Capturar a un contrabandista - Cap. 2

La agente Summer conoce a su objetivo

Capturar a un contrabandista


Título original: To Catch a Smuggler

Autor: BlueWords (bluewords@yahoo.com) Copyright (c) 1999 David Wright

Traducido por GGG, febrero de 2002

Capítulo 2


El ensueño de Rhianna fue interrumpido por un timbre. Significaba la hora de comer. También podía significar que estaba siendo inspeccionada, no estaba segura. Estaba en una de las habitaciones especiales que había en el área de adopción del Kennel. Sabía que en cualquier momento podían abrir una ventana o ajustar la iluminación o alguna otra cosa, y mostrarla a sus posibles amos. Desde luego sabía que al único que la mostrarían era a Anderson, pero no sabía cuándo podría ocurrir, así que tenía que actuar como se le suponía.

Se levantó y se arrastró hacia el área de alimentación de la sala. El suelo estaba marcado en azul. Allí, se arrodilló y encontró un consolador delgado que se ajustaba bien al agujero que la mordaza formaba con su boca. Empezó a succionar y extrajo un fluido salado. Sabía que era alimenticio, aderezado para saber como una eyaculación, pero era todavía un poco inquietante. En la posición en la que estaba, sabía que estaría mostrando la mayor parte de su desnudez a cualquiera que estuviera mirando por la ventana.

Tras varios minutos de 'alimentación', el consolador detuvo su flujo, de modo que se cambió al otro consolador que suministraba agua, y tomó un trago. Tuvo que succionar también aquel consolador, para hacer que le diera agua. Pensó que no era como hacerle una mamada a un hombre, pero se parecía bastante. Después de estar allí cinco días, se había acostumbrado a la rutina.

Le fastidiaba un poco que no hubiera pasado nada. Si debía ser mostrada a Anderson, había una buena posibilidad de que él quisiera verle la cara, y tenían también un procedimiento para ello. Si nadie venía a quitarle la venda de los ojos sabía que todavía no estaba Anderson.

Recordó cuando la vendaron por primera vez, cuando cruzó las puertas del Kennel. Cuando Vessor había ido a recogerla a su apartamento.

Rhianna no había tenido que hacer mucho antes de estar lista para el asunto, simplemente quería unas horas para sí misma antes de estar en clandestinidad. Estaba segura que esta misión era probablemente lo que había que hacer, pero eso no significaba que tuviera que gustarle. Se tomó una buena comida y se dio una larga ducha, sin saber cuánto tiempo pasaría antes de que pudiera hacer de nuevo este tipo de cosas.

A pesar de la confianza de los otros agentes en su "conocimiento", Rhianna no estaba para nada segura de saber cómo manejar la situación. No estaba impresionada por los halagos del agente Wilson hacia su persona, ni por la recomendación del agente Stabler. Quizá pensó que le estaba haciendo un favor, pero no conseguía convencerse para confiar en él, no después de la chapuza del asunto Atamo. No sabía en realidad mucho del Kennel y no había manera de saber que esperar de Anderson. No había tiempo para hablar con su anterior "compañera", y no estaba aún en condiciones. Esperaba que Tonya le haría las cosas más fáciles. Al menos allí habría alguien a quien conocía.

Finalmente sonó el teléfono. Era Vessor, abajo en la limusina. Este es, se dijo a sí misma, el punto de no retorno. Para cazar a un contrabandista, terroristas y detener una bomba, se iba a poner en un grave riesgo personal. No podría llevar su pistola ni tener ningún contacto con los otros agentes una vez en la clandestinidad. Rhianna suspiró cuando cerró la puerta de su apartamento y bajó a reunirse con Vessor.

La limusina era muy lujosa, y el viaje vino a durar como una hora antes de llegar al Kennel. Rhianna miraba hacia delante para relajarse durante el viaje, aclarando con el director auxiliar Vessor los últimos detalles. Sin embargo Vessor tenía otras ideas.

"Necesitamos preparar la representación para nuestra llegada," le dijo, "así que será mejor empezar. Deme su ropa interior."

Se quedó un poco cortada con la petición, pero comprendió que probablemente tenía razón. No estaban seguros de hasta donde llegaba la paranoia de Anderson y necesitaban hacer una buena entrada en el caso de que tuviera al Kennel bajo vigilancia. Se había vestido todo lo bien que podía, con una falda corta y una blusa de seda, y sus tacones más altos. Se quitó las bragas fácilmente pero tuvo algún problema con el sostén. Finalmente se desabrochó la blusa por completo y se la quitó, y el sostén con ella. Se puso la blusa rápidamente, avergonzada. Se dio cuenta que Vessor ni la miró ni se volvió. Le dio la impresión de que estaba familiarizado con esta situación. Sin saber qué hacer con su ropa interior se la dio a Vessor.

