Carlita entregandome su virginidad en un pantano

Xavi, un amigo con el que entonces trabaja, me invitó a pasar un fin de semana en su casa a orillas de dicho pantano. Fuimos él, su esposa Miriam, una guapa rubia de ojos verdes de 39 años y unas tetas enormes y su joven hijita Carla, una niña de entonces 15 añitos...

Hola amigos y amigas de Todorelatos, como ya sabeís mi nombre es Chuismi, de Chuis Miquel, soy y vivo en Zaragoza, España, tengo 46 años, 1'74 de altura, unos 68 kilos y rubio de ojos azules y aquí me teneís con un nuevo relato para tod@s vostr@s.

Primero quiero deciros que este relato es un 'aparte' de la saga de relatos que hasta ahora os estaba narrando. Ademas también quiero explicaros que en las ocasiones en leais cuando las chicas en mis relatos se dirijen a mí como Luismi, tiene todo su sentido, pues mí nombre, Chuis Miquel, es la forma en aragones antiguo del nombre en castellano, Luis Miguel, y de ahí, Luismi. Y ya sin mas, comienzo el relato.

Hola amigos y amigas. Debeís de saber que una de las cosas que mas me gustan es alejarme de la ciudad siempre que puedo para ir a pescar al enorme pantano de Mequinenza, mas conocido como el "Mar de Aragón", donde las oportunidades de conseguir pescar un siluro de mas de dos metros son muchas, aunque también muy escasas y menos aún cuando uno va solo, ya que el siluro es un pez realmente enorme para poder ser capturado por una sola persona.

Bueno amigos y amigas. Hay cosas en la vida que se dan sin buscarlas y eso es lo que me ocurrió hace unos quince años y aunque me avergüence un poco, el placer que conseguí con aquella experiencia fue tan enorme, tan, tan enorme, como para que el sentimiento de culpa hoy, no me altere el recuerdo de algo que, reconozco que fué, ética y socialmente hablando, muy fuerte.

Esto sucedió una tarde de verano, como ya os e dicho, de hace unos quince años y cuando yo entonces contaba con 31 vigorosos años, cuando Xavi, un amigo con el que entonces trabaja, me invitó a pasar un fin de semana en su casa a orillas de dicho pantano. Fuimos él, su esposa Miriam, una guapa rubia de ojos verdes de 39 años y unas tetas enormes y su joven hijita Carla, una niña de entonces 15 añitos y que hoy cuenta con 30 maravillosos años, a los que yo conocia desde hacia cinco años atras.

Como ya he dicho, soy un fanático de la pesca y por eso llevé todo mi equipo y ya, despues de comer y cuando todos dijeron que se iban a dormir la siesta, decidí aprovechar para ir al embarcadero del lago donde alquilé un bote, con la intención de salir yo solo a pescar e intentar conseguir un gran siluro. Luego regresé a la casa a por mis aparejos y comencé a prepararme para aprovechar la tarde como una de las mejores de mí vida, sintiendo que aquella, no sabia bien porqué, se me presentaba magnífica.

En eso estaba yo saliendo de la casa cuando Carlita se me acercó, como salida de la nada y me pregunto:

-Tito Luis. ¿Puedo ir contigo a pescar? Es que... Es que no tengo ganas de dormir la siesta tito.-

La miré un poco extrañado y disimulando mí contrariedad le dije:

-Por mí bien, pero preguntaselo primero a tus padres y si te dejan has de prometerme que una vez allí no vas a querer volverte en cuando te aburras.- Le dije yo mientras para mis adentros pensaba que ojalá no la dejasen venir, pues estaba seguro de que la niña, una vez allí y al rato, se iba a aburrir como las ostras y que me iba a estar tocando los cojones durante toda la mañana queriendose volver, estropeandome la pesca.

Cuando al rato la ví llegar dando saltitos feliz, sonriendo y corriendo hacia mí me dije. "La cagamos tio. Le han dado permiso, mierda, la voy a tener que llevar, aguantar y cargar con ella durante toda la mañana. Que cabrones el Xavi y la Miriam, como se la han quitado de encima para poder follar con tranquilidad endiñandomela a mí.

