Capítulo 6 - Tentación prohibida
Mi marido, ya habia explorado todo el placer que mi cuerpo podía darle, pero...¿Será todo?¿O habrá más?
Aquella mañana era domingo, mi marido se había ido a hacer la compra sin haberme avisado y dejó un ramo de rosas con una nota en la cual decía: “Esta noche voy a descubrir tu verdadero placer”
Me sorprendí ya que no sabía de que hablaba exactamente, así decidí poner las rosas en la mesa del comedor en un preciosos jarrón de cristal y me puse a desayunar mi té con tostadas. Tras desayunar me fui al baño a darme una ducha fría y me lavé los dientes para irme ha hacer algo de ejercicio. Camino al vestidor iba pensando en que tendría mi marido dispuesto para mí. Hum… no tenía ni idea la verdad. Me fui a la zona de deporte y elegí un top deportivo negro y unos leggins deportivos que me ajustasen bien. Se me ocurrió al ponerme los leggins enviarle una foto a mi marido cuando cogí el móvil, abrí la cámara y me puse de medio lado en un espejo para sacar mis nalgas lo más porno posible para hacerle rabiar. Saqué la foto y abrí el Whatsapp donde se la envié con un cabecero. “Un footing sin ti mirándome el culo, es aburrido, pero seguro que esta noche lo compensas” Enviado. Dejé el móvil en la cómoda y mientras me hacía una coleta, sonó el tono de mensaje recibido. Lo cogí y me respondió con una foto de una bolsa de un sexhop con un cabecero: “Esta noche será divertida”. Me reí, cogí mis auriculares y el brazalete, estiré en la puerta de casa y salí a correr tranquilamente, cerrando la puerta antes de salir por el parque de al lado de casa. Mientras corría, pensaba en lo que sucedería esta noche, sexualmente pensaba que sería mi amo o me sorprendería con un juguete nuevo. Seguí corriendo y mientras corría escuchando Warrior de Dead in April para motivarme miraba a la gente mientras iba con los patines, las bicis, con niños, mascotas, pero lo que más me llamó la atención fue un hombre tremendamente atractivo, con los ojos azul diamante, rubio como mi tono de cabello y una altura como de 1,80. Se paró a estirar en una zona de estiramientos y yo fui a intentar conocer a este chico, llamó mi atención.
-Hola, ¿Cómo va ese footing? -Oh, hola, aquí estirando.. se te ve ya de correr un buen rato ¿eh, pequeñaja? Entendí su tono burlón y sonrió, su dentadura perfectamente blanca destacó por más que nada de toda su esbelta figura de su esculpido rostro. Era como un dios hecho carne, pero mi marido tenía ese toque que tanto me enloquecía. Este hombre seguramente seria uno de todos como los que te puedes encontrar y solo te quieren llevar al catre, no sería tonta de dejarme hacer. -¿Cuantos kilómetros corres? -Yo… corro 15 km al día. ¿Y tú, rubia? - Ja ja, -admito que me ponía cachonda que me dijesen “rubia” - yo corro 10 km, si no me puede dar algo, pero seguro que si me entreno puedo llegar a donde estas tú, estas realmente entrenado ¿eh?
Intenté controlar mis impulsos, no quería que mis bragas se mojasen y empezaran a incomodarme.
