Capitulo 9: Excursión en bici y algo mas. parte 4
Los chicos vuelven hacia casa después de un día genial en el bosque, lamentablemente, no todo termina como empieza...
Este beso, a diferencia del que se habían dado hace unas horas a modo de experimento, era un beso mucho mas cargado de pasión, Cristian comenzó el beso de manera tímida, pero al ver que su amigo no se apartaba, fue poniendo mas pasión en sus movimientos, internando su lengua en la boca de su amigo, mordiéndole delicadamente el labio inferior a Lucas, el cual aunque no rechazó el beso, tampoco le puso el ímpetu que le ponía a los besos que se daba con Elena… Finalmente, tras un beso de unos 30 segundos, Cristian ya sin llorar, se separo de su amigo al que miro directamente a los ojos y se encontró con un Lucas algo mas serio de lo que le habría gustado ver, y con una mezcla entre miedo y vergüenza le dijo a su amigo:
–Lo lo lo siento Lucas, no se por que lo he hecho, me he dejado llevar, de verdad, perdóname, no lo volveré a hacer nunca mas– dijo Cristian mientras apartaba los ojos de su amigo.
La verdad es que Lucas estaba bastante contrariado, no quería hacer daño a su amigo, pero tampoco quería que este se confundiera y buscara en el algo que era imposible que encontrara… finalmente, para romper el incómodo silencio, le habló a Cristian:
–No pasa nada Cristian, no me ha molestado de verdad– dijo Lucas mirando a su amigo, era verdad que no le había molestado, pero le incomodaba lo que su amigo estuviera interpretando de sus actos –pero ya te he dicho antes que esto no puede ser, y no quiero hacerte daño– y como muestra de que realmente no estaba enfadado, agarró fuertemente a su amigo por las manos y volvió a decirle –me tienes aquí para todo, de verdad Cristian, aunque tu no lo creas, has sido una persona muy valiente, primero por contarle tus sentimientos a Carlos, un amigo en quien confiabas y te traicionó por partida doble y luego por contármelo a mi, y quiero que sepas, que yo no te voy a dejar de lado por nada del mundo– finalmente, Cristian levantó la cabeza y sus ojos volvieron a cruzarse con los de su amigo, los cuales ya habían recuperado es tierna mirada que tanto le gustaba a Cristian.
Estuvieron un rato mas en silencio, con las manos entrelazadas y los pulgares de Lucas, haciendo suaves caricias sobre las manos de su amigo. Tras un buen rato en silencio, cuando Lucas comprobó que su amigo ya se había tranquilizado totalmente, le soltó las manos, se incorporo y mirando a Cristian le dijo:
–Vamos a recoger para ponernos en marcha, que se nos va a hacer muy tarde– dijo Lucas mientras se colocaba los tirantes del culotte y se agachaba a recoger su maillot.
Cristian hizo lo mismo que su amigo, se terminó de vestir y ambos se comenzaron a calzar, Lucas que terminó antes, se puso a recoger las cosas que habían dejado en el suelo tras la comida, los guardo en una bolsa en su mochila y se acercó a su bicicleta para coger una cantimplora llena y darle un buen trago para hidratarse antes de ponerse en ruta. Los dos chicos cogieron sus bicicletas y a pie deshicieron el sendero que habían seguido hasta llegar a la poza en la que habían pasado el día. Cuando llegaron nuevamente al camino principal, los chicos se subieron a sus bicis y comenzaron a descender despacio el camino que les conduciría nuevamente a sus casa, la verdad que ahora el camino era bastante mas asequible puesto que era casi todo bajada y en poco mas de dos horas, ya estaban entrando a Huesca. Los chicos llegaron por fin al bloque donde vivían, Lucas sacó la llave que abría el garaje y bajaron rumbo a los trasteros, cuando llegaron, Lucas metió las bicicletas y Cristian, se empezó a desvestir para volverse a poner la ropa que llevaba por la mañana.
–No hace falta que te cambies ahora, me lo puedes devolver otro día– dijo Lucas a su amigo.
–No, prefiero devolvértelo ahora, no creo que a mi madre le haga gracia que llegue a casa con ropa de otra persona– estas palabras de Cristian, desconcertaron un poco a Lucas.
