Carlos, un amor de secundaria
Carlos me besó en el cuello y me susurró- Es tu turno, soy todo tuyo, has realidad tus sueños y cumple las fantasías que tenias conmigo.
Seguimos con un nuevo relato, espero les guste, ya que me estoy esforzándome mucho para que les guste, igual si no es de su agrado háganmelo saber con un comentario o por un e-mail a (angelito_solesito@hotmail.com) :el correo es de hace 7 años, por eso el nombre :P:, ya que me gustaría seguir mejorando, recién empiezo y sé que me falta mucho por aprender, pero estoy para hacerlo, también agradezco los comentarios de los anteriores relatos, Perdón por si encuentran alguna falta ortográfica o si hay partes que no se entienden :v, sin más que decir, el relato...
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Carlos, un amor de secundaria
-Luis, este es el último que queda- dijo Carlos entregándome una cerveza. -La refri está vacía.
Carlos y yo, como todos los sábados desde el inicio de la universidad, íbamos de bar en bar. Después de haber bebido en varios de nuestros favoritos bares (y vaya que son muchos), Carlos me invitó a su casa para beber unas cuantas cervezas más. Sus compañeros habían salido, así que Carlos y yo tuvimos que compartir todo en el refrigerador, ¿Qué eran cinco cervezas?
-Bueno... supongo que es hora de llamar a un taxi porque ya es tarde y de noche- dije consiguiendo levantarme del sofá y me dirigí hacia el baño.
-Claro Luis, como ya se está acabando la cerveza, es el momento de irse- dijo Carlos.
-No Carlos, sabes bien que ya es tarde- y comenzó a zumbarme la cabeza.- Será mejor que me vaya a mi casa después terminar con esta cerveza- dije arrastrando las palabras. -Pero primero tengo que orinar un poco para hacer espacio para el último- me reí, pero en eso me tambaleo y tropiezo con una mesita.
Carlos me ayudó a equilibrarme y me acompañó por el pasillo hacia el cuarto de baño. Sentí el cuarto girar mientras estaba de pie en el baño vaciando mi vejiga. Cuando terminé, me eché agua fría en la cara.
-Me siento mejor ahora- le dije a Carlos mientras regresábamos a la sala y recogía mi cerveza- Bueno cogeré uno para ir por la calle y luego me voy a casa a dormir.
-No creo que debas tratar de caminar de regreso a tu apartamento ¿Por qué no te quedas aquí esta noche?
-Estoy bien- le dije, y bebí un trago de cerveza. La habitación comenzó a girar de nuevo, y me caí en el sofá cuando traté de dejar la botella.
-A ja, tú estás bien- Carlos se río y me ayudó en el sofá.
-¿Cuál es el problema?, todavía puedo beber como cualquier noche, Carlos Linder.
-Claro que sí, Luis Calvert.
-Pude tomarme yo solo todas las cervezas que habían en la refri.
La puerta se abrió y el primo de Carlos, Brandon, se paseó por la sala con una bien formada rubia aferrándose a él. Camilo, otro compañero de cuarto de Carlos, los siguió a través de la puerta, con su brazo alrededor de otra belleza.
-Hola chicos- Carlos les dio la bienvenida- Le dije a Luis que se quedara aquí esta noche, él está un poco ebrio.
-OK, me alegro de verte Luis- dijo Brandon y luego nos presentó a las chicas- Esta es Liz y uh...
-Paola- dijo la chica que estaba con Camilo.
-Paola, sí- dijo Brandon con una sonrisa- Ellas también pasarán la noche aquí.
Liz abrazó a Brandon, besó su cuello y le susurró al oído mientras ella exploraba con su mano entrepierna de Brandon.
-Bueno, nos vemos muchachos- dijo Brandon con un guiño- Creo que las chicas están ansiosas por llegar a la cama.
-Creo que está bien- dijo Carlos mientras las parejas dejaban la habitación.
-Parece que ellos tuvieron suerte esta noche- le dije mientras terminamos nuestra cervezas.
-Por lo general, Brandon y Camilo siempre traen diferentes chicas cada fin de semana- dijo Carlos.
Estaba seguro de que lo hacía. Sus cuerpos son magníficos. Yo estoy seguro que no los rechazaría. Mis ojos desnudaban sus bien tonificados cuerpos cada vez que los veía.
Yo sabía que era gay desde la secundaria. Pero, me lo guardé para mí mismo. Tenía miedo de que alguien se entere. Carlos ni siquiera me conocía, y yo había estado secretamente enamorado de él desde segundo de secundaria.
