Cara bonita 1

Comienza un nuevo relato. adopción, mi inicio en el sexo, me la metieron.

CARA BONITA.1

Adopción.

Ésta es mi historia…

Mi madre fue una nadadora paraguaya, muy hermosa, mi padre fue un deportista tucumano, digo fue porque murieron en un accidente, en un cruce de ruta, un camión sin frenos le pasó por arriba al auto en el que ellos iban, también iba yo…

Ellos murieron instantáneamente, yo me salvé, sin un rasguño, tuve suerte, claro tenía meses de vida, una suerte bárbara…

Quedé huérfano de padre y madre y me mandaron a un auspicio porque no había familia que se hiciera cargo de mí…

Era un bebé hermoso, muy hermoso, tan hermoso que parecía una nena, me llamaban Ariel Quiñones, ojos verdes, piel dulce de leche claro, muy hermoso…

Suena el teléfono en la mansión de la familia Irigaray…

-Siii, diga…

Hablaban del auspicio, para informarle a la señora Elizabeth que ha entrado un bebé como ella lo quiere, hermoso sin ningún defecto, blanquito, que pase por acá a la brevedad…

Gracias contestó el mayordomo…

Y parece que ya estaba todo arreglado, pasé a ser parte de la familia Irigaray, me adoptaron, aunque nadie lo supo, para todo el mundo siempre fui hijo de mis ahora padres, hasta figuro como nacido por parto  de Elizabeth, me llamo ahora Ariel Irigaray Quiñones…

El señor Juan Carlos Irigaray, 50 años, muy enérgico, de un físico bien cuidado y la señora Elizabeth María  Bello Sepúlveda, 22 años, una muñeca, muy pero muy cuidada, un físico justo, cada cosa un su dimensión exacta…

Millonarios, con mucho campo y negocios de exportaciones, tuve suerte con la familia que me adoptó, tanta suerte que mi ahora madre me vestía de nena, ella siempre quiso una nena, claro como yo era tan lindo y con el pelo largo, hasta me daba muñecas para jugar...

Hasta que, cuando ya tenía cuatro años, lo descubrió mí ahora padre, parece que mucha bola antes no me daba…

Elizabeth me hacía una colita con el pelo largo y me ponía ropa de varón cuando Juan Carlos estaba en casa, que era muy poco, siempre de viaje por negocios…

Mis ahora padre, Juan Carlos Irigaray, posee varios campos, empresas múltiples y algunos dividendos de plata “non santa”, es único hijo, no tiene parientes…

Mi ahora madre, Elizabeth Bello, es una de las hijas de una familia de mucho renombre, no tan adinerada, el casamiento se hizo por un acuerdo económico millonario entre la familia de mi ahora madre y mi ahora padre, con el tiempo descubrí que mi ahora padre ni bola le da a Elizabeth, la tiene como florero, para mostrarla en las reuniones, ella no participa en nada de lo referido a las empresas, bueno, creo que no sabe y tampoco le pertenecen, son de antes del matrimonio.

Elizabeth tiene dos hermanas mayores por uno y dos años a ella, Silvia y Juana, la madre Estela Sepúlveda, vendría a ser mi abuela, cuarentona de muy buen culo y el padre don Octavio Bello, un sesentón, bastante achacado, también fue un casamiento acordado, tan acordado fue que si no se casaba don Octavio con la sirvienta, el padre de ella, don Sepúlveda lo mataba.

Todo esto que escribo lo fui sabiendo con el tiempo, más por hablar con las muchachas de casa, con el mayordomo, con el jardinero y con cualquiera al que le pudiera preguntar algo, que con los ahora  mis padres, salvo lo del nacimiento trucho, que me lo dijo Juan Carlos cuando tenía seis años, por eso me llamo Ariel Irigaray Quiñones, no me hice mucho problema, si no tenía mucha conciencia de lo que me hablaba…

Al internado.

El asunto es que cuando Juan Carlos descubrió que Elizabeth me vestía de nena se armó un flor de quilombo, él era bien machista, puso “el grito en el cielo” al enterarse y como resultado fui a parar a un internado, de esa manera asegura para mí una buena educación y me alejaba de los gustos extraños de mi ahora madre…

Con cuatro años, ingresé a un internado de varones que parecía un colegio militar, me hicieron estudiar varios idiomas, cuando digo varios, inglés, francés, italiano, etc., además del español…

Al día de hoy los practico todos como distracción y me han servido de mucho…

Además de estudiar muchísimo me hicieron aprender artes marciales y todo tipo de deportes, se me dio muy bien, me gustaba más la educación física que estudiar…

Cuando tenía siete u ocho años, durante la elección de los equipos para jugar un partido de fútbol, un profesor se dirigió a mí…