-Asique ¿te estas entrenando para alguna carrera? Le pregunté deseando saber más de él sin incomodarle mientras estirábamos. -Pues la verdad es que amo correr, es un estilo de vida, yo no ando por la vida, voy corriendo a los sitios para que siempre yo sea el primero en llegar. Este se rió con media sonrisa y mi coñito ya estaba dando palmas, era brutalmente atractivo, me estaba maldiciendo a mi misma de como podía estar mojando las bragas por un hombre con el que no estaba casada. Me tomé unos segundos para pensar fríamente y mantener una postura neutral y dejar de serle infiel mentalmente a mi marido del polvazo que tenia el hombre que me estaba ofreciendo su tiempo. -A mi también me encanta correr, lo necesito cuando estoy agobiada, me relaja, la verdad… bueno ¿Te vienes a correr, y corremos juntos? Por cierto, me llamo Sofía. Le sonreí amablemente, tenía unas ganas desenfrenadas de que me arrancase el leggin y se comiese mi coño a bocados que me dejase seca… ¿Pero que estaba pensando? !Estoy casada! Solo podía conformarme con masturbarme al llegar a casa o tener otro polvo con mi marido, que si así estaba en casa, lograría. El chico rubio me volvió a sonreír y traté de comportarme como una mujer casada que era. Mi marido me ponía cachonda y no un rubio cualquiera de la calle. -De acuerdo, ¿podrás llevar mi ritmo? Yo me llamo Alec, encantado. Solté una carcajada y me limité a sonreír. -Lo intentaré, macho men. Por cierto, bonito nombre, francés. -Lo mismo digo, Sofía también es muy acorde a una chica tan rubia y tan… amable como tú. Acabamos de estirar y volvimos a correr por todo el asfalto del parque que disponíamos. Tras un rato, vi como desaceleraba y de reojo veía como el trataba de ver mis nalgas prietas y metidas casi a presión en mis leggins de una talla menor a la que me correspondía, para volver loco a mi marido. Me decidí a preguntarle si estaba con alguien o casado o viudo incluso. -No quiero ser indiscreta pero...¿Estás con alguien?
Este jadeaba ligeramente de sus profundos pectorales y contestó tras unos segundos. -Estoy a pocos días de decir el “si, quiero” a mi futura mujer. La sonrisa del hombre se iluminó y me di cuenta que todo el paripé que había hecho sobraba. Me rebajé a nivel de desconocido. -Ah, que suerte, enhorabuena, seguro que la chica es muy guapa. Eso quise pensar y este anduvo sonriendo como si recordase a alguien, a su futura mujer. Durante el resto del camino me quedé callada y tras un rato me detuve y me despedí de él. -Bueno, yo tengo que marcharme ya, mi marido me espera. -¿Ah? Estas casada… que suerte! -Si, estoy casada con un alto ejecutivo de Software y sistemas. Tengo que irme y bueno, seguir con mi vida. Ya nos veremos majo. Me despedí con la mano de el, para ser más formal y este me sonrió de nuevo. Ya nos veremos, rubia. Su mano era cálida y grande, donde cogía mi mano entera y sentí casi su pulso. Estaba bastante entrenado hasta el pulso. Increíble. Nos fuimos cada uno por un lado y llegué a casa donde mi marido estaba rebuscando en las bolsas de la compra, cerrando detrás de mi la puerta. Crucé el hall, y llegué sudando a la cocina donde besé a mi marido en sus tiernos y jugosos labios. Estaba vestido con una camisa y unos vaqueros lavados a la piedra, donde su entrepierna sobresalía ligeramente, allá donde mis ojos iban, de reojo cazaba la deliciosa vista de una entrepierna salvaje como la de mi marido. Admito que me pone más cachonda cuando va en su uniforme de trabajo, esos trajes que se paga con nuestro sueldo millonario. Trajes de la seda más lujosa, donde ni una de sus camisas bajan de los 500€, solo de pensar en esas tres cifras hacía que mi coñito ansiase montarse ya esa polla que escondía mi