-Papá y mamá dicen que no hay problema en que vaya contigo tito, sólo me han dicho que no te moleste y que haga caso obediente en todo lo que me digas-. Me dijo Carlita sonriendo y muy alegre, cuando llegó hasta mí.

Así que puse mi mejor cara y directamente nos fuimos hasta al pantano, donde al llegar nos subimos al bote alquilado y comencé a remar hacia el interior mas alejado buscando la mejor zona para pescar y resignado ante mí mala suerte.

Remando medio encabronado me fijé en Carlita apoyada con ambas manos en la proa del bote y que inclinada hacia delante miraba por encima del bote el agua, en una postura en la que me mostraba la minuscula faldita que vestia subidita casi hasta la cintura, por lo que dejaba al descubierto un precioso culito, un culito que no hubiera podido imaginar en ella, ni en mis mejores sueños.

"Diablos". Me dije. "Que hermoso culo tiene la cria". Pero mis pensamientos, en esos momentos, no fueron más allá de eso.

Después de remar hasta el lugar que me pareció ideal, tiré la pequeña ancla y armé el equipo.

-¿Quieres que monte una caña para tí, Carlita?-. Le pregunte a la niña.

-Vale tito. Pero yo no se pescar. Si eso, dime lo que tengo que hacer-. Me contestó ella sonriendome entusiasmada.

-Tranquila Carlita, yo te enseño. Pero has de ser muy obediente en todo lo que te vaya diciendo y no podras hablar en todo el tiempo, pues sino no vendrán los peces.- Le dije a la pequeña para ver si se arrepentia y me pedia regresar en ese momento a la orilla, pues entonces no me hubiese sabido tan mal regresarla, menos que si me lo pedia luego en plena faena de aparejos instalados.

-Si, vale. Estate tranquilo tito Luismi. Haré todo lo que me digas obediente y sin rechistar, te lo prometo.- Me respondio realizando con su mano el gesto de cerrarse la boca con una cremallera imaginaria.

Así que con las carnazas en el agua nos dispusimos a esperar a que un siluro picara, cosa que al cabo de una media hora despues no habia ocurrido, por lo cual y ligeramente aburrido, permiti a Carlita hablar, dandole permiso. En ese momento, la niña, que se habia quitado el vestidito, estaba tan solo con un minusculo biquini rosita, que en la parte de arriba, poco escondia unos pechos preciosos, grandes y redondos, demasiado desarrollados para su edad y que me estaban empezando a volver medio loco.

Como no sabia de que hablar con una niña de quince años, solo se me ocurrió preguntarle que si tenia novio, pues fué lo primero que en ese momento se me ocurrió. Ella, toda roja de verguenza me dijo que no, pero a continuación, y ante mi sorpresa me dijo que aunque no tenia novio ya habia tenido algunas experiencias sexuales con varios chicos.

Una vez pasado mi estupor ante tan íntima confesión iniciamos una amena conversación que poco a poco fué derivando en una charla de lo mas caliente, mas de lo normal entre un hombre de 31 años y una niña de quince.

Al poco empecé a sentir extrañas sensaciones en mi cuerpo, sensaciones de lo mas perversas hacia la niña, hacia la hijita de quince años de mi amigo Xavi, notando que ya no la estaba mirando como a la niña que conocia desde bien pequeñita. Carlita desde siempre me trataba como si fuera su propio tio, confiando en mí con cariño, entregada y como si realmente fuera su tio me llama cariñosamente, "tito".

Aunque no, en aquel momento no la estaba viendo como a mi sobrinita quinceañera, mas bien la estaba viendo como a la mujercita que ya era, intuyendo también que, de alguna forma, ella se sentia atraida por mí, hablando agitadamente aumentando su respiración y empezando a hacerme preguntas de lo mas atrevidas, acompañadas de miradas de lo mas provocadoras y en un tono de lo mas sensual.

De repente Carlita guardó silencio y mirandome a los ojos y muy seriamente me preguntó:

-¿Tito Luismi? ¿Has estado alguna vez con una chica de mi edad?.-

-¿Estado?- Le sonreí burlonamente.-

-No entiendo tú pregunta Carlita.- Le dije.

-¿Que quieres decir con eso de si he estado con una chica de tú edad?-. Le pregunte haciendome el tonto. Aunque sabia perfectamente, o mas bien intuia, lo que ella me estaba preguntando.