_Che, vos cara bonita, vení…

Para qué, nunca más me pude sacar el apodo, todos en el colegio me llaman cara bonita, que pasó a ser CB, lo he asumido tanto que firmo con una C y una B, CB, Cara Bonita…

A la mansión de los Irigaray volvía en las vacaciones únicamente, en las de invierno nos la pasábamos en el verano de Europa, recorríamos varias playas, y siempre en los mejores hoteles, a veces teníamos habitaciones con puerta de por medio, me dedicaba a escucharlos coger, y cuando me arriesgaba un poco a ver a Elizabeth en tanga, la de pajas que me hacía…

A mis ahora padres no les gusta el frío, aprendí  esquí en el agua y todos los deportes acuáticos muy bien…

La mansión casa de la familia Irigaray-Bello, es una construcción tipo palacio, en medio de un inmenso parque, con arboleda, arbustos, senderos rodeados de flores, jardines bellísimos,   con muchas habitaciones, de ventanales grandes muy luminosos desde los cuales se podía ver la amplia vegetación,  todo señorial de gran magnitud, escaleras para subir a la casa desde el césped que la rodeaba, ya que está elevada como diez escalones, todas de mármol blanco, escaleras internas ya que contaba de dos pisos y terraza, pasillos inmensos, cocina inmensa, biblioteca inmensa, salón de estar más que inmenso, los baños como todo en la casa bien amplios, con ducha y  bañadera para dos personas tranquilamente…

En invierno no había calefacción que alcanzara, con razón los señores se iban al verano europeo…

Así pasé mi niñez, mucho estudio, mucho deporte, visitas a la mansión dos veces al año, cero cariño y afecto de mis ahora padres, si tenía mucho amor de parte de las muchachas que trabajaban en casa, hasta del mayordomo…

En verano me gustaba estar en la mansión porque tenía una inmensa pileta de natación, me pasaba horas dentro del agua, nadaba a lo loco, además de correr todas las mañanas, gastaba mucha energía…

Mi inicio en el sexo.

A los doce años, al terminar la primaria, medía 1,60m tenía un cuerpo fibrado, producto de tanto deporte y ya me hacía varias pajas al día, en cuanto podía…

En el colegio costaba estar solo, si hasta las duchas eran comunitarias, todos en fila en bolas bajo las lluvias, la de bromas que nos hacíamos, en la habitación éramos cuatro chicos, después en confianza con mis compañeros nos pajeabamos en grupo, las conversaciones eran de quién había cogido, algunos decían que ya lo habían hecho y contaban sus aventuras…

La mayoría eran con las empleadas de la casa, todos éramos hijos de multimillonarios, yo averigüé con detalles cómo habían hecho los que decían que debutaron en el sexo con las muchachas…

Nos medíamos las pijas, estaba entre los primeros, tenía buen pedazo comparado con los de mis compañeros, está claro que éramos todos unos pibes…

Cuando salía de la pileta en casa pude observar a Sara, Sarita, una muchacha de unos veinte años que venía caminando hacia mí, y  me traía un sanguche y una coca, siempre me atendía muy bien.

La verdad es que nunca me había puesto a verla como mujer, es relativamente nueva en el trabajo en casa, no como las otras que me conocen desde bebé, parece que tiene un buen cuerpo y es muy simpática…

El uniforme del personal no deja apreciar mucho pero, a mí me está gustando…

_Acá tiene señorito…

­_Decime Sara vos tenés novio…

_No señorito no tengo…

_Cuántos años tenés Sara…

_19 señorito…

_ Y decime Sara sos virgen…

(Creo que en el colegio nos preparaban para ser grandes empresarios, para ser de los que mandan, para ser de los que se llevan a todos por delante sin importarle que cabeza cae, de ahí una seguridad para dirigirse a la gente y más si son de la servidumbre)…

Me quedó mirando y se puso colorada…

_No señorito, tuve un novio hasta hace seis meses, me dejó por ser muy calentona me dijo y se puso bordó de la vergüenza…

Tomá, mirá vos a Sarita, le gusta coger pensé…

_Bueno mirá Sarita, esta noche cuando todos estén durmiendo venís a mi cuarto, necesito que me enseñes todo lo referido al sexo…

_Pero señorito, si me descubren me van a echar y yo no puedo quedarme sin trabajo…

_No y no Sara, no te van a descubrir porque vas a tener mucho cuidado y si te descubren le voy a decir al señor que yo te obligué para que me enseñaras, que en lugar de castigarte debería agradecerte…

_Está, está señorito…

El personal que había en la mansión de los Irigaray eran, además de Sara, mucama, estaba Esteban el mayordomo, unos 50 años, Ester otra mucama, cerca de 30 años, Ramona la cocinera  más de 30 años e Ignacio, jardinero, un poco más grande que Sara, no hace mucho que entró a trabajar, Julián el anterior jardinero se jubiló,  que hacía de todo…

