Cariñosa en casa, zorra en el concierto
Ahí estaba yo, Laura, sentada en la ventanilla de un avión rumbo a Roma a ver a The Monster within, uno de mis grupos favoritos. Como grupo me gustaban mucho, como chica, su guitarrista me ponía bien caliente así que aproveché y unas semanas antes le agregué al facebook para preparar el terreno...
Ahí estaba yo, Laura, sentada en la ventanilla de un avión rumbo a Roma a ver a “The Monster within”, uno de mis grupos favoritos. Quizás hoy en día con la crisis poca gente se puede permitir el capricho de poner kilómetros de por medio para ver a un grupo de música pero soy de las que piensan que de vez en cuando una tiene que darse un caprichito, algo que le dé sentido a nuestros días, total, era un viaje de una noche, ir y volver como aquel que dice. Si en los viajes soy más aventurera en lo físico entraría dentro del montón; ni soy la típica chica pija ni me metería dentro del perfil de gótica o chica vestida de negro que da miedo. Apenas 27 años, normalita tirando a normal, morena, ojos verdes oscuros, ni pechugona ni tampoco plana, lo que viene siendo dentro de la media nacional, una 85 pero con ayuda, en esta ocasión una camiseta de tirantes para enseñar lo justito y eso sí, unos buenos pantalones vaqueros para realzar mi culo, un culo bien puesto que pide a gritos ser tocado y manoseado.
Me había escapado un jueves, había dejado a mi chico trabajando y gracias a unos contactos había conseguido una invitación para una de las pocas fechas en Europa de “The Monster Within”. Era un grupo que me gustaba mucho, sus canciones mezclaban detalles del emo más actual, muy en la onda de los primeros My Chemical Romance, con partes más oscuras, más modernas… y tenían a Mike, un guitarrista que era todo lo que pedía en un hombre (al menos externamente), quería alegrarme el oído y por qué no, alegrarme la vista que no se puede estar todos los días a dieta sin poder catar el resto del menú, jiji Para ello hice los deberes y unas semanas antes le había agregado al Facebook; hoy en día puedes tener hasta el mismísimo Bono entre tus “amigos” y tonteado hasta la saciedad. Mike no me hizo demasiado caso pero capté lo justo, chico soltero, sin compromiso y con ganas de divertirse con “mamacitas”, como vi que llamaba a las chicas. Quizás estaba feo pero tampoco me veía como un zorrón, me gustan los niños, me gusta tontear y por un poco que hablase tampoco iba a pasar nada malo.
El vuelo se me pasó volando, perdonarme el juego de palabras, pero es que rápidamente llegamos al aeropuerto de Ciampino, a las afueras de Roma. Un nuevo mundo se abría bajo mis pies y estaba preparada para todo, o casi todo, me defendía bastante bien en inglés aunque mi español me iba a ser más de utilidad. Salí del avión y desenfundé una inseparable en todos mis viajes, mi réflex Canon. Una cámara semi-pro por la que había pagado una fortuna y con la que me sentía como una fotógrafa segura de sí misma. Vale, dicen que un buen bisturí no hace a un buen cirujano y seguramente una cámara como la mía no me convertiría en una gran fotógrafa pero me servía para acercarme a los grupos todo lo que podía, tontear un poco con ellos y poner nervioso a mi novio mientras me llevaba algún recuerdo de mis viajes en forma de archivos jpg de dos megas; sin duda fue una compra interesante.
De ahí al albergue fue un pis-pas y una vez deshice el macuto me puse delante del espejo midiéndome las tetas… Era una de esas cosas que hacía sin verle mucho sentido pero me gustaba como sentía mi pecho en la mano, acariciaba lentamente los pezones y me excitaba un poco. Decidí que lo mejor era darme una vuelta por los alrededores de la sala a cotillear un poco y quizás coger al grupo en algún tiempo muerto donde pudieran hacerse fotos conmigo sin agobios y sin malas caras o caretos de cansancio. Ignoraba como serían “The Monster Within” en la intimidad; norteamericanos pero hijos de inmigrantes, el grupo tenía un buen porcentaje de mexicanos, incluido Mike, lo que haría las cosas más fáciles para una chica de la madre patria, perdida en Roma y con unos incipientes pechos poniéndose de punta a través de mi camiseta de algodón. Siendo una mosquita muerta no me había comido mucho en el instituto y ya era hora de sacar la loba que llevo dentro, no?
