Capitulo 6: el dador de nivel 2
En la parte oscura de 'el complejo' había unas personas que se dedicaban a recargar de líquido vital (con una descarga anal de semen tras una rápida penetración), a los que habían gastado sus reservas: se llamaban 'los dadores'
Tom era un negro con mucho de torso atlético, nariz ancha y aplastada, muy guapo. Cabellos de 5 centímetros de largo rizado como lana, que subían de su frente hacia el cielo y se mantenía como una masa compacta esa era la densidad de su melena. Pero si bien tenía mucho pelo en la cabeza tenía un cuerpo lampiño y bien musculoso, músculos que se marcaban más cuando estaba un poco sudado y hacían de su torso algo apetecible para pasar la lengua por él. Era un adonis negro, dotado, además, de una excepcional polla: negra, gorda y a parte de larga, ancha. Tom tenía 31 años y era dador de nivel 2. Su misión consistía en dar líquido vital a 5 hombres cada día, hombres que a su vez eran dadores también, cada uno de otros 5-10 hombres. El trabajo de Tom era como una cadena industrial profesional. Tenía su vida libre pero como trabajo tenía que dar a 5 dadores también (de nivel 1) su dosis vital diaria (es decir, follárselos con su polla por el culo, y dejarles dentro una carga de semen). En ‘el complejo’ había muchos recibidores de semen, y un número menor de dadores, lo que obligaba a estos a trabajar duramente. De hecho este duro trabajo llevaba al debilitamiento y agotamiento por tanta actividad física, de estas personas. Cada dador después de follar a 5 recibidores, tenía que recargarse, y recibía su ración de semen anal, porque es por donde la absorción de este fluido vital era más rápida (la oral tardaba en hacer la digestión). Y luego la rutina era volver a empezar: follarse 5, recibir, follarse 5, recibir…
Las relaciones de noviazgo eran más equilibradas, y con un simple 69 ya había un intercambio perfecto de fluidos. Pero como en todas las sociedades hay desequilibrio y hay gente que se engancha al sexo como si fuera una droga. Para controlar esto y mantener el equilibrio vital los señores de negro habían creado unas instalaciones de dadores que daban su semen a 5 chavales.)
Tom era el dador de Karl, un chico blanco de 28 años, que proveía de su rica semilla (semen) a otros 5-8 muchachos.
Karl era alto y delgado. Pechos marcados de gimnasio. Tras un duro entrenamiento había logrado ascender a lo alto de la cadena de mando de la isla. Se encontraba en una cómoda habitación del complejo. Su habitación era como un mini apartamento. De allí salía a una habitación donde 5 veces al día (8 en casos excepcionales) recibía a otros muchachos de escala inferior. Karl era un dador de nivel 1. Eso significa que había dadores de nivel 1, 2 y de nivel 3. Tom era de nivel 2, el segundo más alto de la cadena. Los más altos de la cadena mantenían los fluidos vitales de los dadores de nivel 2, y los de nivel 2 hacían lo mismo con los dadores de nivel 1. Los dadores de nivel 1, los más bajos del escalafón, estaban sin embargo en el escalafón más alto de la isla en cuanto a rango, ya que ellos eran los jefes de los recibidores. Los recibidores eran chicos que por uno u otro motivo no podían conseguir su dosis vital de semen y, antes de morir, acudían al edificio de los dadores a que les follaran (el semen era el líquido de la vida y normalmente se necesitaba una dosis normal diaria, por ingestión anal u oral… aunque si recibías en una gran corrida 5 trallazos de lefa de alguien que no había descargado sus bolas en varios días, tenías una dósis seminal para varias jornadas sin ser encolado o mamar (eso siempre que tú no gastases tu semen follando o dejándote mamar por alguien). Había varias formas de recibir líquido seminal anal: por agujeros en casilleros tipo gloryhole, sin ver la cara de quien te daba la dosis vital de semen, o cara a cara en habitaciones especiales que se llamaban ‘intercambiadores de fluidos’.
Karl se follaba cada día a cinco u ocho personas (diez en casos excepcionales de gran demanda: había que hacer horas extras, tras un descanso y una follada del negro Tom para recuperar fuerzas y fluidos.)
Karl recibía a niños, jóvenes y adultos sin reservas de semen (porque se lo habían dado a otros cinco chicos y no habían encontrado de quien recibir, acudiendo a los dadores como último recurso –también podrían sentarse en los dildos eyaculadores se semen, pero esto creaba adicción–, en su mini-apartamento o habitación especial de intercambio de fluidos. Los dadores entraban por una puerta a esta habitación donde se iba a producir un intercambio de fluidos con sexo, mientras que los recibidores entraban por otra compuerta que daba a la calle tras unos pasillos de acceso y control. Una vez entraba el recibidor a recibir su dosis vital de semen via anal, la compuerta se cerraba automáticamente a sus espaldas. El recibidor (el chico que necesitaba ser follado) se tumbaba de rodillas cara abajo poniendo su culo en pompa hacia arriba y hacia atrás, en una especie de diván o sofá negro sin respaldo, redondo, que había en el centro de la habitación. Entonces aparecía el dador, por detrás, que se lo follaba sin más miramientos en un acto mecánico le insertaba el pene y descargaba su semen en su interior. Una vez finalizaba la operación, que duraba unos 10 minutos, el dador salía de la estancia y el recibidor permanecía en esa posición, con el culo al aire, unos minutos para no perder fluidos. Cuando se estimaba -pasados unos 5 minutos- que el esfínter se había cerrado y no iba a perder su semen anal, se abría automáticamente la compuerta y el recibidor salía a disfrutar del día y de las instalaciones de ‘el complejo’ pudiendo volver a follar y ser follado, mamar, y ser mamado, eso sí, teniendo en cuenta cuantas pérdidas y cuantas entradas de semen intercambiaba, siempre manteniendo el intercambio máximo de 5 a 1 (cinco donaciones de semen y una entrada).
