Carmen: Mas pruebas, se acercan los exámenes.

Carmen era mi tía, pero también era mi madre, hermana, mi amiga. Ahora se convierte en mi profesora sexual de prácticas. Con el tiempo será mi amante. Quinta entrega de Carmen: .......

Dormí toda la noche del tirón, me desperté al sentir moverse la cama.

-         Que hora es – dije, al ver a tía Carmen de pie.

-         Tarde, para mí y tarde para ti.

Me senté en la cama, nuevamente tenia la polla tiesa.

-         No hay tiempo para uno rápido.

-         Nooooo. Vístete o llegaras tarde al insti.

-         No lo sé si voy a ir, es el ultimo día.

-         Suele ser el mejor día, el de las despedidas.

A regañadientas me levante y me vestí. Cuando salí al salón, tenia el desayuno, en la mesa de la cocina. Pero tía Carmen ya se había marchado. Al salir a la calle sino estaba lo suficiente caliente, en el balcón de su casa estaba la vecina, Paula, estaba haciendo ejercicios físicos, llevaba unas bermudas ajustadas marcando, y una camiseta también ajustada, tan ajustada que parecía varias tallas menos, haciendo que sus relieves pectorales sobresalieran.

-         Buenos días Rod – dijo Paula.

Hizo que tuviera que mirar hacia arriba para contestarle.

-         Buenos días.

Se apoyo en la baranda del balcón, aposentando sus tetas, desde abajo aun parecían mayores.

-         Vas al insti, tu tía ha salido ya.

-         Si voy al insti es él ultimo día, y mi tía se fue temprano tenia una reunión.

-         Vale, luego la veré.

-         Se lo diré.

Aquel día en el instituto me sentí diferente, mas mayor. Si él último año había visto a las compañeras y al resto de chicas del instituto, incluyendo profesoras, con otra perspectiva; ahora mi visión era más libidinosa, sobre todo aquellas que estaban mas desarrolladas, sobretodo en los pechos. Quedamos algunos compañeros y compañeras para el ir a la piscina el día siguiente, la idea era estar todo el día.

Estaba deseando llegar a casa para contarle a tía Carmen, lo que había sentido.

-         Tía...

-         Estoy en la cocina.

Entre en la cocina, mi tía estaba haciendo la comida, me acerque y nos abrazamos, ella me beso.

-         Como ha ido él ultimo día.

-         No sé, después del fin de semana, creo que diferente.

-         ¿Diferente?

-         Si, las chicas o mujeres de a mí alrededor las veía diferentes. He estado toda la mañana con la polla tiesa.

-         Y ahora.

-         Tu sabes.

Me desabrocho el pantalón, metió su mano y me acaricio la polla.

-         No esta mal.

-         Porque no...

-         Ahora, y la comida.

-         Porque comamos un poco mas tarde no pasara nada.

-         Bueno si es lo que quieres. Vamos.

Materialmente me empujo hasta la habitación. Allí comenzó a desnudarse, yo hice lo mismo, si no estaba lo suficientemente excitado al verla desnuda me excite más. Estábamos los dos desnudos, tía Carmen se me acerco, me acaricio la polla.

-         Esta en su punto; pero yo no... – dijo tumbándose en la cama, incitándome a seguirla.

Me tumbe junto a ella, puse mi polla encima de su muslo para que ella pudiera acariciarla. Ella se abrió de piernas para facilitarme que yo acariciara primero su clítoris, y después metiera mis dedos en su vagina. Pronto estuvimos los dos mas que excitados.

-         Ya estoy lista cuando quieras puedes...

No me lo tubo que repetir era lo que había deseado toda la mañana, me situé entre sus piernas y metí mi polla en su vagina.

-         Espera, despacio... me hace daño, no he dilatado lo suficiente, o la tienes exageradamente grande, mas de lo normal.

Si que parecía que estaba más erecta que de costumbre, la metí despacio tanto como pude.

-         Uf, parece que la inunda por completo, es la primera vez que tengo esa sensación que tu polla lo abarca todo.

Y debía ser así pues no tardo mucho en decir que estaba apunto de alcanzar el orgasmo, eso no me detuvo sino todo lo contrario acelere el ritmo, metí mi mano hasta tocar con los dedos su clítoris. La reacción fue inmediata su cuerpo se envaró, intento cogerse a mí.

-         Ya, ya, ya – dijo gritando – no pares.

Y no pare, tuvo un orgasmo prolongado, tan prolongado que coincidió con mi corrida.

Tras unos minutos de descanso.

-         Te aseguro que nunca he sentido lo que he sentido, ha sido increíble, era como si lo que entraba lo ocupase todo, tocase en todas partes y cuando me has tocado con los dedos ha sido el no va más.

Se sentó en la cama.

-         Voy hacer la comida. Aun me estremezco al recordar.

-         De verdad, estaría preparado para follar a otra mujer.

-         Como cual.

-         A Paula.

-         Creo que té estas obsesionado con ella.

-         La he visto esta mañana, al ir al insti. Antes no me decía nada y hoy, precisamente hoy cuando más excitado iba me saludo me pregunto por ti, las tetas se le marcaban en la camiseta.

