Carlos (1)

cuenta la historia real de un chico joven, un empresario que a conseguido un puesto ejecutivo muy joven y bueno... (leedlo please y enviar comentarios)

Barajas 7:00 PM

Un avión proveniente de Berlín acaba de tomar tierra en la Terminal 4 del aeropuerto, un joven con unos centelleantes ojos azul cielo se encamino por la escalinata que separa el avión de la Terminal.

Mientras espera su maleta en una de las cintas transportadoras del aeropuerto los recuerdos de su salida precipitada 12 meses atrás le llegan alborotados a su memoria, y un escalofrió recorrió todo su cuerpo. ! Como pude hacer eso a Inés!, le decía una voz en su interior. Como pudo irse sin ni siquiera despedirse de ella, estos pensamientos habían estado aflorando en su interior este último, era un sentimiento de culpabilidad que le embargaba y no le dejaba respirar.

Carlos era un joven de 1`90 m de estatura, complexión fuerte, su tez morena y su pelo de un tono castaño eran algunos de sus rasgos más característicos. Carlos era un joven empresario que debido a su gran ojo empresaria y su agraciado físico había conseguido pese a sus 28 años un impresionante puesto en una de las principales empresas de la capital castellana.

Cuando llegó al parking del aeropuerto donde su flamante audi serie 3 le esperaba, dirigiéndose hacia el coloco sus maletas en el portaequipajes y se puso en marcha, Carlos no sabia a donde ir en aquel momento, pero tenia claro que su primera noche en Madrid no la pasaría solo

  • No, esta noche no. se dijo para si

No tenia claro a donde iba ir, sin embargo como si condujese sobre un rail imaginario del que no podía apartarse se encaminaba hacia la casa, de Inés

  • No, no puedo aparecerme y llamar a la puerta como si nada después de un año sin noticias mías

Pero una voz en su interior ansiaba más que ninguna otra cosa ese rencuentro, ansiaba verla de nuevo, abrazarla y besarla, pensaba en recorrer de nuevo todo su cuerpo con su lengua y oler de nuevo sus jugos prohibidos de mujer y de repente le vinieron los recuerdos del DIA que la conoció, un día muy especial y que nunca olvidaría.

A Inés la conocí un día lluvioso de verano en Madrid (aunque parezca mentira), era jueves de principio de julio y yo siempre tenia por costumbre que dar los jueves en la misma cafetería cerca de Cibeles con los colegas de la universidad. Aquel día como de costumbre nos encontrábamos enfrascados en la misma mesa de siempre debatiendo sobre fútbol (realmente no me había gustado nunca, pero era un tema recurrente y me gustaba joder a mis amigos madridistas acérrimos y sacarles más de alguna vez los colores con su equipo de fútbol), cuando de repente apareció ella

Debí quedarme más de dos minutos enteros admirándola sin pestañear, por que mis colegas que me debieron ver más idiota que de costumbre me preguntaron si me pasaba algo con un tono preocupado.

  • Si no es nada, dije con un hilo de voz.

En ese instante me di cuenta que esa presa debía de ser mía, no podía escapárseme esa musa, esa divinidad reencarnada en mujer, debía de medir 1,70, los ojos verdes claros más bonitos que he visto en mi vida, sus piernas largas precedían a un precioso culito respingón (haría las delicias de mi verga y me imagine penetrándola su precioso culito una y otra vez hasta el amanecer), sus tetas redondísimas, perfectas (en mi opinión) incluso a 5 metros de distancia.

Venia empapada, la blusa blanca de manga corta se transparentaba dejando entrever un precioso sujetador negro que servia de prisión de sus dos enormes reos y su tejano negro aun chorreaba agua....

En ese instante note un impulso que me obligó a levantarme como si de un resorte se tratara y ha acercarme con paso firme hacia ella.

  • ¿Dónde vas Carlos? chilló Edu (uno de mis mejores amigos de la facultad) aun atónito por mi reacción

Pero yo ya no le escuchaba, me estaba acercando cada vez más a ella y notaba que se me aceleraba la respiración ella tiritaba de frió y casi se oía el castañeteo de sus dientes como una caja de resonancia.

  • Hola, la dije cuando me encontraba una distancia prudencial de ella

  • Ola, me dijo sorprendida

  • Bueno es que veras…. es que te vi. desde la mesa y me pregunte si te encontrabas bien, comente con inquietud

  • Si bueno solo entre para resguardarme un poco de la lluvia

  • Bueno… no se si te parecerá un poco precipitado, pero yo vivo realmente cerca de aquí, además tengo el coche a la puerta puedes ducharte y cobijarte en mi apartamento hasta que pase la tormenta

Sus ojos mostraban inseguridad, pero unos segundos después me contesto

  • Bueno…. De acuerdo supongo que estará bien además me muero de frió.

  • OK, así me gusta, por cierto cuál es tu nombre?

  • Me llamo Irene

Cinco minutos después nos encontrábamos en mi portal, encaminándonos hacia el elevador que conducía a mi apartamento, nada más entrar en casa me quite la chupa vaquera que llevaba y subí varios grados el termostato

  • Bueno, suspiré, la segunda puerta a la izquierda tienes la ducha con hidromasaje, allí encontraras toallas y un albornoz, puedes usarlo mientras que se seca tu ropa

Ella únicamente asintió y se dirigió hacia el baño, yo me limité a preparar unas copas de vino y esperar sentado en uno de mis sillones.

