Capitulo 7: Excursión en bici y algo mas. parte 2

La excursión de los dos amigos continúa...

Lucas volvió a mirar a su amigo, al que vio con la cabeza gacha y mirando hacia el suelo, con suavidad, le agarro la cabeza por la barbilla, haciendo que una vez mas volvieran a mirarse a los ojos y aproximándose lentamente hacia el junto sus labios con los de Cristian. Fue un beso tierno que no duró mas de 15 segundos, y en el que las lenguas de ambos chicos apenas se rozaron tímidamente, parecido a esos primeros besos que nos damos cuando somos críos y empezamos a experimentar en esto del amor, y ese beso, en realidad, no se alejaba tanto de esa situación adolescente.

Cuando los labios de ambos chicos se separaron, ambos se quedaron mirando y un tono rojo se apodero de las mejillas de Cristian. Aunque el chaval se moría de vergüenza, era incapaz de apartar los ojos de los de su amigo. Rompiendo el silencio, Lucas le pregunto:

–Bueno, ¿qué te ha parecido?– le pregunto Lucas a su amigo, que por su cara aun no se creía lo que había pasado –yo no he notado diferencia con los que da una pava jajaja– le dijo en broma mientras le pasaba cariñosamente la mano por el pelo.

Cristian no respondía, por su cabeza en ese momento pasaban infinidad de pensamientos, pero sus ojos se mantenían firmes en los de su amigo, que, aunque le mantenía la mirada ya no le incomodaba tanto como hacía un rato cuando le estuvo haciendo aquellas preguntas.

–Me me me ha encantado– tartamudeo Cristian –pe pe ¿pero porque has hecho eso?– le pregunto a su amigo con un tono de voz que denotaba duda.

Lucas le sonrió, giró un poco su cuerpo para mirarle de frente y comenzó a pensar como explicarle el por que de ese acto. Aunque fue rápido, Lucas le dio muchas vueltas a lo que ahora le iba a decir, no quería hacerle daño a su amigo.

–A ver Cristian, creo que tenemos que hablar de lo que ha pasado este fin de semana– dijo Lucas con un tono de voz seguro y que generaba tranquilidad –lo primero, no quiero que nada de lo que hablemos ahora cambien este buen rollo que hemos creado en tan poco tiempo– continuó el chico –no quiero que te confundas, como ya te, dije, soy hetero y además tengo novia– esta frase, confundió un poco a Cristian y Lucas lo noto, y para devolver la calma a la conversación, coloco sus manos sobre uno de los muslos de su amigo –desde que ayer leí ese dichoso papel con tu apuesta, estuve dándole vueltas a la cabeza, pensando en que decirte, como decírtelo, sintiéndome responsable de la situación que se estaba generando y…– Lucas se cayo, no le salían las palabras o no sabía expresar lo que esa situación nueva para el le estaba produciendo y acabó apartando la mirada de los ojos de su amigo.

Cristian no reaccionaba, se le notaba por el gesto de su rostro, que estaba algo confundido. Los chicos estuvieron un rato en silencio, no fue mucho, pero si que se percibía un silencio incomodo en el ambiente, únicamente roto por los sonidos del bosque, el mecer de las hojas de los árboles, el cantar de los pájaros, etc. Finalmente, Lucas sacó valor y decidió continuar aun con la mirada perdida hacia los árboles que rodeaban el estanque, sin atrever se a volver a mirar a su amigo.

–Cuando ayer te escribí destrozado por los mensajes que había recibido de Elena, tu inmediatamente me respondiste, e hiciste todo lo posible por consolarme, no paraste hasta que me tranquilicé– al terminar esa frase, sus ojos se volvieron a encontrar –para mí, la manera en la que actuaste ayer conmigo por la noche, es la que me demuestra en que amigos se puede confiar y en cuales no, y tu para mí, en poco tiempo, me has demostrado que eres una persona en quien se puede confiar– al decir esto, los ojos de Cristian se pusieron muy brillantes, como si estuvieran conteniendo unas lagrimas que el chico no quería derramar –Cristian, desde que leí el “Post-it”, me sentí mal, no por el contenido del mismo, si no por haberlo hecho, no debería haber mirado, pero lo hice, y también me sentía mal porque pensaba que era culpa mía el que pidieras eso, pensaba que era yo el que te había dado… no se como expresarme– dijo Lucas que no encontraba las palabras para expresar esa sensación.