Habíamos sido amigos desde la guardería. Pero, he desarrollado un gran afecto de enamoramiento hacia Carlos en segundo (debe ser cuando mis hormonas realmente estaban alborotabas), y me hacía estallar con una erección cada vez que estaba cerca de él. A mí no sólo me gustaba Carlos, yo lo amaba, y todo en él: su cabello oscuro, sus ojos brillantes, su sonrisa linda, todo.
Como la mayoría de caliente, con trece años de edad, amigos, Carlos y yo hablamos de mucho sexo y estábamos orgullosos de nuestros cuerpos en desarrollo. A menudo nos compararíamos el tamaño del pene y el crecimiento del vello púbico. Pronto estábamos pajeandonos juntos, y para el final de nuestro segundo de secundaria, comenzamos a pajearnos entre sí. Me encantó hacer ese tipo de cosas con Carlos. Me encantó que sea con Carlos.
Pensé en Carlos constantemente y otras cosas que quería hacer con él. Muchas noches me acostaba en la cama, acariciándome a mí mismo teniendo varios orgasmo pensando en su rígida herramienta de 15 centímetros de Carlos y cómo me encantaría chupar y saborear su dulce semen. Pero, tenía miedo de sugerir eso, tal vez él me llamaría marica y decirme que me mantenga alejado de él.
Luego, cuando teníamos dieciséis años, se hicieron añicos mis esperanzas. Carlos comenzó a salir con una chica, Elizabeth Wills, una porrista. Carlos y yo nos quedamos como mejores amigos y seguíamos con las pajas de amigos, pero me di cuenta de que no había posibilidades de que Carlos sea mi novio. Él estaba saliendo con una chica. Él era hetero.
-Estoy a punto de caer Luis- Carlos bostezó.- ¿Y tú?
-OK, voy a entendiendo, me quedo aquí en el sofá- le contesté.
-No, no lo harás- dijo Carlos, agarrando mi mano y tirando de mí a desde el sofá.- Puedes dormir conmigo en mi habitación.
Me tambaleé y casi nos caímos cuando nos dirigimos por el pasillo.
-¿Todavía no estás muy sobrio? Apuesto que una ducha te ayudaría, vamos, yo podría tomar uno también.
Él me ayudó a entrar en el cuarto de baño, abrió la ducha y ajustó la temperatura del agua. -Voy a dejarlo en agua fresca para ayudar a recuperar la sobriedad- dijo Carlos.
Lo vi sacar su camiseta sobre su cabeza. Como reveló su suave y tonificado pecho, mi polla empezó a crecer. Carlos dejó caer su camisa en el suelo y me preguntó- ¿Tú necesitarás ayuda para desnudarte?
-¿Ah? ¿Qué?, no. ¿Tú tomarás una ducha conmigo?
-Sí, ¿Está bien?, No sería la primera vez. Siempre tomamos duchas juntos en la escuela después de educación física y las prácticas. Yo no quiero que te caigas en la ducha o algo parecido.
-Sí, no hay problema- me reí y me desabroché la camisa.
Carlos se quitó los pantalones cortos, y mi polla se puso rígida cuando vi que no llevaba ropa interior. Traté de no mirar cómo y estaba traté de terminar de desvestirme. Pero, cuando me saque mis pantalones vaqueros de mi pie, en mi mente no podía dejar de calcular visualmente el grosor de 17 centímetro de polla que colgaba entre los firmes muslos de Carlos, perdí el equilibrio y caí al el suelo. -Maldita sea- me quejé.
-Pensé que no necesitabas ningún tipo de ayuda, gran sabio- Carlos se echó a reír. Él tiró de mis pantalones vaqueros de mis pies y me ayudó a levantarme. Luego sacó los dedos en la cintura de mis boxeadores y los deslizó por mis piernas, liberando mi pene totalmente erecto.
-¡Wow, Luis!- exclamó Carlos, mirando mi firme polla de 19 centímetros.- Tienes un gran derecho de individuo. Veo que por lo menos una parte de ti esta sobrio y despierto. Ahora, vamos a llevarte a la ducha y después de esto estarás aún más sobrio.
Carlos tomó mi brazo cuando entré en la ducha. El agua fría me hizo tener escalofríos a en todo mi cuerpo. Di un paso atrás en la bañera y grité- ¡Maldita sea! Carlos, ¿qué demonios estás tratando de hacer? ¿Congelarme a muerte?
Carlos dio un paso detrás de mí, me abrazó por la cintura y me empujó adelante. -Sólo es por unos minutos hasta estar sobrio- dijo.
-¡Estoy sobrio! ¡Maldita sea!- Grité y me las arreglé para llegar a la perilla y apagar el agua.
Carlos se echó a reír- Mira Luis funcionó. Ahora, voy a configurarlo para tibia y podremos tomar una ducha normal.
