Carlos, un amor de secundaria III

Las sensaciones que tenia de la corrida de Carlos en mi boca y su talentosa lengua que me hacía cosquillas en la cabeza de mi polla fueron demasiado para mí, y mi polla atacó con chorros de espeso y blanco semen una y otra vez en la boca de Carlos.

La parte anterior finaliza:

-Carlos, en cualquier momento nuestras familias se enteraran, tarde o temprano, pero lo harán, y ahora es un buen momento para hacerlo- le dije. - ¿Por qué no invitamos a nuestros padres a una cena en un restaurante y les decimos los dos juntos?

-Tienes razón Luis, vamos a hacerlo juntos- él estuvo de acuerdo.- Pero no sé cómo se lo tomará mi papá y mi mamá. ¿Qué dirá tu madre?

-Carlos, si nuestros padres nos aman, y sé que aún lo hacen, ellos nos apoyarán y nos entenderán, créeme, yo lo sé- traté de sonar lo más firme y seguro, para que Carlos no se asuste con lo que vamos a hacer.

-Sí Luis, tienes razón, ellos nos aman, gracias.

Carlos, un amor de secundaria III

-Entonces vamos a hablar con ellos- le dije. Carlos y yo hicimos nuestro camino tranquilamente al baño, tomamos una ducha rápida y regresamos al cuarto para vestirnos.

-Empaca una muda de ropa- dije mientras nos vestíamos.- Vamos a tener que pasar a mi departamento para que pueda sacar algunas de mis cosas también. ¡Ay mierda, se me olvidaba! No tengo mi coche aquí. Vamos a tener que caminar hasta mi departamento.

-No te preocupes, hay un montón de tiempo- dijo Carlos mientras metía una camiseta en su bolsa de lona. –Sólo vives a unas cuadras de aquí, además aún son las 3:15 a.m.

-Sí, pero vamos a apurarnos, no vaya a ser que uno de tus compañeros se levanten- le dije.- Asegúrate también de llevar dinero.

Carlos no tuvo problema en sacar dinero, su abuelo le envía tanto a Carlos como a su primo, un generoso cheque cada mes para ayudarlos con la universidad. Por mi parte, mi abuelo me deja una buena cantidad en un fondo para mi universidad y mis gatos adicionales.

-Tengo un poco más de mil- dijo Carlos- ¿Eso será suficiente?

-Debería ser- le dije.- Tengo más en mi departamento, con lo que juntemos podemos pagar la cena y hasta hacer un viaje con nuestras familias.

-Bueno, vamos a salir de aquí y a tratar de solucionar este problema- dijo cerrando la bolsa de lona.

Salimos con cuidado de la habitación y caminamos de puntitas para no despertar a nadie, y salimos por la puerta principal. Cuando Carlos cerró la puerta, suspiró y dijo: -¡Menos mal, creo que logramos salir de allí sin despertar a nadie.

-Carlos relájate, todo va a salir bien- le dije- Cuando se den cuenta de que no estamos, no van a tener idea alguna de lo que estamos haciendo, y después de que le digamos a nuestros padres como somos y que vas a vivir conmigo, Brandon no podrá hacer ya nada.

Mientras caminábamos por las calles desiertas, Carlos puso su brazo alrededor mi cintura.- Luis estoy tan contento de haberte dicho acerca del chantaje de Brandon. Gracias por ayudarme- dijo- Te amo.

-Yo también te amo- le dije- Por eso te quiero ayudar. Fuimos unos idiotas al querer ocultar nuestros sentimientos de nosotros mismos, ahora no estuviéramos así si no fuera porque declaramos nuestros sentimientos.

-Lo sé, pero estábamos asustados por chicos de la secundaria.

Era un cuarto para las cuatro cuando llegamos a mi departamento. Abrí mi puerta, y entramos en voz baja para no despertar a Bruno, mi compañero de cuarto. Dirigí a Carlos través de la sala oscura a mi dormitorio. Podíamos oír sonidos desde la otra habitación.

-Como que Bruno tuvo suerte esta noche -le susurré.

En mi habitación, encendí la luz y abrí mi armario. Agarré una bolsa de viaje y lo llené rápidamente. Entonces rebusqué hasta el fondo de mi cajón para encontrar mi sobre con dinero de emergencia.

-Bueno, supongo que esto es todo lo que necesito- le dije- Bueno ya estamos listos para iniciar este nuevo camino.

-Sí y estoy feliz- dijo Carlos- Estoy muy feliz de que estamos haciendo esto juntos, yo no sé si sería capaz de decirle todo esto a mi papá y a mi mamá.