–No fue culpa tuya Lucas– intervino Cristian, pero rápidamente Lucas, apartando una de sus manos de la pierna de su amigo y llevándola a sus labios, le dijo que le dejara continuar.

–Déjame continuar por favor– dijo Lucas con un tono cariñoso haciendo una pausa –en cuanto lo leí, supe que tenía que decirte que lo había leído y no se me ocurría como, y durante todo el camino en bici hasta aquí, he venido pensando como hacerlo, y por eso han sido todas esas preguntas, para ir encaminando el tema de conversación y decirte que había leído tu papel– Lucas volvió a guardar silencio unos instantes.

Sus miradas seguían todavía fijas en los ojos del contrario, pero la mirada de Lucas estaba empezando nuevamente a incomodar a Cristian que de vez en cuando la apartaba para recuperarla segundos después.

–Cuando me has dicho que nunca habías tenido nada con un chico, una sensación de tener que hacer algo, ha inundado mi cabeza– dijo Lucas que ahora acariciaba suavemente el muslo de su amigo –los primeros besos son importantes porque se quedan guardados en la memoria para siempre, y aunque se que no soy perfecto, y aunque se que habrá tíos que te molen y que te pongan mil veces mas que yo, me apetecía que tu primer beso con un chico, ese beso que recordaras siempre, fuera con un amigo– volvió a hacer una pausa –con una persona que te aprecia y que te quiere por como eres, ya te lo he dicho, en poco tiempo me has demostrado muchísimo y has conseguido hacerte un hueco en mi corazón– al acabar esa frase, Lucas finalmente retiró la mirada de su amigo y agachó la cabeza.

Al acabar esas frases, Lucas, que siempre le daba demasiadas vueltas a la cabeza, empezó a pensar que igual su amigo no se había tomado bien el beso, que con ese beso igual había creado una ilusión en Cristian que segundos después había despedazado, que se había apropiado de un momento que se recuerda para siempre… Los ojos de Lucas ya no miraban a los de su amigo, pero Sus manos seguían acariciando la pierna de Cristian. Finalmente, Cristian saco el valor suficiente para hablar y rompió el silencio.

–No se muy bien que decir la verdad, he de serte sincero y esto me ha sorprendido mucho– comenzó diciéndole Cristian a su amigo –pero me ha gustado, creo que ahora mismo no se me ocurre una mejor persona para recordar el resto de mi vida– esto lo dijo a la vez que, con su mano derecha, levantaba la cabeza de su amigo por la barbilla para que se miraran a los ojos.

Cuando los ojos de Lucas y Cristian se volvieron a encontrar, las lagrimas que estaban hasta hace un momento retenidas en los ojos del mas pequeño, ahora se deslizaban lentamente por sus mejillas, al ver esto Lucas se emocionó, porque se notaba en su amigo, que eran lagrimas de felicidad y no de dolor.

–Sé perfectamente que entre nosotros no va a haber nada Lucas, no soy tonto, te mentiría si te dijera que no lo deseo desde que baje el otro día a buscar mi camiseta a tu casa, es mas, te mentiría si te dijera que nunca antes me había fijado en ti…– Cristian hizo una pausa y aprovechó para secarse las lagrimas de su cara con el dorso de su mano –llevo fijándome en ti mucho tiempo, siempre me habías parecido un tío atractivo, pero de un tiempo a esta parte, el ver como te comportas con tu madre, el cariño que le tienes, verte por la calle con tu novia o con tus amigos y ver como los tratabas me hizo engancharme aun más– en ese momento volvió a parar y en esta ocasión, fue el quien apartó sus ojos de los de su amigo.