Y ahí Carla poniéndose todavia mas colorada me volvio a preguntar:

-¡Titooo! Mmmmmmm... Que si has tenido relaciones con chicas de... de mi edad... ¡Jolín tito Luismiiii!... ¡Eres maloooo!... ¡Tu ya me entiendes!... ¿Verdad?.-

-Pues no Carlita. La verdad es que no consigo saber que es lo que me quieres decir, asi que será mejor que me aclares tú pregunta mejor.- Le dije yo. Y ella, bajando los ojos como avergonzada, me balbuceó:

-Que malvado eres tito... Pues que si has tenido relaciones sexuales con chicas de quince años o así, como yo. ¡Jolín!... Esto te lo pregunto porque desde hace un año o así, solo pienso que me gustaría hacerlo contigo tito Luismi. Ademas, también me gustaria que dejaras de llamarme Carlita, pues ya no soy una niña pequeña ¿sabes? Pues desde hace un año y medio dejé de ser un niña. Tú ya me endiendes ¿Verdad?.-

Quedé mudo por un instante.

-¿Que?- Exclamé.

-¡Qué me estas diciendo Carlita!. Digo... Carla.- Le dije mirandola dulcemente a los ojos.

-¿Estás tú segura de quieres hacer eso conmigo?.-

-Sí tito Luismi. Claro que estoy segura. Sino no te lo estaria diciendo. Mis noches son todas iguales. Sueño con ser penetrada en mí primera vez por tí. Mi tito. Un hombre de verdad. Un hombre de verdad como tú, experto, guapo y al que amo con toda mi alma desde pequeñita.- Me dijo como abochornada mirando hacia el infinito.

-Aunque, y eso ya lo se tito. Soy fea y estoy segura de que no te gusto y por eso no me lo vas ha querer hacer-. Me dijo mirandome ahora directamente a los ojos y empezando a llorar desconsoladamente.

-No seas tonta pequeña. Ven aquí Carla. Sabes bien que eres una niña, o mejor dicho, una mujer, muy, muy guapa, deseable y bonita de verdad.- La dije sentandola sobre mis piernas acariciando su suave y sedoso cabello y dandole besitos a la vez en su cabeza, que ella, coqueta, apoyaba entregadita en mi hombro.

Entonces fué cuando la miré a los ojos viendola por primera vez tal y como ella queria ser vista. Y aún no se como, la tomé de la barbilla con suavidad y la besé en la boca, aunque en verdad sentí que eso no era solo un beso, era... Como si me la quisiera comer. Esos tiernos labios y esa lengua tan suave, esponjosa, receptiba y toda dentro de mi boca. Sentí como una explosión en mi pene mientras empezé enloquecido a quitarle la parte de arriba del biquini liberando sus preciosos pechos como si se tratase del acto mas natural.

Sintiendo como dejaba libres sus tetas, Carla emitío un excitante gemido acompañado de una sonrisa plena felicidad, por lo que, y completamente pervertido, comencé a exprimirselas con mi boca dandole pequeños mordiscos en sus dulces pezones mientras ella gemia y gemia de placer sin decir palabra, aunque sus ojos brillaban de felicidad, con lo que intuí que Carla estaba consiguiendo su mas deseado anhelo.

Estando yo sentado la puse de pie frente a mí, le bajé el tanguita del biquini hasta quitarselo, quedando así su chochito virgen, impoluto, sonrosado y sin un solo pelito púbico, a la altura de mi boca. Que placer fue chupar ese coño virgen saboreando el dulce néctar que se derramaba intensamente llena de excitación, mientras jadeando deconsolada me apretaba la cabeza contra sus piernas y me pedía más y más hasta que al poco, explotó de placer viniendose abundantemente dentro de mi boca.

Luego de su orgasmo la hice arrodillar y le pedí que me sacara el pene. Obediente, pero con alguna dificultad por los nervios, pudo bajarme el cierre del pantalón y mí pene salió con fuerza golpeandole en la carita, ante lo que se asustó un poco.

-¡Tio Luismi!... ¡Ohhhh!... ¡Que grande la tienes!.- Me dijo con los ojos muy, muy abiertos, como platos. Comentario que me agradó escuchar de una chiquita tan bonita. La verdad es que me gustó mucho oir su comentario sobre la grandeza de mi verga.