En la cena estaba el señor Juan Carlos, además de Elizabeth, no quise comer mucho de todo lo que traían las chicas, comida muy rica que siempre preparaba Ramona…

Claro instruido respecto al sexo que estaba, por internet leía muchísimo sobre el tema y sabía que antes de ir a coger no hay que comer mucho ja ja…

Cuando me estaba quedando dormido en mi inmensa cama, con ropa de seda, siento unos golpecitos en la puerta de mi dormitorio…

Mi dormitorio igual que todos los de la casa, es inmenso, alto con una puerta doble de madera toda trabajada…

_Pase dije…

Y entró con el uniforme Sara, muy asustada…

_Ya tendría que estar en mi habitación me dijo, les tuve que contar a mis compañeras que venía a su habitación señorito…

_Está bien Sara, pero que no llegue a oídos de mis padres, vení…

Se acercaba muy despacio…

_Vení sentate acá…

Golpeando con la mano un costado de la cama, indicándole el lugar a mi lado, cuando lo hizo le dije…

_Quiero que me enseñes todo sobre el sexo Sara y si algo no sabés preguntalo a tus compañeras y después me lo enseñás yo voy a tratar de aprender lo más rápido que pueda, querés Sara…

_Si, si, señorito…

_Y no me digas señorito, para todos éramos señor, señora y señorito,  mientras estamos solos decime CB…

_Cómo…

CB…

(En el colegio me decían así, por cara bonita, ya lo conté, si me llaman por mi nombre, Ariel, no les doy bola)…

Se empezó a desnudar, se iba sacando la ropa con mucha delicadeza y despacio, cuánta ropa que tiene, cuando llegó a su ropa interior, tenía puesto un conjunto de bombacha y corpiño negros, muy lindos, Sara debe medir 1,60m., tiene unas buenas tetas, gorditas redonditas con una areolas negras con pezones medio rojizos bien duros, su piel es café con leche, una cola bien paradita, muy dura, ojos marrones, pelo castaño oscuro…

Qué hermoso cuerpo que tiene Sara, debe tener algunos kilos de más, pero a mí me gusta así la mujer, que tenga de dónde agarrar, bueno eso lo escribo ahora, en aquel momento me hubiese gustado hasta un palo vestido ja ja…

Apenas me la comenzó a chupar acabé como un boludo, no lo pude controlar, era mi primera mamada, decí que apenas se me bajó un poquito…

_CB qué bonita pija que tiene…

Me hizo poner todo estirado sobre la cama y se acostó sobre mí, un 69 perfecto, había visto montones de veces una concha, en internet.

Pero nunca tuve una al natural a centímetros de mi boca y de mis ojos, esos labios tirando a rojizos, esos pliegues, ese botoncito, con ese olor tan cautivante, qué dulzura pasar mi lengua por sus labios, por su clítoris, morder, chupar, acabó a los gemidos, me puso toda la cara chorreada, qué gusto, no desperdicié nada…

Después se sentó sobre mis piernas y muy suavemente se acomodó para que me vaya metiendo en ella…

Siiii, siiii, estaba cogiendo, siiii, siiii, por primera vez mi pija entraba en una concha, qué placer.

Y se la metí toda, va ella se la metió, le agarraba el culo, le amasaba las tetas, se las chupaba, ella apoyaba sus manos sobre mi pecho, se agachaba y me besaba, me metía la lengua o mordía mis labios, me miraba a los ojos con total entrega, estoy enamorado de Sarita, es una diosa, cómo la amo…

Jamás se me ocurrió de preguntarle si se cuidaba, si tenía alguna enfermedad, tanto leer y no aprendí nada, acabamos  mirándonos los dos juntos…

No quise que se fuera a su habitación, que se quedara a dormir conmigo, que mañana de mi habitación se iría directamente a desayunar a la cocina y de paso me traía el mío ja ja, abrazados y a los mimos casi toda la noche, creo que se la metí como cuatro veces, terminé fulminado…

Nos pasamos una semana, todas las noches con sexo, me enseño todo tipo de poses, ella siempre quería con fuerza, con firmeza, a veces unos cachetazos en el culo, al principio le daba despacio, luego cuando fui tomando confianza le dejaba el culo rojo.