Cuando un recibidor salía de ‘el complejo’ tras recibir su dosis de semen del dador, entrada otro, y se repetía el proceso. Así, uno tras otro, uno tras otro, hasta que el dador de nivel 1 se follaba a cinco personas. Podían ser de cualquier edad y raza: lo único que tenían todos en común es que habían perdido 5 raciones de su liquido vital/semen, ese día, por corridas porque otro les había mamado su polla, o porque se habían follado a gente. Había gente que se aprovechaba de otra gente cuando dormía o la drogaba para en un estado inconsciente chuparles la polla y robarles una cantidad de semen. El mercado negro de semen era un problema en el lado oscuro de ‘el complejo’. Muchas veces a estas personas a las que habían robado 5 raciones de semen, no pudiéndolo conseguir de otra manera, tenían que ir corriendo a la zona de ‘dadores’ de ‘el complejo’. Y allí un chico como Karl (había muchos otros instalados en otros muchos cubículos similares), les cogían analmente y les daban una carga vital del preciado néctar.
Tras recibir su dósis de semen en una follada anal pasiva, el dador salía de la habitación de intercambio a sus dependencias, la puerta de su mini-apartamento se sellaba automáticamente, y a los recibidores se les abría la puerta por donde habían entrado y salían ya cargados con una dósis vital que intentaban no perder. Luego podían ir a mamar o a ser follados más tranquilamente por cualquier otro chico en cualquier otro recinto de ‘el complejo’. En las piscinas y vestuarios había mucha actividad sexual. Lo importante era follar y ser follado… pero nunca perder más de 5 cargas de semen en el mismo día sin repostar (bien mamando bien siendo cogido analmente). Una vez repostabas ya estabas listo para el siguiente encuentro.
Los encuentros de Karl, dador de nivel 1, se sucedían así, como si fuera un autómata, cada hora más o menos. A veces follaba a un recibidor de semen tras otro, todos seguidos, en 40 minutos cada uno (se daban márgenes de tiempo entre uno y otro para mantener el anonimato de los receptores de semen). Y si follaba los cinco seguidos en márgenes de 40 minutos, en pocas horas acababa su jornada laboral de follador, lo cual le daba tiempo libre para ocio, porque podía terminar su tarea o trabajo e ir al aire libre a disfrutar de ‘el complejo’.
La vida de Karl era muy monótona. Recibía a un recibidor (se lo follaba), recibía a otro (se lo follaba), recibía a otro (se lo follaba), y a otro y a otro. Lo hacía mecánicamente, como un trabajo (que es lo que era para él.) Él se sentía muy importante con su trabajo, pues estaba dando vida, salvando vida, a los muchachos del complejo que a veces les habían robado pero otras veces habían dado su liquido vital a otras 5 personas. No había nada mejor que salvar la vida de un hombre que ha ayudado a 5 muchachos con su néctar.
Al quinto polvo Karl estaba extenuado y agotado, y era él el que corría riesgo vital. Pero eso ya estaba pensado por ‘los señores de negro’ que dirigían ‘el complejo’, y por eso existían los dadores de nivel 2, que eran unos folladores que sólo se dedicaban a encular a 5 dadores de nivel 1 al día.
Aquí aparecía Tom, entrando en el mini-apartamento de Karl, que se había colocado en una estancia especial que unía su mini-apartamento con el dador de nivel 2, y que era similar a la que os hemos contado. Karl se colocaba igual, en el diván, exponiendo su culo hacia atrás. Entonces la puerta que unía esta habitación con su miniapartamento se cerraba y se abría otra compuerta que daba al mini-apartamento del dador de nivel 2. Entonces aparecía Tom (cada grupo de 5 dadores de nivel 1 tenía un dador de nivel 2), y se lo follaba, inyectándole con su tremenda polla negra en lo más profundo de su ano, la dosis vital de líquido vital. Es decir, Tom se follaba todos los días a Karl cuando Karl echaba su quinto polvo. Y como la polla negra era más grande que lo normal, la recarga posibilitaba a Karl echar no sólo 5, sino 8 o 10 polvos al día sin repostar ni fallecer. (Aunque no todos los dadores de nivel 2 eran negros como Tom, los había blancos, y de estos sí se necesitaban 2 polvos al día para follar el dador de nivel 1 a 10 personas… o sino sólo podría follar a 5 recibidores).
Tras esta recarga de semen en el culo de Karl, Karl ya estaba preparado para ayudar a 5 recibidores más (recibidor era como se conocía a los chicos que recibían semen analmente) (dador es como se conocía en ‘el complejo’ a los hombres que follaban a otros hombres.)
Karl ya estaba preparado para tener 5 polvos más, aunque muchas veces no había más que 8 necesitados, y entonces finalizaba la jornada de Karl, con un extra de semen en su cuerpo, y una tarde libre para gastarlo en el complejo (o quedarse tranquilo en su casa, que no era el mini apartamento donde follaba/trabajaba: tenían otras habitaciones en otro edificio del complejo: este sólo era para follar.)
Tom por su parte aún tenía que follarse a otros 4 dadores de nivel 1 para recargarlos con su semen vital. La cadena de cómo funcionaba todo en ‘el complejo’ era perfecta.