-Me alegra que te guste mi polla, Carla. Pues ademas, has de saber que ahora, es toda tuya. Toda tuya, Carla... ¿Te gustaria chupármela mí niña?.-

Ahí ví por su cara que la idea pareció contrariarla, como no sabiendo bien que hacer, así que con gesto de broma y giñandole un ojo le recordé que su padre le habia dicho que debia obedecerme en todo y que ademas ella también me lo habia prometido. En ese momento Carla me sonrió y asintiendo con la cabeza comenzó a lamerme la verga como de si una piruleta se tratara. Primero empezó muy despacito y luego, y tras perder toda la verguenza y pudor, se la introdujo toda enterita en la boca. Casi me desmayo de la impresión, no me lo podia creer, la pequeña niña de quince añitos tenia toda mí verga, toda enterita, dentro de boca, empezando, ante mi sorpresa, a mamarmela como una profesional, arriba y abajo, arriba y abajo con profundidad y con verdadera pasión, mientras su carita de angel se transformaba en el de toda una diablesa llenisima de vicio, lujuria y deseo, cojiendo al rato tanto gusto al acto de chuparmela, mamarmela y tragarsela toda entera hasta los huevos, que no me la quería soltar, ni dejar de chupar, por lo que tube que decirle:

-Para Carla. Para ahora porque, y aunque me gusta mucho, me tienes a punto de explotar y vas a hacer que me corra viniendome en tu boca antes de tiempo, pues creo que tú y yo debemos hacer otras cositas antes de que me venga, mí cielo.- Y así, y con su mirada de lujuria y llenita de expectación conseguí sacarsela de la boca, mientras ella me miraba sorprendida y con gestó de falso enfado preguntandome:

-¿Qué me vas a hacer ahora tito Luismi?... ¿Me la vas meter ya en el chochito?... La verdad es que tengo muchas ganitas, aunque tambien tengo algo de miedo, porque creo que me va a doler. ¿Verdad tito?.- Me dijo con carita asustada.

-Vamos a probar a metertela con cuidado y de poco a poco, así no creo que te duela mucho. ¿Vale pequeña?- Le respondí.

-Anda Carla, ven aquí. Sientate a caballito sobre mí con las piernas bien abiertas y apuntando con tu vagina sobre mí pene y juntos así lo vamos a ir haciendo, metiendola dentro de tí muy despacito. ¿Vale?- La dije a modo de consolación intentando calmar sus temores.

Arrímando su coñito a mi verga y sujetandola con mis manos por sus nalguitas, muy pronto la cabeza de mi verga se perdió en el interior de su tierna cuevita virgen... Carla gimio... Sólo con la cabeza de mí polla dentro de ella bastó para que se estremeciera todita entera, siendo ahora ella la que, excitadisima y poseida como una perrita en celo, empezó a empujar con fuerza hacia abajo apretando los dientes mientras se mordia desesperada los labios, hasta hacerse sangrar.

Por lo que pude sentir, la penetración la estaba costando demasiado esfuerzo, así que le dije que parara un momento y que se quedara quieta solo unos instantes, solo un ratito para que su interior se fuera acostumbrando al grosor de lo que la estaba invadiendo.

Entonces con mí mano derecha comencé a frotarle y pellizcarle el clítoris tocandole las tetas con la izquierda, retorciendo sus pezones con fuerza y besandola con pasión en la boca. Todo esto hizo que se relajara un poco, aumentando aún mas su excitación y deseo.

Tras solo un minuto despues y de un solo empujón, Carla se penetró mí verga hasta el fondo dejandose caer con fuerza de golpe y desgarrando así y para siempre su virginidad, emitiendo un solo y muy leve ¡ayyy! Tras lo cual se quedo sentadita, sintiendose llena y quietita sobre mí, gimiendo y abrazandome muy fuerte, dandome besitos por la cara, los labios, el cuello. Carlita tenia toda mi verga metida enterita dentro de su sexo virgen, hasta ese momento, chorreando hilillos de sangre que se deslizaban por mi verga, tiñendo de rojo mi vientre y mis huevos.