Yo cada vez que se iba le daba un billete de 100 dólares, ella no los quería tomar pero yo la obligaba, mi ahora padre Juan Carlos, me daba siempre un fajo de billetes de cien que yo no sabía en qué usarlos, si no podía salir de casa a comprar nada y en el colegio tampoco podía salir y no había nada que pagar…

Me había contado que en su familia son muchos, que de lo que cobra casi todo lo manda a su casa para ayudar, que en el futuro cuando mejoren las cosas iba a guardar para comprarse ropa…

Si me hizo el verso me lo hizo muy bien ja  ja, total a mí me sobra, no sé en qué gastar la plata, si tengo de todo, le regalé varios vestidos, varios conjuntos de ropa interior, y más cosas, todo lo traía a mostrármelo…

Una noche me preguntó si no quería que viniera Ester, la otra mucama, que a ella le gustaría mucho, después me enteré que además de interesarle mi personalidad, el billete de 100 ja ja…

A mí me pareció una propuesta interesante…

Y se dio, a la noche la que golpeó a la puerta de mi dormitorio fue Ester…

También con el uniforme, entraba dudando, con recelo.

_Vení Ester acercate, me dijo Sara que querías también hacer unos mimos conmigo, es cierto.

_Sí señorito, es cierto, desde que empezó a desarrollarse, cuando lo veíamos en la pileta no podíamos dejar de pensar en usted, pensar que cuando era bebé le daba a chupar mi teta aunque no me saliera nada, usted muy gustoso ja ja.

Es más robusta que Sara, un poco más alta, más teta, más culo, más grande, pero  es más tranquila durante el sexo, quise hacer lo mismo que con Sara pero me frenó.

_Tranquilo señorito, despacio, gocemos pausadamente.

_No me digas señorito, decime CB.

_Bien CB, vos seguí cómo te voy indicando.

Y metiendo y sacando estuvimos bastante tiempo, me dijo que no a todas las mujeres les gusta a lo bruto, con violencia, o muy duro, y que cuanto más pueda durar con la pija dura dentro de ellas en el mete y saca sería mucho mejor.

Me enseñó a cogerla por el culo, qué placer, cómo disfrutamos hacerlo por atrás, me dijo que en la medida de lo posible había que preparar el orto para coger, no solamente porque fuera a doler sino porque saliera mierda, no era muy agradable, yo todo lo aprendía, con Sarita hubo un poco de olor…

Y también pasó por mi cama Ramona la cocinera,  es tan grande como Ester, un poco más gorda, con algo de carne media floja, la hice de goma, para poder hacerle el orto tuvo que ir a la cocina a buscar manteca, con el flujo como con las otras no alcanzaba, empujaba pero no entraba, que le dolía muchísimo, tuve que ir despacio con manteca y dedos y más dedos hasta que quedaba destruida, en las mañanas tenía que despertarla y casi vestirla para que se vaya a trabajar, había aprendido a estar dándole por un buen rato y no acabar, al tener muy buen  aguante lo podía manejar el tiempo, por lo tanto Ramona que no tenía buen estado físico desfallecía…

Como todas las mañanas, algunas veces un poco más tarde de lo habitual, pero me corría unos kilómetros por el parque, daba algunas vueltas admirando la vegetación, principalmente lo canteros con flores, Ignacio me tiraba besos cada vez que pasaba cerca suyo, después iba a desayunar a la cocina, Teresa ya tenía preparado mi café con leche y medialunas, cuando me lo servía le tocaba el culo, ella sonreía gustosa.

Me la metieron.

Y no puedo dejar de contar que una noche vino Ignacio, no es más alto que yo, con un lindo cuerpo, sin un gramo de grasa, está depilado, como la chupa, él es mejor que las chicas…

No me gustaba besarlo pero lo hice, no me gustó, me hizo poner sentado sobre sus piernas, él desnudo boca abajo en el medio de la cama y que se la metiera, me gustó,  apoyé mis manos en su espalda y dentro de él acabé enseguida…

Después se puso boca arriba y me puso sus piernas en mis hombros, le veía su pija, es chica comparada con la mía y también le hice el culo, él se la acariciaba y me miraba a los ojos, a mí me daba cosa…

Al rato de estar acostados me preguntó si quería que él me la metiera…

Yo pensé que tengo que probar y le dije que sí…

Me hizo acostar boca abajo, me pasó la lengua por el orto, me metía la lengua, me gusta, echó saliva,  un dedito, dos deditos, mierda duele un poco y me la metió, no me gustó ni mierda y cuando sentí que acabó me gustó menos…

Le dije que se vaya que no me gusta estar con un hombre, lo entendió perfectamente, se retiró tan amigos como siempre, a veces, cuando corro por la mañanas además de los besitos que me tira, nos ponemos a conversar, me cuenta que su vida no es fácil, en esta sociedad machista el ser homosexual no está muy bien visto, menos mal que salió la ley de casamiento igualitario dijo.

_Tendría que buscar un novio y casarme ja ja, a vos no te interesaría CB ja ja.

_Ignacio, mi amor, sabés que sos un amor prohibido para mí ja ja, no le “esquivé el bulto” con la respuesta.

Siguiendo con la tradición a todos le daba un billete de 100, hasta le hice llegar algunos al mayordomo, para que no se sintiera celoso, “el Esteban” ja ja.

Continuará.