-         ¿Que te dijo?

-         Que vendría a verte.

-         Seguro que es para preparar la caseta de San Juan. Tenia pensado ponerme solo la bata corta.

Lance un silbido.

-         Sé lo mucho que te gusta, pero si puede venir mejor me visto.

-         No me has contestado... me podría follar a Paula.

-         La verdad, no sé, parece que ella esta algo receptiva pero hasta el punto de follar.

Termino de vestirse y se marcho a la cocina para seguir haciendo la comida. Unos minutos después sonaba el timbre de la puerta. Escuche como tía Carmen abría la puerta, hubo el saludo de cortesía, y tía Carmen le invito a entrar, enseguida reconocí la voz era como no Paula. Por un momento estuve indeciso si salir, y como salir. Me mire al espejo, me vi desnudo y sonreí. Muy sigilosamente me fui a mi habitación, me puse el slip que más ajustado tenia, y una camiseta de tirantes algo corta. Me puse unas chanclas y salí tal cual al salón.

-         Tía, donde están los pantalones cortos – dije

-         Pero Rod – dijo tía Carmen, fingiendo un cierto enfado.

-         Perdón no sabia que teníamos visita.

Por un momento comprobé que Paula miró a mi paquete, como había llegado me fui. Pero escuche decir a mi tía.

-         Jóvenes, no se turban en mostrarse tal cual.

-         Déjalo, a sido un accidente, peor hubiese sido que apareciera desnudo – dijo Paula.

Como entre en mi habitación no escuche nada más. Cuando escuche cerrarse la puerta salí.

-         Lo has hecho... a propósito.

-         Si, no veas como su mirada se ha dirigido a mi paquete.

-         Solo hubiera faltado como dijo ella que hubieses aparecido desnudo.

-         No creas que no lo pensé. Se lo escuche decir.

-         Eres...

-         Por como lo dijo seguro que le habría gustado. Para que te quería.

-         Esta tarde van a preparar la caseta, para que vayamos a ayudar, le he dicho que iremos a las 5 después de la siesta.

-         Y el follar para cuando, estoy aprendiendo.

-         No hace ni media hora que lo hemos hecho. Solo piensas en follar.

Mi tía estaba en la cocina, preparando el final de la comida. Me acerque por detrás, puse mi paquete en su trasero, metí las manos por detrás del delantal y le agarre las tetas.

-         Parece ser que si, es en lo único que piensas. Pero a hora toca comer, pon la mesa.

Salí de la cocina y prepare la mesa. Ayude a poner la comida y la bebida, y nos pusimos a comer.

-         Que piensas de Paula.

-         Como te dije antes no lo sé, parece que le haces “tilín”, aunque puede ser una apreciación mía.

Sonreí y ella también sonrió. Seguimos comiendo. Estábamos en los postres.

-         Termina rápido, que tenemos que ir a  ayudar. Pero si aun es temprano y has quedado a las 5.

-         Pero antes no quieres algo de... ñaca ñaca.

-         Ñaca, ñaca gustar mucho.

Fue terminar de comer, recoger las cosas, y nos fuimos a la cama a follar, en esta ocasión ella hizo nuevamente de amazona.

Sobre las 5, nos fuimos preparando para irnos, al salir de casa.

-         Ten cuidado con Paula, su marido estará allí.

-         Lo que tu digas.

Fuimos a la caseta, estuvimos preparando cosas, y comenzaron a llegar los refuerzos, entre ellos Paula, que a diferencia de otras veces iba mas recatada, venia con el marido.

Me fije en otras personas y sobretodo en las mujeres, también estaba Gaby con el novio. Pero tal vez la mujer que más me impresiono, después de Paula fue Jimena, la viuda del cuarto, rondaría los 40, quedo viuda unos 10 años atrás. Había cogido el relevo de Paula, llevaba un pantalón vaquero ajustadísimo y una blusa blanca que trasparentaba el sujetador.

Estuvimos hasta las 9, cuando tía Carmen, anuncio que teníamos que irnos, pues ella trabajaba por la mañana. También dijo que a modo de despedida que vendríamos al DIA siguiente temprano antes de la verbena.

Ya en casa.

-         Que te ha parecido el ambiente.

-         Muy ricas – dije despistadamente.

-         ¡Rico! En que estas pensando, en Paula. Si casi ni se fijo en ti, aunque...

-         Que.

-         Cuando te miraba lo hacia de reojo y sonreía.

-         Pues no me fije...

-         Y en que te fijaste... en Gaby.

Tanto se había notado.

-         O en Jimena...

-         En Jimena, que Jimena.

-         Rod, que soy mujer.

-         Bueno y ¿Qué?

-         Nada, como te dije debes aprovechar los momentos, pero siempre con mesura.

-         Cenamos, y después hacemos algo de ejercicio.

-         ¡Ejercicio!

-         Sí el ÑACA, ÑACA.

Tía Carmen sonrió, cenamos y después hubo mucho ñaca, ñaca.

