Carlos y el sexo.
Siempre dispuesto, siempre con la mente abierta.
Hola, mi nombre es Carlos, actualmente tengo 46 años. Soy un tipico español del sur español, naci y crecí en una ciudad, en un barrio de la periferia y con una vida bastante tranquila y feliz.
Sobre los 18 años, empezó mi vida sexual, aunque creo recordar que ya antes me había fijado tanto en hombres como en mujeres que despertaban en mi una curiosidad cada vez mayor. Soy el segundo hijo de 5 hermanos y el único varón. Aunque toda mi niñez la viví rodeado de mi demás familia, abuelos, tíos y primos.
Fue con dos de mis primos, un chico y una chica cuando empece a experimentar en el sexo, a escondidas nos gustaba desnudarnos, tocar y exhibir nuestros cuerpos y hacer alarde de los cambios que en el se producían. De esto a empezar a tocarnos, a besarnos y restregar nuestros cuerpos desnudos fue poco a poco, pero cada vez estábamos mas a gusto y cada vez nos daba mas placer, fue mi prima la que me hizo mi primera paja ( bueno, nos hizo ) y también fue ella la que se la metió por primera vez en la boca haciendo algo parecido a una mamada.
Pero, nuestra prima, pronto se aparto de nosotros para empezar a tontear con chicos del barrio, y nosotros nos quedamos solos. Recuerdo perfectamente un día que mis tíos vinieron a casa a cenar, yo estaba enfermo en mi habitación y mi primo vino a estar conmigo, después de hablar un rato metió la mano por debajo de la manta y me empezó a sobar el paquete, me puse muy cachondo ( tendríamos 18 años ) yo me baje el pantalón del pijama y los calzoncillos y le deje que me sobara a gusto para disfrute mio, me toco hasta que consiguió que despulsara toda mi leche. Esa fue nuestra primera vez solos.
Hay se abrió un mundo de formas de disfrutar nosotros solos. Empezamos a dormir juntos los fines de semana, ya que nuestros padres salían de fiesta y sus hermanos mayores se quedaban a nuestro cargo, aunque pasábamos mas tiempo solos que acompañados, entonces empezamos a restregar nuestros cuerpos desnudos, a besarnos, a pajearnos el uno al otro, hacer un 69, comernos los culos y meternos los dedos por estos … hicimos de todo menos penetración.
Un verano, tendríamos 18 años, mis tíos se fueron a pasar quince días de vacaciones a Huelva con la familia de mi tía, y me fui con ellos. Allí conocí a Miguel, un primo de mi primo de 18 años que se empezó a venir con nosotros a la playa, a jugar al fútbol y a vaguear por ahí.
Un día, Miguel nos dijo que sabia de una playa donde la gente iba desnuda y nos reto a ir con el. Por supuesto que rápidamente accedimos, eramos dos hormonas con patas y las expectativas eran muy grandes. Mochilas, bicis y a por ello. La playa era muy chula, muy pequeña y muy escondida. Dejamos las bicis atadas a un pinar que había cerca, y después de cruzarle llegamos a la playa llena de dunas arbustos y algún pino, entre una dunas extendimos las toallas y Miguel fue el primero en despelotarse, verlo desnudo fue el inicio de otro de mis fetiches. Tenia un cuerpo mas desarrollado que el nuestro, una polla mas larga y gorda que las nuestras pero ¡ no tenia pelo ! . le preguntamos y nos dijo que le gustaba afeitarse que así era mas suave y nos insto a que le tocáramos, y vaya si lo hicimos … después de desnudarnos nosotros y alabar nuestras pollas también el, nos fuimos a darnos lo que seria nuestro primer baño en el mar totalmente desnudos.
Pocas, solo dos, mujeres desnudas había y una media docena de hombres de todas las edades, jugamos en el agua y nos excitamos de tanto roce al final y ya desinhibidos empezamos a tocar y pajearnos unos a otros debajo del agua, teníamos un nuevo componente en nuestros juegos eróticos.