Como si estuviera esperándolo, la cogió y la puso en su maletín. "Dese la vuelta, ponga las manos a la espalda," le dijo. Rhianna se resignó a ser tratada como una sumisa, y se dio la vuelta para que Vessor pudiera ponerle un par de esposas. Después él se agachó y le colocó en los tobillos un juego de grilletes con una cadena de dos pies (60 cm) entre ellos.

"Venía usted preparado," le dijo. Vessor no respondió. Sacó una pequeña mordaza de bola de su maletín y se la enseñó.

"Sabe Rhianna, tengo total confianza en usted. He seguido la pista a su carrera, incluso antes de su última misión. Promete mucho y sé que podrá manejar este caso."

Rhianna se quedó momentáneamente sin habla. "Gracias, señor," dijo finalmente.

"Va a ser duro, lo sé, pero creo que es un riesgo que debemos correr para coger a este hombre, y detener su amenaza."

"¿Está seguro de que podré encontrar algo, señor?"

"Por lo que sabemos de Anderson, le gusta llevar todo personalmente. Estoy seguro que tendrá alguna información al respecto. Busque información referente a sus cargamentos de arte. Pasa las armas en sus envíos regulares de pinturas y esculturas y similares. Será probablemente alguna que esté en alguna finca, alguna en la que no figure el fletador, o algo por el estilo. Sospechamos que pueda venir a través de México. También sabemos que será pronto, menos de una semana. Si no hubiera nada, estando usted con él sería más fácil para nosotros seguir la pista de sus andanzas.

"¿Cómo entraré en contacto con usted, cuando haya encontrado algo?"

"Tengo un número especial al que puede llamar," dijo, diciéndole el número. "Conoce el código morse, ¿verdad?"

"Sí, señor. Lo usé en la guardia costera."

"Bien, en el caso de que esté amordazada, puede utilizarlo de nuevo, sobre el teléfono. Los agentes del otro lado sabrán que puede ser el único modo que puedes utilizar y estarán preparados. ¿Alguna otra cosa, agente Summer?"

Rhianna tenía muchas preguntas, pero no pensaba que Vessor pudiera contestarlas. Movió la cabeza negando.

"Supongo que estamos cerca. Abra la boca." Colocó la mordaza en su boca. Rhianna estaba a punto de decir que pensaba que estaban al menos a media hora, pero cuando abrió la boca para hablar, Vessor empujó suavemente la mordaza y se la sujetó por detrás de la cabeza. Rhianna probó la mordaza con la lengua y encontró que no se escapaba. No era demasiado incómoda si es que tenía que estar amordazada. Se volvió a sentar sobre las piernas, arrodillándose en el suelo mientras su "amo" estaba sentado en el asiento de cuero de la limusina frente a ella.

Después de un buen rato, llegaron frente al Kennel. Antes de salir del coche Vessor le puso un par de gafas de sol con sujeción. Los cristales estaban pintados y quedó eficazmente cegada. La ayudó a levantarse y salir del coche y a caminar hasta el edificio.

Dentro fueron saludados por Tonya, Rhianna reconoció su voz.

"Soy John Smith, creo que me estaban esperando," dijo Vessor a Tonya.

"Sí, señor. ¿Es ésta su esclava?" preguntó Tonya. Sabía muy bien lo que pasaba pero también hacía su papel.

"Sí. Nos hemos distanciado, y ella ha decidido que esto es lo que quiere."

"Muy bien, señor, si quiere firmar estos papeles, nos haremos cargo de ella." Dejaron a Rhianna sola de pie mientras Vessor se encargaba del papeleo. Después de unos minutos, oyó a Tonya decir, "Perfecto. Nos haremos cargo de todo."

Vessor tocó ligeramente a Rhianna en el carrillo. Rhianna asumió que era para continuar con la representación del amo cuidadoso dejando una esclava. Le oyó alejarse caminando.

Tonya tocó a Rhianna en el brazo y la condujo a otra habitación. Rhianna sintió de algún modo que había alguien más en la sala.

"En condiciones normales," empezó la otra persona, "tendría que examinarla, pero lo olvidaremos esta vez. Soy la Dra. Jane Carey, directora del Kennel." Tonya le retiró las gafas de sol y Rhianna pudo ver a las otras dos mujeres. Tonya le soltó la mordaza y dejó que Rhianna la expulsara.

