Capítulo 80 .-TODD SE CONVIERTE

El joven náufrago heterosexual se convierte en gay en la isla de los muchachos, después de un tratamiento del doctor Andy

El joven naufrago, heterosexual, gracias al plan secreto de los hombres de negro, que controlaban la isla, sería convertido en gay en unas pocas semanas. Primero el suero que hizo que su ano fuese hipersensible, luego la comida astringente que le causó erosiones y rozaduras en lo más profundo de su ano, y luego la crema del doctor, que primero aplicada con los dedos y luego con el aplicador, habían logrado que la primera etapa se hubiese cubierto con creces.

Ahora Todd sentía placer en lo más profundo de su ano con la crema que le había aplicado el doctor. Nunca había tenido nada dentro de su ano, y se le hizo raro que le metieran un dedo, y luego un aparato más grande.

-Bueno, Todd. Esto funciona ¿no crees?

-Sí doctor.

-Bueno, pues hay que continuar el tratamiento. Le voy a recetar este gel, con aplicador (el frasco de gel tenía un aplicador en forma de pene de 16 centímetros). Lo que tiene que hacer es sentarse sobre ello, y una vez esté al fondo, el peso de su cuerpo presionará la cánula y saldrá la crema justo donde necesitamos que haga efecto.

Al joven naufrago heterosexual aquello le parecía bochornoso pero no digo nada. Lo pensó

-Ok doctor -le respondió al médico.

-Si vemos que tiene microheridas más en el interior, pásese por la consulta y le recetaré un aplicador de 18 centímetros, pero creo que de momento este será suficiente. –le dijo el médico.

Todd fue acompañado por un chico muy guapo, que le enseñó su apartamento.

Mientras Smithy le acompañaba se fijó en él, en su cuerpo. Nunca se había fijado en los hombres, sólo en las mujeres. Pero este muchacho, fuerte, hombretón, cachas, no supo por qué, le atraía.

Smith estaba rociado de feromonas, que sin darse cuenta estaba Todd respirando, y que lograban ese propósito.

-La verdad es que está bien bueno. -pensó Todd

-¡¡Qué culo tiene!! –Todd no podía creer lo que estaba pensando

Smith le enseñóó el apartamento delante de él.

Todd no podía apartar la mirada del cuerpo fibrado de aquel chaval.

-¡¡Qué paquete marca!! –Todd se ruborizó de pensar esto.

Smithy se puso delante de él señalándole las estancias.

–esta es tu cama

Todd le veía el culo en pompa y casi se medio empalma ¿qué le estaba pasando?

Smithy le enseñó el el aseo.

Todd no podía dejar de mirar el cuerpo de ese joven, cachas. (no puede ser, yo siempre he sido heterosexual, pensaba Todd mientras observaba el culo, el pecho, los abdominales de ese joven, los brazos marcados.)

-Bueno, esto es todo. Espero que estés cómodo. Si necesitas algo, llamas a recepción -dijo Smithy saliendo de la habitación de Todd.

–Gracias, gracias. –Todd salió de sus pensamientos y se despidió del joven muchacho que le mostró sus aposentos. Y gracias que se marchó, porque Todd se estaba empalmando.

Todd observó su aposento. La verdad era un lugar muy limpio y agradable. Al igual que todo lo que había visto en aquella isla. Lo había pasado muy mal cuando su barco se hundió, pero estaba contento de haber llegado a aquel lugar. No sabía en qué lugar del mundo se encontraba. Le sorprendió el clima tropical, aquella isla agradable. Y por lo que había visto estaba llena de chicos jóvenes y guapos.

Se asomó a la ventana de su habitación, que estaba en una planta alta, y vio la piscina, y al fondo, tras unos verdes jardines muy bien cuidados, se divisaba la playa, llena de palmeras.

Muchachos con el torso desnudo y minúsculos bañadores muy ajustados, jugaban al voley ball.

A Todd le entró hambre, y pidió comida al servicio de habitaciones, llamando por el teléfono a recepción. De momento no le apetecía ir al restaurante.

El servicio de habitaciones vertió unas gotitas de astringente en la comida que lleva Tod. Tras comer, este necesitó ir al baño. Estaba super estreñido y aquello que salió le costó horrores y le causó pequeñas micro heridas.

–Ayyyy ayy… –sudó Todd sentado en el retrete haciendo esfuerzos. Aquello era supergrande.

A medida que salía el dolor se mezclaba con placer. De hecho le emanó semen con el esfuerzo.

Cuando aquello salió Todd miró el pino que había plantado. Debía medir 20 centímetros y era super grueso.

Todd estaba empalmado.

-Debe ser lo que dijo el doctor, pasar tantos días a la deriva, me he deshidratado.