marido entre esas robustas piernas. No lo aguanté más, me lancé como una leona sobre un búfalo de la sabana. -Cariño.. fóllame, por favor, lo necesito, fóllame… Enseguida como las dos primeras sílabas salieron de mi boca, mi marido ya me estaba comiendo la boca y metiendo mano a mi húmedo y desesperado coñito. -Nena, voy a follarte tanto que se te van a quedar las piernas de trapo. Seguido de esto, me puso contra la mesa de la cocina agarrándome y sus labios empezaron, a buscar mi oreja para morderla y el cuello, bajando por mi hombro donde con sus manos ya estaba azotando mi precioso culo con una fuerza brutal. Joder. Gemí cachonda perdida deseando que su enorme polla me metiera hasta ver las galaxias más lejanas. Le miré de reojo y ya estaba apretando con sus manos mis redondas nalgas. -Te voy a romper este precioso culo en 3… como que me llamo Agustín. Sus palabras profundas me ponían cada vez más cachonda. Yo ya estaba lista para recibirlo y él me agarró del leggin y me lo rompió por la costura del medio de las nalgas. Gemí. Entre estas se quedó un tanga negro básico que ya estaba húmedo de solo verlo. Me puso inclinada sobre la mesa y me frotó el coño por encima del tanga comprobando la descarada humedad. No podía aguantarlo más. Deseaba su polla más que nada en este mundo. -Aguuuusss, por favor, méteme tu enorme polla, por dios, no puedo más. Al oir mis palabras de súplica. Mi marido cogió con su enorme mano el tanga y lo rompió pasando la mano por mi húmeda entrepierna. -Quiero que ahora te corras como la zorrita que eres… por que eres mi zorrita. Dejó los restos del tanga en el suelo y se desabrochó con ansiedad el pantalón sacando su grandiosa polla que tanto adoraba. -Aguuus, si… por favor… De una estocada sujetó mis manos detrás de mi y me embistió con la rudeza propia de un animal, estaba tan cachonda que solo quería eso, que fuéramos bestias en celo. Su enorme polla me embestía fuertemente y yo gemía como una zorrita que era en ese momento para el y nuestro juego. Sus azotes venían una y otra vez hasta escocerme. No dejaba de gritar y pedir más. Solo quería eso. Echar un polvo y desahogarme de todo el estrés que llevaba encima. El era la llave para eso. Y su polla no dejaba de rebotar duramente contra mi, cogió mi coleta con fuerza y me besaba el cuello con deseo. -Adoro las zorritas como tú, que se abren de piernas con solo mirarlas… me pones tan cachondo cielo… es que eres una locura en vida… Teníamos nuestro juego y nos divertíamos. -Soy una zorrita muy zorra que le gusta tragarse la enorme polla de su hombre… joder, adoro tu enorme polla mi amor.. Así no puede aguantarlo y a cada embestida dura y cada estirón del pelo incrementaba mi deseo y rompí en un orgasmo que tocó el techo como si tuviera vida propia. Mi coñito recién follado soltó el mayor squirt de su vida mojando todo el suelo. Mi marido se ponía cada vez mas cachondo de verme ansiosa. Cuando me corrí me giró para comerse mi boca y gemir en ella. - Que cachondo me pones rubia… que cachondo me pones no sabes cuanto, me encanta follarme con mi polla tu pequeño coñito, y reventarlo como voy a hacer con tu precioso culo…
Después de eso, me empujó con la mano hacia abajo y me refrotó su mojada polla de mis fluidos por la cara hasta hacérmela meter con algo de fuerza en la boca cuando yo la deseaba así, era cuanto más cachonda sabía ponerme y yo empecé a masturbarle como toda una profesional, tragándome hasta casi sus testículos con toda la excitación que tenía, le escupí varias veces para lubricarle y mi marido me agarró de la coleta para hacer mi trabajo -Vamos zorrita mía, comete la polla de tu hombre, tragatela, que yo te vea, hasta la garganta, venga.. vamos diosa mía, cómetela.