-Bueno, no estás solo, te amo Carlos, te amo mucho y siempre estaré contigo para ayudarte.

A medida que caminabamos tratando de no hacer mucho ruido a través de la sala de estar, la puerta de la habitación de Bruno se abrió y apareció él vistiendo sólo con unos calzoncillos. Bruno se estiró y bostezó- Hey Luis, ¿A dónde vas tan temprano?- preguntó.

-Carlos y yo vamos a visitar a nuestras familias el fin de semana -le conteste.

-Hola, Carlos- dijo- Yo sólo estaba chequeando para asegurarme de que eras tú y no un ladrón.

-No, soy yo- le dije- Pero ahora que estás aquí, quiero preguntarte algo, Carlos necesita un lugar para quedarse. No te importaría si se queda a vivir un tiempo conmigo ¿Verdad?

-No, no me molesta dijo Bruno.

-¿Con quién hablas Bruno? Una voz preguntó desde la puerta del dormitorio de él.

-Es mi compañero de cuarto Luis y su amigo Carlos -respondió Bruno.

Un chico rubio con un cuerpo tonificado y unos abultados calzoncillos blancos entró a la habitación. -Hola, amigos- dijo -Soy Travis, no quiero incomodar, pero quiero ir al baño, ya saben, cuando tienes ganas, las tienes.

Bruno sonrió y preguntó- ¿Bueno a ustedes tampoco les molesta si Travis se queda conmigo por un tiempo?- Carlos y yo acordamos que no era problema.

-Bueno que tú y Travis se diviertan- le dije a Bruno cuando nos íbamos- Estaremos de vuelta el Domingo por la noche.

Carlos y yo acomodamos nuestro equipaje en el maletero de mi Mustang y nos dirigimos a casa. Llevábamos dos horas cuando decidimos parar en un McDonald’s para tomar algo como desayuno. Bostecé porque estaba un poco cansado y nos sentamos en una de las mesas para comer.- Sabes Carlos, me estoy sintiendo un poco cansado- le dije- Me acabo de dar cuenta que no dormimos nada desde anoche.

-Sí, y apuesto que también por el tiempo que llevas conduciendo sin descanso. ¿Quieres que conduzca yo por un rato?

-No, probablemente tú también estés tan cansado como yo, ¿Por qué no buscamos un motel y dormimos por un rato? Estamos a sólo un par de horas a casa. Si nos vamos al mediodía vamos a estar ahí para la hora de la cena.

-No es una mala idea Luis, yo también tengo sueño- Carlos estuvo de acuerdo- Tal vez deberíamos llamar a nuestras familias y hacerles saber que estamos en camino y queremos salir a cenar con ellos.

-Sí, tengo mi teléfono está en el coche- le dije.

Alquilamos una habitación en un motel cercano. Una vez en la habitación, nos quedamos en boxers, nos tumbamos sobre la cama, le di un beso y rápidamente nos quedamos dormidos.

Cuando me desperté unas horas más tarde, Carlos estaba de cuchara contra mi espalda, su brazo sobre mi pecho. Me deslicé cuidadosamente de la cama y fui al Carlos seguía durmiendo cuando regresé. Ahora yacía de espaldas, con un brazo sobre su cabeza. Me acosté a su lado y me quede admirando a mí amando. Se veía tan lindo y tranquilo. Yo me incliné y le di un suave beso en la frente, y luego su nariz y la barbilla. Él ni se inmutó y siguió durmiendo.

Besé su cuello y sobre el pecho de su axila expuesta. Besé y lamí su pequeño parche de pelo oscuro. Carlos se agitó pero nunca despertó. Arrastré mi lengua por el pecho hasta el pezón. Yo succioné con mi lengua y sentí como se endurecía. Carlos acariciaba cariñosamente mi cabello.

Levanté la cabeza y miré a los ojos- Oh, ¿te he despertado?- Le pregunté.

-Mmmmm hmmm. Pero no pares o podría volver a dormir- Carlos bromeó.

-OK- le dije y luego acostó su cabeza, yo en broma lamí su otro pezón. Le sonreí y le dije- Pues no quiero que vuelvas a caer dormido.

-Awww! Eres un despertador impresionante, Luis Crowther- gimió.

Pasé mis manos por la erección que tenía.- Oh Carlos, la tienes hinchada- le dije y me deslicé hacia la zona donde se encontraba sus boxers- Déjame ayudarte y arreglar esto.

-Sólo si puedo hacer lo mismo por ti- dijo -pero no puedo llegar a ti.

