Capitulo 6: Excursión en bici y algo más...

Cristian en su habitación rememora todo lo ocurrido durante el fin de semana, y los chicos disfrutan de una estupenda excursión en bicicleta.

MIENTRAS TANTO EN LA HABITACIÓN DE CRISTIAN:

Cristian tras salir de la casa de Lucas, se subió en el ascensor, marco el botón que le llevaba al 4º piso y subió, abrió la puerta de su casa, saludo a su madre la que lo recibió con una bronca tremenda. Cristian ya estaba acostumbrado a eso, la relación con su madre no era buena y las broncas de esta hacia su hijo eran continuas. Tras escuchar la charla de su madre, Cristian se fue directamente a su cuarto, cerró la puerta y tras adentrarse en sus dominios, dio un suspiro de alivio.

Nada mas entrar, dejó la consola y el juego que le había dejado su amigo y sacó un pijama limpio del armario.

Cuando se sentó en el borde de la cama, imágenes de ese fin de semana empezaron a pasar por su cabeza, había conocido a Lucas de una manera totalmente fortuita, y a raíz de ese momento inesperado, habían comenzado una relación de amistad, que esperaba no fuese pasajera y se terminara con el regreso de la novia y de los amigos de este.

Se quitó la camiseta que llevaba y al dejarla sobre la cama se dio cuenta de que era la camiseta que le había dejado su amigo hacía unas horas y que además le había dicho que era su favorita. Ese recuerdo hizo que se le erizara un poco la piel y se dibujó una sonrisa en su rostro, se le vino a la cabeza la imagen de esa chica que le pide una sudadera a un amigo con la intención que todos sabemos y que a los chicos cuando éramos mas críos nos gustaba tanto que pasara, aun a sabiendas de que la camiseta estaba completamente limpia porque la había sacado doblada del armario, volvió a cogerla con sus manos, de una manera delicada, como quien coge un tesoro y se la acercó a su rostro, buscando un mínimo atisbo del olor de Lucas, aunque este no estaba realmente presente en la camiseta, la mente a veces juega con nosotros, y para Cristian esa camiseta olía a su amigo. Su miembro, comenzó a crecer dentro de sus pantalones de deporte y de su ropa interior. Aunque estaba acostumbrado a dormir con pijama, esa noche quería dormir sin camiseta, y usar la de su amigo como peluche, quería dormir abrazado a esa prenda de vestir. Volvió a dejar la camiseta sobre la cama, se quitó el pantalón corto de futbol y observó que su pene, en un estado de semierección, estaba cobijado por unos CalvinKlein blancos, que también eran de su amigo, eso fue lo que termino de excitarles y a su mente lo primero que vino fue el recuerdo de la paja que se había hecho esa mañana con la ropa interior usada de su amigo. Tiró el pijama que se había preparado al suelo, deshizo la cama dejando la sabana en los pies de esta y se tumbó en ella. Empezó delicadamente a acariciarse los pezones y darse pequeños pellizcos en ellos. Eso le provoco el primer pequeño gemido de placer y además hizo que se acordara de la mamada que le había hecho a su amigo aquella tarde, la segunda en dos días. Cuando estaba comenzando su excitación a ser notoria en el, sonó su teléfono que estaba apoyado en la mesilla de noche, aun a riesgo de que le cortara todo el rollo lo cogió para ver de que se trataba y vio que era un WhatsApp, abrió la aplicación y una sonrisa iluminó su rostros, el WhatsApp era de Lucas: “ ey bro, quedamos mañana a las 08:00h en los garajes, en mi trastero, el 104, que descanses ”. Inmediatamente, con una sonrisa de oreja a oreja le contestó: “ genial, allí nos vemos, espero que el madrugón valga la pena ” y le envió además un emoji con un ojo guiñado y la lengua fuera. Ese mensaje en lugar de cortarle el rollo, hizo que su excitación aumentara aun más, dentro de unas pocas horas, podría volver a disfrutar de su amigo. Ese pensamiento, devolvió su mano izquierda a sus pezones esta vez acompañados de un poco de saliva que había recogido de su lengua. Con la mano derecha, comenzó a tocarse la zona del vientre, sus abdominales no estaban tan marcados como los de Lucas, pero fácilmente al pasar la mano por encima se podían distinguir todos y cada uno de los cuadraditos que formaban su tableta. Poco a poco, esa mano fue bajando mas y había llegado ya al lugar en el que terminan los oblicuos y comienza el pene. El suyo estaba ya completamente empalmado aun cobijado por el bóxer blanco, con unos rápidos movimientos, se deshizo del bóxer y se lo llevó a la cara, eso le excitaba muchísimo, lo hacía con su propia ropa interior siempre que se masturbaba, y en esta ocasión, ese calzoncillo le olía a gloria, la zona donde se coloca el pene, estaba completamente empapada de precum, se acumulaba todo el que había soltado mientras le hacía la mamada a su amigo y el que estaba soltando ahora desde que había comenzado su jueguecito. Paso la lengua por la zona humedecida de precum y lo saboreó, aspiro el aroma que estaba impregnado en los bóxer y el olor le arranco el segundo gemido de la noche. Sabía que con lo excitado que estaba, iba a durar poco cuando comenzara a meneársela así que quería disfrutar todo lo que pudiera antes de correrse. Siguió jugando con sus pezones, pellizcándolos, acariciándolos y humedeciéndolos con su propia saliva y su lengua y su nariz seguían disfrutando de ese pedazo de tela blanca. Cuando ya su polla estaba a punto de explotar por la excitación que llevaba encima, dejo el bóxer sobre la cama y bajó su mano derecha a su miembro, acaricio suavemente la base del pene cubierta por ese vello púbico que llevaba perfectamente recortado, acto seguido, sus mano descendió hacia sus testículos, los fue acariciando y jugando con ellos, los presionaba ligeramente, lo necesario para que le produjera excitación pero que no le hiciera daño. Cuando creyó que sus cojones habían recibido suficiente estimulación, su mano fue recorriendo todo el tallo de su pene hasta llegar al glande, aun cubierto por el prepucio, comenzó a destaparlo con suavidad y la tarea fue fácil, este estaba totalmente empapado de precum así que no era necesaria mas lubricación, por lo que directamente, una vez completamente descubierto, empezó a acariciarlo, a recorrerlo entero con la yema de dos de sus dedos y sus gemidos ahora eran un poco mas sonoros.