-¡Ahhhhhhhhh titooooooo!... ¡Ufffffff!... ¡Que lindooo!... ¡Que gustooo!... ¡Que gusto mas ricooooo!... Es mucho mejor de lo que habia imaginado tito... ¡Ufffff!... ¡Ufffffffff tito!... ¡Me gusta!... ¡Te amo!... ¡Te amooo titooooo!... ¡Oooohhhhh titooooo!... ¡Como te amo!- Me dijo jadeando y temblando como una hoja toda desconsolada.

-Pero ahora sacámela tito. Quiero verte la verga antes de que me la vuelvas a meter todita entera dentro de mí.- Me dijo ella. Y yo, así lo hice. Pero cuando se la saqué, Carla la miró y en sus ojos pude verle algo de temor, había visto algo la sangre chorreando hacia abajo por mi pene, manando en hilillos de su vagina, ante lo que le dije que estubiera tranquila, que eso era lo normal, debido a la rotura de su himen. Con lo que aparentemente quedó mas tranquila.

-¡Que bueno tito Luismi!... ¡Ummmmmmmmm!... ¡Que excitación!... ¡Ummmmmmm!... ¡Titooo!... Ahora quiero sentirla dentro de mí otra vez.- Y mirandome a los ojos con cara de autentico vicio y deseo, que me volvió loco de excitación, cojió mi pene con su mano y la dejé hacer a su ritmo... Que sensación... Aprendió rápido y en un momento la niña estaba penetrada hasta el fondo moviendose de manera que mi verga entraba y salía sólo con el movimiento de su pelvis, yo no hacía nada, sólo disfrutaba de ese chochito sonrosado y recien desvirgado, tratando de no acabar dentro de ella. Y así estubimos un rato hasta que Carlita tubo un nuevo orgasmo genial.

Como era de suponer, un embarazo hubiera sido fatal para los dos, por lo que le expliqué que teníamos dos maneras de que yo pudiera venirme dentro de ella sin problemas de dejarla preñada. En su boquita o en su culito, le expliqué. Carla se lo pensó unos segundos y me preguntó:

-¿Duele mucho más si me la metes por el culito tito?.- A lo que yo le contesté:

-Cariño. Si lo hacemos bien no te dolerá casi nada, aunque sí un poco.

-Bueno tito. De acuedo pues. Enculame.- Asintio ella.

-Así podras venirte donde tú quieras tito... Aunque... ¿Seguro que si me la metes por el culito y te corres dentro llenandomelo con tú lechita caliente, nada se escurrira entrandome en la vaginita y dejandome embarazada? ¿Verdad tio?".- Me dijo sonriendo.

-No cariño. No. Por ahí no hay peligro de que te alcance mi leche seminal, entrando en tu vagina y dejandote embarazada.- La dije yo para calmarla.

-Entonces, esta bien tito. Penetrame el culito y follamelo, follamelo y follamelo aunque me duela mucho, hasta que te vengas llenandomelo con tú semen calentito. Mmmmmmmmmmmm... ¿Vale tito?... Jejeje.- Me dijo riendo y deseosa.

La hice poner de espaldas agachandola un poquito hasta tocar el piso del bote con ambas manos. ¡Que culito tenia esta ninfa! ¡Dios mio!... ¡Que visión! Tal. Que no pude contener mis deseos de lamerselo. Y así lo hice.

Con cada pasada de lengua sentía como se comprimía su esfínter, por lo que no me dejaba entrar ni la puntita de mí lengua. Pero cuando su ano estuvo bien ensalivado, comencé a masajearselo con mi dedo gordo hasta que conseguí que se fuera dilatando permitiendo que pudiera hacerselo entrar y salir fácilmente.

En ese momento llevé mi verga a la entrada de su estrecho y virgen agujerito anal y comencé a empujar la cabezota hasta que conseguí que le entrara con alguna pequeña dificultad. No os puedo decir con palabras lo maravillosa que Carla se comportó en aquel momento. Lloraba gordas lagrimas, pero en silencio, mordiendose el labio, hasta hacerse sangrar, para evitar gritar por el intensísimo y enorme dolor que sentia. La pequeña aguanto como una valiente hasta que al poco rato se empezó a mover, movimientos sinuosos con sus caderas, con su cintura, con sus nalgas. Arqueando el cuerpo como una culebra y moviendolo de un lado a otro, hacia adelante y hacia atras, ayudando así a que mi verga la entrara toda entera dentro de su culo.