–Pero hombre, no pasa nada, tu no tenías ropa de esta y yo te la he dejado, que además no hace falta que la lave tu madre, me la devuelves sucia y ya la lavaré yo, si ese es el problema– dijo Lucas.
–Que no, de verdad, que no quiero mas problemas en casa de los que ya tengo, que me cambio y punto– dijo Cristian mientras se quitaba el maillot y los tirantes y se ponía la camiseta de fútbol con la que había bajado por la mañana y aprovechó que la camiseta era un poco grande y le cubría el culo y sus genitales para quitarse el culotte y ponerse los calzoncillos y el pantalón de deporte en dos rápidos movimientos –si tu madre te dice algo por tener que lavar la ropa que he usado yo me lo dices y te pago lo que haga falta– terminó diciendo el chico.
–Pero que me vas a pagar ni pagar, mi madre no va a decir nada de la ropa lo primero porque la voy a lavar yo y segundo porque no sabe si la he usado yo o la ha usado otra persona– dijo Lucas ahora un poco extrañado por lo que había dicho su amigo de problemas en casa, pero no creyó oportuno preguntarle nada mas personal ese día, bastante habían tenido ya durante la excursión, además a Cristian se le veía bastante cansado –venga, vámonos, que estas reventado y nos vendrá bien darnos una ducha para quitarnos el sudor del camino de vuelta terminó diciendo Lucas mientras cerraba con la llave la puerta del trastero.
Los chicos se encaminaron hacia los ascensores, esperaron a que llegara y se montaron, Lucas marco el botón que llevaba a la primera planta y en pocos segundos, las puertas se abrieron ya en el rellano del chico.
–Bueno, yo ya he llegado, muchas gracias por haberme acompañado a hacer la excursión, me lo he pasado genial contigo– le dijo Lucas a su amigo revolviéndole un poco el pelo –si quieres, nos duchamos y cenamos algo y después podemos jugar un rato al FIFA ahora que tienes Play– le dijo a su amigo guiñándole un ojo y sacándole la lengua.
–Gracias ti por haberme invitado y haberme enseñado ese lugar tan impresionante– Cristian hizo una pausa y continuó –y muchas gracias por haberme escuchado, aunque no quisiera hablar del tema, necesitaba contarle todo esto a alguien… de verdad, muchas gracias por todo y perdóname si he hecho alguna cosa que te haya molestado, no se volverá a repetir.
–No hace falta que me pidas perdón por nada, ya te lo he dicho antes– dijo Lucas –anda, vete a casa y descansa un poco y luego si no te has sobado, hablamos– y tras decirle eso, le dio un abrazo amistoso para despedirse, y salió del ascensor rumbo a su casa.
Cristian esperó a que se cerrara la puerta del ascensor y pulso el botón que le llevaría al cuarto piso. El ascensor llego rápido, y el chico salió de el, saco sus llaves y su móvil, miro la hora y eran cerca de las 20:00h, se habían retrasado un montón. Tras ver la hora, sabía que otra vez iba a tener movida con su madre y decidió sentarse un rato en las escaleras para mentalizarse de lo que iba a pasar en cuanto entrará por la puerta.
Se sentó en las escaleras y sacó el móvil para ver las fotos que había hecho durante la excursión, no eran mas de 20 fotos, pero verlas animó un montón al chico, la primera foto que se habían hecho, la de los trasteros con los cascos y con las bicis hizo que a Cristian se le escapara una sonrisa mirando a su amigo y viendo como le había agarrado por encima del hombro. Había fotos de Lucas pedaleando, de los dos chicos en el descanso a mitad de camino, del estanque, un par de selfis suyos tumbado en la hierva, dos fotos de Lucas sin camiseta que fueron las que mas rato estuvo mirando Cristian… Llevaría ya mas de 20 minutos mirando las fotos y decidió que ya era hora de entrar en casa, sabía que la bronca iba a ser igual entrara cuando entrara así que al final, se puso de pie y se encaminó a la puerta de su casa, introdujo la llave en la cerradura y abrió la puerta cerrándola tras entrar.
–Hola mamá, ya estoy en casa– dijo Cristian saludando a su madre.