Recorría la corona del glande, cosa que le llevaba al cielo y se acercaba los dedos a su nariz para aspirar ese aroma que tantas veces había olido y que en ocasiones de mucho calentón, había conseguido que se corriese sin apenas tocarse. Recogió con sus dedos un poco de saliva de su boca, se la extendió como pudo sobre el tallo de su pene y ahora con las dos manos ya sobre sus genitales, una se dedicaba a masajear los testículos y ligeramente el perineo y la otra, empezó a realizar el movimiento de sube y baja sobre su polla. Estuvo pajeándose apenas 5 minutos, estaba súper cachondo y soltaba gemidos que intentaba ahogar mordiéndose el labio inferior, no quería que su madre le pillara con las manos en la “masa”. Noto que su respiración se aceleraba y acto seguido, comenzó a correrse, soltó 4 o 5 trallazos de semen, que cayeron sobre sus abdominales y manchando un poco uno de sus pezones. Una vez recuperado del orgasmo, con un dedo recogió la lefa que estaba sobre su pezón y se la llevó a la boca, no le encantaba tragarse su propio semen, pero siempre lo acababa probando, aunque hoy había tenido ya una generosa ración de leche… Cogió el calzoncillo de su amigo y terminó de limpiarse todo el semen que llevaba sobre los abdominales, el limpiarse con el bóxer de Lucas volvió a excitarle un poco, sabía que tendría que lavarlo y devolvérselo, pero no tenía por que hacerlo al día siguiente. Recogió como pudo el pantalón del pijama que había tirado al suelo y se lo puso, agarró nuevamente la camiseta de su amigo, se la volvió a llevar a la cara y aspiro ese supuesto aroma que la impregnaba, no sabía que le estaba pasando, estaba claro que Lucas era hetero y que además tenía novia y por lo poco que había hablado de ella la quería mucho. Nuevamente, el sonido de su teléfono volvió a sacarlo de sus pensamientos. Lo cogió para mirarlo y vio que era otro WhatsApp de su amigo; en esta ocasión, el mensaje le preocupó un poco, necesitaba hablar, así que dejó la camiseta a un lado de su cama y le llamó por teléfono.

