Carmen, la asistenta de mis tios. parte II

¿Cuántas veces hemos deseado aquello que no podemos conseguir? ¿Cuántas veces nos hemos imaginando consiguiendolo, experimentando la satisfacción ficctícia que creíamos íbamos a encontrar cuando lo consiguiésemos? Pues bien, yo lo conseguí.

En ese momento solo pensaba en que ojalá se abriera un ahujero en el suelo y la tierra me tragara y me hiciera desaparecer de alli. Pero nada sucedió y se hizo un silencio interminable. Carmen en la puerta con los ojos muy abiertos y mirandome fijamente, y yo, solo con los boxer puestos y con unas bragas llenas de semen en mis manos.

De pronto Carmen parpadeó, sacudió la cabeza y pareció salir de una especie de trance.

  • Sal ahora mismo de aqui- murmuró.

Yo no me hice de rogar, salí corriendo de la habitación agarrando casi sin darme cuenta los pantalons que me había quitado y que aun estaban en el suelo. Subí las escaleras corriendo y a punto de llorar. El corazón me latía a mil por hora y juro que me costaba respirar. Escuché un coche en el garage y supuse que sería mi tia. "Mierda" pensé, me había dejado la camiseta en la habitación de Carmen. Corrí y cogi una de mi tio que aunque me quedaba un poco grande, mejor era eso a estar medio desnudo.

Mi tia y mis primos llegaron al salon y me dieron todos un par de besos y corrienron a comer.

  • ¿Esa camiseta no es de tu tio?- pregunto mi tia.

  • Sí, esque manché la mia comiendo jeje -mentí.

  • Bueno vale, no pasa nada. Oye,de la que venía estube pensando en ti, ¿tu no tendrías que irte a casa a estudiar? Porque aunque me preste mucho verte, a este ritmo no sacas el curso.-comentó.

  • Sí tita, ya marcho ya.

-Venga anda, corre, y vuelve a verme pronto eh! -me dio dos besos y se metió en la cocina.

Apenas desapareció por la puerta yo ya estaba saliendo de la casa. No quería ni imaginarme lo que diría mi tia cuando se enterase de lo ocurido, y mucho menos quería estar delante.

Pasaron un par de días y nadie de mi familia me llamo gritando ni me miraron mal ni nada extraño. Al arecer Carmen no había contado nada. Al cabo de cosa de una semana mi tia me llamo por telefono:

  • Hola nene, oye ¿puedes venirte hoy a casa? Esque hay que cortar el cesped y tu tio dice que te lo diga a ti..Te daremos 20 eurillos venga!

  • Vale anda..si no hay mas remedio..jeje- la verdad que me vendría bien la pasta.

  • Bueno, pues si te vienes sobre las 5 mejor, que en casa estará solamente Carmen, asi no nos molestas con el ruido a otras horas.

-Eh..vale vale..venga ya hablamos

Carmen. Iba a estar a solas con Carmen. Sería la primera vez que la veía desde que me pillara masturbandome con sus bragas y yo no tenía ni idea de como me iba a tratar. ¿Qué me diría? Estaba aterrado. Sin embargo, hoy en día al recordarlo, me doy cuenta de que en el fondo quería ir a verla, estar a solas con ella. Hoy se que en el fondo la sola idea me excitaba, pero en miedo hacía que no me diera cuenta.

A las 5 en punto piqué al timbre. "Diga" la voz de Carmen "hola carmen, soy yo que me dijo la tita que viniera a cortar el cesped". El porton se abrió y Carmen no dijo nada más.

Todo lo que necesitaba para la tarea estaba ya fuera, asi que me puse manos a la obra y en cosa de una hora ya practicamente había terminado. De pronto me fijé que la ventana de uno de los baños de la planta que estaba a la altura de la calle estaba un poco entreabierta y que de ella salía una especie de humo. Al fijarme mejor me di cuenta de que se trataba de vapor. En ese mismo instante la sangre abandonó mi cabeza para dirigirse a otro lujar de mi entrepierna.