Al chico le extrañó no obtener respuesta y se dirigió al comedor a ver si su madre estaba allí, tampoco la encontró en el salón. Escuchó un ruido en el baño y se dirigió hacia allí a ver si estaba su madre en el baño, pero al pasar por la cocina se giró y vio dos botellas de vino en la encimera de la cocina. Lucas se acerco a mirarlo mas de cerca y efectivamente eran dos botellas de vino, de ese vino peleón de supermercado y en la basura una botella de ron. Esa escena enfureció al chico, el cual se acercó al baño y abriendo la puerta de un golpe, vio a su madre arrodillada en la taza del WC, completamente borracha y vomitando.
–Eres una mentirosa de mierda– gritó el chico a su madre –me dijiste que habías dejado el alcohol y mírate, das asco– tras decirle eso a su madre, el chico rompió a llorar –no me extraña que papá se fuera y nos dejara tirados– tras decir eso, Cristian salió del baño, se metió en su cuarto cerro la puerta dando un fuete portazo que se tuvo que escuchar en todo el edificio.
Cristian se tiró en su cama boca abajo y se puso a llorar aun mas desconsoladamente, no se podía creer que su madre hubiera vuelto a hacerle eso, se lo había prometido. De repente, sonó el teléfono de Cristian, el chico llorando lo cogió para ver quien era y vio que era un WhatsApp de Lucas “ oye, yo ya me he duchado y me voy a preparar ahora algo para cenar, si quieres a las 21:30h conéctate y jugamos un rato ” Cristian volvió a dejar su teléfono en la mesilla, volvió a clavar la cabeza en la almohada y siguió llorando pero al momento, cogió el teléfono para contestar a su amigo, el no tenía la culpa de sus problemas, abrió la aplicación y le contestó Lucas “ tengo movida en casa, no voy a jugar y ahora no quiero hablar de esto ” el mensaje había sido muy borde y Cristian lo sabía, pero no tenía ganas de que su amigo empezara a preguntarle, así que tras enviar el mensaje, desconecto los datos y el WiFi.
EN CASA DE LUCAS:
Lucas recibió el WhatsApp de su amigo, ¿a que se refería con que tenía movida en casa? se preguntó el chico y le contesto “ ¿Qué pasa Cristian? ” envió el mensaje y vio que a su amigo no le llegaban e insistió “ ¿Estas bien?, ¿quieres que suba? ” como los mensajes no le entraban, entendió que su amigo se había desconectado y su primera intención fue llamarle por teléfono, pero pensó que sería mejor dejar pasar un rato y volver a intentarlo mas tarde…
Justo al darse cuenta de que a su amigo no le entraban los mensajes se acordó de Elena, había quedado en llamarla por la tarde, inmediatamente marco el numero de Elena en el iPhone, pero ella no contestó. Insistió, llamándola hasta en 5 ocasiones, y en ninguna se la cogió, Lucas pensó que se habría vuelto a enfadar y en esta ocasión, tenía toda la razón, había priorizado la excursión con Cristian antes que a su novia.
Abrió el WhatsApp para abrir la conversación con su novia, y se alegró de ver que estaba en línea, justo cuando lo vio, debajo del nombre de contacto de su novia, apareció la palabra “ escribiendo ”, Lucas espero unos segundos y al final llegó el mensaje: “ No te lo puedo coger Lucas, estoy ya metida en la cama, estoy muy cansada, he estado toda la tarde esperando a que me llamaras… no se que te pasa la verdad… si quieres contarme algo aquí me tienes… ” Lucas leyó el mensaje hasta en tres ocasiones, al menos en esta ocasión el tono de su chica no era como el de la noche anterior… volvió a llegarle otro mensaje de Elena “ voy a apagar el teléfono para poder descansar, mañana si quieres, hablamos… ” Joder, pensó Lucas, la he vuelto a cagar otra vez.
El chico se levantó de su cama, donde estaba recostado y se dirigió al comedor, su madre estaba allí y quería pedirle un favor…
–Mamá– comenzó Lucas hablando a su madre desde el marco de la puerta –necesito que me hagas un favor, ¿me puedes llevar mañana a Zaragoza?, llevo muchos días sin ver a Elena y tengo muchas ganas de estar con ella, además su abuela esta mala y no quiero que este sola– un halo de tristeza inundó a Lucas y su madre se dio cuenta.
–Anda, ven aquí pequeño– dijo Victoria, la madre de Lucas a su hijo, acompañando sus palabras con un gesto con la mano golpeando el sofá indicándole que se sentara con ella.