Me ponía tan cachonda nuestro juego de placer que obedecí sin rechistar, él gemía con placer en su éxtasis mientras yo me ocupada de comerme su enorme polla llenándola de mi saliva, como más me gustaba hacerle. -Joder, me encanta como te comes mi polla mi amor… eres preciosa… me encanta follarme tu boca.. es el tercer cielo después de tu coño y tu apretado culo…
En su excitación se corrió en toda mi cara y boca sin avisarme ya que era lo que más cachondo le ponía hacer en este juego del morbo. Y yo me excitaba cada vez más y más… No podía parar mi morbo por montarme un la polla descomunal de mi marido. Tras correrse en mi boca y la cara me alzó a su altura y me lo hizo tragar para besarme después con su posesión más masculina. -Eso es, tragatelo todo zorrita mía, estas tan jodidamente preciosa en tu éxtasis… me pone tanto llenarte la la boca y correrme en tu preciosa cara de zorra que eres… Le permití llamarme “zorra”y “zorrita” para ponerme un apodo morboso que nos diera placer, y funcionaba, yo me sentía una chica mala y una zorra en toda regla dentro del juego, nuestro juego del placer. Me gustaba ser su zorrita y hacerle las mejores guarradas que ninguna otra mujer le haría, echarle los mejores polvos que ninguna le daría. Toda ella era yo, una zorrita cachonda y una diosa del amor. Y él lo sabia disfrutándome en mi faceta más morbosa. Su rubia más morbosa…
Me colocó contra la encimera y me abrió las nalgas de par en par para dislumbrar mi agujero negro, se ponía tan cachondo de solo verlo tan apretado y cerrado que en su imaginación lo rompía dándome el mayor placer jamás otorgado. Ansiaba su tremenda polla en mi coño de nuevo y culo. Pero esta vez le tocaba a mi culo. Escupió con puntería a mi apretado agujero y seguido a su polla para lubricarse y hacer la penetración mejor, sin avisar, me dio uno de sus tremendos azotes que aún más cachonda me ponían y me clavó su enorme polla hasta los limites que su dura polla permitía. Mi culo casi literalmente se rompió y yo separaba mis nalgas para que me embistiera lo más duro que pudiera y sentir como me llenaba su gruesa polla a cada penetración, me azotó de nuevo y gimiendole en ruegos le pedía más y más Aguuuuuuussss, joder, me encanta que me folles, me encanta, sigue… sigue… sigueeee… ahhhh…. En mi éxtasis liberé mis tetas apretadas en el top que llevaba y mi marido siguió azotándome cada vez más de lo cachondo que estaba de poder “romper” mi culo. Siguió sin parar hasta que se corrió en mi culo y disfrutó de lo mucho que deseaba haber tenido ese polvo que echamos. Al correrse me corrí junto a él y mis piernas se llenaron de squirt cuando mi marido agotado me dió un ultimo azote escociéndome y saco su dura polla para girarme y comerse mis dos preciosas tetas que no había atendido. Después de saciarse con mi cuerpo, cogió mi rostro entre sus manos y me besó con la más tierna dulzura para demostrarme todo su amor. Le besé sonrojada mientras aun disfrutaba del post-polvo. -Has estado increíble, pequeña fierecilla mía, me pones lo más cachondo que me ha puesto nunca una mujer. Me confiesa mientras coge una toallita húmeda y limpia mi rostro tras haber eyaculado en el. -Ahora nos vamos a cenar a un sitio romántico, para que veas que no todo aquí son polvos, que yo también soy un hombre detallista y romántico. Dicho esto me cogió con sus grandes brazos y me dejó apoyarme en su hombro mientras me llevaba a la ducha para asearnos y arreglarnos. -Después de la cena sabrás la sorpresa… tranquila mi vida.
Listos y preparados, él en uno de sus trajes negros impolutos con corbata azul y yo en un vestido de noche negro, bastante sencillo pero muy atrevido con escote en V y un corte de falda abierto por un costado dejando ver una de mis piernas detallando en unos “So Kate” de aguja de la firma del reconocido Christian Louboutin. Me llevó a una restaurante de lujo donde al acabar de cenar no le importó pagar 780€ de la cena y dejar incluso algo de propina para satisfacer el mejor servicio ofrecido. Al llegar a casa entré en sus brazos y oí unos ruidos extraños, me asusté. -Agus, hay alguien en casa, shh… Él me tranquilizó y dijo que no pasaba nada, era parte de la sorpresa.