Me aproximé disimuladamente y tube cuidado de dejar el cortacesped con el motor encendido para que pareciera que seguía trabajando. Miré con algo de miedo a través de la ventana y lo que vi me dejó con la boca abierta. Carmen se estaba duchando, estaba completamente desnuda ante mis ojos. La miré de arriba abajo sin salir de mi estupor. Tenía unos pechos no muy grandes, pero perfectamente redondos, con un par de pezones oscuros que en ese momento me di cuenta estaban muy duros. Seguí con mi examen y continué bajando la mirada hasta llegar a su coñito. Madre mia que coño tenia la condenada. Allí, justo entre las dos piernas un pequeño triangulito de pelo negro estaba justo encima de una pequeña rajita con los labios muy rojos. Mi polla pugnaba por salirseme del pantalon, pero me era imposible sacarla porque cualquiera de los chalets colindantes podría verme.

Carmen continuaba duchándose, aparentemente ajena a mi escrutinio. En ese momento comenzó a enjabonarse los pechos..mmm..que imagen! De pronto ella soltó un gemidito y se pellizcó ambos pezones. Creo que en ese momento prácticamente me corrí sin ni siquiera tocarme. Ella seguía magreandose las tetas y vi como su mano derecha empezo a bajar despacito por su vientre hasta llegar a su chochito. jugó con los pelos y se acarició la raja suavemente por fuera, soltando leves gemiditos, hasta que con un par de dedos empezó a masajearse rapidamente el clítoris. Extalló en un orgasmo que la dejó practivamente temblando de pies a cabeza, con los ojos cerrados y la respiración agitada miestras el agua caía sobre su cabeza y se deslizaba por todo su cuerpo.

Poco a poco se fue recuperando y de pronto abrió los ojos y guió su mirada a la ventana. Nuestros ojos se encontraron y ella me sonrió. De pronto todo encajó, había dejado la ventana abierta a propósito a sabiendas de que yo me daría cuenta y la miraría. Otra vez me encontré sin saber que hacer, y seguí allí plantado mirando como Carmen salía de la ducha y se secaba sin dejar de mirarme. Una vez seca se giró y estubo un par de segundos delante mio complentamente desnuda, como queríendo dejarme guardar tan angelical imagen en mi cabeza. luego lentamete se puso unas braguitas y un short blanco y cogió una camiseta qe habí adejado colgada detrás de la puerta, la olió con los ojos cerrados y se la puso. En ese punto si que quede completamente sorprendido. Era mi camiseta! la misma que se me había quedado olvidada en su cuarto cuando salí corriendo de él.

Me miró por última vez con una sonrisa en los labios, me guiñó un ojo y salió del baño, dejandome a mi mirando un baño vacío pero con la cabeza aun puesta en aquel maravilloso cuerpo y en el magnífico orgasmo que había tenido, ahora ya estaba completamente seguro, pensando en mi.

Me dolían una barbaridad los huevos y entré en la casa en busca de Carmen. La encontré en el salón pasando la aspiradora. Me miró y...se dio la vuelta y sigió aspirando. Yo no me contube y desenchufé el aspirador, la agarré por un brazo y la hice voltearse hacia mi. Nos miramos a los ojos y, lentamente, me acerque a sus labios y le robé el beso que tanto ansiaba. Ella rodeo mi cuello con sus manos y pronto noté como su lengua iba cobrando confianza poco a poco y cómo su cuerpo tembló cuando mis manos se posaron sobre su cintura.

Fue un momento mágico, todo era perfecto..hasta que de pronto se escuchó el motor de un coche en el garage y ella se separó bruscamente empujándome fuera del salón a la vez que encufaba de nuevo la aspiradora. Me miró y muy seria me dijo:

  • Es algo imposible- y se volteó para seguir aspirando.

Me quedé de piedra, pero reaccione rapido. Me acerqué a ella por la espalda y, agarrandola por la cintura, acerqué mis labios a su oido y le susurré:

  • No, no lo es. Y a partir de ahora no quiero que te olvides de esto: vas a ser mia-. Ella estaba inmovil y así la dejé cuando salí al encuentro de mi tia  para saludarla y cobrarme mis 20 euros por el duro trabajo que había hecho.

Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y valoraciones de mi primer relato. Esta que os dejo aquí es la segunda parte, y habrá unas cuantas mas si ustedes quieren.

Gracias! =)