Nuevamente, unas lagrimas grandes, volvieron a bajar por su mejilla. Las manos de Lucas seguían acariciando la pierna de Cristian y este llevaba un rato con la piel de estas completamente erizada, además en su entrepierna, el bulto que había creado su pene ahora algo mas que morcillón era más que evidente, y al percatarse de lo que estaba pasando, con delicadeza apartó las manos de su amigo de su cuerpo.

–Perdona Cristian, no quería hacerte sentir incómodo– dijo Lucas al ver como su amigo apartaba sus manos.

Ahora que Lucas tenia sus manos libres, fue el quien secó las lagrimas del rostro de Cristian, y al terminar, se incorporó un poco para abrazar tiernamente a su amigo, el cual, al sentir que los brazos de Lucas rodeaban su cuerpo, le quiso devolver el abrazo y sentirse protegido entre ellos.

Estuvieron abrazadas mas de un minuto, hasta que Lucas sintió que su amigo ya se había tranquilizado.

–Cristian– dijo Lucas mientras se apartaba de su amigo –quiero que sepas, que aquí me vas a tener siempre para lo que necesites, para cuando necesites hablar, para cuando necesites desahogarte, para cuando necesites un abrazo, para todo, en estos tres días que hemos pasado juntos, has conseguido que para mí seas una de las personas mas importantes que tengo, y se…– en este momento hizo una pausa, a su mente se vino la imagen de Elena –y se, que ahora que no voy a tener una buena temporada yo, voy a poder contar contigo del mismo modo–.

–Claro que puedes contar conmigo, no pienso dejarte solo hasta que lo arregles con tu novia– Cristian dijo eso, aunque por dentro sentía que Lucas iba a estar mejor sin esa chica, no la conocía, pero lo poco que habían hablado de ella, le había hecho creer que era algo tóxica, pero si su amigo estaba feliz con ella, para el, aunque le doliese, eso era lo mas importante –y muchas gracias por ser como eres conmigo, eres la tercera persona con la que salgo del armario, a la que le confieso mis verdaderos sentimientos, y las otras dos, ya me han dejado de lado– al decir esto, nuevamente sus ojos se llenaron de lagrimas y en esta ocasión rompió a llorar.

Ver llorar a su a migo por esto, a Lucas le partió el corazón, no entendía como en el siglo en el que estamos, en el que la sexualidad se lleva con toda normalidad y que cada uno es libre de decidir con quien se acuesta, con quien quiere pasear de la mano por la calle o simplemente con quien quiere pasar el resto de su vida, aun así, había gente que se dedicaba a juzgar a los demás, a dar de lado a amigos con los que habías pasado los mejores momentos de tu vida. De manera instintiva, volvió a abrazar a su amigo para tratar de consolarlo.

–No llores Cristian, y menos por esto– le dijo Lucas a su amigo, aun fundidos en un abrazo y mientras le acariciaba con mucha ternura la nuca –no merece la pena que derrames una sola lágrima por gente que no las merece, y hazme caso, te lo digo por experiencia, he llorado mucho por gente que no merecía la pena y lo he pasado muy mal– le dijo ahora separándose un poco de el, mirándole fijamente a los ojos, aprovecho para con sus pulgares secar las lágrimas que aún quedaban en la mejilla de su amigo y le dio un tierno beso en la mejilla.

Estaban muy cerca uno del otro, casi tocándose nariz con nariz, sin darse cuenta habían entrelazado ligeramente las piernas y Cristian, casi sin darse cuenta, juntó sus labios con los de Lucas, este al sentir que sus labios se juntaban, por instinto, apartó un poco la cabeza, como evitando ese beso, sujeto a su amigo por los pómulos, le volvió a dar otro beso en la mejilla y le dijo:

–Venga, ahora para olvidarnos de todo lo que nos atormenta, vamos a darnos un baño– dijo esto para disimular un poco lo que acababa de ocurrir y que así su amigo no se sintiera rechazado –que aquí hemos venido a pasárnoslo bien.