Todd pensó cascarse una paja, pero tenía su culo enrojecido. Así que pensó aliviarlo con la crema que le había recetado el doctor, tras aseárselo en el bidé con agua calentita. Lo dejó limpio mientras observaba el aplicador con aquella vergonzosa forma de pene. Meterse aquello le pareció humillante… pero la verdad es que la crema tenía que entrar en el interior de su ano, y para ello se necesitaba el aplicador.

En cuclillas como estaba, aunque aquello le parecía humillante para un heterosexual como él, presionó la ventosa del tubo del gel contra el gres del suelo, y se dispuso poco a poco a sentarse, en cuclillas, sobre aquello. Todd se había humedecido el ano e hidratado, con lo que el aplicador, de 16 centímetros, no tuvo dificultad para traspasar su esfínter.

–¡Qué estoy haciendo!! esto es humillante –pensó Todd, levantándose inmediatamente de aquello.

Todd se fue a acostar, y cuando se despertó ya era de noche. ¡¡Menuda siesta se había echado!!

Todd pidió la cena. Sin saberlo tomó otra dosis de astringente.

Dias después, sin evacuar, aquello le costó horrores. Todd sudaba mientras apretaba en el baño para hacer sus necesidades. Llevaba un buen rato intentándolo. Sentía como que lo estaban violando. Un chorongo gordo se asomaba pero era largo, largo y estaba por la mitad. Todd sudó y apretó. La verdad es que estaba empalmado. Mientras le salía aquello gordo y duro de su ano se había empalmado como nunca antes.

Todd sudó y terminó de evacuar. Había salido pre-cum de su pene.

Todd se limpió. Pero tenía el culo acalorado. Cogió una crema hidratante y se la aplico al ano y al dosificador. Aquello era muy humillante… pero era peor la enfermedad que el remedio. Así que no se lo pensó dos veces, presionó la ventosa contra el suelo, e impregnado el aplicador en forma de pene con el gel hidratante, se dispuso a sentarse sobre aquel frasco de crema para calmar el interior de su ano. A Todd aquello le había parecido muy humillante las jornadas previas, y se había echado atrás, pero su enfermedad no mejoraba, y es más, iba a peor… así que debía tomar el remedio del médico.

En cuclillas, Todd, se abrió de piernas y se dispuso a sentarse sobre el aplicador. Esta vez, aunque aquello le parecía humillante, no se lo pensó dos veces, ni se arrepintió ni se echó hacia atrás, como había hecho la jornada anterior. Además el chorongo que había cagado era más gordo que aquel aplicador de crema… así que no tuvo problema en sentarse poco a poco, más y más, hasta meterse los 16 centímetros.

–Ohhhh -exclamó Todd aliviado y empalmado sentado en cuclillas sobre aquel aplicador de crema en forma de pene.

Plof

Una vez llegó al final, la cánula, en forma de pene, que tenía un tope en lo que serían los testítulos del pene del aplicador, era un émbolo como el de una jeringuilla, que vertió dentro del intestino de Todd una dosis de crema que le causó un gran alivio al enrojecido culo de Todd. Tanto que Todd subió otra vez sobre el aplicador en forma de pene y se lo volvió a meter en su ano sentándose sobre él. Esta vez lo hizo sin reparos, metiéndose los 16 centímetros de golpe, y una vez sentado en el suelo el émbolo le volvió a verter dentro de sus irritados intestinos otra dosis de gel que alivió su culo enrojecido por el estreñimiento.

Todd no sabía qué pasaba en su interior, aquel acto que al principio le había parecido repulsivo y humillante le estaba gustando. Es más como el gel refrescaba su acalorado culo, le causaba gran alivio, por lo que se volvió a levantar y sin sacarse el aplicador se volvió a clavar una y otra vez y una y otra vez, y cada vez que llegaba abajo su culo presionaba el émbolo que vertía gel fresquito en su acalorado ano y esa sensación le gustaba, porque tenía el ano, en lo interior, desde hacía días, acalorado… Todd repetía una y otra vez subiendo en cuclillas sobre el aplicador en forma de pene y clavándoselo hasta el fondo. Y cada vez que se sentaba hasta el final el émbolo le echaba crema que calmaba su irritado ano.

Todd ya con cinco aplicaciones sentía su ano lleno pero gran alivio… Se sentó por sexta vez, ya cansado y no se pudo volver a levantar de cansado que estaba por tanto ejercicio de levantarse con las punteras de los pies y sentarse en cuclillas… pero se sentía, en su interior, muy aliviado… relajado, y excitado… De hecho su pene había estado empalmado todo el rato, y con esta ultima aplicación de gel hidratante eyaculó como nunca antes había eyaculado.