Carlos mi Vecino (3) Carlos se Folla a su Cuñadito

German se lenvantó sin decir nada, me separó las piermas y se agachó con la cara pegada a mi erguido pollón, que ya estaba del todo empalmado y duro otra vez. Mientras lo agarraba con la mano, el niñato pegó la nariz y aspiró el aroma que despedía mi verga, ese aroma a sudor, orina, y pre-cum, todo mexclado de toda la noche.

Carlos mi Vecino

Carlos se Folla a su Cuñadito.

Nos pasamos al dormitorío de Bruno y nos tendimos cómodamente en la cama desnudos, y atentos a lo que nos contaba mi vecino Carlos mientras nos bebiámos otro copazo.

Antes de nada os contaré que German tiene mi edad, unos deliciosos 18 añitos muy bien llevados, incluso es dos meses más pequeño que yo, y guapo el niño a reventar. Ojos verdes, con el pelo corto y moreno, delgado de cuerpo pero bien formado, un culito respingón de los que te ponen cachondo, y un paquete tremendo, de los que abultan y realzan una bragueta. Lo sé por que lo he comprobado más de una vez cuando hablamos de sexo, el cabroncete tiene una facilidad increíble para calentarse y ponerse cachondo bastante rápido, empinando la polla debajo de la ropa. El niñato es un yogurín,  con un paquete y un culo que me saca del cuerpo el vicio a pasear. Uffff... Cuantas veces me he ordeñado la polla, mientras me la pajeaba pensando en las mil maneras de follarme su cipote, con la boca y con el culo.

German y yo, también somos vecinos y bastante amigos, y nunca le he notado nada raro en plan gay, por eso me sorprendió muchísimo lo que dijo Carlos. Es más, siempre que hemos hablado de sexo lo que salía por su boca eran adjetivos muy guarros hacía las tías, de que postura se las tiraría y como se las fullaría por el coñito... ¿Puede ser que todo era para despirtar?

Carlos empezó a contarnos la follada.

Ese día que Tania nos pilló infragante en la cama, habiámos estado los tres hasta altas horas en la feria devirtiéndonos a tope, fumando porros sin parar y bebiendo como cosacos. Los dos hermanos decidieron que como yo estaba demasiado bebido para coger el coche, me quedara a dormir en su casa en la habitación de German, y que por la mañana más fresco me fuera para la mia. Por supuesto aquella idea me encantó.

Tengo que decir que desde los 15 años más o menos se que soy bisexual, y que me atraen los tíos mogollón, incluso más que las tías. Aunque follo con tías y me lo paso bastante bien, de hecho a Tania le metía unas folladas por el coño y por el culo que lo flipaba, la verdad es que siento más placer y gozo joder con hombres, y al culito sabrosón del hermano ya le había echado el ojo desde hacía tiempo. Cuando ibamos a la playa Tania y yo, y german se venía con nosotros, me encantaba satireárle el culo y el paquete sin que el niñato se diera cuenta, o yo creía que no se daba cuenta, por que aquella noche cuando estaba en plena faena mamándome la polla, me miró fijamente a los ojos y me dijo muy bajito...

  • Que sepas cuñado, que me he atrevido a meterte mano esta noche por que ya te he pillado varias veces mirándome el culo y el paquete, y se que me tenías ganas... Jejeje... Es que eres muy descarado tío... Te gusta ver como se me marca la polla en el bañador señido y tan estrecho que me pongo... ¿A que si? -

  • Me encanta chaval... ¡Uffff!... Más que el paquete, que también, lo que me pone cachondo de verdad es tú culito cabroncete... ¡Mmmm!... -

  • Jajaja... Lo se cabrón, por eso cuando vamos juntos a la playa me pongo ese bañador tan estrcho. -

  • Jejeje, que calienta pollas eres... ¿Y si te huvieras quivocado conmigo, German? -

  • No... Imposible. -

Antes de esa conversación os contaré como empezó todo, que con el calentón me enrollo y no paro colega. Llegamos a la casa a eso de las 4 de la madrugada y entramos sin hacer mucho ruido, ya que los padres de Tania y German estaban dormidos. Tania me dió un morreo de buenas noches que me dejó la polla toda empalmada, y se fue para su cuarto a descansar, y su hermanito y yo nos fuimos para la habitación de éste. Cuando entré me tiré directamente en la cama sin quitarme la ropa y boca abajo, para que no se me notara el trempazo que tenía en el cipote. Estaba bebido, colocado, super excitado, y muy alterado, por la situación de tener que compartir la misma cama con el niñato que me calentaba la polla.