Lucas no tardo ni un segundo en contestar, su voz se escuchaba distinta, como triste y se le notaba que o bien había estado llorando o aun lo hacía. Cristian estuvo escuchando atentamente lo que su amigo le contó y cuando acabo de contarle todo lo que le había escrito Elena y que ni le cogía las llamadas ni le entraban sus mensajes, Lucas rompió a llorar de nuevo. Escuchar llorar a su amigo, le partía el corazón a Cristian, este trató de consolarlo por teléfono, le intentaba explicar que seguramente todo serían imaginaciones suyas, que no pasaría nada, que Elena tendría el teléfono apagado o sin datos y que no le diera mas vueltas, las palabras de Cristian, poco a poco fueron surtiendo efecto, llevarían hablando mas de una hora cuando el pequeño miró el reloj de su mesilla de noche, eran casi la 1 de la mañana, le dijo a su amigo que si quería, cancelaban la excursión de mañana, que era muy tarde, y Lucas le dijo que ni hablar, que dentro de 7 horas habían quedado en los garajes y la excursión seguía en pie. Los chicos se despidieron y se fueron a dormir.

A ambos les costo dormirse, a cada uno por sus pensamientos, en ocasiones totalmente distintos. Cristian, sabía que le iba a tocar consolar a su amigo al día. Siguiente y que tendría que esforzarse para sacarle de sus pensamientos y así poder disfrutar de la excursión; con este pensamiento cayó dormido.

DE VUELTA A LA CASA DE LUCAS:

Eran las 07:15h y el despertador de Lucas le sacó de sus sueños, lo primero que hizo fue mirar su teléfono para ver si Elena había recibió sus mensajes y estos seguían únicamente con un tic. No quiso darle vueltas, era muy temprano y su amigo ya le había dicho ayer, que seguramente no tendría datos. Se levanto de la cama, abrió el armario y cogió un conjunto de ciclismo (maillot y culotte), cogió unos calcetines altos y se fue a la ducha para despejarse. Abrió el agua de la ducha y se metió debajo, ese chorro de agua fría le hizo despertarse completamente, fue una ducha rápida y en menos de dos minutos ya se estaba secando con la toalla. Comenzó a vestirse, no le gustaba llevar calzoncillos debajo del culotte, ya era bastante ceñido este y pedaleaba mas como así. Se coloco el maillot, igual de ceñido que el culotte y que le marcaba todos los músculos del cuerpo, por ultimo se puso los calcetines, de media caña, para evitar rozar con la piel en los platos o cadena de la bicicleta.

Volvió a su cuarto y pensó que lo mejor sería que le cogiera otro conjunto a su amigo, iban a estar bastantes horas sobre la bici y seguro que con la ropa adecuada iría mucho mas cómodo, cogió un conjunto idéntico al suyo y lo dejo preparado en la puerta de entrada.

Se fue a la cocina, se preparó el desayuno como todos los días, el bol de fruta y muesli, lo devoró en un momento y cogió unas piezas de fruta, unas barritas de cereales y frutos secos y unos geles energéticos, cogió para los dos, lleno 4 cantimploras de agua y con todo preparado se bajó para el garaje, aun quedaban 10 minutos para las 8:00h pero quería revisar las bicis, que estuvieran las ruedas con la presión adecuada y que llevaran algún repuesto para por si acaso. Además se calzó unas zapatillas de bici, de las que llevan las calas para los pedales automáticos de su bicicleta.

Mientras terminaba de revisar ambas bicis, su amigo apareció por la puerta de su trastero, con una cara de sueño que hizo que a Lucas se le escapara la risa.

–Joder tío, vaya careto jajaja– le dijo Lucas a su amigo.

–No te rías capullo, que no son horas macho– le contesto Cristian a Lucas –¿que tal has dormido?– le pregunto a su amigo.

–Bien bien, muchas gracias por lo de ayer de verdad, estaba destrozado y no sabía a quien recurrir, te debo una– le contesto Lucas mientras se le acercaba y le daba un fuerte abrazo a su amigo.

Tal y como se había imaginado Lucas, su amigo había bajado con un conjunto de futbol, por lo que se dio la vuelta y se agacho para recoger el conjunto que había preparado para su amigo, dejando su culo enfundado en el culotte ultra ajustado a la vista de Cristian, este ultimo apartó como pudo la mirada de ese culo, no le apetecía comenzar la excursión empalmado.

–Anda, ponte esto que irás mucho mas cómodo que con lo que llevas– dijo Lucas mientras le lanzaba la ropa a Cristian.

–Joder, pues si que has venido tu preparado no?– le contestó Cristian mientras miraba la ropa que le había pasado su compañero.

–A ver, vamos a estar un montón de horas subidos en las bicis y te aseguro que con la ropa adecuada se te pasaran mucho mejor– le volvió a repetir Lucas a su amigo– anda, entra aquí y cámbiate, te aconsejo que no te pongas ropa interior debajo del culotte, al final se arruga y acaba molestando, pero haz lo que quieras, como mas cómodo te sientas– termino de decirle Lucas mientras salía del trastero para dejar que su amigo se cambiara con mas intimidad.