"Gracias," dijo Rhianna a Tonya.

"No te acostumbres demasiado, en unos instantes, estarás atada como todas las otras mascotas. ¿Estás segura de que quieres seguir adelante con esto?"

Rhianna asintió. Mientras caminaban, Tonya le quitó las esposas y los grilletes de los tobillos. "Sí, Dra. Carey. Es importante que sea elegida por Anderson." El FBI había contado a la Dra. Carey algo de lo que pasaba, pero no todo. Sabían quién era Anderson y que debían intentar hacer que Rhianna le resultase todo lo atractiva que fuera posible.

"Bien, intentaremos hacértelo tan fácil como podamos, pero no hay mucho que podamos alterar de nuestro proceder habitual. Harás un poco más de 'ejercicio' que las otras, pero por lo demás experimentarás el Kennel exactamente igual que las otras mascotas."

"Y yo estaré al cuidado de las adoptivas las próximas dos semanas, de modo que intentaré ayudarte si puedo," se ofreció Tonya.

"Bien, estamos haciendo todo lo que podemos para ayudar al FBI," dijo la Dra. Carey, con un ligero matiz de enfado en su voz. "Si no hay nada más Tonya te preparará."

A Rhianna no se le ocurrió nada que preguntar, y la Dra. Carey salió de la habitación.

Después de que la doctora hubiera salido, Tonya abrazó a Rhianna. "Es tan bueno verte de nuevo," exclamó. Rhianna le devolvió el abrazo.

"Estoy contenta de que vayamos a estar algún tiempo juntas, aunque debo admitir que hubiera deseado que fuera en mejores circunstancias."

"Creo que tendremos algún tiempo para hablar. Intentaré darte algunas directrices sobre la forma de actuar y demás."

"Pienso que me ayudaría enormemente," dijo Rhianna. Se fijó por primera vez en el atuendo de Tonya. Era una simple túnica blanca, algo como la parte de arriba de la ropa de judo. La túnica cubría algún tipo de arnés de cuero.

"Bien, supongo que deberíamos empezar. Por favor, quítate la ropa," le dijo Tonya.

Rhianna obedeció, aunque no había mucho que quitarse. No se sentía avergonzada delante de Tonya. Se daba cuenta de que Tonya debía ver muchos cuerpos desnudos a todas horas, y en todo caso, había estado con ella durante algún tiempo cuando estuvieron cautivas, y las dos desnudas.

Tonya empezó colocando un collar ancho y rígido alrededor del cuello de Rhianna. Era un collar postural, y le hacía difícil, si no imposible, girar la cabeza o inclinarla hacia atrás o adelante. Sujetó un arnés alrededor de la cabeza de Rhianna, pasando su pelo a través de un anillo en la parte de atrás formando una pequeña cola de caballo. Después Tonya puso una mordaza en la boca de la otra mujer.

La mordaza era parecida a un bocado de caballo, pero sin la barra transversal. Una punta de metal acolchado se extendía a cada lado de la boca entre los dientes y estaba encajada en el espacio entre sus molares posteriores. Tonya le dijo que la mordiera y le ajustó una correa por la barbilla. El resultado era que Rhianna no podía abrir ni cerrar mucho la boca.

"Relájate," le dijo Tonya, "Es más fácil así." Rhianna lo intentó y comprobó que la mordaza no era demasiado mala.

Tonya sujetó una ancha pieza de cuero a la cara de Rhianna y la enganchó al arnés de la cabeza. La 'venda' no la dejaba ciega pero sólo podía ver hacia abajo, sus pechos y el suelo bajo ellos. Palpó con las manos frente a ella. El campo visual era muy limitado.

"Es así como puedes ver para andar," ofreció Tonya. "Ahora lo demás."

"Abrochó un arnés de correas sobre sus hombros y alrededor de su cuerpo. Le puso un ancho cinturón alrededor de la cintura, y le pasó una cinturón de castidad entre las piernas. Rodeó el pecho con una correa que tenía dos copas bajo los pechos para sujetarlos. Las copas ayudaban hacia arriba pero no cubrían sus pechos. Después Tonya le colocó grilletes de cuero en las muñecas y tobillos. Enganchó y bloqueó los grilletes de las muñecas al cinturón que llevaba alrededor de la cintura de Rhianna.

"Anda un poco, para acostumbrarte a esto," le dijo Tonya.

"Rhianna se movió un poco alrededor de la habitación, pero no estaba acostumbrada a estar atada de ese modo. Aún cuando Atamo la había encadenado a la galera, no había estado con los ojos vendados. Rhianna sintió que Tonya se acercaba a ella. Le ató una cinta al collar.

