buen empotrador el joven se vistió y se marcho dejando a Carmen sobre el sofá. Antes de cerrar el joven avisó a Carmen:

  • Volveré otro día a empotrarte, eres una yegua que merece toda mi polla.