Me quité rápidamente mis boxeadores y poniéndonos en una posición de sesenta y nueve comenzamos con lo nuestro- ¿Cómo está? ¿Mejor?- Le pregunté.

-Sí, Mucho mejor- respondió, y se apoyó en mi entrepierna.

Cada uno de nosotros deslizábamos nuestros labios de arriba a abajo. Entonces, corrí mi lengua alrededor de la cabeza de la polla de Carlos mientras que él me hizo cosquillas a mis bolas con su lengua. Yo podía sentir como mi polla botaba poco a poco líquido pre seminal gracias a la calidez que sentía de la boca de Carlos. Traté de copiar lo que él me hacía, yo centré la atención de mi lengua en las apretadas bolas de Carlos y el perineo, haciendo que el hiciera una pausa y gimiera.

-¡Mmmmmm! Me encanta cuando haces eso- susurró.

Carlos volvió a mi polla tiesa, lamiendo arriba y abajo del tronco y alrededor de la cabeza antes de deslizar mis diecinueve centímetros en su caliente boca y garganta. Yo hice lo mismo con su palpitante polla. Pronto nuestras cabezas estaban meciéndose al unísono mientras nuestras bocas hambrientas se deslizaron hacia arriba y abajo de cada uno de nuestras duras pollas.

Como trataba de tragarme todo lo que podía de la polla de Carlos, enterré mi nariz en su oscuro vello púbico, inhalando y disfrutando de su fragancia masculina. Mi lengua masajeaba la parte inferior de su tranca. Sentí como la polla de Carlos se ponía más rígida y palpitaba más, yo sabía que Carlos no iba a durar mucho más tiempo. Metí su polla en mi boca justo a tiempo para recibir el primer disparo de espesa y deliciosa lea, sentir como fluía el dulce néctar de Carlos dentro de mi boca era maravilloso.

Las sensaciones que tenia de la corrida de Carlos en mi boca y su talentosa lengua que me hacía cosquillas en la cabeza de mi polla fueron demasiado para mí, y mi polla atacó con chorros de espeso y blanco semen una y otra vez en la boca de Carlos. Cuando la corrida de los dos termino, nos quedamos exhaustos y contentos.

Después de alcanzar el clímax, Carlos y yo yacíamos en la cama sin movernos y hablarnos, estábamos meditando y pensando acerca de todo lo que nos había pasado hasta ahora mientras nuestras pollas se deshinchaban, ya recuperados, Carlos fue el primero en hablar.

Carlos dejó mi flácido pene deslizándolo entre sus labios y suspiró- ¡GUAU!

-¡WOW!- Repetí y rodé sobre mi espalda.

Carlos me preguntó- Luis, ¿siempre será así fantástico?

-Esperemos que sea así- le contesté.

-No sé si podré con todo esto- bromeó Carlos.

-¡Marica!- Me eché a reír.

Carlos me lanzó una almohada mientras saltaba de la cama y corría hacia el baño. Yo lo seguí y me uní a él en el inodoro. En segundo nuestros chorros amarillos s juntaron, el agua espumosa, y cada uno de nosotros suspiros de alivio cuando vaciamos nuestras vejigas.

Creo que tenemos que orinar después de habernos corrido como dijo Camilo, se siente bien- me reí, recordando el compañero de habitación de Carlos cuando nos interrumpió en el baño, sólo para que él orinara.

-Sí, creo que sí- Carlos sonrió y luego se puso serio- Me pregunto si él y Brandon habrán notado que no estoy en el departamento.

-Tal vez- le dije- Pero ellos probablemente estarán pensando de que fuimos a comer o algo así.

-Sí, supongo- Carlos sintió con la cabeza- ¡Hey!- dijo- No hemos llamado a nuestros padres para avisarles sobre la cena.

Corrí a la mesa y me agarré mi teléfono celular- Voy a llamar a mi mamá- le dije.

El teléfono sonó varias veces antes de que ella contestara- ¡Sorpresa!- la saludé- Carlos y yo decidimos hacer un viaje a casa para darles una sorpresa, y también para llevarlos a cenar.

Mamá estaba encantada con mi sorpresa y dijo que iba a llamar a la madre de Carlos para que se encarguen de los detalles de lacena, ya que al final la cena será en mi casa.

Está bien- le dije- Pero, espera unos minutos porque primero llamaremos a la mamá de Carlos.

Le pasé el teléfono a Carlos, y él llamó a su mamá, Dijo lo mismo que yo le dije a mi madre, creo que ya teníamos un punto a nuestro favor ya que a las dos le encantó la idea.