Cuando me di cuenta, tenía el pene totalmente dentro de su ano haciendome disfrutar como un loco, sentiendome fuera de mí. Así, empecé a cabalgarla enculandola salvajemente, metiendo y sacando, metiendo y sacando, metiendo y sacando hasta que al rato, un enorme orgasmo nacido de lo mas profundo de mis entrañas, le inundó el interior de su culito dejandoselo llenisimo de mí semen pastoso y caliente.

Tras un par de minutos de jadeos recuperé la respiración y pude comprobar con alegria como mi verga seguia totalmente dura dentro de su culo, decidiendo con ello, iniciar un nuevo mete saca, este, mucho mas suave y menos doloroso para los dos, gracias a todo el semen derramado dentro de ella, haciendo así la enculada mucho mas placentera.

Al ser ahora mas suave la penetración, pude estar follandola por su culito mucho mas rato, mucho mas rico y mucho mas gustoso, haciendo que Carlita se corriera hasta tres veces como una loca en celo y llenita de puro placer. Estube enculandola así, hasta que al final me volví a correr viniendome con toda la potencia de mi ser dentro de ella, cosa que al sentirlo ella... Cosa que al sentir ella como la estaba llenando nuevamente su esfinter con mí leche caliente, la excito tremendamente, llevandola a tener otro fabuloso e intensísimo super orgasmo, viniendose entre alarmantes gritos, llegando incluso a orinarse soltando grandes chorros de pipí y perdiendo el sentido, quedando, ante mi susto, desmayada durante un par de minutos, inerte y desmadejada, totalmente caida sobre mí.

Entonces salí de ella y vi como mi verga exhausta comenzaba a desinflarse, mientras sentado, la miraba a los ojos buscando una reacción suya. Realmente me alarmé ante su desmayo y temeroso la coji abrazandola dandole la vuelta y sentandola sobre mí como si de un bebé se tratara, hasta que para mi alivio, al momento se despertó abriendo sus ojitos llenitos, llenitos de amor por mí, mirandome dulce y con una intensa ternura a los mios.

Bueno amig@s. Después de esto nos tiramos al agua para refrescarnos y mientras nos vestíamos Carlita me dijo:

-Tito. La verdad es que nunca hubiera creído que mis fantasías se fueran a hacer realidad y menos de ésta manera. Tito. Me siento muy feliz por haberlo hecho por primera vez contigo. Te amo. Te amo con locura.- Y me dio un largo beso llenito de amor y pasion en los labios.

-Gracias tito Luismi.- Me dijo con la cara sonrosada y plena de felicidad.

-Este será nuestro secreto. ¿Verdad tito?- Me dijo sonriendo.

-¡Uffffff!... Pues claro que sí pequeña. Esto quedará siempre en el secreto entre tú y yo. Y desde luego nadie tiene que saberlo. Pues sino tu tito irá a la carcel preso. ¿Y eso no creo que lo quieras para mí verdad mi niña?- Le dijo sonriendo esperanzado en su confidencialidad.

-¡Claro que no tito!- Me dijo con la sonrisa mas hermosa que jamas e visto en ninguna otra mujer.

-Y ahora vamonos Carla.- Le dije.

-Intuyo que tus padres estarán intranquilos, hace más de tres horas que estamos aquí. Y para colmo vamos a regresar sin pesca alguna. Jajajaaaaa-. Ante lo cual reimos los dos jocosamente sin poder dejar de besarnos.

Y así fuimos remando hasta el embarcadero donde ya nos estaban esperando sus padres. Los cuales al vernos bajar del bote y con las manos vacias, se dieron cuenta, con cara de contrariados, de que yo no habia conseguido pescar nada, ante lo que Xavi, el papá de Carla y mi amigo me dijo:

-Gracias Luismi. Eres un buen amigo. Demasiado bueno, pues además de no haber pescado nada, seguro que por culpa de Carlita, has tenido la enorme paciencia de aguantarla sin enfadarte. Lo siento mucho amigo.- Y se hechó a reír.

-Sí.- Le dije yo.

