CARA BONITA ll. 6

Brasil, seguridad, sexo con madre e hija, el almuerzo, problema, una fiesta.

Cara Bonita ll. 6

Brasil.

El trabajo en Brasil era el de hacer cuarenta casas, todas iguales, de dos dormitorios, cocina comedor amplio y baño, es un barrio, un poco alejado del centro urbano comercial, pero igualmente con caserío y pequeños comercios…

Mucha complicación pensé no voy a tener, hablo muy bien el idioma portugués/brasilero…

Mierda la que se me armó.

Primero con el sindicato del gremio, por los horarios, por los sueldos, por las condiciones de trabajo, la ropa, las herramientas un quilombo con los brasileros…

Todos los días un problema nuevo, con las entregas de los materiales, los pagos, los gastos, etc…

Con el municipio por las habilitaciones, permisos, en un principio tenía inspectores casi todos los días, no podía salir ni un instante de la obra…

El asunto del municipio se arregló, “cuando arreglé” con un inspector, por supuesto que “roba para la corona”.

Seguridad.

Aflojaba la tensión saliendo a correr todas las mañanas muy temprano, antes de entrar a trabajar, le daba varias vueltas al barrio que estábamos construyendo, de paso observaba lugares por dónde se podría intentar entrar para  robar cosas.

Teníamos hecho un alambrado perimetral bastante importante por lo alto y por el entramado firme y de rombos chicos del mismo, era fuerte y estaba enterrado, pero siempre se puede buscarle la vuelta para entrar y  fundamentalmente salir con algo en los brazos ja ja.

Contraté una seguridad “especial”, pregunté por el jefe del barrio, el que es el más macho, el que sabe y da permiso.

A él lo fui a ver, Joáo, grandote, negro con dientes blancos, le faltan algunos, al principio quiso “turrearme”, habla muy bien el castellano, me contó que estuvo cinco años preso en Devoto.

Me pareció que creía que no me la “bancaba”, que era uno de esos profesionales que lo único que saben es estudiar, “que no tienen calle”, que nunca han salido de sus oficinas, me estaba subestimando.

Cuando en medio de la conversación le dije que era cuarto dan en artes marciales, que sé de 16 golpes que pueden matar a una persona, la cosa empezó a cambiar.

Quedamos en que ellos, se ocuparían que no se robaran nada, que daría aviso por todo el barrio, sobre todo a “los conocidos sobre el tema”.

Por ese seguro tenía que pagar una cantidad interesante de dinero, aunque no era mucha plata si tenemos en cuenta lo que te pueden “afanar”.

Quedamos en que cada mes viniera a conversar con él, que le trajera “la cuota”, con el transcurrir del tiempo, lo invitaba a cenar los fines de semana a mi casa, algunas veces cocinábamos entre los dos, para darle “la cuota” y para no estar aburrido, nos hicimos muy amigos.

Manteníamos unas charlas muy interesantes, me contó que por una pelea con un marido celoso estuvo preso, que el celoso quedó destruido y que la señora le reprochó la salvajada que había hecho y no le dio más bola, bueno no fue nunca a visitarlo a la cárcel.

Un tema que después me resultó muy importante fue el de la cárcel, cómo manejarse entre los presos, cómo no caer en que te cojan todos, cómo no hacer que te maten al segundo día, cómo tratar de pasarla lo mejor posible, si él supiera cuánto me ayudaron sus experiencias.

Todo lo que pasaba lo transmitía a mis socios no socios, mucha bola no me daban, era el único que manejaba todo, mucho trabajo…

Me tengo que arreglar solo pensé y así lo hice…

Me propuse llevar a delante el carro comandándolo para que llegara a buena meta…

Llegaba primero a la obra y me iba último, los obreros empezaron a respetarme, ya no hacían tanto quilombo…

Es que me veían empujando un carro con materiales, revocando una pared, llenando la hormigonera…

Trabajaba de ingeniero, oficial, peón, de limpieza, no le hacía asco a nada…

Me había comprado una moto y a todos lados con la 125, aceleraba una barbaridad, la usaba para recorrer la obra…

Vivía en una casita que alquilé a cien metros de la construcción, como en otras oportunidades, en otras obras, a veces iba a almorzar o al baño, de dormitorio, cocina y amplio baño, afuera un pequeño patio con un piletón, nada más…

Un gusto que me di fue la instalación de un hidromasaje grande muy grande en el baño, podía entrar estirado, llegaba del trabajo y una hora o dos con una bebida “relajante” me la pasaba en el hidro, son gustos que me podía dar…

Sexo con madre e hija.

