Carlos, mi instructor de natación

Carlos, mi instructor de natación me invitó a su depa, para pasar un buen rato. Y vaya que lo pasé bien.

Hola, mi nombre es Eduardo, soy de México. Tengo 21 años, mido un metro ochenta y seis y peso 93kg, de cabello negro y ojos oscuros. Soy bien parecido y tengo un cuerpo muy bien formado gracias al ejercicio que hago, me paso mucho tiempo en el gimnasio haciendo pesas y tambien me gusta nadar. Tengo espaldas anchas, pecho firme y bien marcado y un buen par de nalgas bien redondas y firmes. Con la natación tengo buen bronceado excepto en la zona del bañador, que no es mucha ya que me gusta usar bañadores diminutos, que enseñen bien mi paquete y para mostrar el cuerpo que tanto trabajo me ha costado tener.

Mi instructor de natación, Carlos, tiene 26 años, es más bajo que yo, mide como 1.75m, cabello oscuro, muy buen cuerpo, hombros anchos, nalgas firmes, pecho velludo y amplio, bien marcado, voz ronca, buen bronceado, excepto por el bañador, como yo. Un verdadero macho.

Hace tiempo que Carlos y yo follabamos de vez en cuando en los vestidores del deportivo, despues de una ardua sesión de natación. El me había invitado a su depa un rato, para matar el tiempo, su compañero no iba a estar ahi el fin de semana y para follar, obviamente. Me puse unos vaqueros viejos bien ajustados que se me meten un poco entre las nalgas y hacen que se me note bien el bulto, un cinturon con hebilla, unas botas vaqueras, una pequeña tanga azul, una camisa de cuadros desabotonada para mostrar mi pecho. Carlos vive en el ultimo piso y era un día caluroso, así es que cuando toqué a su puerta ya estaba sudado y caliente.

Cuando me abrió la puerta traia puestos una lycra y sus zapatos de correr, estaba sudado, supongo que llegaba de ir a correr. Pasé e inmediatamente me tomó de la cadera para besarme, no se había rasurado y su barba me raspaba deliciosamente mientras me acariciaba el culo, yo metía mis manos dentro de su ropa para acariciarle el paquete y las nalgas, no tenía nada debajo y su verga ya se había puesto bien dura.

Nos soltamos. Me dijo que me veía bien de vaquerito, que eso lo ponía bien cachondo. Me dio la espalda y se quito la ropa, era delicioso ver sus nalgas claritas, esa marca de bronceado por el bañador. Me voy a dar una ducha, no me tardo, me dijo mientras se iba al baño, estás en tu casa.

Me dirigí a la cocina, para tomar una cerveza del refrigerador, mientras fui a echar un ojo a su cuarto, había ropa tirada, tomé un pequeño bikini suyo, para olerlo, tenía ese olor agrio de una buena verga, de macho. Fui a la cocina a tomar otra cerveza, Carlos salió del baño, tenía un pequeño short blanco que dejaba ver que no traía nada abajo, se me acerco y me sobó el paquete.  Veo que ya te pusiste comodo. Saco una cerveza y nos fuimos a la sala.

No tienes calor con esa ropa? Me quité la camisa y el se acerco para desabotonarme el pantalón mientras chupaba mis pezones que se pusieron duros como roca. Ah, una tanguita, tú si que sabes como ponerme caliente mi rey, sacó mi verga y me la empezó a mamar, y vaya que Carlos es bueno para mamarla, mientras yo marcaba el ritmo tomandole la cabeza, me quité la ropa y lo senté para que yo pudiera chuparsela a él. Se la mamé hasta que casi explotara. Me dijo que me detuviera para que fueramos a su cuarto. Yo lo seguí, admirando su cuerpo por detrás.

Se puso en cuatro encima de su cama, es todo tuyo mi rey, damelo todo. Le escupí en el culo y le metí un par de dedos mientras le jalaba el chorizo. Cuando sentí que estaba listo se la ensarté de un solo golpe. Ahhh, así me gusta papa, empecé a empujar poco a poco mientras tomaba sus caderas para llevar el ritmo. Me detuve y se la saqué para follarlo frente a frente. Me acosté para que me cabalgara, eso es vaquero, soy tuyo, ahhh, damelo todo, mientras yo seguía bombeando su polla con la mano hasta que se corrio, tenía su leche en todo mi pecho, un poco cayo en mis labios, me limpié con la lengua, era delicioso, como siempre, espeso, carlos dejo de moverse, tomo el semen de mi pecho y se lo metio en la boca, despues me beso, compartiamos su jugo en ese beso, pecho a pecho, lo tomé de las nalgas y empecé a bombear lentamente, acelerando poco a poco mientras nos besabamos, el solo gemía de placer, hasta que estaba a punto de correrme lo besaba apasionadamente mientras llenaba su culo con mi jugo, nos quedamos así hasta que mi verga se aflojó y se salió sola de su culo, tomamos una siesta, juntos, sudorosos, como buenos machos despues de un buen encuentro.

Esa es solo una de las veces que Carlos y yo follamos, pero en otros relatos les contaré otras veces. Si tienen algún comentario, por favor envienlo a mi dirección, hobby2424@hotmail.com. Espero que les haya gustado.