A los pocos minutos, Cristian salió del trastero con el maillot y el culotte ya puesto y su compañero se quedo mirándolo.

–Joder, pues te queda de puta madre jajaja– le dijo riendo a su amigo –además, esta ropa te marca un culo y un paquete de escandalo– le dijo mientras se exhibía delante de su amigo.

La verdad que, aunque Cristian no estaba tan musculado como Lucas, la ropa de ciclismo le marcaba un cuerpo que se veía bastante fibrado y lo mejor eran las piernas, con unos músculos bien trabajados a base de muchos años de fútbol.

–Bueno, pues ya esta todo preparado– dijo Lucas –no te puedo dejar zapatillas de calas porque solo tengo de mi número, además si no las has usado nunca es difícil acostumbrarse al principio, te he puesto pedales normales, tu bici es la roja– le terminó de decir mientras le señalaba una de las monturas –llevas dos cantiploras de agua, pero las podremos rellenar, hay fuentes por el camino, yo llevo una mochila con fruta, pero metete esto en el bolsillo trasero del maillot– le dijo mientras le pasaba unas barritas de cereales y unos geles energéticos.

Cristian estaba flipando, cuanta información le había dado en un momento.

–¿Y con esto que hago?– pregunto Cristian mientras sostenía los geles energéticos –creo que te has venido tu un poco arriba, pensaba que esto iba a ser un poco mas relajado– le termino diciendo a su amigo mientras movía la cabeza de lado a lado.

–No te preocupes, que la excursión va a ser tranquila, pero es mejor ir un poco preparados– dijo Lucas mientras entraba al trastero y cogía dos cascos y dos gafas de sol –toma, la seguridad ante todo– le dijo mientras le pasaba un casco –y esto te vendrá genial dentro de un rato– le dijo dándole las gafas –ahora, que esta todo nos vamos– dijo mientras echaba la llave de la puerta del trastero.

–Espera un momento– dijo Cristian –¿podemos hacernos una foto?– pregunto el pequeño mientras sacaba el móvil.

–Si claro, dale– respondió Lucas.

Cristian abrió la aplicación de la cámara, le dio la vuelta al teléfono y se acerco a su amigo, este se puso a su lado y el pequeño tomo un “selfie”.

–Haré varias y luego las subiere a Instagram si te parece bien y así te etiqueto– le dijo Cristian a Lucas mientras se volvía a guardar el móvil en el bolsillo del maillot.

–Sí claro, no hay problema, me encantan las fotos, así que adjudicado, eres el fotógrafo oficial de la excursión, pero sácame guapo en las fotos eh– bromeo Lucas.

–Eso es imposible no hacerlo– contesto Cristian sonrojándose un poco.

Los chicos se montaron en las bicicletas y comenzaron la excursión, el primer trozo lo hicieron por carretera hasta que consiguieron salir de la ciudad, vivian en una zona bastante céntrica, pero en menos de 20 minutos, tomaron el primero de los caminos.

Lucas iba todo el rato delante, era el que iba decidiendo por que caminos adentrarse y le iba dando forma a la excursión, pero no perdía de vista a su amigo, no quería que forzara mas de la cuenta y estaba todo el rato controlando que el chaval estuviera agusto.

Llevarían como dos horas pedaleando y Lucas freno en una zona con árboles, se bajó de la bici y esperó a que llegara su amigo. Una vez los dos estuvieron nuevamente juntos, Lucas le dijo a su amigo de descansar un rato.

–Cristian, vamos a parar aquí para comernos una fruta y beber algo de agua y así reponemos fuerzas para el ultimo empujón, nos queda mas o menos una hora hasta llegar a donde te quiero llevar, que ya veras como te encanta– le dijo Lucas a su amigo.

–Una hora mas, que fácil es decirlo cuando se tiene una resistencia física como la tuya– protesto Cristian medio en broma medio en serio.

–Venga, no protestes gruñón, que veras como la recompensa supera al esfuerzo– le dijo Lucas a Cristian mientras se sentaba en el suelo apoyándose en un árbol y sacaba dos manzanas de la mochila –anda, siéntate aquí conmigo y descansa un poco– dijo mientras le hacía un gesto a Cristian con la mano.

