Carlitos me cuida y abusa de mi borrachera.
Estaba festejando mi cumple en mi casa hace unas semanas y se me puse un poco borracha, me fui a acostar y un amigo fue a cuidarme, pero hizo más que eso.
Hace unas semanas fue mi cumpleaños y aunque había una situación familiar que disminuyó importantemente el ánimo de festejo, mi familia y unos amigos me convencieron para hacer una pequeña reunión en mi casa; sólo invité a unos amigos muy cercanos, algunos familiares y amigos muy cercanos de mis hijos. Unas botanas, música, cervezas, whisky y algunas otras bebidas para pasar un buen rato. Yo me fui relajando y empecé a tomar mezcal y cervezas. Al cabo de unas horas ya estaba happy, como dicen, y sentía cómo en diversas ocasiones algunas manos –no sé de quién- me tocaban más de la cuenta, pero lejos de molestarme, me sentí bien, contenta, porque a mis más de 40 años, sigo despertando pasiones. Por ejemplo, estando en la cocina preparando botanas, sentí cómo uno de mis cuñados me tomaba de la cintura y bajaba las manos hasta tocarme un poco las nalgas; en otro momento, estando sentada en el sillón, sentí la mirada de un amigo en mis nalgas, supongo se me notaba la tanga debajo de mis calzas negras; y en otro, mientras cantábamos en grupo con el karaoke, sentí unas manos en la mitad de mi trasero.
Dado que estaban mis hermanas, algunos familiares y mis hijos en la reunión, no creí que fuera a pasar de unos cuantos manoseos y me quedaría con las ganas de una buena noche de sexo; pero me equivoqué. En determinado momento ya me sentía bastante tomada, muy mareada y con algo de sueño –fui a vomitar- y me acosté. Un rato después de haberme acostado en mi recámara, sentí un bulto a mi lado, me saqué de onda y abrí los ojos, era mi amigo Carlos.
Yo - Qué onda?! Qué haces aquí??!! –Carlos en buen amigo de los tiempos de la prepa; siempre hemos sido grandes amigos, confidentes, nos contamos todo, él sabe con quién he tenido relaciones y con quién no, quién se me antoja, mis infidelidades…en fin, todo; y yo de él-.
Carlos – Te estoy cuidando, Patita.
Yo – Qué?
Carlos – Se te pasaron mucho los mezcales, no vaya a ser que alguien quiera pasarse contigo, amiga.
Yo – Qué lindo, Carlitos! –me di la vuelta y volví a dormir-.
Unos minutos después sentí que me estaban cuchareando, sentí algo durito en mis nalgas, me restregaban un paquete como si me estuvieran cogiendo, empecé a excitarme; evidentemente era mi amigo Carlos, pero en ese momento no me importó y seguí haciéndome la dormida unos minutos más. Después sentí cómo al paquete que me restregaba las nalgas, se sumaban unos dedos que rozaban mis nalgas, mis caderas y un poco mi espalda, pero sobre todo mis nalgas. Empecé a moverme como si estuviera recibiendo una suave y rítmica embestida; comencé a gemir suavemente dándole a entender a mi “agresor” que estaba bien, que me estaba gustando, que siguiera. Él se animó y cada vez sentía más el duro paquete en mis nalgas, entonces llevé mi mano izquierda hacia atrás para agarrarle el paquete, para mi sorpresa mi “agresor” estaba en calzones; eso me calentó mucho, él estaba dispuesto a cogerme, a metérmela ahí mismo, mientras los demás estaban en la sala bebiendo y festejando mi cumpleaños. Le acaricié el paquete y le agarré la verga sobre su calzón; empecé a jalársela así, sobre el calzón, se endureció más y sentí un poco de líquido pre seminal. Entonces él me agarró la conchita sobre mis leggins, yo abrí un poquito las piernas, sólo para que me la acariciara mejor, después me manoseó las tetas sobre mi playera; su verga crecía y se endurecía en mis manos. Era mi amigo Carlos, conocía a su esposa, pero no podía resistirme, no podía aguantar las ganas de ser manoseada, de mamar una rica verga, de ser cogida. Yo sólo mantuve los ojos cerrados y disfrutar el momento, pensaba en lo caliente de la situación y me calentaba aún más.
Carlos – Híjole, estoy muy pedo, Patita, y muy caliente…tú también, verdad? –no le contesté, solamente seguí jalándosela- aaaaahhhh…quiero coger, Paty…ya ves cómo me pongo cuando me empedo –a mi también me pone muy cogelona el alcohol, así que sin mediar palabra me di la vuelta, me dirigí a su paquete, le saqué la verga ya bien dura del calzón y empecé a mamársela-.
Yo – Mmmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm.
