Capítulo 79 .-CONVIRTIENDO AL NAUFRAGO EN GAY

Nadie que llegase a aquella isla podía averiguar el oscuro secreto que había allí, así que había que connvertirle en uno más, y no dejarle salir... antes de que se diera cuenta de lo que estaba pasando

CONVIRTIENDO AL NAUFRAGO EN GAY

–Doctor, la verdad es que me escuece mucho. –dijo Todd

–Si quiere puedo observarlo a ver cómo está ahí la cosa. No le dé vergüenza. Es un acto médico. Soy un profesional.

A ver, desnúdese.

Todd, sonrojado, aceptó ponerse en la camilla para someterse a una observación anal.

–A ver, desnúdese –le dijo el doctor– y póngase contra esta camilla. Apoye el pecho ahí.

Todd siguió las instrucciones del médico

–A ver, separe un poco las piernas. Abra. Abra… un poquito más.

Todd estaba nervioso cuando Andy le tocó sus glúteos.

–Relájese. No se ponga nervioso, tengo que separarle las nalgas para poder ver qué tal está esa zona. Si quiere le puedo dar un relajante.

–No. No se preocupe –respondió Todd con nervios de que le inyectasen algo. A Todd le daban pánico las inyecciones, así que se decidió relajar de motu propio, y con el culo expuesto, destentó sus músculos, lo que permitió al doctor Andy la observación anal. Andy procedió a abrirle el ojete y exclamó.

–Ufff –dijo el doctor– Es peor de lo que me decía.

Todd se preocupó mientras Andy, el médico, le tocaba con dos dedos en su ano.

–Ay! Escuece!

–No me extraña, tiene la zona muy irritada. Espere un momento, siga con las piernas así. No se mueva. Quédese apoyado contra la camilla.

Todd se asustó y se levantó y de giró, pensando que el médico le inyectaría un relajante. Y se expuso, mostrando su pene, a Andy.

–¿Qué me va a hacer doctor?

–No se preocupe, es un gel, le voy a untar la zona, que la tiene un poco irritada. Es un gel hidratante que refrescará la zona, le calmará y aliviará la irritación ¿vale?

Todd se volvió a poner en la camilla separando sus piernas.

–Abra, abra,… un poco más. Relájese… No se preocupe, no pasa nada… abra un poco más. Separe las piernas. No tense los músculos del ano ¿eh? –dijo Andy

El doctor cogió un buen chorrete de gel y se untó bien los dedos y comenzó haciendo un masaje lubricando la zona. Empezó con el exterior del ano, tocándole el esfínter con un dedo. Todd sintió la crema-gel fría y notó una sensación de alivio que le agradó. Tenía la zona irritada por el estreñimiento, y la crema, fresquita, le gustaba.

–¿Bien?

–Sí, doctor, ¡fantástico!

–Voy a aplicarle más, en círculos. (Andy se untó más cantidad, y con dos dedos llenos de gel presionó y traspasó el esfínter anal de Todd. Todd abrió la boca poniendo cara de sorpresa.)

–No se tense, relájese. ¿se siente mal?

–No, al contrario. Me siento muy bien (de hecho Todd se estaba medio empalmando contra la camilla, con el dedo de Andy en su ano)

–Voy a meterle la crema dentro, porque lo que tiene irritado es el interior de su ano ¿ok?

–Ok, doc.

El doctor haciendo un lento y suave masaje a círculos, con sus dos dedos untados de gel, penetró el hasta entonces virgen culo del heterosexual Todd, que estaba disfrutando de placer con esta nueva experiencia de invasión anal.

El gel, fresquito, calmaba su ano irritado. Andy cogía más gel y se lo metía con dos dedos, lubricando su cavidad anal.

A Todo le estaba gustando esta sensación.

Andy profundizó la lubricación anal, pero no llegaba al fondo.

–Todd, ¿bien?

–Sí, sí, doc. Muy bien. Ya casi no me escuece.

–Voy a coger un aplicador del gel, porque tienes las heridas más profundas, y no alcanzo con el dedo. ¿ok?

–De acuerdo doc.

Andy cogió al frasco de gel y le colocó una cánula en forma de pene microperforada, y se la introdujo en el ano a Todd. La cánula medía 14 centímetros de largo y dos y medio de grosor. Todd no había visto lo que Andy le iba a meter porque confiando en el médico ya no se giró de la camilla. Andy actuaba a sus espaldas. De hecho el grosor de la cánula, en forma de pene, era poco más que los dos dedos de Andy, que no pasaban de 8 centímetros de largo. La cánula iba a poder entrar más. El culo de Todd estaba lleno como nunca antes lo había estado. Era una sensación nueva para él pero le gustaba. Tenía una especie de cilindro (que era la forma del aplicador) dentro de su ano, aunque él aún lo ignoraba. Sin embargo Todd notó algo raro cuando aquellos que creían que eran los dos dedos del doctor lubricados en gel, traspasaron los diez centímetros en su ano… los once… los doce…

–Ahgggg ¿qué haces Andy?

–Tranquilo… Es un aplicador de gel. No te muevas. Sólo me quedan dos centímetros. Necesitaba un aplicador para llegar más profundo en tu ano. Con mis dedos no llegaba.

El pene de Todd se había empalmado del todo y manaba pre-cum.

–Tranquilo, voy a ir despacio.

Andy introdujo medio centímetro más (12,5 cm.), medio centímetro más (13 cm.),

–Ohhhhh, ohhhhh paraaaaa

–Tranquilo, ya no queda casi nada. (Andy apretó un poco el dosificador y por las paredes del cilindro incrustado en su ano brotaron gel que lubricaron aún más su ano). 13.5 cm. 14…. 14 y medio… 15 centímetros llenaban su ano.

Andy presionó y vertió el resto de la crema gel en el enterior del ano de Todd. Todd se corrió.