Cristian se sentó al lado de Lucas, cogió la manzana y le dio un buen trago de agua a la cantimplora. Estuvieron descansando unos 20 minutos y cuando Lucas creyó que ya se habían repuesto, se puso de pie y dirigiéndose a su amigo le dijo que montara, que ya no quedaba nada.

Los chicos retomaron la excursión y tal y como había dicho Lucas, en poco mas de una hora, llegaron a una zona donde el camino desaparecía, dando lugar as una estrecha senda que pasaba entre árboles, Lucas se bajó de la bici, y espero a que llegara su amigo.

–Venga, ahora 5 minutos andando y hemos llegado, te va a encantar, te lo aseguro– dijo Lucas mientras miraba sonriente a Cristian.

Cristian se bajó de la bici y se puso a seguir a su amigo entre los árboles, en menos de 5 minutos, los árboles empezaron poco a poco a desaparecer dando lugar a un pequeño claro con un estanque de agua cristalina en el centro del claro. Lucas dejó la bici y mirando a su amigo le dijo:

–¿Qué, ha merecido la pena la excursión si o no?– pregunto el chaval mirando a Cristian, el cual no daba crédito a lo que veía.

–Madre mía, que pasada, ¿como conoces este sitio?– pregunto Cristian a Lucas, mientras miraba para todos lados tratando de comprobar que el sitio era real.

–Lo descubrí con mi padre hace unos años en una excursión por casualidad, íbamos buscando el nacimiento de un río y dimos con esto– le contestó Lucas a su amigo –vamos a sentarnos y a tomarnos una barrita de cereales y a descansar un poco y luego si te animas nos bañamos, pero te aviso, el agua esta helada jajaja– le dijo Lucas a Cristian mientras le alborotaba el pelo sudado a su amigo.

–Pero no hemos traído bañador para meternos…– dijo Cristian mirando a Lucas.

–Pero… ¿es que hace falta bañador para bañarse o que? no me iras a decir que nunca te has bañado desnudo en una piscina o en la playa o en un lago…– le dijo Lucas a Cristian mientras le miraba fijamente, haciendo que este se sonrojara ligeramente –pero que si te da vergüenza, te puedes meter con el culotte, lo que luego iras empapado de vuelta a casa jajaja– le dijo entre risas a su amigo.

A Cristian el simple hecho de imaginarse desnudos en el estanque, hizo que su pene diera un pequeño respingo y se pusiera ligeramente morcillón, de manera disimulada, se recoloco el miembro en el culotte, que no ayudaba a disimular la situación y rápidamente se sentó en la hierva del suelo, colocando el casco sobre su entrepierna para disimular un poco lo que estaba pasando.

Lucas no se había percatado de nada, la verdad que todo lo que había dicho lo había dicho sin ninguna intención de nada, hablaba con Cristian igual que lo hacía con el resto de sus amigos, en ningún momento desechaba ningún tipo de plan por el hecho de que su amigo fuera bi.

–Bueno, ¿que te apetece, pera, melocotón o nectarina?– le pregunto a su amigo mientras se sentaba junto a el y abría la mochila.

–Nectarina, que me encanta, es mi fruta favorita– contesto Cristian.

Lucas le paso una nectarina a Cristian, el se cogió una pera y saco dos barritas de cereales de su maillot, le paso una a su amigo y se pusieron a comer.

Mientras comían, a Lucas se le vino a la mente una cosa y tuvo que preguntársela a su amigo:

–Oye Cristian, ¿te puedo hacer una pregunta personal?– le preguntó Lucas a su amigo.

–Si claro, ¿que quieres saber?– le respondió este.

–A ver, si no quieres responderme no hace falta que lo hagas, pero, ¿tu cuando y como te diste cuenta de que eras bisexual?– al terminar la pregunta, miro a su amigo a los ojos y esto provoco que Cristian se atragantara un poco.

–Pues… la verdad, es que no se que decirte… fue de repente, y no hace mas de dos años…– comenzó a contarle Cristian a su amigo –fue un día estando en los vestuarios del futbol, que nos estábamos cambiando mi mejor amigo y yo y he de decir, que siempre me había fijado en mis compañeros de equipo cuando se desnudaban para ducharse, al principio pensaba que era por comparar los cuerpos, porque me daban algo de envidia ver que casi todos estaban mas fuertes que yo, pero la verdad, que solo me fijaba en sus cuerpos, no me había fijado nunca en nada mas, pero ese día, me fije en el pene de mi amigo y sin darme cuenta, comencé a excitarme y a empalmarme un poco…– continuó contándole a su amigo –joder Lucas, me siento un poco incómodo contándote esto– le dijo el chico a su amigo.