Me dejó en el suelo y encendió la luz…
En el salón aparecieron dos personas una masculina y robusta y otra más pequeña y gracil, la una era Kyla y la segunda… No puede ser, era el hombre que he visto esta mañana en el parque haciendo footing. El rubio de ojos azul diamante. -Bienvenidos chicos, acomodaos, enseguida traigo el vino, Sofi, te presento a Alec, un amigo de la empresa y socio, y que no se me olvide, futuro esposo de Kyla. Sí, yo negocié con Alec que su futura mujer accediera a ser nuestra compañera de juegos. Kyla me dio un pico amable y Alec se quedó igual de impresionado que yo. Ambos iban vestidos elegantemente, ella con un vestido corto bastante ceñido que marcaba con atractivo sus curvas de infarto y por lo cual supe de que estaba tan fijado su futuro marido, otra figura esculpida por los mismos dioses griegos. Iba enfundado en otro traje excelentemente acoplado a su gracil y musculada complexión. Alec me saludó después con dos besos y agregó -Anda, asique tu marido es Agustín, no me había dicho lo guapa que eras, este hombre parece que se reserva las mejores piezas, desde luego. Agus nos escuchó y mientras buscaba en la bodega un buen vino para la ocasión, añadió. -No quiero que mi buen colega se fiche a la rubia de este buen marido, ya la he cazado yo y será mía para siempre. Asi que tú a tu futura mujer y yo a la mía. Amigo. Este le guiñó un ojo y continuó. -No veas el footing que hemos hecho esta mañana juntos, me la he encontrado y hemos conversado un rato, fíjate que casualidad. Agus siguió. -¿Ah si? Que casualidad. Este volvió con 4 copas de vino y la botella donde nos dio una a cada uno y con el saca corchos eléctrico saco el corcho. Uno a uno sirvió y en la copa de si mismo sirvió zumo de frutos rojos para compensar el sabor dejando la botella en la mesa del comedor. -Brindemos, por una noche de amistad y placer. La pareja sonrió y yo hice lo mismo alzando la copa en alto, y brindando juntos, bebimos a la vez saboreando el característico sabor del lujoso vino Domaine de la Romanée-Conti Grand Cru al módico precio de 13.500€ en la bodega de mi marido para satisfacer mi más delicado paladar al gusto del vino.
Tras la cata, dejaron sus copas la pareja y se miraron, Alec le cogió suavemente de debajo del cuello encajando su mano entre su oreja decorada con los mejores diamantes de Cartier y le encajó un beso lento y sensual que me hizo estremecer cuando en la mitad de la erótica vista Agus se fue silencioso en busca de algo mientras yo bebía en silencio y disfrutaba sintiéndome de sujeta velas.
Cuando Agus volvió me dio una caja alargada y me dio uno de sus mejores besos. Me cogió la mano y me acompañó a un sillón Barcelona de piel de lujo en blanco acabado en metálicas patas de acero que le daban un aspecto más elegante. -Vas a poder disfrutar con esto mucho más mientras estas sentada en este sillón de lujo. Abrí la caja, era un masajeador de clítoris, un Smart Wand de la prestigiosa marca erótica LELO, acabado en negro y una sensual forma me cautivó y un dildo INEZ bañado en oro de la gama más alta del mercado. Tras recibir estos regalos me dejó en el sillón y la pareja tenía de fondo la cama de invitados blanca y con detalles en plumas y decorados dorados. Digna estancia para una orgia de 20 personas. Kyla y Alec se empezaron a besar y este le empezó a meter mano al mismo tiempo y le agarraba de su perfecto y rendondo culo, cuando de rrepente Agus entró junto a ellos y empezó a morder la oreja de Kyla y besar su cuello mientras le agarraba del culo mientras Alec seguía besándola con ternura. Agus metió sus manos bajo su vestido y jugó con sus nalgas dándole besos a estas, le encantaba jugar con mi culo y con le de ella al parecer. -Kyla.. Susurró mientras le comía las nalgas y ella devoraba a su marido con suavidad y sin prisa. Agus bajó su tanga de encaje y metió sus dedos dentro de la vagina de Kyla para comprobar como estaba. Algo húmeda pero no preparada. Así le abrió de piernas un poco haciéndole respingar el culo y