Captura y Venta de Esclavas (6: El Castigo)

Una de las mujeres capturadas intenta agredir al personal de la casa y debe ser castigada.

Captura y Venta de Esclavas (VI) El Castigo de Noralí

-Señor Rogelio. Ésta es Noralí, capturada en el día de ayer. Tiene 27 años y ha intentado agredir a Luciana y a mí. Finalmente la dominamos hasta que usted llegara y luego la trajimos aquí, como usted ordenara. Por lo que hemos podido comprobar no ha sido sodomizada pero sí ha cogido por su concha. Según dice nunca ha mamado una pija.-

-Según hemos verificado en sus documentos, vive en una ciudad unas 300 millas de aquí y estaba de vacaciones. Es empleada de un banco.-

Mientras tanto Noralí protestaba y amenazaba a pesar de estar suspendida de los tobillos y sus muñecas unidas a un collar que rodeaba su cuello. Por supuesto estaba completamente desnuda y su concha ya había sido depilada. Rogelio le tomó los pezones entre sus dedos y comenzó a apretarlos.

-Noralí, deberás acostumbrarte a no protestar y obedecer todo lo que indicamos. Ahora no eres más que una esclava.-

-¡No! ¡No soy una esclava! ¡Suélteme, no me toque!-

Apenas pudo terminar la frase cuando recibió un fuerte puñetazo en su teta derecha.

-Te he dicho que debes aceptar lo que te indiquemos y debes obedecer, porque en caso contrario… (Otro puñetazo ahora en la teta izquierda) deberé castigarte hasta que aprendas.-

-Recuerda que estás aquí para obedecer y hacer todo lo necesario para que cuando te vendamos como puta o esclava, logremos el mejor precio, (ahora el puñetazo fue directo al vientre).-

-No suelo bajar la calidad de la mercadería que vendo marcándola con látigos o con otras torturas, pero no admito rebeldías. Para que vayas entendiendo te pondré este adornito en los pezones.-

Rogelio extrajo dos agujas de la solapa de su chaqueta y comenzó a clavarlos en los pezones, mientras Noralí gritaba e imploraba que no soportaba más el castigo.

-Si eres vendida como esclava, luego soportarás éste y castigos muchos mayores. Si tu destino es puta, quizás los castigos se reduzcan a alguna tunda de vez en cuando.-

Noralí, algo más repuesta, comenzó a balbucear palabras pidiendo que la bajara de la posición en que estaba y le quitara las agujas de los pezones. Comenzaba a comprender que la situación se estaba poniendo complicada ¿Por qué se le habría ocurrido venir a esta ciudad de vacaciones? Nunca hubiera pensado que le podían atravesar sus pezones con agujas. De solo mirarse las tetas le daba escalofrío.

-Antes de bajarte de esa posición, quiero ver cómo reacciona tu piel al látigo. Serán cuatro o seis azotes, nada más.-

-¡Basta! ¡No me azote! ¡Con el látigo, no!

Rogelio tomó un látigo y descargó dos azotes fuertes en el culo, otros dos en la espalda y uno en el vientre. Casi de inmediato aparecieron las marcas rojas sobre la pálida piel de Noralí, que gemía sin cesar. Cuidó de no golpear con la cola del látigo sus tetas. Lo dejaba para otra oportunidad si insistía en agredir al personal de su casa.

-Ahora me haces una buena mamada hasta sacarme la última gota de leche. Veremos qué tal eres para las chupadas.-

-¡No! ¡No! No la voy a chupar.- Gritaba entre sollozos y convulsiones por la posición en que se encontraba.

Rogelio de inmediato dirigió un nuevo puñetazo al vientre de Noralí que la dejó casi sin respirar.

-¿Pero es que no entiendes que me debes obedecer? ¿Hablo en sánscrito o qué? Métete la pija en la boca de una buena vez o te dejaré así colgada hasta mañana.-

Noralí, muy a su pesar, abrió su boca y dejó que Rogelio adelantara su cuerpo hasta introducirle el pene en su boca. Este hombre era capaz de dejarla colgada de los tobillos hasta quién sabe cuándo. Entonces cerró sus labios y comenzó a pasar la lengua por el glande sintiendo el sabor de las primeras gotas de semen. Nunca hubiera imaginado que tendría que chupar una pija de esta forma y mucho menos sin haber sido escrupulosamente higienizada. Comenzó luego a mover su cabeza para lograr que la pija entrara y saliera mientras con los labios rodeaba el miembro.

No demoró mucho tiempo en conseguir que el pene adquiriera buena rigidez y poco después sentir el líquido pastoso y caliente que llenaba su boca. Aunque hizo esfuerzo por tragar la leche que Rogelio había depositado, no pudo evitar que parte de la corrida se deslizara por su cara. Estaba desconsolada por lo que había sido obligada a hacer.

-¿Cuál es tu nombre?-

-Noralí.-

-¿Cuántos años tienes?-

-27-

-¿Que harás en lo sucesivo para no ser castigada?-

-Obedecerlo.-

-¿Estás absolutamente segura que me obedecerás?-

-Sí.-

-¿Y si no lo haces?-

-Seré castigada.-

-Bien, La primera lección creo que la has aprendido. Te bajaré de esa posición y te quitaré las agujas de tus tetas, pero recuerda que esto ha sido solamente una muestra de los castigos que puedo aplicarte si no te comportas como una sumisa obediente. ¿Entendido? No me gusta que la mercadería que tengo en mi casa no se comporte de manera decorosa para una esclava.-

-Sí señor. Por favor sáqueme de esta posición. No puedo más, siento que me voy a desmayar.-

Rogelio la bajó pero ató sus tobillos, arriba de sus rodillas y las muñecas juntas y la suspendió nuevamente, pero ahora en posición normal.

