Capítulo 75 .-NIVEL 2
La mayor parte de los chicos de la isla vivían completamente ajenos a que podían ascender de nivel. Simplemente disfrutaban, contentos y desnudos, de la vida de ocio y sexo que podían tener en la isla... pero algunos deseaban tener más poder...y descubrieron cómo poseerlo (parte 1)
La mayor parte de los chicos de la isla vivían completamente ajenos a que podían ascender de nivel. Simplemente disfrutaban, contentos y desnudos, de la vida de ocio y sexo que podían tener en la isla. Perdidos en mitad del mar, donde ninguna civilización había llegado, se encontraba esta isla de temperaturas cálidas y agradables todo el año. No les faltaba comida, ni juego, ni sexo. Se pasaban todo el día disfrutando del lago, las playas, la piscina y el mar, follando en los vestuarios o en los prados. Había chicos de todas las razas y edades, altos, delgados, con barba, apuestos, musculares, rubios, morenos, chinos, árabes, negros… con los que follar.
Follar les gustaba mucho: de hecho era su única preocupación. La isla les proveía de alimento. Los que regían ‘el complejo’ les daban todas las instalaciones, así que la mayor parte del tiempo era ocio.
Desde que a los pocos años les inyectaban con el dildo en los vestuarios su primera inyección de semen, los chicos se volvían dependientes del mismo, y necesitaban con cierta frecuencia –algunos cada día–, probarlo, bien mamando pollas, bien siendo follados. Así que la única preocupación de la mayoría de los habitantes, cada día, era tener sexo. Pero como había tantos chicos -todos ellos pensando en lo mismo-, y era tan fácil ligar –un cruce de miradas bastaba para tener una relación sexual-, nadie se preocupaba por nada.
¿Nadie? Bueno, nadie no. Unos pocos, mientras los demás vivían ociosos, querían ascender de nivel para tener más independencia –no necesitar semen a diario–, y tener un rango o status superior.
Normalmente todos los chicos nacían en el nivel 0, que era el que tenían hasta que se desarrollaban. A partir de la primera vez que tenían sexo –ya con el consolador de los vestuarios–, todos pasaban a nivel 1 –es decir, los chicos de este nivel o categoría podían follar y ser follados–. Sin embargo había otros dos niveles: nivel 2 (que tenían un superior rango en el escalafón y una serie de privilegios), y los de nivel 3 (que eran conocidos como ‘los hombres de negro’, porque vestían de oscuro, y a parte vivían en las sombras –esto quiere decir, que nadie del complejo sabía quienes eran y, normalmente, vivían en lo alto de las torres, en unos apartamentos superiores, y no se solían relacionar con las clases bajas de menos status–.
Para alcanzar el nivel 3 o de ‘hombre de negro’ ya narré cómo se superaban las pruebas. Ascender directamente era un largo y complejo trabajo de superar varias pruebas que llevaba 15 meses o dos años. Sin embargo muchos primero ascendían a ‘nivel 2’ que era más sencillo, y también tenían sus ventajas.
Mientras los ‘hombres de negro’ no necesitaban recibir semen a diario –siendo follados–, y tenían a su disposición a quien quisieran, al momento, para follarle o ser follados –ellos dominaban todo lo que pasaba en la isla, lo veían todo desde sus torres, y podían tener una relación sexual con el chico que quisieran en el momento que quisieran, teniendo acceso a una serie de productos de sumisión, control y dominación –desde cremas o geles, hasta supositorios, drogas e inyecciones, y poppers–, los de nivel dos tenían la posibilidad de tener una serie de esclavos a su disposición para follar o ser follados, y así no tener que depender de la dosis diaria de semen, y de buscar a alguien, cada día o casi, con quien tener una relación sexual.
Muchos no lo sabían –los rangos y el ascenso a ello se ignoraban por buena parte de la población, que sí, sabían que había chicos de un status superior a los que debían de obedecer, y que gobernaban la isla–, pero no se preocupaban por ascender o lograr este nivel, conformándose con vivir en el escalafón que estaban: nivel 1. Pero los más ávidos de progresar se interesaban en las pruebas para ser ‘hombre de negro’ o simplemente de ‘nivel 2’.
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Para ser de nivel 2 simplemente te tenías que someter a dos pruebas: ser follado, en un mismo día, en una orgía, por 5 personas que llenasen tu ano de su semen, y recibir semen de dos animales (domésticos o salvajes). Esto se hacía en la instalación del complejo conocida como ‘la granja’. Y en ella pasaban 9 meses los que querían ascender a nivel 3, teniendo que ser follados por diversos animales, de diverso tamaño y ferocidad –entre otras pruebas–.Ser de nivel 2 no requería tantas pruebas ni tanto tiempo. Era mucho menos complicado, y en dos días, podías serlo.
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Andy aspiraba a ser de un nivel superior, y se enteró de las pruebas. Parecían bien sencillas, y a parte todo era muy rápido.
La primera prueba era bien sencilla: él accedió a unas instalaciones como le habían indicado. Era una estancia de azulejos blancos, como un vestuario, pero se notaba que no se usaba muy a menudo. Allí se desvistió de su calzón para lo que se sentó en el banco del vestuario. El peso de su culo sobre el asiento activó un resorte que le amarró los pies dejándole completamente inmovilizado. Esto ya le había pasado la primera vez que le inocularon siendo adolescente, en los vestuarios, junto a todos los chicos de su equipo de soccer. Andy no se resistió. Se imaginó lo que venía. Un consolador salió de entre las maderas que conformaban el banco y se insertó en su ano penetrándole. Si bien esto no le pilló por sorpresa –no era la primera vez que se metía en su culo un consolador (habitualmente los chicos se autoinyectaban sustancias sentándose en dildos) sí le sorprendió la rapidez y el tamaño del dildo que se le insertó. Aún así, el dildo, impregnado de lubricante, traspasó su ano sin dificultad. Una vez dentro le inyectó una sustancia que él desconocía qué era, pero era una droga de personalidad que iba a interactuar con el semen que cinco chicos estaban a punto de descargar en su ojete.