Carlos se inclinó hacia adelante y llegó a rodearme con los brazos para ajustar el agua. Como hizo girar las perillas de la ducha, su piel cálida y suave se frotaba contra mi espalda y su polla daba bofetadas contra mi muslo enviando un hormigueo a todo mi cuerpo.
-¿Cómo se siente?- Carlos me preguntó después de ajustar las perillas.
-Oh, se siente maravilloso- suspire
Carlos sonrió y comenzó a ponerse de pie, pero perdió el equilibrio y resbaló. Traté de atraparlo, pero su cuerpo mojado se deslizó por mis manos. Tropecé y caí en la parte superior de su suave y firme cuerpo, lo miré a la cara linda y sonriente. Carlos se rio y envolvió sus brazos alrededor de mí.
-Espero que no estás enojado conmigo acerca de la ducha de agua fría- dijo- Yo sólo quería ayudarte.
-No estoy enojado contigo, sé que lo hiciste para ayudarme.
Las suaves manos de Carlos daban masajes a mi espalda mientras decía- Luis quiero decirte algo, algo que debí de haberte dicho desde hace mucho tiempo atrás.- Él suspiró profundamente y me abrazó- Luis... yo. .. Te amo. Te amo desde hace mucho tiempo.
Las lágrimas brotaron de mis ojos.- Oh, Carlos, yo también te amo. Yo no tenía idea que sentías lo mismo por mí. Pensé que eras hetero. Si lo hubiera sabido antes.- Besé su frente.- Lo digo en serio. Carlos, te amo.
Carlos me besó en los labios y soltó- ¡Estoy muy contento de escuchar eso!, Estaba con miedo de que alguien se enterara en la escuela de que soy gay. Y aún con más miedo de lo que tú dirías si te enterabas. Tenía miedo de cómo reaccionarías.
-Lo sé, Carlos, yo también. Yo casi siempre supe que era gay, y he estado enamorado de ti desde hace años. Yo no sabía cómo decirte. Presioné mi boca a la suya, nuestros labios se abrieron y nuestras lenguas se encontraron en un apasionado y caliente beso que esperaba que nunca se terminara.
Entonces la puerta del baño se abrió.- ¿Hay alguien ahí? ¿Ya terminaron?- preguntó una voz. Rápidamente me senté y miré a Carlos nerviosamente. Gritó- Sí, Camilo, estoy en la ducha. Terminaré en un minuto.
-Lo siento, Carlos, pero no puedo esperar- dijo Camilo, y se oyó el sonido de la puerta abriéndose en el cuarto de baño.
Carlos y yo nos pusimos de pie, apagué el agua. Carlos alcanzó abrió un poco la cortina de baño, cogió una toalla y me la entregó. Él envolvió uno alrededor de su cintura y salió de la ducha.
-Lo siento Carlos, pero siempre tengo que mear justo después de que me corro- explicó Camilo- Yo simplemente no puedo evitarlo.
Até la toalla alrededor de mi cintura, deslicé la cortina de la ducha, y vi a Camilo parado desnudo frente a la taza del baño. Ansiosamente tiró el condón fuera su semi-polla dura y con un suspiro dio fuertes raciones de chorros de orina en la taza del inodoro. Después de aliviar su vejiga, Camilo descarta el condón usado, se sacudió, y se sonrojó. Luego levantó la vista y se fijó en mí. Miró hacia atrás y hacia delante mirándonos a los dos y con sonrisa maliciosa.
-Oye, siento interrumpir su diversión chicos, pero cuando tienes que ir...
Carlos y yo nos miramos el uno al otro y nos sonrojamos.
Él sonrió y le guiñó un ojo a Carlos- Sabes que sería más privado en su habitación. De todos modos, sigan divirtiéndose chicos- Planeo- Paola simplemente parece no tener suficiente con esto- dijo agarrando su polla- Será mejor que regrese, ella está esperando por un poco más.
Carlos me ayudó a salir de la ducha y me dijo- Esta vez será en mi dormitorio, novio. Como Camilo dijo, es más privado allí.
Seguí a Carlos a través del pasillo hasta su habitación. Una vez dentro, envolvió su brazo alrededor de mí y me guio a su cama. Él me empujó sobre la cama, se subió encima de mí y me besó apasionadamente.
-Esto es un sueño hecho realidad- dijo.- Luis, tú no sabes cómo muchas veces he soñado con tenerte en mi cama como ahora.
-¿En serio?- Sonreí.- ¿Qué estábamos haciendo en tus sueños?
-Yo no lo voy a decir, ahora que te tengo aquí, tengo la intención de hacer realidad todas las cosas que he soñado.