Una vecina Carine (la que es querida) me hacía la limpieza de la casa y preparaba la comida, una señora cuarentona, negra, bien negra, con un culo impresionante y tetas para el campeonato…

Preparaba abundante comida para la cena ya que al mediodía “picaba” algo que me llevaba de casa…

Como antes escribí, hacía mucho ejercicio, tenía que gastar la energía en algo, las pajas no cuentan…

Hasta los domingos iba al trabajo, estaba obsesionado, no me iban a ganar los problemas…

Carine en un principio me dejaba la comida hecha, dentro de la heladera, yo la calentaba en el micro hondas, y se iba, después empezó a ver si me gustaba lo que había preparado cuando comía, siguió quedándose a cenar conmigo.

A los quince días de tener sexo con ella, el marido no la dejó venir más a cocinarme.

Me acuerdo de nuestra primera vez, había hecho carne al horno con papas, comimos con mucho vino, le gusta tomar más que a mí, puse música y luego de dos o tres canciones nos estábamos besando a lo loco.

En la cama no es una leona pero acompaña, le gusta que se la meta por el culo, dice que a su marido no le gusta hacerlo, que ella con su primo cuando era una niña lo hacía para no quedar embarazada y que añoraba.

Con el trabajo de Carine siguió Lara (la ninfa del agua), su hija, de ella sola, no de su marido, después me enteré que es hija del primo de Carine, parece que solamente no se la metió por el culo ja ja.

Sara, morocha café poco cortado, no sé definir los colores, menudita, con poco tetaje y con colita chiquita, tendría un poco más de veinte años.

Creo que la madre le contó cómo la pasábamos en el hidromasaje, a los tres días de prepararme la comida, venía y cocinaba en casa, me planteó que ella también quería beber champaña en el hidromasaje...

Sí que es manuable, se acomoda sobre tus piernas, metiéndosela sin ningún problema, te hace unas mamadas espectaculares y lo más atrapante es la facilidad que tiene para recibirla por atrás.

Debe ser de familia, creí que con ese culo chiquito iba a ser difícil meterle mi pija, nooo que va, le entró de un viaje, hasta parecía más dilatado que la vagina.

En la intimidad me contó que el verdulero tiene una poronga impresionante, así me dijo, y que no quiere que le agrande “la cajeta”, así me dijo, su marido se daría cuenta, que la tiene más bien chica, por eso lo hacen por atrás, también así me dijo.

Un día mientras estábamos en el hidromasaje vino el marido buscándola, salí a atenderlo a la puerta, en salida de baño, que no estaba, que hace como una hora que fue comprar algo, no sé qué cosa, yo me estaba bañando.

Parece que no me creyó, tampoco la dejó venir más a cocinarme.

El almuerzo.

Más o menos solucioné el tema, al mediodía había una señora, doña María, que traía unos sanguches para los obreros…

A veces venía con su hija que le ayudaba, yo la observaba siempre, no me pregunten por qué, muy bonita de cara, como yo ja ja, la nena era una chica veinteañera,  se vestía con ropa muy holgada, de la muerta parecía, le sobraba tela por todos lados, parece que se ponía las camisas y pantalones de su madre…

Al pasar por su lado me dijo…

_Ingeniero no quiere probar un sanguche de la casa, son especiales, mire acá tengo uno preparado especialmente para usted ja ja.

Era verdad, en el envoltorio decía “para el ingeniero”…

_Dámelo niña, cuánto vale, lo pagué y me lo llevé…

Estaba rico, pensé que podía decirle que me trajera todos los días uno, así no me tenía que preocupar de buscar en la heladera qué traer…

Así quedamos, la chica todos los días me traía el sanguche, a veces iba a buscarlo al portón, otras me lo mandaba con algún muchacho…

Empecé a notar que era diferente a los demás…

Más cargado, con variedad y siempre me cobraba lo mismo, empecé a darle propinas, va le daba dinero demás y me iba, no esperaba el vuelto…

Ana se llama la muchacha, tiene unos ojos claros, una sonrisa cautivadora, una voz muy dulce y sensual, su conversación es muy agradable, se nota que me gusta…

Visto que mis socios no socios no me daban bola ya no les informé más, que me llamaran ellos si querían enterarse de algo…

Todos los días hablaba con Isabel, nos pasábamos horas conversando, yo dentro del hidro, con un cóctel, que a veces le agregaba una sanguche de Ana, la cena, también hablaba con Elizabeth y Yanina…

Problema.