–¿Pero de verdad te vas a bañar desnudo?– le pregunto Cristian a Lucas –¿y si viene alguien?– insistió el pequeño –a ver… no es que me de vergüenza bañarme desnudo, que también, pero es que no se…–.

Lucas se incorporó, y empezó a quitarse el maillot, lo hacía además a modo de juego, como provocando a su amigo, pero de una manera muy sutil.

–Sinceramente, si nos ve alguien, me la suda, que quieres que te diga– dijo ahora con el torso desnudo –además, yo me voy a bañar desnudo porque luego no quiero volver hasta Huesca con la ropa mojada y en la bici, pero si te da vergüenza o si no te apetece, una de dos, o no nos bañamos o nos bañamos por turnos, pero creo que ya somos mayores y que además, ya nos hemos visto los dos desnudos y no creo que tengamos nada de que avergonzarnos– continuó Lucas, pero para que no pareciera que quería imponer el baño le dijo –pero tu decides Cristian.

Cristian continuó unos segundos sentado, observando a su amigo que lo miraba desde arriba, con el torso desnudo y los brazos en jarra, marcando un poco los bíceps. Finalmente, Cristian se puso de pie al lado de su amigo y comenzó a quitarse el maillot al igual que había hecho Lucas. Esta situación hizo sonreír a Lucas, le apetecía muchísimo ese baño y además, le apetecía compartirlo con su amigo. Una vez los dos estuvieron con el torso desnudo, Lucas se agachó para soltarse los cordones de las zapatillas, gesto que repitió su amigo y ambos se deshicieron tanto de zapatillas como de calcetines. El tacto de la hierva con sus pies era agradable, era una sensación muy familiar para Lucas, aunque no tanto para su amigo, lo que provoco en este un pequeño escalofrío el cual, le erizo levemente la piel.

Los dos amigos estaban ahora únicamente vestidos con un culotte de ciclismo, la imagen era para verla, dos chicos uno mas alto que el otro, los dos con un físico de diez aunque el de Lucas algo mas definido, estaban el uno mirando hacia el otro y nuevamente, fue Lucas el que se adelantó y comenzó a bajarse el culotte, empezó quitándose los tirantes que lo aferraban a sus hombros y deslizando la tela que cubría sus oblicuos hasta dejarlos a la vista, esa parte del cuerpo de Lucas, podía cortarle la respiración a cualquiera, en su figura con marcados abdominales, se comprendía perfectamente por que a esa parte del cuerpo, se la conocía comúnmente como “V”, la de Lucas era perfecta, muy marcada, comenzando en el último par de cuadraditos de la maravillosa tableta del chico y bajando en diagonal, afilándose para formar esa “V” que finalizaba en el nacimiento del pene del chaval.

Lucas al dejar al descubierto sus oblicuos y para intentar tentar un poco a su amigo, bajo ligeramente el cullote, deteniéndose en la base de su miembro, sin dejar ver prácticamente nada, pero lo justo para que los ojos de Cristian, se posaran en esa zona.

–¿Estas seguro de que te quieres bañar?– le volvió a preguntar Lucas a su amigo, para asegurarse de que no hacía nada que no quisiera hacer.

–Que sí, que quiero– dijo mientras se quitaba uno de los tirantes del culotte –pero…– hizo una pequeña pausa antes de continuar –yo no me responsabilizo de como reaccione este– dijo señalando hacia el paquete que se formaba en su entrepierna.

–Jajaja– rió Lucas –joder, así que era eso lo que mas te preocupaba, empalmarte cuando estemos desnudos en el agua– el chico dio un paso hacia su amigo, le puso la mano sobre el hombro y continuó –no le des vueltas a eso, esto crece y encoje cuando le da la gana, que te crees, que a mi no se me pone dura en situaciones como esta– al decir eso, bajo su mano hacia su paquete, el cual también había empezado a crecer ligeramente y ahora el bulto que se marcaba en el culotte ya no se podía disimular de ninguna manera –somos dos chavales jóvenes, que nos llevamos bien, que tenemos buen rollo entre nosotros, y a mi me parecería completamente normal, que a cualquiera de los dos, se nos empalmara mientras nos bañamos, o jugamos o hacemos lo que nos de la gana mientras estamos en el agua–.

