Capitulo: 8 la maquina
En lo más oculto de 'el complejo' dominándolo todo, había un robot androide que inseminaba a los que controlaban todo en aquella isla
Lo que muy poca gente conocía es que en el centro de ‘el complejo’ en la sección de dadores de nivel 3 no había un hombre sino una máquina tipo robocop, con una polla tremenda, que descargaba semen. Esta máquina, autómata, era el epicentro del complejo de nivel 3. Cuando los dadores estaban completamente agotados y sin reservas de semen tenían que entrar en la sala donde se encontraba ‘robocop’ y sentarse en su regazo. La máquina automáticamente se encendía y con sus dedos de goma empezaba a acariciar a sus recibidores. Tenía un pene tremendo, descomunal, escondido en una especie de falo de goma. Los recibidores sabían lo que iba a pasar y a lo que se enfrentaban: les iba a dar por culo una máquina descomunal de 2.000 kilos de metal.
Tom se había follado a Eric, a Karl y a otros 3 dadores más. Estaba muy agotado. Necesitaba su dosis de semen y entró a ver a Robocop. Se sentó en cuclillas sobre su regazo y empezó a enfilar en su culo el gran cilindro de goma del aparato. Era descomunal, como una botella de dos litros de coca-cola.
La máquina se encendió automáticamente y, sin penetrar a Tom, que estaba siendo sujetado por las muñecas y los tobillos en cuclillas con su grueso pene asomando frente a la boca de la máquina, sacó un dispositivo como una jeringuilla que fue directamente a la nalga de Tom inyectándole una dosis de algo que Tom no sabía. Fue todo tan rápido que a Tom, que era la primera vez que entraba a la máquina, pues otras veces se había recargado con su dador de nivel 3, no le dio tiempo a reaccionar. Y de repente fue notando como se calmaba y relajaba pero 100% despierto.
Del pene del androide empezó a manar una crema que empezó a lubricar el ojete de Tom… Y de repente en un ‘BRIIIII’ un movimiento mecánico brusco bajó el culo de Tom empalándole unos centímetros en el pene de la máquina
-Ohhhhhhhh Diosssss….. exclamó Tom ¡¡qué dolor!! ¡¡Que me partes!!
Todo esto a pesar del anestésico que le acababan de inyectar. Pero el grosor, el diámetro, del pene de la máquina, era impresionante y Tom sólo vio estrellas de dolor. Y aún le quedaban 20 centímetros de polla por entrar. Los ojos de Tom se abrieron como platos… No podría soportarlo sin morir… Pero no. La máquina lo supo y se paró ahí. Pero del grande salió un cilindro de metal que sí se introdujo más profundo en el culo de Tom. Afortunadamente no era del grosor de lo que le quedaba de pene, porque el tamaño de una botella de dos litros era suficiente para partir a Tom, que en esto era novato.
Del cilindro que el robot había insertado en el ano y que Tom sintió frío como el metal, empezó a manar abundante líquido denso. Tanto que llenó el ojete.
La máquina colocó un buttplug en el ano de Tom y le obligó a permanecer sentado mientras su intestino absorbía el líquido que había dejado en su interior.
La máquina obligo a Tom a ponerse de rodillas y a comerle el pene. Un aparato de goma con forma de pene gordo salió cual tentáculo del glande de la máquina llegando hasta la garganta de Tom, y una vez allí, en lo hondo, empezó a manar una dosis de semen. Era semen del recolectado por los aspiradores en los cubículos donde gente como Eric se la habían cascado / les habían ordeñado, durante años. He ahí el elixir de la vida. En ‘el complejo’ nada se desperdiciaba.