Carmen, la sobrina de mi mujer-4

Más confesiones con mi sobrina, y al final le rompo el culo

Mientras Carmen se duchaba pedí al servicio de habitaciones un surtido de embutidos, unos patés variados y otra botella de cava. Apareció ante mí preciosa, envuelta en una toalla, con el pelo mojado y con ganas de que le siguiera contando intimidades de su tía.

  • Me ducho en un momento y seguimos contándonos confidencias, ¿de acuerdo? He pedido algo de cena y otra botella. No provoques mucho al camarero si viene antes de que yo salga, jajaja.

Salí rejuvenecido del baño, envuelto de cintura para abajo en otra toalla, mientras mi sobrina ponía en una mesita la cena y servía un par de copas. Nos sentamos alrededor de la mesa, uno frente al otro, en un par de silloncitos y empezamos a devorar lo que habían traído.

  • Joder, qué hambre! Con tanto ejercicio estoy que me como las piedras, jajaja.

  • Pues sí. Yo también estoy hambriento, le dije mirándola a los ojos. A ver, ¿qué más quieres saber de tu tía?

  • Antes me dijiste que era bastante mojigata cuando la conociste y que poco a poco la has ido emputeciendo. ¿Cómo lo conseguiste? Quiero detalles, ya sabes que soy muy morbosa, jajaja.

  • Pues no creas que fue fácil. Hemos tenido bastantes discusiones al respecto porque ya sabes lo tradicional que es la familia, pero al final, la carne casi siempre gana. Las primeras veces que follamos solo hacíamos la posición del misionero, un coñazo, la verdad. Hasta que en mitad de un polvo, justo antes de que se corriera por tercera vez, se la saqué y le ordené que se pusiera a cuatro patas si quería volver a correrse. Se puso hecha un basilisco porque pensaba que se la quería meter por el culo, pero al final accedió. Joder, no veas lo que disfrutó mientras me la follaba dándole cachetadas en las nalgas, jajaja. Y así, pues todo lo demás. ¿Recuerdas que antes me has dicho lo del felpudo de tu madre? Pues no veas el que tenía tu tía, jajaja.

  • ¿En serio? Yo la hacía algo más moderna que su hermana, de edad y de pensamiento, aunque ahora que lo dices, recuerdo entrar al baño de algún bar con ella y sí, también lo tenía, jajajaja.

  • Eso fue otro espectáculo. Un día aparecí sin ningún pelo en polla y huevos y cuando me vio así me miró con cara de pocos amigos y me preguntó que qué coño había hecho. Aún me rio al acordarme de la cara que puso cuando le dije que era para que me la comiera bien sin tener que quitarse pelos de la lengua. Hasta ese momento era bastante reacia a comerme el nabo y solo le pasaba de vez en cuando la lengua con una cara de asco que no veas, así que puedes imaginarte la discusión que tuvimos…..pero mereció la pena. Esa noche estuvo más de dos horas comiendo nabo y se tragó por primera vez las tres corridas que le eché en la boca. Y al día siguiente fue a depilarse, jajaja.

  • Jajajaja, aprendió la lección.

  • Más bien, fue su forma de vengarse. Vino por sorpresa al piso que tenía después de divorciarme, se despelotó en el salón, me enseñó el chocho completamente depilado, me llevó hasta el dormitorio y, despatarrándose en la cama me dijo “hoy te toca comer a ti”. Estuve comiéndole el coño cerca de tres horas, jajaja. Hasta que no pudo más de tanto correrse y a mí se me durmió la lengua y la mandíbula. Joder, yo también me tragué bastantes corridas, jajaja. Y tú, ¿no me cuentas nada más? Anda, sorpréndeme con algo que no me espere de la familia y luego te cuento cómo conseguí follarle el culo a tu tía.

  • Vaya, pensaba que la morbosa era yo. A ver, como la recompensa es grande, te voy a contar algo que no sabe nadie de la tercera hermana, pero tienes que prometerme que no saldrá de aquí, ¿de acuerdo? me dijo mirándome fijamente a los ojos.

  • Prometido. A ver ¿qué es eso tan secreto?

  • Hace un par de meses pillé a la tía Raquel poniéndole los cuernos al tonto de su marido.