La suerte una vez más me sonrió y justo cuando llegaba a la sala salían Mike y dos chicos más de la banda, Tom, el cantante, muy buen pero bastante poco agraciado, y Rush, el otro guitarra. Me armé de valor y cámara en mano, fingiendo una seguridad que aún hoy sigo sin tener le dije:
-Hola Mike, ¿puedo hacerme una foto contigo?
Mike me miró de arriba abajo y su cara pasó de la sorpresa al hablarle en español a una mirada casi sin interés. Se paró un momento, se despidió levemente de Tom y Rush y me dijo:
-Mamacita, yo a ti te conozco, no? Atiende, voy a dar una vuelta y despejarme un poco, ¿quiere venir conmigo o se va a quedar aquí esperando toda la tarde? Es sin duda mejor que una foto.
Reconozco que aunque me hice la interesante; un chico como Mike no suele recibir muchas respuestas negativas, al menos de chicas en edad de menstruación, así que simplemente moví la cabeza de arriba abajo y le seguí hasta la parada de metro más cercana, Termini.
-Y bien, ¿hablas o tengo yo que hacer el talking?
-C-c-claro que hablo! Supongo que te lo dirán mucho, he venido desde España a veros porque no habéis incluido ni Madrid ni Barcelona en vuestra gira. Y Monster es un grupo que me gusta mucho, y bueno, vuestra música es…
-jaja, vale, vale, para! sí, esto me lo dicen a menudo… bueno, no, no me lo dicen. Los chicos de la banda y yo estuvimos hace unos años por tu país pero no tuvo mucho éxito así que nuestro manager decidió saltar esa sección del tour… Pero me acabo de dar cuenta de que te conozco… ¿Gloria te llamabas? ¿he acertado pequeña? – dijo ofreciéndome su mano derecha.
-Laura, Laura García, y no soy tan pequeña – sonreí y estreché su mano con firmeza.
-Mike Pine Hernández, encantado de conocerla ya de mayor – dijo con algo de sorna - Bien, pues ahora que nos conocemos podemos dejar de hablar de mis compadres los monstruos y hablar de nosotros y de por qué has venido a Roma realmente, no quiero hacer más interviews por hoy.
-He venido a veros a vosotros, no me gusta parecer una turista porque sí… de hecho los sitios turísticos no me gustan nada, prefiero lo que no sale en las guías
-En serio? bien, ya somos dos, mamacita!
-¿Dos que han venido a verte?
-jajajajajaa muy bien, veo que contigo pasaré un rato divertido!
Roma era una ciudad ruidosa, casi caótica y por mucho que nos esforzásemos en seguir la conversación siempre estaba pasando gente de aquí para allá, haciendo que cada vez estuviéramos más pegados por momentos y más alejados durante otros así que aproveché para agarrarme a una barra y seguir tirando fotos a los ventanales, a la gente subiendo, a Mike… mientras el metro llegaba a Circo Massimo, una zona a las afueras que elegimos por su nombre simplemente mirando el mapa. Al llegar vi que no había mucha gente y agradecí que pudiéramos estar tranquilos porque al abrirse las puertas del vagón dudé en si está era la parada… momento que Mike aprovechó para darme una buena palmada en mi culo y gritar un tímido “c’mon” a mi oído izquierdo.
-Ey, esas manos – dejé escapar más como un suspiro que como un reproche
-Perdona, no salías… mira, lo vi apetecible y me gustó hacerlo jajaja
-Pues por lo menos avisa
-Ah, puedo tocarlo si te aviso entonces? Muy bien, pues ahí va otra
-Auuu, vale, vale, jajaja
Sonreí tímidamente y aproveché para hacerle una foto con mi cámara. No sería la última y lo cierto es que si lo hacía era para poder tener algo con lo que recrearle en mis fantasías, un detalle sin serle infiel a mi chico; si no hay cama no hay pecado me dije a mi misma… Mike sabía como crear interés en mi fingiendo no estar interesado y eso hacía que se me humedeciera un poco la entrepierna.