Aquella noche, aunque me había relajado él haber follado con tía Carmen, la pase intranquilo, soñé con Gaby, con Paula, hasta con Jimena. Me desperté muy temprano, con la polla muy crecida. A mi lado tía Carmen, totalmente desnuda, no ayudaba mucho. Tras pensarlo decidí salir al salón, me puse el pantalón corto del pijama, ya tendría tiempo por la noche y al día siguiente que era fiesta, San Juan, para follar con tía Carmen.

En el salón, estuve rebuscando entre las películas de video, vi una de una película muy antigua de miedo, no estaba mal para rebajar el calentón. Mi sorpresa fue que al abrirla no estaba, mejor dicho si estaba pero no era la película de la carátula, sino una grabada. Me pico la curiosidad y la puse. Era una grabación de hacia unos años, tal vez las ultimas de tía Carmen y su ex Paco, del viaje a Francia, en concreto a Paris. Era la típica grabación de dos turistas, la pase rápido, y casi al final había un trozo en mal estado, y la quite.

Rebusque mas sin etiquetar, cogí una al azar. La puse, también era de tía Carmen y su ex, eran trozos cortos de un día en la playa, bastante aburrido.

En la puerta del salón estaba tía Carmen, desnuda.

-         ¿Qué haces?  - dijo tía Carmen

-         Que susto, no te he sentido. No podía dormir.

-         Que películas te has puesto.

-         Unas que están sin catalogar.

-         Las has visto...

-         He empezado a ver una.

Tía Carmen se sentó a mi lado.

-         Esa fue del ultimo verano que estuve con Paco. Podríamos ir este año, creo que tengo el teléfono del que alquilaba el apartamento.

-         No esta mal, te sienta muy bien el bikini.

-         Sigue mirando.

Seguí viendo el video, tía Carmen metió su mano por debajo de mi pantalón del pijama, acariciándome la polla.

De pronto la cinta se corto, pasaron unos segundos, y volvieron las imágenes, estaban en una playa, y de pronto apareció tía Carmen desnuda.

-         ¿Y eso?

-         Era una playa nudista, no se podía filmar, pero a escondidas Paco grabo unos minutos. Si vamos te llevaré.

-         Estoy deseándolo.

Nuevamente se corto, para proseguir en la habitación.

-         Deberías parar, no te apetece mejor ir a la cama y...

-         Espera, estáis los dos desnudos.

Seguí viendo, la cámara se quedo fija, en la cama, ellos estaban fuera de plano, y de pronto aparecieron se tumbaron en la cama. Estaba claro iban a follar.

-         Os grabasteis follando.

-         Si, pero solo fue esa vez.

Mi polla estaba creciendo mas por momentos, no sé si por las caricias de tía Carmen o por el video, lo cierto que a medida que avanzaba el video más caliente estaba. Estaba claro que no era lo mismo follarse a tía Carmen que verla follar, había algo de morbo.

-         Deja de mirar o se te saldrán los ojos.

-         Una pregunta, ¿Follando era mejor yo?

Guardo silencio. Pero me apretó la polla.

-         ehhhh –dije.

-         Vamos a la cama, aun tenemos tiempo.

Tenia razón era preferible follar que ver follar. La seguí, por el camino me quite el pantalón del pijama, nos tumbamos en la cama desnudos. Metí mi mano en su entrepierna, acariciando su clítoris, ella tenia mi polla entre su muslo y su mano, haciendo un emparedado.

-         Con el tiempo follarás mejor que él – me dijo al oído – todo a su tiempo.

Unos minutos después, sentía como su cuerpo se tensaba.

-         Entra dentro... – dijo con dificultad.

Me puse entre sus piernas, solo una caricia de mi polla a su clítoris hizo que gritara. Unos segundos después mi polla recorría su vagina, arrancándole gemido tras gemido, pero no tarde mucho en correrme. No sé si era su segundo orgasmo o aun el primero que lo había alargado. Quede abrazada a ella, nos quedamos dormidos, lo siguiente que escuche fue el despertador, aun estaba sobre ella. Mordisquee sus pezones.

-         Que haces.

-         Despertarte, te recuerdo que tu tienes que ir a trabajar, yo no.

Nos besamos como amantes.

-         Tienes razón, tengo que irme...

-         Como te dije ayer, voy a la piscina con unos compañeros, me llevare un bocadillo y comeré allí. No se a que hora vendré.

-         Recuerda que nos hemos comprometido a ir a la caseta de la verbena.

-         Tienes razón. Vendré pronto.

Vi levantarse a tía Carmen, dirigirse a la ducha desnuda, pensé en meterme con ella; pero sabia que tenia prisa. Así que me quede en la cama, me debí quedar dormido. Di un sobresalto, tía Carmen estaba vestida, me había cogido la polla y me estaba haciendo una mamada.

-         ¿Por qué?

Levanto la cabeza levemente.

-         La he visto tan hermosa que tenia que hacerlo, pero si quieres lo dejo.

-         Nooooo.

Y siguió hasta que me corrí. Aun con mi leche en su boca se levanto.

-         Luego nos vemos – dijo.

Me quede nuevamente dormido.