Lucas rápidamente obedeció a su madre y se coloco a su lado, subió las piernas sobre el sofá y se recostó sobre el hombre de su madre, como cuando era un niño pequeño y tenia necesidad de mimitos… Su madre que pronto notó que necesitaba cariño, echó un poco para tras su cuerpo, colocando la cabeza de su hijo sobre sus piernas y acariciándole cariñosamente la cara y el pelo.
–Claro que si mi vida, no hay problema, mañana por la mañana nos vamos a Zaragoza y pasamos allí el día con Elena, y si te quieres quedar algún día, cogemos una habitación de hotel y yo bajaré a recogerte cuando me lo pidas– su madre paro las caricias y con todo el amor que una madre profesa por su hijo, le beso en la mejilla.
Una lagrima se escapó de los ojos de Lucas, el chico sentía autentica devoción por su madre, y ella siempre estaba para lo que el necesitara, sin necesidad de decir una palabra, su madre sabía que el chico estaba muy agradecido, y casi automáticamente, el chico se quedó dormido en las piernas de su madre. Victoria al darse cuenta de que su pequeño se había dormido, en lugar de despertarle, lo dejo que estuviera un rato en su regazo, echaba de menos esos momentos con su hijo, el cual había crecido a marchas forzadas, el pensar en eso provoco que también por su cara corrieran algunas lagrimas, al pensar en lo orgulloso que habría estado su marido de ver en que se había convertido su pequeño, el padre de Lucas había muerto hacía ya 11 años, y el chico apenas tenía recuerdos de el.
Lucas llevaría como media hora dormido en el regazo de su madre cuando esta decidió despertarlo para que se fuera a dormir a la cama.
–Lucas mi vida, vete a la cama, que dormirás mejor allí, descansa que hoy has tenido un día movidito– le dijo Victoria a su hijo.
Lucas se incorporó, le dio un cariñoso beso en la mejilla a su madre y se levantó para irse a la cama.
–Muchas gracias mamá– dijo Lucas –no quiero que me faltes nunca– y tras decir eso, se metió en su cuarto.
Lucas se sentó en la cama, cogió el móvil y abrió nuevamente la conversación con Elena para mandarle unos mensajes “ Hola peque, perdóname por no haberte llamado esta tarde, he salido con la bici y se me ha hecho tarde, ya sabes que cuando me pongo con el deporte, se me pasa el tiempo volando y me olvido de todo… Mi madre me va a bajar mañana a Zaragoza y me deja quedarme en un hotel hasta el día que quiera, así que podremos estar mas tiempo juntos, y si quieres y tus padres te dejan, te puedes venir a dormir conmigo… Te echo muchísimo de menos, y sabes que para mi eres lo mas importante que tengo, sabes que te quiero mas que a nada en este mundo y que no podría vivir si te perdiera… mañana por la mañana nos vemos peque, y te voy a estar abrazando y besando hasta que me duelan los brazos y los labios. Te quiero muchísimo nena… ” Lucas le envió el mensaje, aunque sabía que la chica no lo recibiría pues había apagado el móvil, pero ya lo leería al día siguiente. El saber que en unas horas volvería a abrazar a su chica, le devolvió la sonrisa al rostro. Puso el móvil a cargar y se tumbo en la cama con la idea de irse a dormir, pero en esa ocasión era su cerebro el que no le dejaría dormirse…
DE VUELTA EN LA HABITACIÓN DE CRISTIAN:
Cristian continuaba tumbado en su cama boca abajo, ya no lloraba, pero tenía los ojos completamente enrojecidos. Escuchó como se abría la puerta de su habitación, y levanto la cabeza para mirar hacia la puerta, desde ella, su madre lo miraba, el aspecto de esta era verdaderamente terrible, completamente despeinada, mal vestida y el olor a alcohol se apreciaba desde la cama del chico, que estaba a varios metros de la puerta.
Su madre se acercó hacia el, Cristian se incorporó, para no estar tumbado y al llegar su madre a su altura, sintió un fuerte golpe en la mejilla, su madre le había dado una bofetada.
–Que sea la ultima vez que me hablas así– dijo la madre de Cristian articulando las palabras de una forma muy torpe –si no te gusta lo que hay, ya sabes donde esta la puerta– la mujer se dio la vuelta, se acercó al escritorio donde estaba apoyada la consola de Lucas, la cogió de malas maneras y volviéndose hacia su hijo le dijo –esto lo he pagado yo, así que si tanto asco te da tu madre, no necesitaras nada que haya pagado– Cristian rápido se levanto para intentar parar a su madre.