  • ¿No te desnudas Carlos, o es que vas a dormir con los vaqueros? -

  • Si espera German, que ahora mismo me da vueltas toda la habitación... Jejeje. -

Por supuesto era mentira, estaba ciego y bebido pero no para tanto, lo único es que estaba ganando tiempo para que la empalmaera se me bajara, y poder desnudarme. Mientras tanto German se desnudó quedándose en calzoncillos, y aquello no ayudó para nada, al contrario, el niñato se paseaba por toda la habitación enseñandome el culito y poniéndome más cachondo todavía. No es que parecía, es que el cabrón de German lo hacía a drede, como más tarde me confirmó. Yo estaba tendido con la cabeza de lado y la cara hacía la mesita de noche, dos veces fue hacía ella para abrir el cajón y mientras lo abría y serraba después me ponía el culo casi encima del careto, tan cerca que casi podía sacar la lengua y lamerle el boquete del culito con ella... ¡Uffff!... Me tenía el cabrón ardiendo.

Por fin terminó de dar vueltas, apagó la luz y se metió en la cama. Al cabo de un rato y notando que él estaba vuelto para el otro lado, me desnudé rápido y me tapé con la sábana, cubriendo mi paquete ya un poco más desinflado que al principio. Pasó como 20 minutos, y estando ya adormilado, sentí su mano tocándome y magrándome mi cipote, el cual ya había sacado el mamón por un lateral del calzoncillo. Estaba flipando colegas... ¿Aquello era verdad o estaba soñando?... Abrí los ojos y miré hacía abajo, si, era cierto, el hermano de mi novia me estaba pajeando la polla, y joder, me gustaba muchísimo.

German se lenvantó sin decir nada, me separó las piermas y se agachó con la cara pegada a mi erguido pollón, que ya estaba del todo empalmado y duro otra vez. Mientras lo agarraba con la mano, el niñato pegó la nariz y aspiró el aroma que despedía mi verga, ese aroma a sudor, orina, y pre-cum, todo mexclado de toda la noche.

  • ¡Mmmmm!... Que olor más rico a macho tiene tú polla. -

Después de decirme aquello, volvió a metérme la polla toda gorda y dura dentro del slip, y comenzó comérmela por encima de la tela. Y mientras la lameteaba me decía...

  • Así quiero comértela primero tío, esta era mi fantasía y por fin la estoy cumpliendo... Chuparte el cipote por encima de los calzoncillos mientras huelo el perfume a macho de mi cuñado... ¿Joder, que gusto! -

Yo no paraba de soltar pre-cum por la rajita del capullo de lo caliente que estaba, así que ya os podreís imaginar, entre el babeo de mi polla y la saliva del niñato tenía la tela del slip totalmente mojada. German siguió lamiendo a gusto hasta que la polla se me transparentó, y él pudo apreciar hasta la vena más fina de mi tronco. Luego me la sacó fuera de nuevo y le pasó la lengua a todo lo largo del pollón, desde los huevos hasta llegar al capullo. Allí se detuvo succionando y tragando todo el chorreo de líquido que yo le soltaba por la excitación, y el niñato todo guarro y vicioso lo ingería por completo. Se la sacó de la boca y volvió a decirme...

  • ¡Uffff, me encanta chuparte el cipote cabrón!... Está delicioso... Quería como loco probar y degustar el el sabor del cipote que se mete la puta de mi hermana por el coño, y la hace gozar tanto... ¿Sabes que cuando te la follas en la habitación, puedo oir atraves de la pared los gemidos y jadeos de placer que suelta la cabrona? -

  • ¿Se nos escucha tío? -

  • Todo cuñado... Los chupeteos que te da en tú polla con su boca, los movimientos bruscos de la cama mientras te la envergas, y como ya te he dicho, los jadeos de gusto susurrados y muy bajito para que no se escuchen... Pero yo los escucho, y mientras tú te la follas, yo me masturbo el rabo a lo bestia y me imagino que al que te estás follando es a mi... ¡Mmmmm! -