Estuvimos dando una vuelta, aproveché para tantear un poco el terreno y bueno, pasar un rato divertido que de eso se trataba. Durante un par de horas no paré de reír con sus ocurrencias, me puse su característico gorro de paja negra y aproveché para conocerle mejor. Su piel era suave, de un oscuro aceitoso y tenía ese punto macarra y guarro que nos gusta tanto a las tías, el rollo de que no te regalará una rosa sino es para azotarte con ella el culo. Ya camino del metro, a tiempo para que pudiera llegar antes de abrir puertas pasamos por la puerta de una cafetería y le dejé esperando fuera un momento con la excusa de ir a mear. Según entré en el baño, resoplé un poco y me bajé los pantalones, pasé mis dedos por toda mi rajita para calmar un poco la excitación y me sentí una auténtica guarra; tenía la cara completamente roja de la excitación y no había hecho nada. Me senté, cogí papel y me limpié suavemente, luego busqué el teléfono móvil y marqué el número de mi chico, dio señal pero nadie lo descolgó así que aguanté cuatro tonos antes de colgar. Bien, había cumplido y no estaba pegado al teléfono, no pasa nada Laura, por un par de toquecitos y unas palmadas en el culo no va a llevar ninguna cornamenta. Mike me había puesto bien cachonda, quizás por una combinación de su persona y las letras de sus canciones, su forma de tocar, o quizás por esos rasgos latinos, casi achinados, y su aspecto de chulo, su sombrero, su desparpajo… pero ahí quedaría la cosa. Laura era toda una señorita… pero la otra Laura que llevaba dentro tenía ganas de echar un polvo guarro, quería que se corriese en mi cara y poder beberme su lefa.
Cuando me armé de valor y tranquilicé mis nervios, salí del baño y le vi hablando con una turista rubia que se reía cuando él se acercaba al oído para contarle algo. Sentí un pequeño pinchazo, los celos, esa parte de la conciencia que nos dice que algo es nuestro y nos lo pueden quitar así que rápidamente llegué donde se encontraban y agarrándole del brazo le dije “ey, nos vamos?” para salir echando ostias de ahí y dejar a la guiri viéndolas venir. Mike se rio y dijo “tranquila, mamacita, soy todo tuyo, no hace falta que corras” con una cara que me hubiera tirado encima suyo en ese momento, pero en lugar de eso, más prudente, le agarré de la mano y le dije “venga, vamos, que ya me parece que hemos tonteado bastante por aquí”. Lo sé, me estaba comportando como la novia celosa que no folla con su chico y tampoco quiere que otra lo haga pero me sacaba de mis casillas que en apenas diez minutos ya tuviera la típica mosquita muerta borracha revoloteando a su alrededor, encima rubia, por favor, que falta de estilo.
-Tranquila, ya llegamos. Supongo que tienes tu entrada no?
-Sí, bueno, unos amigos me consiguieron una invitación por internet pero un photopass – en ese momento mi teléfono vibró con un mensaje – estooo
-Te ha sonado el móvil, ¿un chico quizás?
-Jajaja, no creo, será mi hermana para ver si comemos juntas mañana o no – maldije para mis adentros lo oportunos que son los tios. Cuatro años que llevaba saliendo con David y un mes que estuve hasta que le dejé acostarse conmigo, y ahora que pensaba seriamente en saltarme la norma del mes y darle alegría a mi coñito, va y lo fastidia todo. Tenía que salir de esa situación por patas o ni siquiera me iba a tocar un poco…
-Ah, no, publicidad, ya sabes, que me cambie de operadora
-Fuck! A mi también me llegan textos así al celular… perdona, supongo que querías decirme que querías un photopass, un pase de fotos para poder pasar tu cámara dentro
-Ehh, sí, eso es. Te lo agradecería.
-Consider it done! Y luego pensamos en como me lo puedes agradecer – dijo mirándome directamente a los ojos con una mirada que me revolvió los pezones - venga, me voy para adentro, los monster me esperan – y antes de que pudiera decir nada me clavó en el sitio con un pico rápido donde pude notar como sacaba levemente su lengua.