-¿Quéééééééééé´?????????????? Cuenta, cuenta.

  • Pues eso, que la pillé follando con un yogurín, jajaja. Yo estaba con unas amigas en una discoteca de aquí y cuando nos íbamos me pareció ver su coche aparcado en el parking. Me sorprendió y me acerqué para comprobar si realmente era el suyo o no…..y la vi comiéndole la polla a un chaval que, como mucho tendría veintidós o veintitrés años. Me quedé paralizada y, aprovechando que estaba todo oscuro, me di la vuelta sigilosamente para irme. Abrieron la puerta de golpe y me tuve que esconder entre dos coches próximos y vi todo el show, jajaja.

  • Coño, qué fuerte, ¿no?

  • Fuerte el polvazo que le metió el maromo sobre el capó del coche, jajaja. Se la clavó por delante, por detrás, hizo que se corriera tres o cuatro veces y para terminar la puso de rodillas, le metió la tranca en la boca y descargó en su garganta. Cuando la tía le limpió la polla, el tío se subió los pantalones, se guardó las bragas en el bolsillo y la dejó allí arrodillada, con las tetas aires, la falda en el capó y el pelo completamente revuelto. Se puso la falda, se arregló un poco el pelo y salió pitando de allí.

  • Coño, me he quedado de piedra. No me imaginaba yo a mi cuñadita tan puta.

  • Sí, ya veo que te has quedado de piedra, jajaja, me dijo señalando mi entrepierna.

  • Joder, es que me he puesto cachondo perdido imaginándome cómo se la follaban. ¿Tú te excitaste viendo la escena?

  • Joder, un montón. Era de madrugada, pero me importó un carajo. Llamé a mi compi y me lo follé en su piso hasta que me corrí tres o cuatro veces. Y por cierto, no se me ha olvidado……me tienes que contar cómo le desvirgaste el ojete a mi tía. Así que venga, cuenta, que yo también empiezo a estar cachonda.

  • Creo que mejor que contártelo, te voy a hacer una demostración práctica, le dije levantándome y dejando caer al suelo la toalla.

  • No, no, no…..eso ni de coña, me dijo Carmen mirándome la polla completamente tiesa y dura. Tú no me metes eso por el culo ni en sueños. Varias veces lo ha intentado mi compañero y nunca ha conseguido meterme el capullo entero del dolor que siento. La suya es más larga, pero la tuya es bastante más gorda y…..

  • Y tú parece que has olvidado que esto no es una negociación. Esto es que o dejas que te reviente el culo o……

  • Joder, por favor, no me hagas esto tito, me dijo con cara de miedo y sollozando. Creo que hasta ahora me he portado muy bien, pero es que me vas a partir el culo, yo…….

  • Tú puedes elegir libremente. Puedes vestirte e irte ahora mismo, le dije señalándole con el dedo la puerta de la habitación, o puedes quedarte. Cuando entraste por esa puerta te hice elegir y elegiste esto. Si quieres cambiar tu elección, esta es tu última oportunidad. Así que decide………

Estuvo unos segundos mirando al suelo, sollozando, luego otros tantos mirándome a los ojos con cara de odio y, por último, dejando caer la toalla con la que estaba envuelta, balbuceó su elección.

  • Está bien, tú ganas, ¿cómo lo hacemos?

  • ¿Estás completamente segura? No me gusta dejar nada a medias…..y no quiero ninguna escenita en mitad del polvo.

Se secó las lágrimas, me agarró la polla y me llevó a la cama, sentándose en ella mientras se metía media tranca en la boca y me amasaba con maestría las pelotas con la mano derecha. Empezó a lamerla desde los huevos hasta el glande, pasando la punta de la lengua por toda su extensión y deteniéndose en el capullo, haciendo círculos en él y sorbiendo al mismo tiempo. Cuando la ensalivó bien, posó sus manos en mi culo y se la clavó entera, hasta los huevos, abriendo al máximo la boca y empezó una mamada increíble, garganta profunda incluida. Poco a poco fue aumentando el ritmo, a la vez que jugaba con su dedo corazón en mi ojete, imagino que intentando que me corriera para evitarse el trance de la enculada. La cogí de la nuca con ambas manos y le clavé la tranca en la garganta y, notando cómo se le abría al paso de la punta, aguanté en esa posición cerca de un minuto, viendo cómo su cara se enrojecía por momentos y de sus ojos volvían a salir lágrimas. Al notar que le faltaba el aire me golpeó en los muslos con las manos y se la saqué de un golpe, apareciendo llena de babas que gotearon hasta el suelo formando un pequeño charco.