–Deja la Play en el escritorio, no tienes derecho a cogerla, no es tuya– dijo Cristian intentando recuperar la consola.
–Todo lo que hay en esta casa es mío– volvió a decir la madre –y te repito, si no te gusta lo que hay, ya puedes coger la puerta.
Al volver a escuchar esa palabras, Cristian volvió a romper a llorar, cogió su teléfono, salió corriendo de su habitación, cogió las llaves de casa y salió de ella, necesitaba estar solo. En lugar de bajar por el ascensor, bajo las escaleras corriendo, al llegar al rellano del primer piso se detuvo, estuvo a punto de ir a llamar al timbre de su amigo, pero después de como le había contestado al ultimo mensaje no sabía si Lucas tendría muchas ganas de verle, así que acabo de bajar los últimos peldaños hasta la calle.
Al llegar a la calle, no supo que hacer ni hacia donde dirigirse, y sin un rumbo fijo, se dedico a caminar. Todo el cansancio que llevaba acumulado del largo día de deporte, desapareció instantáneamente, siguió andando por un largo rato, hasta que llego al parque de Miguel Servet, se adentró en el y se sentó en el primer banco que vio.
Estuvo en completo silencio, con los ojos completamente enrojecidos de tanto llorar. No sabía que hacer, no quería volver a molestar a su amigo Lucas, por lo que saco el móvil y nuevamente se puso a ver las fotos de aquel día tan maravilloso que había pasado con su amigo. Al volver a ver la foto de los dos chicos juntos en los garajes de su bloque, con Lucas agarrándole por el hombro, nuevamente las lagrimas volvieron a aflorar en su rostro, amplió la foto en la zona de la cara de su amigo y como un niño pequeño junto sus labios con los de Lucas… por que no podía salirle nunca nada bien.
CONTINUARA…
Y hasta aquí llega el capitulo 9, poco a poco iréis descubriendo mas cosas de los chicos, pero Cristian tiene muchos problemas como habéis podido comprobar. El chaval no tiene en casa un respaldo amoroso y fraterna. De su amigo, espera demasiado, pero Lucas ya le ha dejado claro, que entre ellos no puede haber nada mas allá de la amistad.
Por otro lado, Lucas ahora mismo esta feliz, va a bajar a Zaragoza a estar con su chica y esta emocionado, pero ¿las cosas saldrán como el espera?
Espero que como siempre, hayáis disfrutado del capitulo y me lo hagáis saber en los comentarios, y aprovecho para agradeceros a Rofacale, Eddy, Mrbulanyer, y por supuesto a ElBolto86 vuestra fidelidad a la saga y vuestros siempre positivos comentarios (se que me he dejado a gente fiel, y por ello pido disculpas).
En un mensaje anterior, puse que estaba un poco… vamos a decir “depre”, pero no os preocupéis, en realidad no es nada, bajones que nos dan a todos imagino y que poco a poco los vamos levantando, como ya os dije, leer vuestros relatos me ayuda, y ver que los míos os gustan también me ayuda…
El asunto es que hace casi tres años tome la decisión mas importante de vida, con 27 años decidí que quería ser padre soltero y ahora mi peque va camino de cumplir 1 añito, el 11 de septiembre mi hombrecito hará un año, se cumplirán 365 días del cambio mas importante de mi vida, pero del que no me arrepiento ni un solo segundo, el principal problema, es que como en todo en mi vida, soy incapaz de delegar y de pedir ayuda, y a veces, esto de ser padre soltero se hace un poco cuesta arriba… pero de todo se sale, y los miles de momentos felices que el renacuajo me ha hecho vivir, superan con creces los malos momentos, que hemos vivido juntos… También, es ese el motivo de que me haya retrasado un poco mas de la cuenta en publicar este capitulo, hemos vuelto de estar 10 días en la playa para descansar un poquito de la rutina de la ciudad, y he tenido que poner mi casa un poco en orden y apenas he tenido tiempo para nada… Siento el rollo que os he soltado, pero me apetecía desahogarme…
Nos vemos en el próximo capitulo.
Un abrazo enorme.