-Umm, hueles bien –hizo una pequeña pausa para pasarse la lengua por el labio de abajo - pero sabes mucho mejor… Ciao!
No paré de darle vueltas a nuestra corta despedida, ¿se despedía así de todo el mundo? ¿le había gustado? Maté el tiempo cenando algo en una trattoria cercana donde me clavaron como a toda buena turista y cuando ya abrieron puertas tiré para el lugar. Entré a la sala, un viejo teatro reconvertido en okupa con escenario y zona de conciertos y oteé un poco la estancia. En la entrada no me pusieron pegas a la cámara y un orangután de nombre posiblemente Iván aprovechó el cacheo oficial para tocarme un poco el culo. No me importó, la verdad es que ardía por dentro y ahora mismo me hubiera enrollado con el feo de mi clase si me hubiera metido luego un poco la polla, no dicen que los tíos quieren una monja por fuera y una puta en la cama? Con esos pensamientos en la cabeza oteé la sala y vi que había poca gente, quizás cien o ciento cincuenta personas a lo sumo, en su mayoría chicas aún un tanto jóvenes y eventualmente acompañadas del típico chulo italiano, así que aproveché esa espera para leer el mensaje de mi novio, “Hola! Estaba entrenando y ya sabes como se pone el profesor. Todo bien? Cuéntame q tal” y contestarle un “Todo Bien Solo Quería Decirte Que He Llegado. Besos MiAmor”. Fui breve y gracias porque al poco tiempo comenzó a sonar la intro y los miembros de The Monster Within salieron a escena uno a uno mientras sonaba “Sparrows”. Durante el concierto tiré cientos de fotos. Intenté ser práctica y tratar de coger los mejores ángulos de todo el grupo, la expresión del teclista, las poses del bajista y… ¿por qué no decirlo? Las sonrisitas que me dedicaba Mike entre sólo y sólo. Una hora y media después se encendieron las luces y los de seguridad comenzaron a despejar la sala, estuve buscando y no le vi salir a buscarme así que un poco decepcionada me fui para la parte de atrás, pensé que en el fondo soy una tonta, había tres o cuatro más allí que me sacarían unos cuantos cms más de tetas… y con casa cerca para poder enseñarlas en la intimidad. Efectivamente fue llegar a donde tenían la furgoneta y ver allí al menos quince chicas que como yo hacían cola para pedir un autógrafo o al menos buscar un buen calentón que satisfacer en su casa con sus chicos. Pasaron varios minutos y ya casi descorazonada decidí irme a dormir cuando de repente se abrió la puerta y salió un chico americano, posiblemente el manager o uno de los pipas que recogen el equipo y me dice “Hey girl, Mike wants to see you… el Mike quiere ver a ti, follow me!”… ni que decir tiene que pasé por delante de todas esas niñas blandiendo mi cámara como diciéndoles “ey, sí, soy la fotógrafa del concierto y según parece las tengo mejor puestas que vosotras”.
El backstage no era precisamente como me lo imaginaba. Las paredes llenas de pinturas, mochilas por todos lados, diez personas con diez portátiles conectados y Rush, de los Monster, saliendo de lo que parecía un baño con ducha en slips negros marcando un mini-paquete… pero ahí estaba Mike, sosteniendo una cerveza mientras se mataba otra. Se acercó a mi, me dio otro ligero pico en los labios y me dio mi cerveza. Le miré, miré la cerveza y aún siendo una de las bebidas que más odio le di un trago largo. Note el alcohol bajando por mi garganta y la mano de Mike agarrándome por detrás, un poco más arriba de la cintura.
-¿Te gustó el show?
-Sí, me encantó, hice un montón de fotos, ¿quieres verlas? – revolvía en mi mochila buscando mi cámara, por dios, ¿se podía ser más patética en estos momentos?