Agus le empezó a devorar su exquisito y depilado coñito. Le oí gemir y yo empecé a meterme mano masturbandome de la erótica escena en mi sillón de lujo. Me acerqué a Wanda y mientras miraba, lo encendí y me masajeaba el clítoris. Dios, era increíble, estaba viendo un trío real y para mi privilegio mi marido había pensado en mi. Agus empezó a masturbarle con sus dedos mientras se comía todo su coñito y Alec empezaba a bajar los tirantes del vestido para descubrir sus preciosos pechos, que ya estaban sus pezones duros y pesados. Kyla gemía de tener a dos hombres para ella y disfrutaba de ellos al mismo modo. Alec se empezó a comer sus pechos y Agus mientras seguía comiéndose el coñito de Kyla mientras ella le acariciaba el pelo a su futuro marido y ambos tres soltabas suaves gemidos al ritmo del placentero encuentro. Mientras tanto yo ya estaba cerca del orgasmo disfrutando de mi juguete. Kyla gemía y Agus tras complacer su hambriento coñito la volvió a morder y besar le cuello metiéndole mano hacia su clítorismientrasAlec se saciaba de sus tetas y masajeaba su culo. Eran un perfecto trío acompasado a mis gemidos. Alec acabó de tirar el vestido de Kyla y se quedó desnuda en unos Louboutin que yo misma le regalé uno de los días que vino. Ambos hombres la empezaron a acariciar, masturbar y comerse por ambos lados sus preciosos pechos mientras ella acariciaba sus cabezas y gemía retorciéndose mientras ellos sostenían su culo apretándoselo y dándole azotes firmes, ella me miraba y yo me excitaba cada vez más de la película porno que estaba disfrutando en mi intimidad compartida. -Joder, me encantáis… Solté entre gemidos y Agus se comía su pecho mientras con su otra mano le masturbaba el clítoris para hacerla gemir. -Vamos Kyla, queremos que te corras para nosotros… Kyla gemíamirándolemordiéndose y Agus respondió dándole un azote que ella disfrutó y se meneo para ellos, Alec la cogió para si besándola y la llevó a la acolchada cama donde descansó en mullidos cojines de plumas y dejándola estirarse, los hombres empezaron a desnudarse y Agus me miró guiñándome el ojo mientras iba hacia ella y se tumbaban a sus costados, los dos hombres siguieron disfrutando de ella y Kyla usó su saliva para lubricar sus grandes penes que la iban a penetrar, esta con las manos llenas de saliva empezó a masturbar a mi marido y al futuro suyo. Me excité tanto que me corrí sobre el sillón y me estremecí apretándome un pecho y el sillón se impregnó de mi squirt y gotas de flujo. Kyla recibía sus masturbaciones por ambos hombres y ella a ellos compartiendo sus besos con ambos dos, excitándome mientras con el masajeador, temblaba de placer y gemía intentando unirme a ellos. Era tan erótico y sexual… desprendían un combo de poder sexual. Un bomba de triple efecto. Conforme Kyla recibía excitación de sus compañeros, yo percibía su coñito deseoso de correrse y ella se contuvo pocos segundos mas hasta que se corrió con un espeso flujo y algo de squirt a lo que los hombres endurecieron sus penes y sonrieron satisfechos, Agus soltó su gratitud: Joder Kyla, eres explosiva y solo te has corrido.. quiero ver como gozas con mi polla dentro de tu bonito coño… Kyla sonrió hacia el y le cogió de la barbilla para besarle delante de mi mientras Kyla me miraba de reojo para provocarme. -Kyla… cuanto me pone que beses a mi marido… sigue… Mi coñito ya estaba tan excitado como el de mi amiga y ella deseba poder complacerlo pero sentía mayor deseo por sus compañeros. Alec añadió: Agus, es mi futura mujer pero le encanta participar en actos compartidos de placer, quiero que te la folles con respeto. Agus le miró con toda su testosterona a flor de piel y le comió la boca a Kyla sin reparo mientras azotaba el clítoris de su compañera y esta le mordía el labio complacida. -Agus, que cachonda me pone que me azotes el coñito… Agus se complació y le azotó otra vez mientras yo disfrutaba de la escena con mis juguetes y miraba cada detalle que mis compañeros me ofrecían para mi privado placer. -Aguuuuuuuuussss… Gimió