Capítulo 76 .-PRIMERA PRUEBA: ORGÍA

Una vez Andy quiso ser un dador de nivel 2, tenía que empezar a superar unas pruebas. La primer iba a ser hoy

(sigue del anterior)

El consolador, una vez hubo inyectado dentro de su ano la dosis de droga, y tras esperar dos minutos para su absorción intestinal, salió de su culo rápidamente y se desligaron las ataduras que amarraban sus pies. Andy se levantó y se le abrió ante él una compuerta que le daba acceso a otra estancia. Andy la traspasó.

Allí dentro había cinco chicos: los que le iban a follar en una orgía que estaba a punto de comenzar. Estaba Chaoping, un vietnamita de pene fino, Ling, un chino muy guapo de ojos rasgados con un pene algo más grande. Arturo, blanco, alto, musculoso, piel albina, rubio y con un pene superior a la media –18 centímetros–. Luego había un morenazo, Buba, de piel que brillaba por el sudor, con un largo pene de 21 centímetros, pelo ensortijado que parecía una manada de hormigas, nariz ancha, cuerpo de cuero (sin vello), y del que destacaba su capullo rosa, y Ahmet, que era un árabe con 23 centímetros de pene.

Yo me entregué a Ping, el coreano. Me arrodillé y le comí el pene para empalmarle. Ling me comió el ano lubricándome con saliva y cuando me incorporé a besarle a él Ping me folló metiéndome sus 15 centímetros de un tirón follándome salvajemente hasta que se corrió en mi interior. Ling tomó el relevo y me metió sus 16 centímetros delgados de pene chino. Arthur miraba con ansia la escena y se unió a la orgía y me besó mientras Ling me daba por culo. Ver la escena empalmó a Arthur que solo aguardaba el momento en que Ling se corriese y saliese dentro de mí para clavarme sus 18 centímetros, lo cual no tardó en pasar. La cosa había empezado fuerte: en mi ano yacían ya dos corridas: la del coreano Ping y la del chino. Y ahora tenía otro pene mayor, más largo y gordo, de 18 centímetros, que me emocionó. Arturo me agarraba por la espalda inmovilizandome con su gordo pene en mi ano entrando y saliendo a cada vez mayor velocidad. Yo estaba sudando a pesar de lo lubricado por las dos corridas anteriores rozaba mi pared anal

Buba y Ahmet, que estaban hablando a un lado de la habitación, habían parado su charla para observar la escena de cómo me habían follado los dos orientales y ahora me cogía con ansia Arturo, el ato y rubiazo.

–¡Mira el blanquito cómo le gusta el pene!!

–¡¡Qué ansia el chico!!

Los dos garrotes de los morenazos se erectaron. Mientras el ritmo de Arturo había aumentado, tanto es así que jadeaba. Estaba a punto de eyacular.

–Ahhhh, síiii putaaaa perra, guarra ¡¡qué zorra eres! –me decía sin pararme de penetrar

–Menudo culto que tienes de apretadizo, cabrón

–mamonazo

–síiii

-ohhhhhh, ohhhhh, ooooohhhh ¡¡me corro! –y me sujetó más fuertemente con sus brazos a la par que me clavó hasta lo más hondo su largo pene y eyaculó dentro de mí, agotado.

Aún así hizo varios movimientos pélvicos clavándome un poco más el pene ya en lo profundo de mi ano, con cada trallazo de lefa que vertía en los más profundo de mis nalgas…. ¡¡y fueron siete!!

Al séptimo chorro de lefa Arthur cayó exhausto sobre mi espalda, aplastandome y aprisionándome con su peso muerto contra el suelo. Podía oír su respiración en mi oreja. Jadeaba agotado de la gran corrida. La sensación de sentir su peso de su gran cuerpo (me sacaba la cabeza de alto), contra mí, lejos de hacerme sentir agobiado me emocionó. Tenía al gigante, con su largo pene clavado dentro de mí, jadeando, yaciendo en mi espalda. Me sentía como el pequeño David que gana contra el gigante, y le vence por agotamiento. Arturo había perdido gran parte de su fuerza traspasándomela, con su semen, a mí.

Aún pasaron varios minutos hasta que Arturo sacó su pene de mi culete.

Pero no me dejaron levantar.

–Que ese culito no pase hambre –dijo Ahmet

–Y los 21 centímetros del pene del negrazo me empezaron a penetrar a la par que Ahmet metió su pene en mi boca.

–¡Miralé qué cabrón! ¡El hijo puta está hambriento!! Aún quiere más -dijo el negro a la par que me clavaba sus 21 centímetros de gruesa polla haciéndome abrir la boca de dolor, lo que aprovechó Ahmet para meterme su pene hasta la garganta.

–Ven aquí, zorra, vas a saber lo que es una polla negra.

Andy tragó con todo. Necesitaba ser follado por cinco chicos aquel día y que los cinco llenasen su culo con semen. Era la primera prueba para ser de nivel 2: que cinco personas te llenasen tu ano con su semilla.

(…)

Andy había sido follado por cinco chicos aquella jornada. Su culo estaba lleno de semen. La primera prueba había sido superada