-Claro, pero espera un momento – dijo cogiendo otras dos cervezas – aprovechemos y vamos a la parte de arriba de la sala mientras recogen las cosas los roadies – y me cogió de la mano tirando de mi por unas escaleras arribas
Subimos y estaba bastante oscuro así que intenté tantear un poco el terreno cuando de repente note como dos manos me agarraban del culo y tiraban de mi. Mike me agarró y me atrajo hacia si y dijo:
-Mamacita, llevo toda la tarde recaliente, no aguanto más – y me dio un morreo de campeonato. Al principio abrí los ojos como platos y luego me dejé llevar.
-Mmmmm, para, mmmmm, espera, mmmmm – mi lengua exploraba la suya y apenas me dejaba aliento para articular palabra
El morreo empezaba a ser más profundo y una de sus manos subía por mi cuerpo hasta agarrar una de mis tetas por fuera de la camiseta; mientras yo aproveché y subí mis dos manos a detrás de la nuca. El morreo duró un par de minutos que me supieron a gloria y acabamos dándonos cuatro o cinco picos.
-Mmmm, que caliente estás
-Me llevas poniendo caliente todo el show, ¿quieres que veamos las fotos o seguimos haciendo el mal?
Ni le di tiempo a contestar, le planté un morreo y de ahí Mike bajó a mi cuello, empezó a lamer mi oreja, fue bajando dándome pequeños besitos y cuando llegó ahí, con la mano que tenía en el culo me dio un buen pellizco.
-Ahhhh, ahhhhh
-Shhh, déjate llevar, tú también lo estabas deseando
-Sí… mmmmm…. Besas muy bien
Nos estuvimos enrollando como quince minutos hasta que lentamente bajó uno de los tirantes y acarició mi teta. Entonces se separó, abrió una de las cervezas y me la dio. Le eché un trago y Mike entendió esa señal para acercarse y darme un pequeño beso en el pezón.
-Gllluub… mmm, para… aquí nos pueden ver, vas muy rápido
-Estoy muy caliente… ¿tienes hotel cerca? No creo que pueda seguir aguantando mucho más así…
-No sé, nos acabamos de conocer… - dije no sin algo de remordimientos por mi chico
Me agarro bien del culo, tanto que tocó con sus dedos el inicio de mi rajita.
-Te voy a coger tan duro que no te volverás a correr con tu novio
Sorprendida le miré a los ojos, momento que aprovechó para agarrarme más fuerte y tirar de mi hacía él.
-¿c-c-cómo sabes que tengo novio?
-Besas como una enamorada, no como una buscona, mamacita… y me extrañaba que una calentona como tú estuviera sin novio.
Miré a nuestro alrededor para que no hubiera nadie mirando y deslicé mi mano derecha dentro del pantalón, dentro del slip, y le agarré bien fuerte la polla.
-Pues esta enamorada te va a dar el polvo de tu vida… tienes un buen tamaño… pero me tendrás que demostrar si aparte del tamaño la sabes usar – dije fuera de mí. Si este tio quería ver a una leona, eso es lo que se iba a encontrar.
Me subí el tirante y un minuto después le estaba llevando como un asno sigue a una zanahoria hasta la habitacioncita del albergue que me había cogido cerca. Él aprovecho, le dijo algo al manager, seguramente “voy a joder con esta putita” o algo peor porque me lanzó una mirada de hambre que me recorrió el cuerpo y de la sala dimos un paseo hasta mi albergue sin decir demasiado. Entramos por la puerta, me miro a los ojos y apenas balbuceé un “con cuidado” antes de que me diera la vuelta y empezara a magrearme las tetas por encima de la camiseta, bajó un poco uno de los tirantes y sacó mi pecho izquierdo.
-Ahhhh – apenas pude decir mientras pellizcaba fuertemente el pezón
-Calla, eres una zorrita y lo vas a disfrutar pero bien, esta tetita necesita más atenciones – dijo él mientras me daba ligeros golpes con su paquete en mi culo, como follándome con la ropa puesta. Tenía ganas, muchas ganas, y me las iba a sacar todas esta noche así que me agaché delante de él, le desabroché el pantalón y le dije:
-¿Quieres que sea una zorrita? ¿no te importará entonces que te chupe esto que tienes aquí abajo no?
-Dale… es toda tuya pero luego me tendrás que dar tu conchita para estar en paz.