-Te quedarás así un rato más todavía. Le diré a Mario que venga y te dé unos puñetazos en las tetas y el vientre. Te gustarán.-

-No me castiguen más. Haré lo que me digan. Ya me tienen encarcelada y desnuda ¿Qué más quieren de mí?-

-Que seas sumisa y aceptes nuestras órdenes. Es muy grave haber querido agredir a Luciana o Mario y él decidirá dónde y cuánto pegarte, pero nunca se niega a hacerlo y menos si lo han agredido. Recuerda que ahora eres solamente una mercancía que será vendida pronto.-

Rogelio se retiró para regresar dos horas más tarde. Mario ya había no solamente aplicado algunos puñetazos en el indefenso cuerpo de Noralí. Tanto sus tetas como el vientre y las costillas tenían las marcas de los nudillos de la mano de Mario. Además la había manoseado y metido los dedos profundamente en la vagina. Noralí había intentado evitar que le tocaran sus partes íntimas (ya era bastante estar desnuda) pero la posición en que estaba atada no podía defenderse. Mario no la había podido coger ya que se lo impedían las ataduras en las piernas de la joven.

Sus pezones habían sufrido los dedos de Mario. Habían sido apretados y retorcidos antes y después de recibir los golpes de puño.

Cuando regresó Rogelio, luego de desprender la cuerda que pendía del techo, le desató los tobillos y las rodillas pero no así sus manos.

-Para comprobar que me obedeces, quiero que separes las piernas para dar paso a mi pija que penetrará en tu concha. Espero que esté mojada y que no emitas quejido alguno.-

Noralí lentamente separó las piernas dejando al descubierto una concha rosada. Cerró los ojos no queriendo ver al hombre que la iba a violar. Estaba vencida. Había sido castigada duramente por Mario y ahora violada ¿Qué más le iba a acurrir?

Por su parte Rogelio se quitó el pantalón, sacando el miembro de su calzoncillo y acercó el grande a la entrada de la vagina.

-Debes agradecer que eres una de las pocas mujeres que preparamos para la venta que la penetro. Generalmente cuando se portan mal son castigadas pero no pueden gozar de la penetración.-

Noralí hizo un esfuerzo por no ponerse a llorar. Se convenció que era inevitable la penetración en su concha. Solamente había cogido con un antiguo novio pero de eso hacía más de tres años. Después de distanciarse del muchacho, no había tenido más penetraciones, ni siquiera con sus dedos.

No solamente tenía el dolor de los golpes recibidos sino que ahora debía soportar ser cogida sin posibilidades de defenderse, porque si intentaba algo, temía la reacción de Rogelio y las consecuencias.

Sintió cómo entraba la pija en su concha y luego el movimiento de vaivén, esperando que se corriera dentro de ella. Sin embargo se detuvo y la sacó.

-Ahora te darás vuelta y me presentarás tu culito para que te penetre por allí.-

-¡Por Favor! ¡Por el culo no me la meta!¡Por el culo, no!¡Por el culo, no!-

Con lágrimas en los ojos Noralí rogó no ser sodomizada pero sus ruegos no fueron escuchados y debió presentar el ano para ser penetrada también por allí. Nunca había imaginado lo doloroso que resultaba ser penetrada por el culo. Por su parte Rogelio empujó hasta tenerla toda adentro y luego de algunos movimientos, Noralí sintió la inundación de sus tripas por la leche de su amo.

-Creo que servirás para puta. Tienes condiciones para hacerlo y quizás has perdido el tiempo ya que con 17 podrías haber comenzado a trabajar y ganar mucho más que como empleada de un banco.-

-Señor, no soy una puta. Debo dejarme violar porque no tengo otra opción, pero no soy una puta ¿No me ha humillado bastante pegándome y cogiéndome que además debe insultarme?-

-Quizás crees que no eres una puta, pero íntimamente eres una puta, una re-puta. Eres sumisa y dejarás que te cojan como quieran.-

Entre sollozos Noralí repetía "no soy una puta, nos soy una puta, no soy una puta,…"

-Bueno, basta ya. Llamaré a Luciana para que te lleve a tu celda.-

Luciana, antes de encerrar a Noralí en su celda, hizo que las demás mujeres secuestradas escucharan el relato de Noralí respecto del castigo sufrido y finalmente la violación de su concha y su culo. Al finalizar Luciana comentó.

-Ya saben lo que les ocurrirá si no obedecen adecuadamente. Recuerden que están aquí para ser preparadas para la venta como esclavas o como putas, pero nunca más serán libres. Deberán soportar todo y no quejarse. No son más que un pedazo de carne para servir a sus dueños.-

A todas se les humedecieron los ojos. Las esperanzas de salir de aquel lugar, de volver a sus costumbres anteriores, se esfumaban. Alguna comenzó a sollozar en silencio mientras eran llevadas a sus respectivas celdas.

-Mañana saldremos a dar un paseo por el parque. Conviene que tomen sol y puedan airearse un poco. Por supuesto descuento que se portarán bien y me obedecerán. Ya saben lo que le ocurrió a Noralí. Creo que no necesitan más explicaciones.-

Continuará