Al cabo de un rato, nos salimos a tomar el sol y a descansar en nuestras toallas, esperando un poco a que nuestras pollas se bajaran un poco. Al rato de estar allí tumbados, nos dispusimos a comernos el bocata que habíamos llevado, y fue cuando Miguel dijo que no tenia hambre y que se iba a dar una vuelta mientras nosotros comíamos.
Aproveche para preguntarle a mi primo si alguna vez había hecho algo de lo que hacíamos nosotros con el, y ante su negativa le confesé que a mi me encantaría hacerlo con el, y que como era mayor nos podría enseñar mas cosas de las que nosotros sabíamos.
Terminamos de comer, y Miguel no había vuelto, pensando que estaría bañándose fuimos a buscarlo y no estaba en el agua. Empezamos a buscarlo y al final lo encontramos, estaba con un hombre mayor de unos treinta años, escondidos detrás de unos arbustos se besaban, sobaban y alternativamente se comían las pollas. Nosotros con los ojos como platos y meneandonos las pollas no perdíamos detalle, al final el hombre se dio la vuelta y poniéndose a cuatro patas le ofreció el culo a Miguel, que empezó a meterla, nosotros nos corrimos enseguida viendo el espectáculo pero ellos tardaron mas en correse, una vez terminaron fueron a la playa a lavarse y nosotros aprovechamos para irnos a las toallas y disimular.
Diez minutos después, llego Miguel, se sentó con nosotros y con una sonrisa nos pregunto si nos había gustado el espectáculo. Nos había visto. Colorados por la vergüenza le dijimos que si, y que nos habíamos hecho una paja viéndolos follar. Entonces empezó una larga conversación donde contamos nuestras experiencias, lo que sabíamos hacer, y confesamos que nos gustaría que nos enseñara mas sobre el sexo. Con tanta conversación, nuestras pollas estaban como estacas, y Miguel entre los dos empezó a sobarnos las pollas, luego empezó a mamarnos alternativamente indicándonos como había que hacerlo, cuando estábamos a tope, paro y nos dijo que quería ver que hacíamos nosotros cuando estábamos solos, que así podría corregir errores … Se aparto un poco y nosotros muy orgullosos nos pusimos a tener una sesión de sexo de las nuestras, queríamos dar lo mejor de nosotros y sorprender a Miguel con lo bien que lo pasábamos junto, él estaba excitadisimo viéndonos sin parar de tocarse. Y cuando nos pregunto que por que no nos follábamos le dijimos que nos daba miedo, y que tampoco sabíamos como hacerlo exactamente. Entonces Miguel cogió a su primo lo puso a cuatro patas y me pidió que estuviera atento, empezó a dilatar el culo de Antonio ( que así se llama nuestro primo en común ) y cuando ya le cabían tres dedos puso su polla en la entrada de su culo y empezó lentamente a follárselo, al principio mi primo se quejaba pero al muy poco empezó a gemir y a pedir mas, sus gemidos de placer y el babear de su polla me puso a mil y fue entonces cuando Miguel me pidió que se la metiera yo a el, me puse detrás y no se como se la metí de golpe, estaba húmedo y estrecho y parecía que su culo me la estrujaba, yo no me movía solo se movía Miguel, pase mis manos por debajo de sus brazos y pellizcaba sus pezones como el me indicaba, tarde nada en correrme, al poco mi primo y después Miguel. Caímos sobre la arena y las toallas totalmente derrotados y felices. Yo por lo menos, me acababan de desvirgar, bueno y a mi primo también , aunque de otra forma.
Con una sonrisa de tonto que no me cabía en la cara, pensaba que todavía nos quedaban nueve días en aquellas playas de Huelva, no me podía imaginar todo el sexo que me quedaba por tener. Como tampoco me podía imaginar que no iba a tener sexo con hombres hasta pasados los treinta años.
Continuara, si así lo decidís. Gracias por leerme.