Nos duchamos y nos vestimos para emprender la marcha a mi casa cuando mi celular sonó. Era mi madre- Luis, Caroline y yo decidimos hacer la cena para ustedes- ¿Otra vez con eso?, pensé -Vamos en camino a la tienda de comestibles- dijo ella- Vamos a preparar Filete Strógonoff, sé que es uno de tus platos favoritos, y Caroline dijo que a Carlos también le gusta.

-Mamá, ya te he dicho que tú no tienes que cocinar- me quejé.

-Queremos- me espetó. -Ahora, dile a Carlos si Filete Strógonoff está bien.

-Carlos, ¿Te gusta Filete Strógonoff?- Le pregunté dudando cuando vi la cara de Carlos -Dijo que suena bien- le dije rápidamente a mi madre.

-Caroline quiere saber si pastel de fresas está bien para el postre.

-Claro que sí mamá.

-Tenemos planeado en que la cena será a las siete de la noche- dijo en su tono de madre anfitriona- Chicos, tienen hasta entonces para llegar. Comeremos en nuestra casa. Sólo tienen que venir directamente hacia aquí.- Luego colgó y le dije a Carlos:

-Como lo sospechaba, la cena es a mi casa a las siete- le dije a Carlos y me reí- Nuestras madres están cocinando.

-Me di cuenta de eso- Carlos también se echó a reír- El Filete Strógonoff de  tú mamá y el Pastel de Fresas de mi mamá.

-Ese es el menú del día- le dije- Pero, tenemos que estar allí a las siete.

-Eso nos da un montón de tiempo, ¿No?- dijo Carlos con una sonrisa maliciosa y se quitó su camiseta.

Nos desnudamos seductoramente entre sí y volvimos a la cama. Nuestras manos, labios y lenguas exploraron mutuamente de una forma apasionada cada parte de nuestros cuerpos, hasta que el sueño nos venció. Unas horas más tarde, nos despertamos totalmente renovados con erecciones palpitantes. Afortunadamente había tiempo suficiente para uno que otro juego sexual para aliviar nuestros problemas palpitantes, antes de comenzar con el camino a casa.

El coche de los Dickerson estaba aparcado en el camino de entrada a mi casa cuando llegamos. Carlos y yo bajamos del coche, cogimos nuestras maletas y valientemente nos dirigimos a la puerta de entrada. Nuestras madres nos saludaron y abrazaron, y el padre de Carlos, Gonzalo, abrazó a Carlos en modo de saludo y a mí me dio la mano.

Mientras que nuestras madres terminaban de preparar la cena, nosotros esperábamos junto con Gonzalo en la sala hablando acerca de la universidad y de deportes. Tuve dudas después de la conversación. Estaba ensayando en mi mente cómo íbamos a decirles a nuestros padres que tenían dos hijos homosexuales que estaban enamorados el uno del otro desde secundaria.

-La cena está servida- mi madre anunció finalmente.

Pasamos al comedor, Carlos y yo nos sentamos uno al lado del otro en un extremo de la mesa, el señor y la señora Dickerson en unos de los extremos y en el lado opuesto de ellos mi madre en el extremo opuesto de la mesa. La cena estuvo un poco incómodo porque nuestros padres hacían las típicas preguntas de cómo íbamos en la universidad

Después de que los platos principales fueron retirados de la mesa, agarré con fuerza la mano de Carlos por debajo de la mesa, necesitaba saber que él estaría conmigo en todo momento y lo supe cuando Carlos me miró a los ojos, fue la conexión mas prefecta que jamás tuve con alguien más.- Carlos y yo tenemos algo que decirles a ustedes- dije.

Carlos me apretó la mano tan fuerte, que pensé que me iba a aplastar la mano.

-¿Qué pasa muchachos?- preguntó Gonzalo.

Tomé una respiración profunda y balbuceó- Yo... Yo... Tengo... Siempre... Carlos ha sido mi mejor amigo de toda la vida.

-Sí, yo nunca he visto a dos amigos más cercanos- dijo Gonzalo. De repente Carlos espetó.- ¡Luis y yo estamos enamorados!

Me sobresalté, miré a Carlos, se quedó mirando con seriedad a sus padres. Ellos se sonrieron el uno al otro y luego a mi madre, yo me quede helado.

-Ya veo- dijo Gonzalo a Carlos- ¿Tú estás de acuerdo con lo que acaba de decir Carlos, Luis?, ¿Tú amas a mi hijo?- Agarré la mano de Carlos con más fuerza.- Con todo mi corazón, señor Dickerson.

Mi madre se puso a llorar- Oh Luis, eso es tan dulce- dijo entre sollozos.