  • Estoy flipando contigo German, ni en un millón de años me huviera imaginado que fueras así, tan calienta pollas y tan guarrillo... ¡Ufffff!... No hables más y sigue comiendo niñato, chúpame la polla mamón. -

German me obedeció sin rechistar y se volvió a zampar en el boquino todo mi pollón. Me lo chupó a saco, de arriba abajo, metiéndoselo hasta la garganta con una destreza increíble y dándome un gustazo enorme. De tanto placer que me estaba dando el niñato, no podía acallar los gemidos que salían de mi boca, no me podía controlar colegas, por que si él deseaba devorarme la polla, más lo ambicionaba y ansiaba yo desde hacía mucho tiempo. En ese momento solo podía pensar; Joder con el niñato, como lametea, como chupa, y como tragaba el mamón con agonía, que parecía que le iba a quitar la polla de la boca. Se palpaba a leguas que el mamoncete le tenía ganas a mi polla desde hacía bastante, y me lo estaba demostrando con creces, por que el niñato no perdía ni malgastaba el tiempo.

  • ¡Ohhhhh!... Para mamón, que vas hacer que me corra en tú boca. -

Ni puto caso colegas, él siguió chupando y mamando cada vez más rápido, hasta que no pude contener por más tiempo la lefa dentro de mi huevos.

  • ¡Siiiiii!... ¡Ahhhh!... Me corro cabrón... ¡Uffff, que gusto tío!...  ¡Que gustooooo... -

Toda la lechada que le regalé a su boca se la bebió enterita, y después de limpiarme el cipote a base de bien, se tendió a mi lado sacándose la polla por fuera del slip, y se la pajeó ágilmente hasta correrse encima de su estomago. Cuando terminó de soltar semen, se quitó los calzoncillos y se limpió con ellos los goterones de esperma. Luego se subió encima de mi y me comió la boca cariñosamente, dejándome el gustillo de mi propio semen por toda ella. Ese fue el primer asalto.

Por la mañana y después de haber dormidos unas cuantas horas, German me volvíó a despertar con una suculenta mamada por cortesía de su mamona boca. Otra vez me puso el niñato con sus lametones, el pollón duro como una piedra y super baboso de pre-cum. No me dejó ni abrir la boca para desearle buenos días, por lo visto el niñato estaba empeñado en que yo los tuvíera y ya lo estaba consiguiendo. Me tenía la polla agarrada por la base, mientras me chupaba el capullo y le daba pequeñas lamidas con la lengua, y se lo restregaba por los labios al mismo tiempo que bajaba y subía el prepucio. No paraba de magrearme los huevazos con la otra mano, apretándolos y estirándolos hacía él con fuerza, y así tensarme aún más la polla. Luego bajaba con la lengua por todo el tronco hasta llegar a los cojones, para lamerlos bien y terminar con ellos dentro de su boca llenándosela a tope. Como sería el gustazo que me estaba dando el cabrón, que empecé incoscientemente y sin darme cuenta a gemir fuerte, con pasión, y rápidamente German me puso la mano en la boca para tapármela y apagar el sonido.

  • Calla cabrón que nos van a pillar. -

  • Joder, lo siento tío. -

Pero ya era tarde, por que al otro lado de la habitación su hermana, mi novia Tania, había escuchado algo raro y más tarde nos pillaría en plena follada.

Esta vez no quería correrme de nuevo con una mamada de las suyas, ahora lo que quería era probar ese negro bombón de ano, primero chupárselo entero hasta hartarme y después follármelo a lo bestia como un puto salvaje. Le di la vuelta y me subí su riquísimo culo en lo alto de la boca, y comencé a lemerle el ojete. Mientras le comía el boquete del culo, notaba su capullo calentito rozándome el pecho y la gran bolsa de sus huevos apoyada en mi cuello. Cuando me sacié bien agusto saboreando aquel ano por completo, lo coloqué a cuatro patas encima de la cama y le envergué despacito y poco a poco toda mi polla. Varias veces se la metí y se la saqué entera, muy suavemente, para que su ojete ya dilatado se fuera acoplando sin problemas al grosor y a la anchura de mi pollón. La verdad es que no tardó mucho en adaptarse a mis medidas, además, se notaba bastante que mi cipote no había sido el primero en sondear aquel recto, y desvirgarle el ano tampoco.