Realmente no dejé ni que terminara la frase, en dos movimientos descapullé el prepucio y empecé a metérmelo en la boca, ensalivándolo bien, dentro, fuera, dentro, fuera… No me gustaba mucho hacérselo a mi novio, él tenía el típico rabo español, blanquito, depilado eso sí, pero sin gracia pero creo que si en vez de micrófonos hubiera pollas me habría hecho de la ONU o algo parecido.
Lo cogí, empecé a masturbarlo un poco y sorbía la cabeza con ganas, luego un poco de arriba y abajo con la boca bien grande y el especial de la casa… Gluuub y para adentro un ratito… Rápidamente recordé mis novios anteriores, un finlandés y un alemán, todos tenían rabos de calidad superior y les gustaba la manera en la que se los chupaba… así que le í un poco más fuerte, no iba a bajar el listón ahora.
-Auuummmm – dejó ir Mike
Sí, nadie se podía resistir cuando una de mis manos apretaba bien los huevos y mi boca saboreaba el capullo. Un par de embestidas más y prácticamente me estaba follando su polla con mi boca así que aproveché una de las veces escupí un poco sobre el falo y con la derecha me aseguré que estuviera bien duro…
De ahí a la cama fue un suspiro, no sé ni como sacó un condón del bolsillo porque aprovechaba cualquier movimiento para sacarme algo de ropa. Tenía la lengüecita juguetona y estaba consiguiendo que se me erizase la piel cada vez que pasaba por mi cuello
-No sé si voy a poder contenerme, no podré dejar marquitas para que las vea tu novio no?
Eso me enojo y e hizo que le tumbase en la cama con la intención de cabalgarle. Le puse el condón y me sorprendí de lo dura que la tenía.
-Olvídate de mi novio, ¿te lo vas a follar a él o a mi?
No hizo falta demasiada conversación, estaba totalmente lubricada y pidiendo a gritos que me cabalgase. Mike se ahorró los preliminares también, simplemente acercó su polla a mis labios vaginales, les dio un par de pasadas como una brocha y entre mi peso y las ganas me la metí hasta el fondo.
-Ahhh, cabrón, diosssss, que rica
-Tranquila, ahora queda lo mejor, a las putas como tú les gusta mi ritmo
Empecé a cabalgarle mientras él con las manos en mi culo marcaba la cadencia. Mis pequeñas tetitas comenzaron a botar ya sin sostén que las retuviera y Mike desocupó una de las manos para empezar a rozar mi clítoris.
-Fóllame, fóllame despacio cabrón!
-Sí, sí, sí… ahhh, sabía que mi verga iba a probar tu coño
-No te pares, no te pares
Comenzó a agarrarme las tetas con las dos manos y a pellizcarme los pezones, me hervían de dolor, o de excitación, aceleré el pulso y pego unos últimos golpes secos para me corriese como una quinceañera
-Ahhhhhhhhh, que gustoooooo
-Espera mamacita, que falta lo mejor
-mmmmm, no pares
Me echó a un lado y se puso detrás de mí, escupió un par de veces sobre mi trasero y con una mano lo extendió por mi culo, por mi raja…
-El culo no, Mike, el culo no
-Guarra… te vas a enterar… - y me metió un dedo bien adentro del culo.
Nunca lo había hecho por detrás, a uno de mis ex le encantaba comerme el culo y la verdad es que me gustaba aunque me parecía una guarrada. Seguro que a Mike le hubiera gustado metérmela por detrás y a su dedo siguió un lametón pero aproveché uno de sus movimientos para incorporarme y enrollarme un poco con él, necesitaba recuperarme y si le hacía un buen trabajo manual se correría ya y podría haber segundo acto. Mike me metió la lengua bien adentro y con sus dos manos me agarró las tetas tirando de ellas para arriba… nos separamos y nos quedamos mirando un momento.
-Ufff, me tienes bien loca
-Sí, eh? – y en ese momento me dio una bofetada que sonó más que dolió – escúchame zorra, aquí las condiciones las pongo yo! ¿Quieres que te folle otra vez?