Carlos – Ay, cabrón, qué rico…-me agarró del cabello- estás segura, Patita? Cogemos?
Yo – Cállate, Carlitos…mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmm…mmmmmmmm.
Carlos – Entonces síguele, Patita…tenía un chingo de ganas de que me la mamaran.
Yo – Mmmmmmmmm…la tienes rica…sabe rico…mmmmmmmm…mmmmmmmm.
Carlos – Te voy a coger como la guarra que eres, Paty…no sabes cómo me calienta que me cuentes tus puterías, que me cuentes lo que te dicen…ay, qué rico la babeas.
Yo – Mmmmmmmmmm…mmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…te calienta?
Carlos – Después tengo que jalármela o cogerme a mi vieja –se acostó bien en la cama y yo seguía mamándosela- pero nomás pienso en cómo te verías cogiendo.
Yo – Mmmmmmmmmm…mmmmmmmmm…mmmmmmmmmm –mis tetas se asomaban debajo de mi blusa de tirantes, mis pezones estaban bien duros y mi conchita empapada-.
Carlos – Pinche, Paty, me encanta cómo eres de cabrona…qué rico verte mamándomela –él me quitaba el cabello de la cara para verme mejor, yo se la babeaba delicioso y se la jalaba-.
Paty – Mmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmmmmm.
Carlos – Bájate la blusa, Paty –me bajó los tirantes y ya me bajé la blusa para que me agarrara las tetas- qué ricas gomas tienes…hace mucho que tengo ganas de agarrártelas, Patita –yo seguía mamándole la verga, no le lamía ni chupaba los huevos o la verga como siempre hago, sino que sólo se la mamaba; era mi gran amigo Carlos, mi confidente, jamás pensé en tener nada con él, ni siquiera me gusta, pero yo estaba muy ganosa y medio borracha, sólo quería sexo, además el me había provocado-.
Yo – Mmmmmmmmmmmm…mmmmmmmmmmm…mmmmmmmmm.
Carlos – Mmta madre, vas a hacer que me venga –en efecto su verga ya estaba palpitando, entonces dejé de mamársela, me quité mis calzas, el calzón y lo monté; él sólo se quedó acostado y con su cara de borracho caliente e incrédulo, vio cómo le agarraba la verga, la ponía en la entrada de mi conchita y me sentaba en ella-.
Yo – Cógeme como me gusta –me recargué en la cabecera de mi cama, poniéndole las tetas en la cara; él me bajó la blusa y el brassiere hasta la cintura- agárrame fuerte.
Carlos – No puedo creer que estemos cogiendo, Patita…
Yo – Cógeme bien…ahorita no soy tu amiga, soy una vieja caliente que te encamaste en una fiesta y tú un borracho caliente.
Carlos – Ah, sí? Eso quieres? Que te coja como puta?
Yo – Soy la puta de la fiesta…la vieja que te querías coger desde la prepa, y estoy peda y caliente…aprovéchate, Carlos…ándale, cógeme como me gusta, como te platico que me cogen otros…como quieres cogerme desde la prepa.
Carlos – Quién te dijo??? –se veía muy sorprendido; me levanté para sacarme su verga, entonces restregué mi conchita empapada en su verga- ay, cabrón, qué rico!!
Yo – Te gusta cómo se siente mi conchita depiladita? –me la metí otra vez y seguí montándolo-.
Carlos – Qué rico, no mames!! Qué caliente eres, Paty…-yo seguía montándolo; me acerqué para susurrarle-.
Yo – Raúl me dijo que querías cogerme desde la prepa…chúpame las tetas… estoy peda y caliente…cógeme como puta –entonces me puso de perrito y me la metió de una embestida- ay, cabrón!
Carlos – Así, Paty? Así te gusta, verdad, puta?
Yo – Sí, así, Carlitos…ay, qué rico!
Carlos – Andas dando las nalgas a todos desde la prepa menos a mi, pinche Paty…y yo muriendo por ti…-de lo fuerte de las embestidas acabó por acostarme en la cama, y entonces comenzó a venirse dentro de mi- aaaaahhhhhh…
Yo – Ay, sí…qué rico…dame tu lechita!
Carlos – Moría por cogerte, Paty…mmmmmm…qué buena estás…perdón por aprovechar la borrachera –me susurró-.
Yo – Está bien, Carlitos…-me la sacó y las últimas gotas de su semen acabaron en mis nalgas y se escurrieron hasta mi conchita-.
Me dormí y ya no supe qué pasó después, pero en la madrugada volví a despertar y sentí a alguien en mi cuarto, no vi quién era y dormí de nuevo, pero al despertar tenía más semen en mis nalgas y en mi ropa interior. No sé qué pasó!