Las palabras de Lucas, hicieron que Cristian se relajara mucho mas, pero, aun así, el rubor se apropió de sus mejillas. Daba gusto escuchar hablar a Lucas, cualquiera que lo viera por la calle, únicamente por su aspecto físico, pensaría que es el típico machito de gimnasio, homófobo y retrogrado, pero era todo lo contrario, todas estas facetas desconocidas unos días atrás por Cristian, hacían que cada vez creciese mas lo que sentía por su amigo.

Las palabras de Lucas hicieron que en esta ocasión fuera Cristian que tomara la iniciativa y en un rápido movimiento, se deshizo de del culotte dejando al aire sus piernas, su culo y su pene, que estaba algo mas que morcillona pero sin llegar a estar empalmado.

Lucas no perdió el tiempo e hizo lo mismo que su amigo, quedándose completamente desnudo al lado de Lucas y dejando al aire su polla, que al igual que la de su amigo, estaba algo morcillona.

–Venga, al agua– dijo Lucas dándose la vuelta y poniendo rumbo al estanque –te recuerdo que esta muy fría, así que te recomiendo que te metas de golpe– y tras decir esas palabras, echó a correr y del tirón se metió completamente en el estanque.

Tal y como le había dicho a su amigo, el agua estaba congelada, seguramente era agua que se filtraba directamente de las capas freáticas y estas descendían posiblemente de la montaña, que comenzaba unos kilómetros mas arriba de donde se encontraban.

Lucas le hizo gestos a su amigo para que se uniera a el en el agua y el chaval se fue acercando. Al llegar a la orilla, Cristian metió uno de los pies en el agua y esta, a una temperatura extremadamente baja, hizo que pareciesen agujas que se clavaban y atravesaban su piel.

–Joder, que fría que está– exclamo Cristian –¿como cojones te has metido así de golpe?– le pregunto a su amigo que ya estaba en el centro del estanque.

–Hazme caso– le grito Lucas a Cristian –échate unos metros para atrás, coge carrerilla y tírate de golpe–.

Cristian no estaba muy seguro de que eso fuera a funcionar, pero comenzó a andar de espaldas para alejarse unos metros de la orilla del estanque y coger carrerilla como le había dicho su amigo.

Lucas observaba todo desde el centro del estanque, y se fijaba en la figura de su amigo, por su cabeza pasaban imágenes de el hacía unos años, antes de empezar a ir al gimnasio, el chaval estaba fuerte, pero le faltaba ensancharse de espalda, de piernas iba sobrado y los abdominales, con una buena serie de ejercicios, en unos pocos meses, los tendría completamente definidos. Haciendo ese escáner que le estaba haciendo a su amigo, sus ojos acabaron posándose en el miembro de Cristian, este que seguía morcillón, se bamboleaba de un lado al otro mientras el chico caminaba de espaldas, el vello perfectamente recortado, le daba un aire distinto al suyo, rápidamente apartó sus ojos de esa zona del cuerpo de su amigo, pero su mente le había jugado una mala pasada y ahora su pene había pasado de morcillón a un estado de semierección.

¿Pero que cojones me esta pasando? Se preguntó Lucas a sí mismo mientras metía la cabeza en el agua para quitarse las imágenes de su amigo desnudo de la cabeza y que su miembro volviera a su estado habitual de flacidez.

–¿Desde aquí ya es suficiente?– pregunto Cristian mientras su amigo sacaba la cabeza del agua.

–Si si, suficiente, ahora corre y no te lo pienses, continúa corriendo una vez estés dentro del agua.

Tal y como le había dicho su amigo, así hizo Cristian, echó a correr y cuando llego al agua continuó la carrera. Cuando el agua toco la piel de Cristian, este sintió como cuchillas en su piel.

–Madre mía, que fría que esta por Dios– grito Cristian ya dentro del agua completamente –no se como cojones aguantas aquí dentro, yo me salgo tío– y se dio la vuelta como para encaminarse hacia la salida.