Kyla y al mismo tiempo que yo deseosas de más. Alec tomó el mando y cogió a Kyla para colocarla a 4 patas mientras la besaba y Agus se preparaba detrás lubricandose su enorme polla lista para follarse el culazo de Kyla y su chico empezó metiendo su grandiosa polla en la boca de ella mientras Agus le dio un fuerte azote y esta gimió mientras se tragaba el enorme pollón de su hombre, sin dejar de recibir las embestidas duras de su Agus, que disfrutaba mientras agarraba su bonito culo. -Joder Kyla, me encanta poner a las mujeres a 4, sois tan bellas… y tan follables… Alec recogió en su mano la larga y lisa melena pelirroja de Kyla mientras esta tragaba gozosa el miembro de su hombre y dejaba su falo envuelto en saliva mirándole lascivamente. Mi segundo orgasmo era inminente y mi volví a correr -AGGGUUUUUUUUUUUSSSS… AHHH… Mi squirt salió disparado y me bajé el vestido para quedarme desnuda y tener mayor comodidad apretándome los pechos. Agus sonrió complacido y le azotó a Kyla mientras esta gozaba con sus dos extremos llenos de dos grandiosas pollas para su disfrute y gozo. -Aleeccc… me encanta comerte esta enorme polla que posees… es mi droga para seguir viviendo… Le dijo a su hombre y este le dio una caricia mientras le volvía a meter su gruesa polla en su boca de carmín. -Así Kyla cariño...ábrete para nosotros.. y para Sofía… ella quiere verte. Decidí cambiar de juguete y me deslicé el dildo de pesado oro dentro de mi húmedo y lubricado coñito. Agus disfrutaba de su culo, Kyla de sus grandes pollas para ella sola y Alec de su mujer mientras yo de la triple fantasía hecha realidad ante mis ojos. Kyla se excitó y volvió a correrse de tragarse una y otra vez la polla de su hombre y Agus disfrutó de su squirt gimiendo complacido. -Las mujeres corriendoos sois lo más maravilloso de este mundo, joder, y amo veros en vuestro éxtasis. Dijo mi marido acariciando su culo y se sacó la gruesa polla de su coñito para cambiar a otra postura, ahora Alec se tumbó y Agus se puso de pie para recibir la boca hambrienta de Kyla, así esta cabalgaría a su hombre y recibiría el enorme miembro de mi marido que ansiaba ser liberado, esta empezó a cabalgar el enorme pollón de su hombre mientras este agarraba sus perfectas nalgas y gemía de gusto mientras Agus le recogía el pelo en una coleta y le introducía lentamente toda su envergadura hasta el fondo de su profunda garganta. -¿Es verdad que te tragas la polla de tu hombre? Entonces podrás con la mía, abre bien… quiero que la limpies bien de como la has dejado con tu jugoso coño que me he follado ya. Esta le miró excitada a sus palabras y mientras cabalgaba, Agus miraba como lo hacía mientras recibía el placer de la boca de Kyla experimentando la garganta profunda de esta, gozando como nunca antes. -Dios Kyla, te la tragas toda, era verdad, que buena chica tienes Alec, pero Sofi lo hace mucho mejor, asique esmerate. Este sonrió guiñándome el ojo para que me sintiera complacida y lo recibí acorde a la situación disfrutando de la escena penetrándome la preciada joya de dildo que mi marido me había proporcionado para esa ocasión mientras gemía al borde de otro orgasmo. Kyla cabalgaba mas duro y Agus le ayudaba manteniendo su pelo recogido y haciendo un suave vaivén con sus caderas para sentir hasta la ultima respiración de ella ayudándose de su nariz para no ahogarse. Alec se excitaba de ver como cabalgaba al mismo tiempo que se comía entera la dura polla de mi marido. -Kyla, dios mío, vas a hacer que me corra. Le dijo Alec y esta se rió sacando la largura de mi hombre y le masturbó con la mano. Kyla gimió en alto y se volvió a correr meneándose traviesa sobre su hombre, llenándole de flujo y algo más de squirt. Para acabar con la guinda del pastel volví a correrme fuertemente al ver la excitante vista y mi coñito expulsó su squirt de placer frotándome el clítoris con ansia para hacer salir más squirt, mirándome ambos de mis compañeros masculinos que se excitaron aun más al verme. La última postura fue la ansiada penetración doble que tanto deseaba. Agus se tumbó en esta ocasión al borde de la cama y Kyla sobre él con su enorme polla reclamando su mojado coño y Alec se movió de pie a los pies de su colega donde dispuso a su mujer en la posición adecuada para penetrarla. Yo ya no podía más, iba por mi tercer orgasmo para el cuarto. Estaba en éxtasis, pero hice el esfuerzo de disfrutar un poco más de mi película porno. Ambos hombres se colocaron y Kyla lubricó con su saliva sus gruesos y combativos penes que se iba a follar tan agusto,