-Con Carla en el bote fué del todo imposible pescar nada. Aunque tampoco pasa nada amigo mio.- Le dije a su padre amistosamente disimulando todo lo que pude.

-Eso sí. Estate seguro de que esta es la última vez que la llevo de pesca. No sabes de que manera me ha estado tocando los huevos la niña. ¡Jajajaaaaaa!... ¡Me ha vuelto loco!... ¡Locoooo amigo mio!... La cria a estado espantado con sus sus voces la pesca en un radio de al menos dos kilometros. Jajajaaaaaa.- Y ahí, nos hechamos a reir los cuatro, Carla, su padre y amigo mio, su madre Miriam y yo, en grandes carcajadas.

-Te lo compensaré Luismi.- Me dijo la madre de Carla mirando a su niña primero y luego a mí, con una cara entre pícara y burlona... Como si... Como si intuyera o supiera algo de lo que entre su hija y yo habia pasado. Lo que me alarmó algo y ante lo que y para disimular contesté:

-¡Eso espero Miriam. Jajajajaaaaaa!- Riendonos todos nuevamente y regresando sin más hasta la casa, donde tras preparar la comida, Carlita y yo comimos con verdadero hambre de lobos, luego la niña se ritiró a su dormitorio y los tres adultos nos tomamos un estupendo cafe acompañado de dos gin tonics bien cargaditos, tras los cuales nos entre un sopor decidiendo irnos a dormir la siesta.

Media hora despues, con mi amigo profundamente dormido en la cama del dormitorio de matrimonio de dos pisos mas arriba, Miriam, su mujer, se presentó en mi dormitorio y dormido yo se metió totalmente desnuda entre mis sábanas, me puso la verga bien dura chupandomela y masturbandomela con sus tetazas y cuando me desperté ante semejante trajín, se montó de golpe sobre mí, penetrandose mi verga por el coño, mientras en voz baja me increpaba por haber desvirgado a su hijita, una menor de quince años, diciendome que me iba a denunciar, ante lo cual yo, asustado y sorprendido, primero se lo negué todo y luego viendo su sonrisa burlona y de complicidad y comprendiendolo todo, se lo reconocí, empezando a narrarle la experiencia del centro del pantano con su hijita Carla.

Mientras me cabalgaba ansiosa estube contandolé como habia desvirgado a su niñita por el coñito, como la puta cria me la habia estado mamando como toda una profesional y como despues, me la habia follado por el culo llenandose de leche con mi corrida, lo cual excitó a Miriam salvajemente, más de lo que ya estaba, empezando a la muy guarra a cabalgarme con desesperación, follandose salvajemente hasta que enloquecida se corrió jadeando y gimiendo desesperadísima, haciendo con ello que yo también me corriera en el interior de su coño, llenandoselo con mi semen. Terminado el polvazo nos quedamos durante varios minutos abrazados como dos amantes, completamente satisfechos.

Desde entonces comenzamos, ya en Zaragoza, a repetir nuestros encuentros sexuales al menos una vez a la semana, hasta que tres meses y despues de follar, me confesó que estaba embarazada, que el bebé era mio y que ademas habia pillado a Xavi, su marido y amigo mio, en plena follada con una negra culona dominicana, cosa que ella sabia de él desde hacia mas de un año, decidiendo aprovechar aquello para separarse de él y romper su matrimonio. Para poder pasar así mas tiempo conmigo. En realidad sus palabras fueron: "Todo el tiempo del mundo contigo, Luismi". Iniciandose así entre nosotros una historia de lo mas compleja y que ya os contaré en un próximo relato.

Bueno amig@s, la verdad es que aquel fin de semana no pesqué nada, ni siluros, ni peces de colores, jajajaja. Aunque en cambio me follé a dos preciosas mujeres. Por lo que, os confieso, jamas en toda mí vida me a importado menos volver de pescar con las manos vacias, jajajajaaaa.

Y ya está amigos y amigas de todorelatos.

Muchas gracias por vuetro tiempo y espero que hos haya gustado el relato.

Y como en los anteriores os pido por favor que me hagaís saber con vuestros comentarios lo que os a gustado y lo que no, indicandome los errores que halla cometido para poder mejorar así en las proximos relatos.

Ciao Todorelater@s.