–Bueno, no pasa nada, no hace falta que sigas, era simple curiosidad– le corto Lucas, que no le apetecía poner en un compromiso a su amigo –y… ¿te puedo hacer otra pregunta?– volvió a preguntarle a su amigo mirándole a los ojos otra vez.

Esas miradas que echaba Lucas, volvían loco a Cristian y a la vez le incomodaban un poco…

–Si, pregunta sin miedo– le volvió a decir el chico.

–Me contaste que tenías novia hasta hace poco, pero… ¿alguna vez has tenido algo con un chico?– esta pregunta provoco en Cristian una expresión de incertidumbre.

–Pues la verdad, es que con chicos lo único que he hecho ha sido lo de este fin de semana– al decir eso sus mejillas se pusieron de un color muy rojo como señal de vergüenza –y a mi amigo, al que me quedé mirando en los vestuarios, que una vez le hice una paja– dijo Cristian mientras agachaba un poco la cabeza.

–Pero, entonces, ¿nunca has estado con un chico de lio ni nada?– le pregunto Lucas a su amigo –¿quiero decir, nunca has besado a un chico?– dijo Lucas, esta vez con el propósito de sacar el tema del “Post-it” con la apuesta.

Al acabar la pregunta, Cristian levanto la cabeza y en esta ocasión fue el quien se quedó mirando a los ojos a su amigo. Una sensación extraña recorrió su cuerpo, ¿Qué pretendía su amigo con esas preguntas?, un montón de dudas le asaltaron en ese momento.

–¿Por qué me preguntas eso?– le dijo Cristian a su amigo.

Ahora era Lucas el que no sabía como reaccionar, no sabía si seguir para adelante con la pregunta o si dejar el tema.

–No se, la verdad que es por pura curiosidad– dijo Lucas –no hace falta que contestes, déjalo, que da igual– terminó de decir el chico.

–A ver, que no pasa nada, que no me enfado ni nada, pero me produce curiosidad que me preguntes eso– le dijo Cristian a Lucas –pero no, nunca me he besado con un chico, si es eso lo que te produce curiosidad, pero te vuelvo a preguntar, ¿Por qué querías sabe eso?– volvió a preguntarle Cristian a Lucas.

Lucas sabía que hasta que no respondiera a su amigo, este no se iba a quedar tranquilo, trago saliva y mirando a su amigo nuevamente a los ojos le dijo:

–Por favor, no te enfades, pero ayer, cuando te fuiste a duchar en mi casa, no pude evitar mirar el “Post-it” con tu segunda apuesta– le dijo Lucas a Cristian apartando la mirada y bajando un poco la cabeza.

Cristian enmudeció, una sensación de vergüenza extrema recorrió su cuerpo, al igual que su amigo, agacho un poco la cabeza, como tratando de impedir que su amigo le mirara.

Lucas volvió a mirar a su amigo, al que vio con la cabeza gacha y mirando hacia el suelo, con suavidad, le agarro la cabeza por la barbilla, haciendo que una vez mas volvieran a mirarse a los ojos y aproximándose lentamente hacia el…

CONTINUARA…

Espero que os haya gustado esta nueva entrega, que alcanza ya el capitulo 5. En esta ocasión, el sexo pasa a un segundo plano (es más, desaparece del todo), pero parece que la relación que están forjando Lucas y Cristian cada vez se fortalece mas. Han quedado para ir a hacer una excursión en bici y ahora, cuando Lucas está en una crisis en la relación con su novia, ha sido a Cristian a quien le ha escrito para hablarlo y quien sabe, igual para pedirle ayuda o consejo.

Por la mente de Lucas, sigue presente el “Post-it” de Cristian, aquella petición le había descolocado y seguramente utilizaría la excursión para tratar ese tema o al menos, para sacarlo a relucir en una conversación con su amigo.

¿Cómo quedará la relación de Lucas y Elena?, ¿Ayudará Cristian a Lucas con su problema? ¿Qué tal irá la excursión en bici? ¿Trataran el tema del beso?

Todas estas incógnitas las veremos resueltas en el próximo capitulo, que además comenzará trasladándonos por primera vez a la habitación y a los pensamientos de Cristian.

Se que a veces tardo en publicar los capítulos, pero como ya puse en un mensaje, estoy de vacaciones y entre que tengo poco tiempo para escribir y que solo tengo conexión cuando bajo al pueblo, me estoy retrasando, pero voy a intentar escribir mas continuo.