  • Eres muy buena mamona y ha sido un buen intento, le dije mientras observaba cómo abría la boca buscando oxígeno y sus tetas subían y bajaban al ritmo que su pecho llenaba y vaciaba sus pulmones. Pero la experiencia es un grado, putita. Te voy a reventar el culo y te lo voy a dejar como un bebedero de patos. Venga, a cuatro patas! le dije en tono autoritario, palmeando la cama con la mano.

Obedeció sin rechistar y se colocó como le dije en el borde de la cama, apoyando los antebrazos en ella, sacando el culo para ofrecérmelo completamente entregada. Le di una fuerte palmada en la nalga derecha y me arrodillé detrás de ella, abriéndole las nalgas con ambas manos. Apareció ante mí su agujerito marrón, sin ningún pelo, como el coño, que se ofrecía igualmente bajo su ojete. Le pasé la mano por toda la raja y la noté caliente. La sorpresa vino cuando recorrí con el dedo corazón de mi mano derecha desde el clítoris hasta el ojal, provocando en Carmen un gemido de placer que no pudo reprimir.

  • Joder, estás empapada. Tú tendrás miedo de que te parta el culo, pero no me puedes negar que estás disfrutando con todo esto, ¿verdad zorrita?, le dije mientras le enterraba dos dedos en su chochito, ya completamente húmedo.

  • Ummmmm, qué rico!!!! Sí, estoy cachonda perdida, joder. Entregada a mi tío para que me encule…….soy una zorra, pero me gusta, me dijo mordiéndose el labio inferior y sacando más el culo para que siguiera con el tratamiento.

Abriéndole las nalgas de nuevo, metí la cabeza entre sus piernas y, antes de empezar a lamer, me entretuve un rato en oler el sexo de mi sobrina, comparándolo con el olor del de mi mujer. Carmen olía a hembra, pero de modo distinto, imagino que la diferencia de edad se pone en juego en estos lances. Al notar la respiración en su clítoris, soltó otro gemido de placer y se dejó caer sobre la cama, apoyando sus tetorras en ella y buscando mi cabeza con su mano para que empezara a comerle el coño. Entendí su sugerencia y no me hice de rogar. Saqué la lengua y empecé a hacer círculos en el clítoris, despacio, provocando su deseo. Lo rodeé con los labios y empecé a chuparlo y morderlo con delicadeza, alternando con lamidas en su cueva, lo que provocó que empezara a gritar de gusto.

  • ¡SÍ, JODER, SÍ!!!!! ¡CALIÉNTAME PARA REVENTARME EL CULO! ¡SIGUE, NO TE PARES!!!!!!!!!!

Cumpliendo sus deseos empecé a lamer toda su raja a la mayor velocidad que podía, ensalivándola a tope y recogiendo en mi boca sus jugos que se mezclaban con mis babas. Cuando la mezcla me empezó a resbalar por la barbilla, cambié coño por ojete y empecé a lubricárselo con lo que iba recogiendo de su entrada delantera. Estuve un buen rato dándole lengua, haciendo círculos sobre su agujerito y metiéndole la punta, ensalivándolo a base de bien. Al principio era algo reacia y, cuando la intentaba atravesar con la lengua intentaba escaparse, echando el cuerpo hacia delante, pero poco a poco fue relajándose, fue soltando el esfínter y tras varios minutos jugando en su ojal empezaron de nuevo los gemidos de placer.

  • Uffffff, qué rico, qué gisto! Sigue, sigue comiéndome el culo.

Viendo que tenía ganado el primer asalto mientras le seguía dando lengua por detrás, metí la mano derecha entre sus piernas y empecé a frotarle el clítoris, primero despacio y poco a poco a más ritmo, hasta que a los pocos minutos noté cómo le temblaban las piernas, se agarró con ambas manos a las sábanas y se corrió como una perra con mi mano en su coño y la lengua en su culo.