Casi sin darme cuenta, ya me lo estaba follando a saco y poniendo al niñato mirando para Cuenca. Me cago en la puta, que gusto más grande notar ese culito tan estrecho y caliente, atrapando integramente el tronco de mi pollón, y sintiéndolo todo dentro super ajustado. Era como si me lo devorara, como si tuviéra la boca en el boquete del culo y me la mamara con el ano. German no paraba de moverse para adelante y para atrás embistiéndome fuertemente con el trasero, cogiendo él las riendas de la follada y haciéndome suyo sin poder remediarlo.

Al cabo de un rato me manejaba dentro de ese culito como yo quería, parecía hecho a la medida de mi polla, y con unos buenos meneos de caderas, se la empotraba y se la enfilaba de principio a fin como un campeón sin que se le saliéra del ano. El niñato empezó a cuatro patas como los perros tragando cipote del bueno, pero terminó boca abajo aplatado por mi cuerpo contra el colchón, completamente abierto de piernas y con el pollón de su cuñado sin parar de penetrarle el culo.

  • La hostia puta, qué gustazo cabrón... Notar este pedazo de pollón en el culete, y mirarte esa cara de placer, esa cara de macho moreno y potente encima de mi... ¡Ohhhh!... Sigueeee... Fóllame Carlos. -

  • Me viene ya cabrón... ¡Ahhhh!... Me corro, me corroooo... -

  • Dentro Cabrón... Córrete dentro de mi culo... ¡Siiiii!... ¡Ohhhh!... -

Le vacié toda la leche calentita preñándole en su placentero boquetón, regándoselo y llenándolo integro con mi babosa y pegajosa semilla. German hacía lo mismo y correrse al mismo tiempo que yo encima de su pecho, soltando sin parar numerosos chicates de esperma mientras se cascaba con la mano la polla a toda velocidad.

Y en ese momento de excitación y fogosidad, me dió por levantar la cabeza y mirar hacía la puerta de la habitación. ¡Joder!... ¡Me cago en la puta!... Allí estaba Tania, plantada mirándonos y con la cara desencajada por lo que estaba viendo. Solo salió estas palabras de su boca...

  • Tú, pedazo de mierda, vistete y vete de mi casa ahora mismo. Hemos terminado para los restos, y no quiero volverte a ver en mi puta vida... Y tú German, ya hablaremos después más tranquilamente tú y yo... Es que no me lo puedo creer... Es que no tengo palabras. -

Como comprenderéis, después de aquello Tania no me ha vuelto a dirigir la palabra, y procura no coincidir conmigo en ningún sitio. La verdad es que la entiendo perfectamente, por que la engañé faltándola al respeto e hiriendo sus sentimientos. Y tengo que decir a su favor, que aúnque le hice una gran putada se ha comportado muy bien conmigo, y no le ha dicho a nadie de mis amistades lo que pasó aquél día en el cuarto de German.

  • Joder Carlos, que situación más incómoda y embarazosa a la vez tío... Dijo Bruno. -

  • Pues si colegas, pero ya pasó y ahora todo está bien. A mi en verdad lo que más me importaba es que mi secreto y de que me van los tíos estuviéra a salvo, y que nadie de mi entorno lo supiera, y eso por ahora lo he conseguido. -

  • Yo no lo sabía y soy tú vecino, y vivimos prácticamente puerta con puerta. Ahora tengo que decir, que contigo me he llevado una grata sorpresa, pero con German me he quedado pasmado tío, impresionado, asombrado, desconsertado, y te puedo ir diciendo mil adjetivos por que todavía no me lo creo joder. --

  • Ivan... Fascinado, es el calificativo que buscas. -

  • Pues si, tú lo has dicho perfectamente vecino... ¿Y cuando vamos a organizar un trio, German, tú y yo, eh?... Por que a ese niñato me lo tengo que follar. -

  • Jajaja... Pronto, cuando tú quieras viciosillo. Bueno Bruno, y tú... ¿Te cuentas algo antes de fóllarnos el culito de Ivan? -

  • ¡Mmmmm!... Ya se me estás haciendo el culo agua solo de pensarlo... Eso Bruno, cuéntanos una follada con alguno de tus compañeros de la policía... ¡Que morbo me da un tío con uniforme, joder! -