-¿Pero qué haces? – dije no sin algo de miedo
Me agarró de la mandíbula con una mano y tiró hacía él, aprovechó la otra y comenzó a darme palmadas en el coño.
-Te he dicho que si quieres que te folle puta!
-Ahhh, ahhh, síiiii, quiero que me folles, ahhhh, sssssií, como mi novio, paraaa, por favor
-Todavía no me he corrido… puta goma… mira, te voy a follar bien y no necesito esta mierda – y aprovechó para quitarse el condón
-N-n-no, no, pero…
-Estoy sano, zorrita, ¿tienes miedo de tener un hijo mío?
No había problema, hacía tiempo que tomaba la píldora y estaba tan sumamente caliente que no pensaba en las consecuencias. Acepté bajando la cabeza, me tumbé y me abrí de piernas, gritando un “Follame ya!” que él aprovechó para montarme. Esta vez lo haríamos a lo misionero, él encima de mi, y yo mirándole esa cara de macarra que tanto me ponía. Empezó a darme y sentía rechinar la cama con cada embiste.
-Te quedaste con las ganas? Ya te corriste una vez, lo noté
-Síiii, soy una guarra, con una no me vale - y cruce las piernas, apoyé mis manos en su culo para empujarle.
Su polla entraba y salía de mí sacando casi diez centímetros fuera. Sin condón podía notar su calor, su cuerpo estaba totalmente sudado y caían sus gotas sobre mi cuerpo, me iba a correr pero bien después de este segundo polvo. Estaba fuera de mí, nos besábamos como bestias, sorbiendo, pasando la lengua por la cara, lamiendo… Éramos dos perros en celos… e instintivamente agarré sus manos con las mías como hacía con mi novio.
-Ahhh, zorrita, quieres follarme como a tu novio, no?
-Mike, sigue, me siento tan llena
-Estás muy buena, cuando te vi no pensé que fueras a tener tan buen polvo
-Ahhhhh, sí, ahhhhh, tenía ganas de follar con el gran Mike
-Jajaja, bien, pues prepárate porque te voy a dar más de lo tuyo – y aceleró el ritmo agarrándome de las caderas. Yo no podía más, torcía la cabeza hacía los lados gimiendo como una zorra… Mike siguió hasta que dejó ir un alarido que se debió oír en toda la ciudad.
-Ahhhhhh, bien, ¡toma leche mamacita!
Y unos segundos después me corrí de una forma espectacular, tensé todo el cuerpo y hasta doble los dedos de los pies en un acto reflejo. Mike se tendió a mi lado y notaba su respiración agitada. Su polla aún en estado de relajación debía medirle unos buenos quince centímetros y lucía bien mojada por una mezcla de su semen y mis fluidos.
Me levanté, fui al wáter a recomponerme un poco y volví rápidamente a la cama. No me había tumbado cuando nos dimos un morreo de órdago; con el tiempo me había convertido en una gran besadora. Primero un par de picos, luego un morreo con bien de saliva y las lenguas jugando y por último me gustaba pegar un par de coletazos ya a poca distancia con las bocas abiertas y las lenguas fuera, sorbiendo el último resquicio de fluidos. Me volvían loca los chasquidos de saliva y el sabor de su lengua, pero más como preliminares… Estuvimos unos diez minutos liándonos, Mike aprovechó para recorrer con sus manos mi cara, mis tetas, mi culo… pedía un tercer round pero no sabía si su soldadito estaría dispuesto así que fui a lo práctico.
-Mmm, oye, ¿me comes un poco el coñito? – dije con tono meloso
-Jajaja, en el fondo eres una zorrita… ¿Te ha gustado, no?
-Sí… cómeme el coñito por favor, sigo muy caliente, mmmm….