-Estoy muy feliz- dijo Caroline- Calos, lo de ustedes ha sido muy obvio en estos años ya que eran mucho más que buenos y mejores amigos, nos habíamos estado haciendo la idea de sus preferencias y también nos preparábamos para cuando tú y Luis se dieran cuenta de sus verdaderos sentimientos.

Gonzalo se aclaró la garganta y dijo- Carlos, Luis, supongo que esto significa que ustedes ya están entrando en el... eh, el estilo de vida homosexual. Ahora, como ustedes saben, yo no tomo muy a la ligera este tipo de cosas.

-¡Gonzalo, no lo hagas!- Caroline interrumpió.

-Papá, se cuidadoso con lo que vas a decir acerca de lo que piensas de los gays- Carlos susurro y bajo la cabeza.

-¿Vas a dejar que hable?- dijo Gonzalo- Tengo algo que decir y lo voy a decir, si ustedes prometen dejarme terminar sin interrumpirme, yo prometo no perder los estribos. Él miró alrededor de la mesa y continuo hablando.- Como estaba diciendo, yo no creo que el estilo de vida gay sea normal. El estilo de vida heterosexual es mucho más común y ampliamente aceptado. Yo pienso que tuvo que ser difícil para nuestros hijos tener que aceptar su condición sexual y de habérnoslo dicho ellos mismos esta noche. Él le sonrió a Carlos y a mí- Los felicito por su valentía y coraje, debo decirles que pasaran por muchas cosas y también por situaciones muy difíciles a causa de su opción sexual. Lo siento, pero es la sociedad de la que forman parte. Tal vez no entienda o acepte del todo su estilo de vida, pero te quiero, Carlos. Yo siempre te amaré, eres mi hijo y eso nunca lo olvides.- Puso su brazo alrededor de Caroline.- Tu madre y yo siempre te amaremos y estaremos aquí para ti.- Él me sonrió.- Luis, siempre te he querido como un segundo hijo. Ahora, supongo que realmente ya lo eres.

Gonzalo caminó alrededor de la mesa hasta llegar donde nosotros y se puso detrás de Carlos y de mí, puso una mano en nuestros hombros, se inclinó entre nosotros, y le besó la mejilla a Carlos, se volvió y me besó en la mejilla a mí también. Gonzalo sonrió y dijo- Eso no quiere decir que soy gay, pero sí quiere decir que los quiero a los dos.

Caroline corrió alrededor de la mesa y abrazó y besó a Gonzalo.- Te amo mucho- exclamó ella.- Lo que le dijiste a los chicos fue tan hermoso, que no puedo añadir nada más.- Ella levantó a Carlos de la mesa, lo abrazó y lo besó. Luego hizo lo mismo conmigo. Mamá se unió al grupo abrazó a Carlos y me abrazó a mí,  luego Carlos, Caroline y Gonzalo hicieron lo mismo. Las lágrimas de emoción, felicidad y alegría corrían en todo el comedor, todos estábamos con lágrimas en la cara.

Gonzalo se secó los ojos con un pañuelo y trató de recuperar su compostura masculina.- Vamos a comer un poco de postre para celebrar- dijo.

Durante el postre, Carlos le explicó que estaba viviendo con mi departamento conmigo. Nuestros padres estuvieron de acuerdo en que debemos vivir juntos, ellos sugirieron que busquemos otro departamento más agradable y cómoda para vivir en el próximo semestre. Gonzalo se ofreció a enviarnos a un viaje todo pagado en nuestro próximo descanso, en tono de broma lo llamó una luna de miel. Mamá estuvo de acuerdo en que deberíamos ir a una luna de miel, y ella quería ayudar con eso también. Yo sólo pensaba ¿En qué están pensando estos viejos locos?, pero también agradecido por lo afortunados que éramos porque nuestros padres nos entendieron y se tomaron este tema de la mejor manera.

La cena se había convertido en una verdadera fiesta. Una celebración del amar que Carlos y yo nos teníamos el uno al otro, y también por el amor que nuestros padres nos tenían, este día lo recordaré por el resto de mi vida. Mi madre, los padres de Carlos estaban felices por nosotros, ahora sé que este es el comienzo de una hermosa historia, nuestra historia.

*Fin*

-DarkAngel-

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Hola de nuevo, disculpen por la demora, aquí les dejo el último capítulo de la historia, espero que no sea muy sosa, sólo  que quería que tuviera un final feliz, gracias por lo comentarios anteriores y por los e-mails que me mandan a mi correo, los invito a n y valorar se los agradecería mucho, sin más, hasta el próximo relato.