  • ¡AH, AH, AHHHHHHHHHH!!!!!!!!! ¡YYYY…….YAAAAAAAAAAAAAA, ME CORROOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Se dejó caer sobre la cama, con el culo en pompa, convulsionando y, sin poder evitarlo, se le escapó un pedo que sonó en toda la habitación.

Dejé que se recuperase un poco, acariciándola y besándola. La volví a colocar en posición, me coloqué detrás de ella, apunté con la polla tiesa en su agujerito y empecé a empujar muy despacio.

  • Despacio, por favor, me suplicó girando la cabeza.

  • Ssshhhh, tranquila, preciosa. No voy a hacerte daño. Confía en mí.

Se agarró fuertemente a las sábanas y me dejó hacer. Estuve un buen rato intentando meter sólo la punta, pero era imposible de lo estrecho que tenía el ojete. En el momento que presionaba un poco más fuerte, daba un grito y un respingo hacia delante que hacía imposible que empezara a tragarse mi tranca. Hasta que me cansé y, sin avisar, escupí en su ojal, me escupí en la polla y, agarrándola fuertemente de las caderas empujé hasta que le entró más de media cabeza. Pegó un grito desgarrador que tuve que ahogar poniéndole una almohada en la boca e intentó zafarse gateando hacia delante, pero se lo impedí agarrándola con fuerza.

  • ¡AAAAHHHHHH, CABRÓN, ME HAS PARTIDO EL CULOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!¡SACÁMELA HIJO DE PUTAAAAAA!!!!!!!!

Como es lógico, no le hice caso, sino que con otro golpe de caderas conseguí meterle todo el capullo, notando la estrechez y calentura de su puerta trasera. Me dio un subidón increíble cuando miré y vi su esfínter completamente abierto.

  • ¡CABRÓN, ME HAS PARTIDO EL CULO, ERES UN HIJO DE PUTAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!! me gritó llorando desconsoladamente mientras hacía todo tipo de movimientos para intentar escaparse.

  • Lo peor ya ha pasado, zorrita. Ahora voy a encularte hasta correrme y te va a llegar leche hasta el estómago. Relájate y disfruta.

Metí una mano entre sus piernas y, separándole los labios del coño, le introduje dos dedos buscando su punto G. Estaba caliente y encharcada, así que hurgué sin ninguna dificultad mientras iba acelerando el ritmo de la enculada. La sensación de su recto ajustado a mi tranca, caliente, estrecho, como un guante estrujándola para exprimirla era una verdadera pasada. Poco a poco fui aumentando el ritmo de la follada y en pocos segundos solo se oía en la habitación el choque de mis pelotas con su culo mientras la empotraba lo más fuerte que podía.

  • PLOF, PLOF, PLOF, PLOFFFFFF

Pude aguantar poco más, la verdad. Tras varios minutos taladrándole el culo me tensé por completo, sentí un ligero desvanecimiento y noté que toda la energía que tenía se posaba sobre mi polla. Di varios empujones más y, agarrándome fuertemente a sus caderas le solté en el recto toda lo que me quedaba en las pelotas después de la noche que habíamos tenido.

  • ¡A…A….AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!¡ME CORROOOOOO!!!!! ¡TOMA, TOMA, TOMAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Le solté todas las ráfagas que pude, bufando como un toro y dejándome sobre su espalda, empapado en sudor y exhausto del cansancio acumulado. Al notar cómo me corría, Carmen se dejó caer sobre la cama con mis dedos dentro de su coño, y empezó a correrse de un modo bestial, sin poder contenerse. Fue tal la sacudida que se meó en la cama mientras convulsionaba y gritaba que se corría.

  • ¡MMMMM…..ME CORRO, ME CORRO, ME CORRO, ME CORROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Me salí de ella tras un buen rato resoplando, jadeando, sintiendo sus réplicas y las mías. Una catarata de semen, algo de sangre y un líquido marrón le resbaló por los muslos mientras recuperábamos el resuello.

  • Joder, qué polvazo…..No creo que mañana pueda sentarme.

  • Puffff, ha sido increíble. Te libero de todo esto. Soy una tumba, te lo prometo. No volveré a chantajearte jamás.

  • Bueno, a lo mejor soy yo quien te pide que me vuelvas a follar.

CONTINUARÁ