Se suscitó un conflicto entre la madre de  Ana, doña María y uno de los obreros, resulta que el obrero había pedido fiado varios sanguches y no quería pagarlos…

Ana vino a verme a mi oficina, me llamaron de seguridad para solicitar la autorización del ingreso, ya que tenía prohibido entrar el que no era personal de la obra…

Le autoricé el ingreso, con muchos ademanes me explicó cuál era el problema, la miraba pensando en comerla a besos, me tiene estúpido esta chica, más que de costumbre ja ja…

Llamé al obrero deudor, él se disculpó.

_No es que no quería pagar es que con la enfermedad de la hija tuve que gastar mucho en remedios y no me quedó dinero, voy a pagar ingeniero me decía, no me despida, voy a pagar…

El muchacho era un negro grandote, transpiraba a chorros…

Quedamos que yo le pagaba su deuda y él después me pagaba a mí, cuando vino en el próximo cobro a pagarme, lo saqué cagando, quedamos como chanchos…

A partir de ese día ya no me mandaban más mi sanguche, me lo traía en persona Ana, también me traía algunas otras comidas preparadas por ella o por la madre, las ponía en la heladerita que tenía en mi oficina y a la tarde la llevaba para mi casa, muchas veces era la cena, con las personas de seguridad había dejado dicho que la dejaran pasar siempre…

Y conversábamos un poco mientras almorzaba a las apuradas, me miraba mientras le decía que estaba muy rico su sanguche, con su mirada me hipnotizaba, toy enamorado…

Una fiesta.

Me invitó a una fiesta un sábado, iría como su pareja, ya que no tenía novio ni amigos que la acompañaran, así me lo dijo…

Mmmm, pensé y por qué no, si no tenía nada que hacer y me vendría bárbaro un poco de diversión, estaba podrido de preocuparme por trabajo casi en todo momento, las pajas no cuentan…

Como usaba una barba espesa y desarreglada no resaltaba mi cara bonita, además tenía el pelo largo y desprolijo, y siempre con vaquero sucio y camisa sucia, una piltrafa.

Pero para ese sábado pensé en arreglarme bien, por la tarde fui a la peluquería, corte de pelo y afeitada al ras, ningún pelito fuera de lugar, baño, perfume…

Y me puse ropa de primera marca que me quedaba perfecta…U

Al mirarme al espejo casi me enamoro de mí mismo ja ja, no tengo abuelita que me diga que soy el más lindo…

Quedamos en que pasaría a buscarla por su casa, quedaba  a unos cientos de metros de la mía…

Cuando llegué ya estaba esperándome, una casa bastante linda, con un frente de rosales y más plantas de flores, un jardín que es una belleza…

Estaba con un pantalón que se le ajustaba al cuerpo como una segunda piel, qué curvas, qué culo, qué tetas (lo comprobé después), una camisola estampada de muchos colores que resaltaba su sonrisa, sus ojazos, su pelo hermoso, su carita angelical, dije no, que me parece que me gusta esta chica ja ja…

Nunca me la imaginé así…

Ella cuando paré la moto a su lado se quedó embobada mirándome…

Mi cara bonita la había conquistado, bien pensé…

Como de costumbre aceleré de arranque para que me pegara sus tetas a la espalda, qué placer, tiene unos pezones duros, no llevará corpiño pensé, “lindas gomas”.

Durante el viaje me contó que era una fiesta familiar, por el recibimiento del hijo primogénito de doctor en medicina.