–Que dices tío, de eso nada– dijo Lucas dando cuatro brazadas, alcanzándolo y sujetándolo por la cintura –tú te quedas aquí, que en menos de un minuto ya te has acostumbrado– y tiro de la cintura de su amigo para aproximarlo hacia el.

Cristian, al notar el contacto de las manos de su amigo con la piel de sus caderas, sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo…

–Joder Lucas, que esta helada tío, mira como se me han puesto los pezones jajaja– dijo Cristian entre risas mientras se volvía hacia su amigo y le enseñaba sus pezones completamente erectos como consecuencia del frío.

–Hazme caso, que en nada se te pasa el frío, es la primera sensación, anda vamos un poco mas hacia el centro del estanque, que allí cubre mas y se esta mas agusto– dijo Lucas mientras le tendía la mano a su amigo para que le siguiera.

La actitud de Lucas, estaba calentando poco a poco a su amigo Cristian, lo hacía sin ninguna intención, ya le había dicho a su amigo que el estaba acostumbrado a bañarse en bolas con sus amigos, y para el, Cristian, era uno de ellos. Cuando llegaron al centro del estanque, Cristian llevaba ya su pene completamente erecto, el contacto físico de su amigo había hecho que ni el frío pudiera evitar lo que, para el chaval, desde el primer momento sabía que iba a ser inevitable. Nada mas llegar, Cristian se separó de su amigo, no quería que notara como estaba y lo único que provoco fue que Lucas le preguntara que pasaba.

–¿Qué te pasa Cristian?– preguntó Lucas –¿estas bien?– le preguntó con sinceridad, esperando que a su amigo no le pasara nada –¿quieres que nos salgamos?– termino diciéndole a su amigo.

Cristian no quería decirle lo que pasaba estaba avergonzado y a la vez enfadado consigo mismo, porque desde el principio sabía que eso iba a ocurrir. Se quedó sin contestar y dándole la espalda a su amigo, lo que impidió que ser percatara de que poco a poco, Lucas se había ido aproximando a el, estando justo detrás de el, extendió los brazos y con mucho cariño abrazo a su amigo por la espalda, intentando transmitirle su calor, Lucas pensaba que Cristian se había separado por el frío. Un escalofrío enorme recorrió el cuerpo de Cristian, su amigo le abrazaba y se pegaba a el sin ningún tipo de pudor o vergüenza, para Lucas el estar desnudos no significaba nada, y abrazaba a su amigo de la misma manera que un rato antes había hecho en la hierva.

–No te preocupes por nada Cristian, mientras estés conmigo no tienes que preocuparte de nada– mientras le decía esto, pasó su cabeza por el lateral de la de su amigo y le dio nuevamente un tierno beso en la mejilla.

CONTINUARA…

Bueno, pues aquí acaba la séptima entrega de esta saga que llega ya a su 7ª entrega. Espero que como siempre os haya gustado y no hayáis echado excesivamente en falta el sexo. La relación que Lucas y Cristian tiene, se sustenta principalmente en la amistad y en demostrarse cosas el uno al otro. Los lazos y los vínculos que están creando estos chicos, están basados en la confianza principalmente y es por eso, que, en futuros capítulos, los chicos se irán poco a poco confesando cosas el uno al otro.

Quiero agradeceros a todos los que leéis mis relatos y especialmente a los que os “molestáis” en votar y/o comentar vuestra fidelidad a esta saga, que espero que dure todo lo que vosotros mismos queráis que dure (en el futuro entenderéis esto último).

Quiero también aprovechar este final de capitulo para agradecer a “ElBolto86” sus comentarios y trasladarle nuevamente la alegría que me produce que gracias a esta saga, el haya recuperado la inspiración y haya vuelto a publicar. Si no lo conocéis, os aconsejo que os paséis por su perfil y disfrutéis de unos relatos de categoría, una alta calidad en su narrativa.

No os aburro mas con mis historietas para no dormir, os espero en el próximo capitulo.