"Vas a ser mi pequeña mascota por unos instantes," le dijo Tonya con guasa.

Rhianna hizo un gorgogeo.

"Vale, deberíamos ir y conseguir que te acostumbres." Tonya tiró de la correa.

Rhianna sólo podía seguirla, no estaba en condiciones de discutir.

Tonya llevó a Rhianna a través de una puerta, bajó a un piso, luego otro y cruzó otra puerta. Finalmente, subieron un piso en ascensor. Rhianna no estaba segura de cuanto habían andado, ni si se habían cruzado con alguien en el camino. Era muy consciente de lo desnuda que estaba. Tonya la detuvo en un punto donde se indicaba el piso número 6.

"Esta será tu habitación mientras estés aquí," le dijo. "Tienes suerte de no estar en el grupo general, ellas tienen jaulas. Podrás pasear y estar de pie por lo menos. Te llevaré a los servicios antes de que entremos en el cuarto." La condujo una distancia corta, pasando por una puerta a una sala con baldosas amarillas en el suelo.

"Este es el área de baño y ducha. Sé que no puedes verlo, pero todo lo que necesitas conocer está en el suelo. Ahora estamos en el área amarilla, es donde orinarás, cuando se te diga. Esta podría ser una buena ocasión para hacerlo si lo necesitas."

Rhianna lo necesitaba pero le daba vergüenza. No quería mearse encima más tarde y no conocía la planificación o cuando podría hacerlo de nuevo. Se agachó y se desahogó. El cinturón de castidad tenía aparentemente una zona calada o algo por el estilo, pudo mear a su través.

"Ahora estamos en el área marrón, aquí es donde defecarás. Si puedes hazlo ahora, por favor."

Rhianna no estaba segura de poder hacerlo. Finalmente decidió que no lo necesitaba e intentó mover la cabeza. Había olvidado que el collar postural no le dejaría, y lo que acabó haciendo, en su lugar, fue mover los pechos de lado a lado.

Tonya la condujo de nuevo a su habitación. "Estaré al cuidado de las adoptivas, pero tendré ayuda, y las habitaciones siempre están monitorizadas. Podría no ser yo la que te corresponda para alguna de las actividades. Recuerda tu número, 6, y obedece con carácter general lo que se te diga que hagas. Déjame que te describa la habitación."

Tonya abrió la puerta y entraron en el cuarto. No era muy grande, y no había muebles dentro. El suelo era blanco. Rhianna notó que el relleno del suelo formaba amplias franjas, y que el color de las franjas era ligeramente más oscuro a medida que entraban en la habitación. En la parte posterior había un área pequeña del suelo que era notablemente más oscura.

"Esta es la pared trasera de la habitación. La pared es, básicamente, una gran ventana, pero hay una puerta pequeña en ella de modo que podemos mostrarte mejor a los clientes. Hay una serie de timbres, cada uno significa algo distinto. Volveremos sobre ello más adelante, pero uno es para cenar, otro te indica que te presentes ante la ventana, y otro es para ir hacia la puerta frontal para salir."

Tonya la guió a una pared. "Aquí está el área de alimentación. Tendrás que arrodillarte para alimentarte." Rhianna miró hacia abajo y pudo ver como dos consoladores sobresaliendo de la pared. "Uno es para alimentarte, el otro es para el agua." Rhianna se dio cuenta de que tendría que succionar los consoladores para sacar algo de ellos. Finalmente, Tonya le mostró un área en negro en la esquina. "Aquí está el botón de alarma. La habitación está controlada mediante monitor, pero si tienes algún problema de cualquier tipo, aprieta el gran botón que hay aquí. Es para cosa como dolores extremos, calambres, y cosas por el estilo. No lo uses si no es una emergencia."

Así que este es mi mundo para los próximos pocos días, pensó Rhianna. Era un lugar curioso.

"Volveré en una hora aproximadamente para llevarte al patio de ejercicios, ¿de acuerdo?" dijo Tonya. Fue tan cariñosa que Rhianna se sintió con ella mejor de lo que iba a estar allí.

"Aquí está uno de los timbres." Tonya pulsó ostensiblemente un botón en la pared exterior de la habitación. Sonó un repique. "Esta es la llamada para salir de la habitación. Deberás levantarte y ponerte de cara a la puerta para estar preparada para salir cuando alguien, normalmente yo, venga a recogerte. No te retrases; si no soy yo podrías ser castigada por no obedecer. Te veré en un momento.

Rhianna oyó cerrar la puerta tras ella.