-Folladme chicos, follaos mi culito y mi coñito… Dijo excitada Kyla cuando Agus la cogió hacia si y la penetró rápidamente al mismo tiempo que su hombre en su apretado culo -JODER, Kyla, tu culo… dios… Todos gemimos y formamos un hermoso coro de placer y sexo. Era increíble y mágico. Kyla se agarró al pelo de su hombre mientras cabalgaba y Agus se comía vorazmente sus redondas y saltarinas tetas que con sus embestidas hacia rebotar como dos pelotas de tenis. Gemí, ella gimió y los hombres clavaban su durísimas pollas en los profundos agujeros de mi compañera. Era puro morbo, me excité a niveles insospechados y seguí penetrándome y jugando con mi húmedo coñito lleno de deseo. Kyla se agarraba como podía y los hombres disfrutaban de ella, mientras ella disfrutaba de ellos sintiéndose llena de dos preciadas masculinidades, ella estaba en el cielo y los hombres en su paraíso, No podíamos más, estábamos medio muertos de tanto morbo, excitación y placer. Kyla gimió excitada cabalgando como una posesa sintiéndose la reina del polvo más histórico de su vida. Volvió a correrse sobre sus compañeros y ellos excitados la azotaron, mordieron, besaron y gozaron a su antojo, pero con el máximo respeto hacia ella. Ayudaron Kyla a arrodillarse en el suelo, a esta le temblaban las piernas y a duras penas podía sostenerse. Se sujetó a la cama y los hombres se dispusieron a sus lados masturbandose los enormes sables para eyacular en ella, sus grandísimas pollas, que lucían unas venas marcadas y una erección durísima, estaban a punto de explotar en la cara de Kyla. Con ganas de eyacular ella, les agarraba de sus erecciones con ambas manos y sacaba la lengua alternándose para chuparles sus miembros. Ellos gemían de gusto y la miraban jugar con sus penes. Excitados perdidos esta les masturbo fuertemente y con rapidez mientras les decía. -Correos en mi cara y boca, vamos chicos, lo quiero todo, dadme todo, dadme de comer, tengo hambre… Ellos se excitaron y jadeaban de gusto acariciando su pelo y recogiendo cada uno la mitad de cada mechón para que trabajase agusto, cuando los 4 explosionamos en una fuerte corrida de semen por parte de los hombres que excitados se corrieron en la boca y cara de Kyla mientras estaba cerraba los ojos y se dejaba llenar y ellos vaciarse en ella. -Eso es chicos, todo a Kyla, me encanta que os corrais en mi boca y me pinteis la cara de vuestra leche chicos, me pone tan cachonda… Estos rendidos se tiraron a la cama y tras haberme corrido yo junto a ellos dejando el sillón hecho unos zorros, me levanté a duras penas y ayudé a Kyla a limpiarse con una toallita húmeda todo el semen que ellos le habían echado, habiéndose tragado el que cayó en su boca. -Gracias Kyla, has estado genial. Descansa cariño, te lo mereces. Esta sonrió y me abrazó con cariño. -Gracias a ti rubita, he disfrutado mucho del trío, espero que tu también de espectadora, que morbo me daba que nos mirases… vamos a descansar anda, ha sido un día durísimo, como las trancas de nuestros chicos, que ya duermen, miralos. Esta los señala y se ríe. Nos damos la mano y nos tumbamos cada una encima de nuestro hombre. Había sido uno de los másincreíbles días de mi vida, había participado en un trío. Que morbazo… espero que los juegos de mi marido y míos sean siempre eso, juegos. Gracias a él he podido disfrutar de uno y le debo de agradecer el detalle. Es el mejor hombre que he podido tener en mi cama. Mi hombre, el rey de mis noches y sol de mis mañanas. Mi dios.