También estaban todos sus compañeros de la facultad, algunos casi doctores, del hospital, éstos sí doctores, los conocidos, los amigos del padre, de la madre, de la hermana, de los primos…

Como doscientas personas, una mansión parecida a mi casa en Argentina, con un parque impresionante, luces por todos lados, mesas por todos lados, comida y bebida a discreción…

Ahí me enteré que Ana estudiaba medicina, que le faltaba un año para recibirse, que el vender sanguches lo hacía para ayudar a su madre…

Claro la mi cara bonita me trajo un montón de maldiciones de los muchos pretendientes que tiene y sobre todo porque había venido como su pareja…

Haaa, pensé en cuando llegué a buscarla a Ana con la moto y la vi tan hermosura, me hacía acordar a una periodista italiana, Antonella,  que me pateó, que con esos ojos verdes  y su sonrisa de dientes perfectos te conquistaba, tengo su tarjeta para cuando vaya a Italia ja ja…

Como dije, parece que tenía muchos admiradores en la facultad y en la familia y en los amigos…

Por eso me llevó como su pareja, para espantar los moscones ja ja y yo sin comerla ni beberla y sin tocarla ja ja…

No quiero arriesgar pero me parece que al nuevo doctor, el recién recibido, le gustan los muchachos, a mí me abrazó de una manera en que te das cuenta, no dije nada, ni me importaba, “cada uno a mi pensar puede hacer de su culo una bicicleta”…

Estuvimos bailando con Ana mucho, ella salió a bailar con otros muchachos…

Yo conversaba con el doctor, Esteban do Nascimento Bolsiña se llama, me invitó a que lo visitara en su departamento de la ciudad, que lo viniera a ver al hospital…

Había bebido bastante y estaba caliente y bastante inconsciente, le tomé la mano y mientras se la acariciaba le decía que si fuera a visitarlo no me conformaría solo con un cafecito…

_Te puedo hacer probar cosas muy placenteras me dijo…

Me acordé de Ignacio, cuando me cogió, reculé un poco, pero no se dio cuenta…

Me había olvidado de Ana, me encontraba a gusto con Ena, así me dijo que le dijera…

_A mí decime CB…

Y entre contarnos boludeces y beber cócteles fue pasando el tiempo…

Estaba en un estado de sentir pletórico, me acordaba de cuando mi sensei me preparaba para la lucha, me ponía en transe, quería controlar mi estado de alcoholemia, mis palabras con Ena, me parece que muy controlador no debo estar ya que estoy pensando boludeces y hablando de quedar en visitar a un muchacho…

Apareció Ana…

_Hola dijo…

Quise jugar un poco…

_Hola dije dónde estabas, con mirada de enfado…

Me miró extrañada, creo que pensó que estaba borracho, muy alejada de la verdad no estaba…

_Bailando amor, con compañeros de la facultad y amigos…

_No me gusta que me dejes para ir a bailar con otros, menos mal que me puse a hablar con Ena y quedé enamorado de él…

Para qué lo dije, el gritito que pegó Ena, su sonrisa era una propaganda de un dentífrico…

No sabiendo qué decir me miró Ana…

_Perdoná no lo volveré a hacer…

_Sentate acá le dije, a mí lado y contanos algo lindo…

Después nos fuimos a bailar con Ana y con Ena, los tres abrazados, le tocaba el culo al doctor, contento como mono con dos colas…

Siendo ya la madrugada del domingo, estaba asomando el sol, ya no quedaba mucha gente, nos fuimos…

Ana apenas subirse a la moto y abrazarme me dijo…

_Perdón CB, no  pensé que te molestaría que fuera a bailar con mis compañeros, te vi tan contento con el doctor que no quise acercarme, pero te miraba a cada rato…

_Perdoname no lo voy a hacer más, yo vine con vos y te debo respeto…

_Perdoname no me di cuenta…

Me daba congoja su pena, yo jugaba y ella sufría…

Como no podía decirle que lo que había hecho, lo de reclamarle, era una broma, le dije…

_Que no se repita, vos sos mía, mi pareja…

Me abrazó con fuerza me clavó sus tetas en mi espalda…

Ni pregunté, me dirigí directamente a mi casa, al estar en la cocina abrazándola me dijo muy suave.

_CB, soy virgen, tratame con amor por favor, no me lastimes, es mi primera vez y quisiera que me quedara un recuerdo agradable para siempre…

Me acordé de otra italiana, la conocida del Santo Padre…

Continuará.