-Pues voy para abajo, mamacita, vas a ver lo que hago con tu “coñito”… cuéntame, qué es lo que más te gusta de mi banda… aparte de mi lengua…
Y aprovecho ese momento para bajar besándome el vientre, soplar un poco mis pelillos y sacarme un suspiro largo con sus cosquillas
-Bueno, me gustan mucho los temas del pr… ahhhh… imer disco, sobre toDO LAS… auuu… guitarras, el juego d-d-d-d-e las voces… ayy
Mike había cogido mi clítoris con sus labios y estaba sorbiéndolo hacía arriba sacándome un delicioso orgasmo. Puede que haya chicos a los que les dé asco comerte el chichi pero creo que si quieres complacer a una chica o bajas al pilón o poco tienes que hacer… y afortunadamente Mike era de esos que bajaban. Su lengua entraba y salía de mi coñito haciendo que subiera la temperatura, metía un dedo mientras tocaba mi clítoris con la lengua y soplaba un poco en las zonas colindantes.
-Ahhh, ahhh, ahhh, me corro
-Mmmm, si te vas a correr hazlo en mi boca para que pueda saborearlo!
-Ahhhhhhhhh – dije mientras me iba y el bueno de Mike sorbía y chupeteaba mi rajita
-Estás muy rica… pero ahora toca que tú pruebes la lechecita para que te vayas a la camita bien servida amorcito – dijo mientras con la derecha empezó a descapullarse la polla, el muy cerdo se la empezó a cascársela delante de mi…
-¿Qué haces? ¿Metémela no?
-Cariño, paso muchas horas encerrado en una furgoneta y ya le he cogido gusto a hacerme una paja…
-Ni de coña! ¿Qué soy para ti? ¿Una muñeca hinchable? – pero en el fondo de mí deseaba que se corriera en mi cara, poder recibir en mi lengua toda su leche…
-Jajaja, no, normalmente las muñecas tienen más teta pero no saben follar tan bien… ¿por qué no te tocas un poco mientras yo acabo esto? Seguro que el cornudo de tu novio no te hace sentirte tan puta, que no?
Rápidamente se puso encima de mí y de un manotazo con la mano libre apartó mi brazo que intentaba cogérsela. Al poco comenzó a cascársela más y más rápido, bufando, con la mirada buscando mis ojos y sin parar de menearse la polla. Paró durante un segundo y en el último toque se abrió el capullo y comenzó a inundarme de semen. Y bien que se corrió, tuve que cerrar los ojos porque aquello parecía una manguera que no paraba de expulsar líquido blanco… resignada abrí la boca y alzándome un poco empecé a chupársela, a degustar lo que quedaba en su capullo y a saborear su esencia. Me encanta el semen, y más cuando la polla todavía estaba latiendo en mi boca, mi novio me había tenido a régimen de lefa demasiado tiempo.
-¿Ves? En el fondo eres una zorrita obediente… te gusta mamar leche eh? Contesta!
-Aummpffff ziiii – dije como pude
-Bien… creo que vamos a dejar pendiente para mañana tu culito, hoy ya me has exprimido bien
Me tocó un poco las tetitas con la mano, extendiendo su leche por todo mi pecho y se echó a mi lado levantando un poco su brazo para que me metiera debajo. Olía a sudor, a coño, y seguramente llevaría días sin lavarse debidamente pero me acurruqué bajo su brazo y le besé un poco uno de los pezones, momento que Mike aprovechó para sacar su iPhone y hacerme una foto de esa guisa. Había quedado bien servida, sí señor, y si quería una muestra de cariño podía dársela… un buen pensamiento antes de cerrar los ojos ya de puro cansancio.
A la mañana siguiente me desperté, con un poco escozor en la rajita; Mike ya no estaba, sin una nota, un beso o un polvo de despedida. Simple y llanamente estaba sola. Fui al wáter, me miré en el espejo después de mear y sonreí cuando vi los restos de lefa por todo mi cuerpo y el aspecto que tenía mi pelo; había sido una buena juerga y un buen final de fiesta. Cogí el teléfono y envié un sms a mi chico “Ey,Cari QHaces? El Concierto Bien Te Echo De -. Llego Esta Noche YNosVemos! PrometoRecompensarte”… Él me quería mucho, mataría por mi si así se lo pidiera y no tardó en contestarme “Vale, te tomo la palabra. He visto que los Monster Within estos que te molan han confirmado una gira por Inglaterra. No podré ir pero te he comprado la entrada para verles en Londres. Te quiero!”; los momentos así me hacían sentirme como una zorra sin corazón pero… peor sería tener que dormir sola la noches del concierto, no?