-Mmmm, eso suena bien. ¿Entonces tengo que cumplir con todas mis fantasías también?
-No, Luis, sólo yo- Carlos se rio y me besó.- Hmmmm, pensándolo bien, creo que sería justo.
Carlos no perdió el tiempo, él arrastró su lengua en mi barbilla y me besó en la garganta y el cuello, me lamió la oreja y me susurró- Ahora, novio, simplemente túmbate y disfruta.
Levantó el brazo derecho por encima de mi cabeza y apretó su cara en mi axila. Me estremecí cuando sentí su lengua caliente y húmeda lamer lentamente desde el fondo hasta la parte superior. Sus labios mordisqueaban y metieron en mis vellos suaves, haciendo que me retuerza y comience a gemir. Entonces me reí cuando su lengua aleteo y me hizo cosquillas su delicada piel.
Carlos me sonrió mientras se deslizaba a mi lado y se extendía por mi pecho a besar y mordisquear mi pezón derecho. Se movía con su lengua, y la sensación erótica me asombró. Luego se trasladó a mi pezón izquierdo e hizo lo mismo.
-Ohhhhh. Eso se siente increíble- suspiré.
Carlos ignoró mi comentario y agitaba su lengua en mi abdomen, haciendo una pausa para sondear mi ombligo, haciéndome gemir de placer otra vez. Evitó mi grueso y palpitante verga, me besó en el vello público.
Me excito la forma en la que Carlos se deslizaba entre mis piernas. Miró hacia arriba me perversamente luego bajó la cabeza y suavemente lamió el interior de cada muslo. Sentí su nariz empujar el lado de mi saco de bolas y entonces su cálida lengua lamió el pliegue de este mismo y el muslo. Su lengua arrastró a través de mí. Para entonces, las caricias durante el juego de Carlos había hecho que mi polla se ponga tan dura y rígida que me dolía y se comenzó a brotar líquido pre seminal.
-¡Oh, Carlos!- Me quejé.- Mi pene es tan duro que duele.
Carlos levantó la cabeza y miró con cariño a mi polla tiesa. Él lo empujó a un lado y lamió el líquido pre seminal acumulado en mi ombligo. Luego me levantó la dura vara y lamió alrededor de su pulsante cabeza, enviando escalofríos por mi ingle. Su lengua tibia y suave lengua, se sentía tan fantástico que casi me vine.
Carlos debió darse cuenta de lo cerca que estaba, porque dejó de lamer mi polla y se deslizó entre mis piernas. Sentí su lengua húmeda levantar mis bolas y amorosamente lamer de mi saco de bolas. Volvió a pasar su lengua desde la base de mi polla y poco a poco iba subiendo hasta la cabeza. Carlos hizo una pausa y me sonrió, y luego abrió su boca y envuelto mi polla.
-¡Sí, Carlos! Chupa mi polla- le supliqué.
Él se balanceaba arriba y abajo, cada vez se metía más de mis 19 centímetros en la boca y chasquea la lengua por la sensible parte inferior. Yo estaba en éxtasis. Fue la sensación más fantástica que jamás había experimentado. Entonces sentí que la cabeza de mi polla se deslizaba por la garganta de Carlos, y me sentí abrumado por placer indescriptible. Los escalofríos se dispararon a través de mi cuerpo, y sentí que mis bolas se contraían y batían, mientras se preparaban para descargar.
-¡Estoy a punto de correrme!- Le advertí a Carlos.
Carlos se deslizó cuidadosamente mi polla de su garganta y sintió como el primer chorro de esperma comenzaba a salir. Tragó rápidamente, después mantuvo la cabeza de mi polla en su boca y aguanto como cinco chorros más de leche caliente fueron arrojados sobre su lengua. La boca hambrienta de Carlos no dejo escapar ni una sola gota de semen.
Yo no paraba de suspirar y suspirar, recuperándome de la más increíble experiencia de mi vida. Carlos se arrastró hasta la cama y apoyó su cabeza en mi hombro. Cuando recuperé un poco de fuerza, comencé a abrazarlo y besarlo.
-Eso fue totalmente impresionante, Carlos- le dije.
-¿De verdad, Luis?- me preguntó.
-¡Más impresionante que cualquier cosa que hubiera imaginado!
Carlos me dio un beso en la mejilla.- Para mi también lo fue- dijo.- Hacer el amor es realmente un sueño que quiero hacerlo realidad contigo. Te amo, Luis. Le devolví el beso y yo le respondí- Yo también te amo Carlos.
Carlos me besó en el cuello y me susurró- Es tu turno, soy todo tuyo, has realidad tus sueños y cumple las fantasías que tenias conmigo.
Continuará
-DarkAngel-