Cinco minutos después se abrió la puerta del baño de nuevo y apareció ella únicamente con mi albornoz, esa visión hizo que me estremeciese y una tremenda erección se apoderó de mí, ella se debió de dar cuenta, por que su cara enrojeció de vergüenza, sin embargo sus preciosos ojos verdosos no esquivaban mi mirada y mostraban deseo.

  • No se como agradecerte todo esto, me dijo casi en un susurro mientras se dirigía hacia mi que continuaba sentado en el sofá, bueno…. Quizás haya alguna manera.

Mientras decía esto, encamino su mano hacia mi verga que con el suave contacto de esta parecía que me iba a explotar, fue entonces cuando me planto un beso eléctrico que hizo que me excitara aun más mientras ella conducía su manos entre los botones de mi camisa buscando desabrocharlo, cuando por fin lo consiguió dejo al descubierto mis pectorales bastante definidos que palpo lentamente con sus suaves y delicadas manos, pero sin perder tiempo continuó con el descenso, deteniéndose en mi ombligo para besarlo con dulzura.

Continuo bajando lentamente desembarazándose de mis pantalones y mi slips en su descenso hacia la cumbre, cuando llego a mi verga a punto de estallar de la erección comenzó a ocultarla con su lengua, palmo a palmo de mis 17 cm de mango, cuando pareció aburrida comenzó a lamer mi glande ( yo no podía hacer ya mas que retorcerme de placer gimiendo como un cerdo) y acto seguido con alguna dificultad se metió toda mi verga en su preciosa boca yo inquieto ya por correrme empecé a follarla la boca a una velocidad increíble mientras ella se comía toda mi poya yo gemía de placer.

-- AAAAAAAA…………. ME VOY A CORRER YA!. Gemí

Ella no dijo nada, se limito a tragar todos mis jugos sin que se le cayese una gota mientras yo llegaba a un orgasmo brutal con la poya aun metida en la boca de Irene. Cuando termino de tragar me besó frenéticamente, mientras nuestras lenguas jugueteaban compartiendo mi néctar prohibido.

Me separe un poco y en cuanto recuperé el aliento me la lleve cogida de la mano a mi habitación, la tumbe en la cama y la exigí que se desnudase, no podía creerlo esa mujer era increíble sus enormes melones ahora ya libres lucían redondos con dos pequeños pezones rosados en el centro, seguí descendiendo con la mirada y me quede perplejo admirando su precioso monte de Venus rasuradito que me moría por probar.

Me coloque encima de ella y comencé besándola con mucha dulzura mientras mis manos pellizcaban y masajeaban sus pequeños pezones que comenzaban a endurecerse. Seguí descendiendo deteniéndome en su cuello y comencé a besarlo con dulzura mientras seguía masajeando los pezones ya duros como piedras, ella no podía parar de suspirar y su respiración se entrecortaba.

Pase a recorrer con mi lengua sus pezones, mientras ella seguía suspirando, seguí descendiendo ya abriéndome camino hacia su monte de Venus que lucia rasurado, encontré su pequeño clítoris y comencé a lamerlo haciendo círculos en el pequeño sexo mientras succionaba de forma enérgica. Irene no podía ya mas y gritaba como una perra de placer, así comencé a separar sus labios menores y metí mi lengua, Irene estaba ya realmente mojada debido a su excitación (me encantaba el olor de sus jugos, mi erección cada vez crecía más y pensé que volvería explotar) comencé a incrementar el ritmo metiendo la lengua en su pequeña cuevita con más intensidad, hasta que Irene se corrió en toda mi cara mientras yo luchaba por lamer todos sus jugos.

  • Ha sido increíble Carlos, dijo con voz entrecortada aun exhausta después de la felacion, por favor follame ya

Tus deseos son ordenes pensé. Lleve un dedo a su rajita, ella se estremeció ligeramente, me di cuenta que su coñito debía estar suficientemente lubricado después de semejante corrida así que lleve la punta de mi poya hasta la entrada de su sexo y la introduje lentamente en su interior, ella gimió aun más de placer y arqueo de nuevo la espalda.

  • Estas lista?

  • Si

Comencé a moverme a un ritmo lento en un principio y fui incrementando las envestidas a medida que pasaba el tiempo, ya solo se podía oír mis gemidos y los de ella acompasados mientras penetraba violentamente su preciosa rajita.

  • aa…. Sigue si, me voy a correr ya, dijo pasado un cuarto de hora

Yo seguí invistiendo con mas rapidez hasta que ella termino por correrse en un orgasmo brutal que hizo que su espalda se arquease tanto que se levantó de la cama, al notar el calor de sus fluidos empapando mi poya no pude aguantar más y me corrí en un increíble orgasmo, sin duda fue el mejor polvo que había echado en mi vida. Así seguimos follando toda la noche hasta el alba.

Sin duda si alguna vez he estado cerca de enamorarme de alguien ha sido de ella, pensó Carlos entre suspiros.

Por favor es mi primer relato de este tipo, si podéis dejarme algún comentario please, creéis que debo de continuar con este relato?